domingo, 29 de noviembre de 2009

Christian Lacroix para Ungaro

 

No sé cómo empezar esto. Se supone que después de un denscanso regreso energizado pero estoy viviendo una época de cambios en mi vida: no salgo con nadie, casi acabo un capítulo de la tesis y hace dos días terminé la carrera y estuve en una bacanal en mi facultad (sí, con sexo, drogas y suciedad incluida. Muy divertido todo). Los días anteriores a esto se han pasado en un mar de tareas, trabajos por calificar, citas que traducir (en realidad no) y demás. He leído casi todos los posts de los blogueros a los que sigo en Google Reader y los revisaba furtivamente en la universidad.

Si a eso añadimos que últimamente sufrí de acoso cibernético por parte de alguien que no merece ser mencionado y la distracción hace estragos a mi creatividad, pues tenemos como resultado a un bloguero poco productivo. Pero ahora todo está cambiando de súbito y quizá tenga más tiempo de lo que pueda administrar y haga posts tan largos como los libros de James Joyce. Mi vida estudiantil se acaba (aún no hay crisis y a lo mejor me adapto con facilidad a ser “tesista”… o no) pero la bloggeril revive.

Quería recomenzar con algo que ha estado perturbando a mucha gente en la blogósfera. ya sea por escandalizarlos o por preocuparlos seriamente o por propocionarles material para burlarse. Y no es para menos. La situación que está pasando ha llegado a un punto algo vergonzoso pero podría cambiar para bien. Y es que la amenaza es interna y todos lo sabemos.

El peor enemigo de la casa de modas Emanuel Ungaro se llama Mounir Mouffarige, presidente de la firma.

Me gustaría tomarme un café con él. A pesar de que parece ser un hombrecito muy necio tiene tintes de persona finísima y encantadora, por lo que una charla civilizada podría darse… hasta que intente convencerlo de que está cometiendo estupidez tras estupidez, se ponga terco e intente asesinarlo aventándole mi latte (ahora un cliché entre algunos fanáticos de la moda porque, se dice, a Anna le encanta) hirviendo, el cenicero y la vajilla entera. Y, antes de que me echen a patadas del lugaar donde tomábamos nuestro café, le gritaría con una mirada de odio y la cara roja por el esfuerzo que no soy fan de la firma pero lo que le está haciendo es imperdonable.

Pero no. Eso no va a suceder, chicos, porque es más fácil que salga en la portada del Star besuqueándome con LiLo a que vaya a París, agende una cita con Mouffarige y me tome un café con él bajo el pretexto de “comentar sus decisiones empresariales en la firma”. Lo que podemos esperar es que el hada de la racionalidad aparezca y le dé un mazazo (de sentido común, claro está) en la cabeza para que recapacite y ponga las cosas en orden.

Ese es el problema, chicos, de cuando una casa francesa está controlada por la codicia. Yo sé que uno no puede dedicar su vida al arte porque de algo tiene que vivir y por eso casas como Chanel venden cosméticos, perfumes y bolsas de plástico espantosas. Lo hacen para compensar el deleite visual (pero pérdida económica) que representa el tener una división de Alta Costura. Y lo mismo hacen Dior, y Balenciaga y las casas “experimentales” (salvo Hussein Chalayan, quizá) porque de otro modo se irían al caño. Pero no está bien que se pien$$$e en vez de que se piense de verdad. Todos los que leen esto entienden la diferencia. Mouffarige no.

Mouffarige sabe que la celebridad vende y eso está muy bien, sabe que podría ser un buen momento para que se haga una fiebre por Ungaro (vintage y nuevo) porque ahora todo lo ochentero es bueno para el mundo. Sabe que la firma no anda bien y el único recuerdo que el mundo tiene de Ungaro es… bueno, nada. No podría decir que “ni en mi casa lo conocen” porque mi mamá tiene un pañuelo Ungaro que no usa nunca porque es muy pequeño. En fin.

¿Por qué no contratar a Scarlett Johansson, con una carrera saludable, un cierto estilo y otras campañas publicitarias en su haber para ser “la musa” Ungaro? ¿Vanessa Paradis? Oh, no, ella no porque no es TAN famosa. ¿Una chica “it” como Lou Doillon? Vaya, hasta una celebridad más estilizada, una chica que salga en una serie famosa, a Reese Witherspoon que ya es imagen del perfume de Ungaro en Avon. Las opciones son ilimitadas. Así que la pregunta es esta: ¿Por qué Mounir Mouffarige se fue con la peor?

No se confundan, no voy a despotricar sobre lo mal que me cae Lindsay y lo puta que es o si se mete cocaína o no, o si es una ladrona desvergonzada porque no es el punto y sería hipócrita de mi parte porque estaba arrobado con ella desde el primer momento que la vi… como pelirroja natural con curvas muy bien definidas.

Sabemos que puede ser la próxima Jean Harlow/Jayne Mansfield/starlet talentosa y desgraciada: rubia, sensual, famosa y con un talento escondido bajo un mar de escándalos, condenada a que le cierren las puertas y a morir de una forma trágica y a volverse un ícono underground porque su trascendencia será muy limitada. No necesito ser un médium para decirles esto, porque ya lo deducen.

Quizá contratar a Jean Harlow para Schiaparelli o a Mansfield para Pierre Balmain no hubiera sido TAN mala idea porque en ese entonces se respetaba el glamour de las estrellas y no había fotos tan degradantes de un paparazzo que se tira al piso para ver qué hay debajo de la falda de tal o cual actriz o actricilla (que no es lo mismo, repito). Pero Lindsay no sólo ha perdido el glamour, ha perdido la dignidad.

Entonces ¿Por qué contratarla? ¿Por qué no llamar mejor a David Lynch/Spike Jonze/cualquier director respetado y lo suficientemente disciplinado como para que saque su talento dramático y le arranque una gran actuación para relanzar su carrera? ¿Por qué hacer pasar un mal rato al Ungaro original, a la pobre de Estrella Archs o como se llame, a la propia LiLo y a Mouffarige? No creo que sea agradable para nadie ser el hazmerreír de la industria y ser, por añadidura, unos parias: como saben, la colección´será vendida en un par de boutiques y ya.

Pero no redundaré en algo que se ha comentado con mucha anterioridad. Vayamos al grano.

Christian Lacroix es un diseñador que la está pasando bastante mal actualmente. Como ahora no están de moda el bordado en oro, las sedas pesadas ni la calidad, Lacroix se vio falto de demanda y en menos de un año su negocio se derrumbó. Uno de los mejores talleres de Alta Costura tuvo que cerrar y ahora su negocio es como una camada de gatitos que nadie quiere. Alguien en Arabia lo quiere comprar pero las trabas legales lo están disuadiendo. En fin,

Lacroix tiene la suficiente sensibilidad e inteligencia como para interpretar el ADN de una casa de modas y retrabajarlo a su favor. Piensen en su trabajo en Emilio Pucci: imprimía su sello personal sin mandar al diablo lo que distinguía a la firma italiana.

Veía yo fotos de un anterior desfile de Alta Costura de Emanuel Ungaro y me di cuenta que, al menos en esa fase (2003), él y Lacroix compartían una estética similar. Y entonces una idea vino a mi cabeza: Si se acaba de quedar sin trabajo, ¿Por qué no reparar el daño que un presidente terco ha infringido en una casa más o menos respetada? Sería garantía de éxito absoluto.

Para comprobar mi hipótesis combiné fotos de desfiles pasados de Lacroix con los de Alta Costura de Ungaro. Uno, en especial, primavera 2003, es una declaración de amor al exceso pero presentado en los años veinte. Una preciosidad. Espero que puedan diferenciar ambos estilos, no es tan fácil como parece. Pero regresemos a la situación de la casa.

Piensen que en los últimos seis o siete años nadie ha logrado durar más de tres temporadas en la casa. Después de Giambattista Valli, nada ha sido igual. Y cuando la casa, bajo Peter Dundas, estaba reposicionándose, Mouffarige lo pone de patitas en la calle.

Ahora nadie tiene qué perder. Quizá la más afectada sería Estrella Archs, pero creo que le convendría estar de interna en McQueen o Celine mientras diseña su propia línea en paralelo. Creo que tiene mucho que aprender y no está yendo por el camino incorrecto. Pero no es un buen momento para que dirija una casa con una cierta historia.

Pero bueno, les comparto esto porque sé que no es tan descabellado y si sucediera, Emanuel Ungaro no se volvería el próximo Pierre Cardin y Lacroix dejaría de pasar esta situación tan penosa que no merece. No lo sé, creo que funcionaría. ¿Y ustedes?

domingo, 22 de noviembre de 2009

No podía dejar de comentar…

 

La fantástica colección de invierno de Missoni.

 

En un modo muy inteligente de aproximarse a lo fácilmente consumible sin irse por lo minimalista, negro y aburrido, la casa Missoni volvió a sus raíces de un modo muy creativo. Missoni se hizo famosa por sus tejidos y estampados ¿y qué mejor manera de venderle al cliente fiel algo apegándose a lo básico?

Pero la idea de Missoni fue “ponte lo primero que encuentres en tu closet y truinfarás”. Claro, sabemos que esto puede verse infinitamente mal si la persona en cuestión no tiene estilo o se viste en la oscuridad.

 

Esa idea de volver el invierno algo lúdico (una idea muy Lacoste) Me anima a ponerme mi ropa de invierno sin ton ni son y salir así a la calle. Porque la idea es buena y se puede imitar en casa!!!

Un par de bufandas, un abrigo, un vestido corto, mallas, guantes sin dedos y tacones. Básicamente el look de un canadiense promedio en invierno. O de un noruego. Pero con estilo. Y sutiles pistas de la inspiración que tomaron: el hip hop.

La colección es fantástica por eso: porque es hip hop y no lo es. Digo, ven las fotos de la colección y les recuerda vagamente al bling bling y el exceso pero en realidad no hay casi nada ahí que los remita directamente… salvo las cadenas de oro que aparecen brevemente en la colección.

Y también tiene ese toque de nómada, de hippie que sienta tan bien a Missoni. El toque es un poco más evidente que el del hip hop pero combina bien. ¿Quién diría que ambos estilos pueden coexistir sin agresión?

Debo decir que lo aprovecharon para la campaña, la cual me parece un esfuerzo simple pero efectivo: No hay un decorado enorme ni un exceso del Photoshop, y aún así atrae la atención. Y lo más importante: potencia el mensaje de la colección.

La colección es fascinante: le apuesta lo seguro sin resultar aburrido y junta elementos que prometen ser un éxito de ventas al punto de que resulta impactante e inspirador. Fascinante.

Les dejo también el video:

 

Y también aprovecho para comentar… la fantástica colección de Jil Sander.

 

No había tenido oportunidad de comentarla pero es algo muy simple con una idea bien construida. Es como traer puesta una escultura. No es de mis favoritas de toda la vida porque mucha de la construcción es interna (es decir, en cuanto a las costuras, y los efectos de la ropa son realmente poco apreciables en las fotografías

La geometría habitual de algunos de los vestidos es notoria en las caprichosas figuras de algunos ¿Cómo logra Raf Simons hacer que las piezas se sosttengan por sí olas? Es una buena pregunta.

Me gusta mucho la colección porque mezcla el arte con unas propuestas muy utilizables Pero desearía que hubiera utiluzado un mayor contraste en los colores. La idea es muy buena pero no es explotada como debería.

En fin, la colección no deja de gustarme ppor eso. Y para que la aprecien en movimiento, les anexo los videos:

 

La parte de arriba es la primera, esta es la segunda:

miércoles, 18 de noviembre de 2009

I have a confession to make

 

…quiero unas botas arriba de la rodilla. Para hombre.

Sí, sí, ya lo sé. “Son una locura”, “van a pasar de moda” o, peor aún, el “Jajajajajaja” ante la mera confesión. Por eso me da un poco de pena decirlo tan abiertamente, porque les parece ridículo o digno de una carcajada. Creen que es un artículo femenino (lo cual no es cierto) y putanesco y en ese punto puede que tengan razón… en algunos modelos puestos en algunas (ojo, digo ALGUNAS) mujeres. Porque dependiendo de la combinación pueden ser la cosa más sensual o uno de los apropiadamente llamados EPIC FAIL.

No suelo arriesgarme mucho a la hora de comprar, sobre todo porque me ha pasado que con la emoción de la compra no pienso en si lo que compro va bien o no con el resto de mi ropa. Supongo que les pasa a ustedes también. Pero he visto algunos ejemplos de botas arriba de la rodilla que se adaptarían perfectamente a mi guardarropa. Peor antes hablemos un poco sobre estos zapatos en las mujeres.

Estas botas ya tienen algunos años entre nosotros pero no han acabado de pegar. Primero se usaron en blanco y con faldas cortas –allá en los tiempos de la era espacial- y fueron sólo una novedad. Después se volvieron exclusivas de las putas y mujeres de categorías similares que posaban para revistas con tintes sadomasoquistas o se desnudaban en los bares de mala muerte. Pero las botas ya no eran blancas ni espaciales sino negras y cubiertas de látex o en charol, siempre en tacones que imposibilitaban caminar.

Se volvieron underground, eróticas, vulgares. Aparecieron en los periodos más XXX de Helmut Newton y Guy Bordin para darle un toque indebido y pronográfico a las fotos (todos sabemos que a ambos les gustaba jugar con eso así que no es una novedad). Algunas veces los darks y punks se sintieron atraídos hacia ellas, pero no son muy fanáticos que digamos. Supongo que la incomodidad que algunas parecen provocar y el miedo a dos cosas (que confundan a la portadora con una “glorietera”, como algunos dicen aquí y el hacer una mala inversión) no les ayudan a que se popularicen.

Luego, Julia Roberts las volvió pop y se usaron de nuevo… por un tiempo. Ya saben, Mujer Bonita, hot pants y botas negras de charol. Se le veían bien y en general no parecía una trabajadora sexual sino una chica moderna de su tiempo (por cierto, Versace las reinterpretó maravillosamente hace poco). Y ya ronda ella los cuarenta… qué fuerte que el tiempo pase tan rápido, ¿no?

El tío Karl las ama y ha recurrido a ellas una y otra vez, con un éxito muy relativo. Las maravillosas botas que ven aquí (la idea es increíble) provienen de un desfile de Alta Costura de hace tres años. La prensa no les hizo mucho caso que digamos pero se presentaron.

Después de los primeros noventa, las botas volvieron a ser putanescas, y más cuando lo sadomasoquista se puso de moda a principios de la década. Como artículo de “alta moda”, si lo podemos definir de ese modo, no trascendieron. Amenazaron con regresar y hasta Andrea Sachs triunfalmente caminaba enfundada en ellas después de su makeover en The Devil Wears Prada.  Las botas eran Chanel, por supuesto.

Quizá ahora sí peguen… el factor famoso ayuda mucho, como saben. Y como muchas famosas se han aventurado a acompañar sus breves vestidos con estas botas, podrían ayudar a que la tendencia cobre vida. Y si añadimos que las revistas las han estado promocionando… pues tenemos una posibilidad más.

Volvamos a mis botas potenciales. Esta imagen que ven aquí pertenece a la última colección de Givenchy. Sí, todos comenzamos a cansarnos de que esté de moda amar a Riccardo Tisci (yo estoy particularmente resentido por él por sustituir al gran Ozwald Boateng en la división de ropa para hombre) pero hay que admitir que las botas tienen “algo”.

Es fácil definir ese “algo” especial: dan una cualidad robótica a las piernas. Pareciera que uno trae puesto una prótesis llena de engranes y tornillos… Y con brillos. Encantador. Lástima que sean más planas que el piso de duela. Porque estas botas están hechas para usarse con un tacón, aunque sea pequeño.

Este es mi prototipo de bota arriba de la rodilla perfecta para mí. El tacón es similar al de un zapato oxford, son de cuero negro y se ven los suficientemente inocentes como para que las combine con unos jeans sin que me detengan en la calle a preguntarme si me gusta que me azoten en privado.

Me gustaría encontrar una bota de estas con un tacón vaquero. No me gustan las botas vaqueras (y menos si están hechas en piel de serpiente,  es lo más común en algunas regiones de México) pero el tacón es un buen cambio para alguien que vive su vida calzando unos tenis… como yo.

Esta me gusta también. Parece más una bota de montar y es un poquito más discreta que la otra. Además, ese sobrante se puede doblar… hacia adentro, recuerden que las botas dobladas hacia afuera acortan las piernas. El tacón es más bajito, pero la hace un poco más versátil que  otros modelos.

Vean estos ejemplos. ¿Se ven mal. ¡No! De hecho se ven como una bota normal y punto. La gran ventaja de estas botas en los hombres es que son mucho más discretas (también son totalmente asexuales)… y más funcionales que en las mujeres. Quiero unas, pero no sé dónde encontrarlas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Quiero una Playboy francesa

Desde hace un año deseo tener una suscripción a Playboy Francia. No sé en qué momento se volvió una revista tan fabulosa pero se ha vuelto una publicación de culto para algunas personas, yo incluido. La revista tiene un encanto que otras publicaciones internacionales no tienen. Pero este encanto tiene muchas causas, muchas respuestas posibles a la pregunta ¿Por qué compraría esa revista?

-Porque ya hojeé una y definitivamente me atrae más leerla que  Vogue Paris

-Porque, a pesar de que usan poca ropa, la coordinación de moda está genial: las prendas tienen un erotismo más velado que otras publicaciones de Playboy

-Porque es una revista erótica que tendría a la vista en mis estantes y no ocultaría si alguien llegara de visita (como suele suceder con todas las revistas de ese tipo)

-Porque las fotos hacen ver al sexo como algo divertido. Y en muchas ocasiones lo es

-Porque las sesiones de fotos responden al ideal de una buena revista para hombres: Ponen a mujeres bellas en situaciones altamente eróticas

-Porque, a diferencia de las otras, y salvo excepciones, ponen a la mujer como un igual, no como un pedazo de carne esperando a que llegue el hombre y la devore

-Porque la sexualidad que promueven no es agresiva. Es espontánea y suave.

-Porque las fotos son una obra de arte, son fotografías con cualidades estéticas totalmente superiores a cualquier Playboy, Maxim y demás.

-Porque uno puede descubrir cuándo un fotógrafo tiene conocimiento y un buen ojo. Los que Playboy emplea tienen ambos a montones. Con ver las fotos se aprecia su experiencia.

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-Porque las mujeres retratadas en estas ediciones no se arrepentirían, algunos años más tarde, de haber posado para esta Playboy.

Porque el contexto de las sesiones está mucho más construido que las fotos de otros Playboy (mujer exuberante con las tetas de fuera en una playa, rubia despampanante en un momento post coital, noches de “glamour” y champaña, y todas esas sesiones que ya conocemos)

-Porque saben usar el lenguaje corporal para estimular la imaginación del lector

-Porque los editores de la revista saben que los pechos de tres metros de diámetro no se van a ver mejor que unos de tamaño estándar

-Dicho de otro modo, la chica Playboy Francia ES la chica de al lado. Podrán ser actrices de deslumbrante belleza, pero con un  toque cotidiano que puede uno encontrar relativamente fácil. Explotan el erotismo natural de las mujeres que escogen

-Porque Playboy Francia hace ver al desnudo como algo elegante.

-Porque muchos franceses viven del placer: desde la música (chequen a Air y niéguenme que son estimulantes) hasta la comida, pasando por la ropa –y la falta de ella-, claro está. Y Playboy busca dirigirse a ese  esfuerzo colectivo por satisfacer los sentidos con lo exquisito.

Pero la principal razón por la que quiero tener una Playboy francesa en mis manos se reduce a dos palabras:

Lily Cole.

Es una de las ediciones de revistas (de cualquier tipo) que más ambiciono tener en la vida. Para mí,  es una de las mejores editoriales en las que se ha mostrado el verdadero alcance de la belleza de Cole. Saben explotar esa ingenuidad que muestra y le dan un halo muy discreto de perversidad, algo que pocos modistos supieron inyectar a Cole cuando fue modelo.

Si alguno de ustedes puede conseguirme la Playboy de Lily Cole estaré tremendamente agradecido. Sé que no es muy cara (algo así como 2 euros, ¿cierto?). Si alguien la encuentra, le pagaré el triple de su valor original. Simplemente debo tenerla en mis manos. Y como sé que una suscripción a Playboy Francia es difícil, me conformo sólo con esa edición.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Altuzarra

Este diseñador presentó una de las dos colecciones que me llamaron la atención y, sin embargo, no fueron de mis favoritas. Creo que tiene un futuro y, aunque ande juntándose con malas compañías (en un momento más lo explico) está superando eso y se ha vuelto prometedor por derecho propio.

No sé si hayan oído hablar de Joseph Altuzarra anteriormente. Si no es así, es probable que no porque lleva sólo tres temporadas diseñando. Alturzarra (que con ese apellido debe tener ascendencia vasca) está llamando la atención de periodistas, celebridades y estilistas, quienes poco a poco lo están introduciendo a la escena actual (de las Alfombras Rojas y las editoriales). Además de las dos temporadas que ven en este post, tiene una colección de primavera 2009 que pueden ver aquí porque, al parecer, no la han compartido en otro sitio.

 

primavera 2010

Si se dan tiempo de observar la colección se darán cuenta que tiene una influencia muy fuerte de ciertos diseñadores. Algunos de los trajes, a pesar de tener un toque de originalidad, parecen muy del nuevo Givenchy. Imitar no es bueno, pero es algo natural y hasta comprensible en una primera colección, sobre todo si se busca notoriedad a través de un estilo que está en boca de todos.

Altuzarra trabajó con Marc Jacobs y Proenza Schouler antes de decidirse a lanzar una marca. Es por eso que haya buscado esa vanguardia pero por desgracia estaba explorando el lado incorrecto. Verán, el nuevo Givenchy y el estilo hombros-cuadrados-faldas-ulltracortas es lo que todos los diseñadores con poco talento buscan imitar ahora. Entonces, si se tiene algo de ingenio y experiencia, ¿por qué ir hacia donde toda la borregada gente va?

otoño 2009

Tal parece que Altuzarra se dio cuenta de eso en su siguiente colección y, aunque temía abandonar su zona de seguridad, se fue despegando un poco de “lo atrevido” y buscando un nuevo estilo para sí mismo. Aún así, se puede ver su inseguridad al buscar una silueta que se parezca al otro estilo pero a la vez buscando una innovación.

Él finalizó su desfile de otoño con tres vestidos de coctel de lamé plateado. Me agrada que se haya arriesgado a utilizar un material del que algunos abusan y otros huyen por miedo (en ocasiones irracional) a parecer demasiado vulgares. Los vestido e coctel parecen un justo equilibrio entre estos dos extremos. Además, ¿no estarían tentadas, queridas lectoras, a ponerse el vestido de la imagen para una fiesta?

A pesar de que la colección de otoño tiene algunas fallas (como es la falta de variedad en los colores y el miedo a abandonar la tendencia de los hombros y las faldas cortas), gustó y puso a Altuzarra en la mira. Me alegra sobremanera, puesto que eso da una presión especial a los diseñadores nuevos para que se esmeren y presenten colecciones más interesantes.

Para su colección de primavera 2010 el diseñador, motivado por la presión de los medios y las clientas que empezaron a aparecer, decidió hacer algo más pulido, más suyo y menos influenciado por lo que todos adulan ahora. Decidió lanzarse con una colección que en una sentada mezcla la estructura, la bohemia y lo comercial.

Para la primavera dejó la locura por los ochenta y se fue a los setenta, esa década de folklore urbano y desenfado. Pensó en los cortes que las mujeres con una cierta inclinación a lo étnico usaban y quizá en la “ropa de protesta”. Ya saben, como las mujeres que se visten como la etnia a la que están defendiendo porque consideran que las prendas autóctonas son bonitas (y en muchas ocasiones lo son).

La inspiración estética tiene una fuerte carga de los indios de Estados Unidos y en el acabado de algunas prendas, de los muebles de rattan. Es un gran mérito el hecho de que haya buscado una referencia más profunda para diseñar. Diseñar por diseñar es una virtud que pocas personas tienen, porque una colección debe llevar un hilo conductor. Quizá la única persona que tiene ese talento y lo ejercita es Carolina Herrera, pero los demás suelen necesitar de un tema para crear.

Creo que Altuzarra tiene un futuro. Uno bastante inspirador. Pero necesita trabajar en prendas con más personalidad y no irse por los lugares comunes porque, de lo contrario, la gente se aburrirá de él en un santiamén. Pero sólo lleva tres temporadas así que su evolución podría darme la razón… o no.

lunes, 9 de noviembre de 2009

My Current Obsession: 1969- Boards Of Canada

Hace mucho que quería hablar de esta canción, pero no conseguía poner mis ideas en orden. Aprovecho un momento de claridad mental para presentarles una de mis canciones favoritas (en una lista interminable estaría dentro de las cincuenta primeras). La canción se llama 1969 y la banda/colectivo/duo/lo que sea se llama Boards Of Canada.

Curiosamente la banda no es de Canadá y prácticamente no tienen qué ver con el país en cuestión. Marcus Eoin Sandison y Michael Sandison conforman Boards Of Canada. Son dos hermanos escoceses que sólo se dedican a la música y por tanto evitan aparecer en medios y realizar conciertos. Es una pena puesto que escucharlos en vivo sería una de las mejores experiencias de mi vida.

Ellos tomaron el nombre por el National Film Board Of Canada, una institución que ha creado excelentes documentales sobre naturaleza canadiense desde setenta años. La organización no sólo ha creado documentales: los cortometrajes que produce son excelentes porque usan técnicas de animación combinados con buena música –vi uno hace unos cuantos meses en televisión y me encantó-. Hasta hace no mucho, también tomaban hermosas fotografías de la naturaleza .

La música de Boards Of Canada es una electrónica muy relajante, del tipo de música que está a años luz del psycho y demás vómito melódico. De hechom algunas publicaciones de música los catalogan como IDM (Intelligent Dance Music), porque colectivos como este y otros están integrados por personas que buscan crear canciones sofisticadas con elementos puramente electrónicos. Las canciones de Boards Of Canada está bien planeadas y son muy tranquilas, por lo que son ideales para hacer tarea, manejar y demás actividades que impliquen concentración.

Los descubrí por casualidad. Hace algunas eternidades era un adicto del MySpace, y, como ustedes saben, tuvo en su momento una gran utilidad como herramienta para la difusión de músicos independientes, porque ellos subían sus canciones y uno tenía la total libertad de descargarlas y criticarlas. El punto es que por alguna razón que desconozco llegué hasta Boards Of Canada y los amé desde el primer instante.

Se volvieron casi inmediatamente una de mis bandas/colectivos/duos/lo que sea favoritos porque ´sus canciones evocaban muchas cosas para mí, me relajaban y sonaban atemporales a pesar de tener algunos años en circulación (la canción de este post tiene más de siete años).

1969 viene dentro de un disco llamado Geogaddi, en el cual Boards Of Canada decide ser un poco más psicodélico. Las canciones y la estética del disco evocan a los fractales y a las formaciones geométricas de los copos de nieve y los caleidoscopios. Pero los títulos de sus canciones no tienen mucho que ver con la geometría. En fin.

El disco es particularmente optimista y me hace evocar en algunos momentos al invierno. Quizá esta sea la intención, ya que en este disco vienen sampleados algunos fragmentos de la National Film Board Of  Canada los cuales, por cierto, filmaban gran cantidad de sus priducciones en el Ártico.

No sabía que en algunos sectores Boards Of Canada y canciones como esta sean motivo de polémica. Algunas personas creen que tienen mensajes subliminales y han reproducido las canciones al revés. Sinceramente, escuché un par y  lo único que lograron fue causarme una gran incomodidad porque no suenan bien.

Ahora bien, las personas que se alarman con esta música afirman que la canción se inspiró en un culto religioso (los davidianos), ya que en 1969 algo importante sucedió en su historia. No hago mucho caso a esto porque, entre las dos o tres cosas que he aprendido sobre comunicación está el hecho de que los mensajes subliminales están sobrevaluados, ya que su efectividad es menor a la que la gente cree. Pero bueno, los hermanos Sandison dicen que es una de muchas referencias que tomaron en cuenta al componerla. Sin embargo, dicen, pensaban más en un momento histórico en el que el mundo estaba particularmente esperanzado.

Al investigar para esta entrada leí esta declaración y confirmó las imágenes mentales que me venían a la mente al escuchar esta canción: el flower power de los hippies, el momento más emocionante de la era espacial (la llegada a la luna), los frutos de la revolución social estimulada por la época. La alegría colectiva. Lo maravilloso que puede ser el cambio. El punto final a una de las décadas más frenéticas que tuvo la historia.

Creo que no debo agregar más, puesto que esta canción, como casi todas las de Boards Of Canada son para los sentidos y no para la razón. Si les es posible, compren o bajen sus tres discos (Music Has The Right To Children de 1998, Geogaddi de 2002 y The Campfire Headphase de 2005) o chequen el remix que hicieron a una canción de Beck, les van a gustar mucho ytendrán algo inusual para escuchar y relajarse.

viernes, 6 de noviembre de 2009

2 de México

La semana pasada  tuvieron la cortesía de invitarme a DFashion, un evento en el que se presentan diseñadores de moda para mostrar sus colecciones. Botica, Bere, Juanito y yo fuimos a algunos shows y  encontramos cosas muy interesantes y aprovechamos para chismorrear con el gran ErichBen (gracias a él estuvimos ahí).

Como tuve que entregar adelanto de mi tesis esa semana sólo pude ir un día y a dos desfiles: Temores y Julia y Renata. Sinceramente, mis expectativas no eran muy altas o muy bajas. Estaba en el modo grabadora: ese comportamiento en el que uno suprime su opinión y se dedica a registrar todo lo que sucede a su alrededor.

Ya saben que para poder dar una opinión sustentada uno no puede dejarse apantallar por lo que encuentra, porque usualmente es sólo un disfraz. Un eufemismo. Un espectáculo que dura unos minutos y si lo presencias por mera inercia, no te deja nada. Si, por el contario, buscas el por qué en las prendas y lo complementas con lo que sabes (y lo que ves), puede que el espectáculo te asombre y enriquezca más. Y que rescates más de lo que crees.

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¿Qué puedo rescatar de Temores? ¿Y de Julia y Renata? Muchas cosas. No voy a hacer una crítica descarnada porque en este momento no estoy con muchas ganas de mala leche y porque intento ponerme en los zapatos de Temores. Entiendo lo difícil que es conseguir materiales (telas) decentes en México y que tu público te obligue a hacer algo que no te convence mucho. No es un secreto para nadie que los clientes de Temores viven en el intento de SoHo mexicano y quieren algo “locochón”. Y como diseñador, les tienes que cumplir.

Las fotos del desfile no son buenas en absoluto, ustedes disculpen. Dentro de lo “locochón” podemos encontrar una respuesta a los que demandan más color, más estampados extravagantes, más mal gusto. No estoy tan seguro de que a Temores le fascine ese discurso en el fondo de su corazón.

Las modelos usaron puros Converse y no chocaban con la colección. Aunque muchos lo criticaron, lo entiendo. Conseguir patrocinadores para una colección no es tan difícil pero, a diferencia de otros lugares, los diseñadores los necesitan con urgencia, porque aquí no hay ningún Bernard Arnault para apoyar los delirios creativos de nadie. Y también uno tiiene que someterse al patrocinador.

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Aún así, creo que Temores ya está cansándose de lo “locochón” y quiso empezar por algo más simple. Intentó olvidarse de lo ultracorto (cosa que a algunos ya nos hartó) y lo ultraapretado.. El siguiente paso era olvidarse de lo saturado en color y estampado, ¿cierto?

El color no estuvo tan mal. Quizá se inspiró mucho en las últimas colecciones de Prada y Dries Van Noten pero no adaptó la influencia como debía. Es como cuando uno tiene unas tijeras, cartulina y crayones pero no sabe qué hacer con ellos. Eso sí la música estaba particularmente aburrida.

La colección no es tan buena ni tan mala. Al final alguien dijo “¡Qué desfile tan monótono!”. No lo creo. Me agrada que haya hecho algo sencillo, aunque no le haya salido tan bien como planeaba.

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Julia y Renata son harina de otro costal. Ellas me caen bien, me parecen más inteligentes que algunos de los que están actualmente en las capitales de la moda. Quizá no han logrado que su marca se diversifique porque eso incluiría que diluyeran sus propuestas y no tendrían el mismo encanto. Pero podrían lanzar accesorios o algo así. En fin, divago.

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Debo decirles que divagué enormemente para esta entrada y todo es culpa del soundtrack que escogieron. Se les ocurre nada más y nada menos que lanzar a desfilar a sus modelos con Revolution 9, la canción más experimental de los Beatles. Una canción increíble pero que puede llegar a dar miedo y a ser tan perturbadora como ver El Resplandor con las luces apagadas. A estas alturas del partido me sigue perturbando.

Bueno, pues. No pongo el link, ustedes escuchen Revolution 9 mientras ven el video de Julia y Renata, con sus vestidos rojo encendido. Vestidos y pantalones de harén. Vestidos y zapatos que estaban ligeramente toscos.

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Tendré qué ser muy sincero: el hacer colecciones con un sólo elemento es algo muy complicado porque requiere una gran maestría y creatividad al por mayor para poder volverse un hit. Valentino lo hizo en 1968 con el color blanco y aún ahora se le recuerda. Algunos otros han usado solamente vestidos de gala o, digamos, blanco y negro, pero es muy arriesgado por razones obvias.

Creo que entiendo la idea: el poner solamente vestidos rojos y abrir el desfile con Revolution 9 para impactar a la audiencia con recursos extremadamente agresivos. Me queda claro. El problema es que la agresividad provoca rechazo en muchas almas sensibles. Y no, no estoy siendo irónico.

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La colección SÍ es repetitiva, SÍ es agresiva y NO tiene un estándar de calidad que esperaríamos todos de Julia y Renata. En este último punto les puedo hablar con la verdad puesto que estuve muy cerca de los vestidos y pude ver que la tela no eran tan buena como la de otros desfiles suyos.

Otra cosa que desmerece el esfuerzo que suelen hacer: apostaron por las formas onda Giambattista Valli. No resultó. Es mejor, por ejemplo, aventarse una colección con puros drapeados (los cuales son muy difíciles de ejecutar pero suelen verse maravillosamente) que con las formas a lo piñata.

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Para que se den una idea, les pongo el video mientras comento unas generalidades del evento:

 

-No es una buena idea pedir a los invitados que se formen una hora antes para recoger sus pases, porque el resultado es caótico. Si añaden que algunos individuos con ‘mucho estilo’ (y poca educación) se metieran a las filas y que el señor de seguridad se peleara a ladrido pelado… ¡perdón! a gritos con todo mundo. y diera pie a que algunos ‘estilosos’ vociferaran “PERO ¿QUÉ TE PASAAAAAA? ¿NO SABES QUIÉN SOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOY?”. Sí, qué desagradable.

-Es una buena idea y se les aplaude que empiecen puntualmente.

-Se agradece mucho que nos ofrecieran bebidas mientras estábamos en la fila.

-Se les agradece mucho –aunque debería ser requisito- que tengan UN BAÑO. En algunos otros lugares no hay tal o está a dos cuadras… sin comentarios.

-Se les agradece que el staff no se dejara apantallar por algunos individuos pretenciosos que aman desobedecer indicaciones. Lo malo es que algunas personas del staff eran más arrogantes que los asistentes.

-Se les agradece que nos proporcionen revistas interesantes como cortesía.

-Se les agradece que pusieran a los mejores integrantes del staff en la pasarela, porque eran amables-pero-estrictos.

-Es una pena que lo sigan viendo sólo como un evento social más. Saben de sobra que la moda es una industria y no una fiestecita cualquiera.

-Es una pena que Vogue no haya ofrecido revistas… o al menos yo no vi ninguna el día que fui.

-Es una pena que a algunos invitados no les interesara un carajo la moda. Algunos no se callaron en todos los desfiles.

-Es una pena que los organizadores no usaran el “factor famoso” para su provecho. Bastaba con sentar a alguien con una carrera sólida en primera fila y vestirla o vestirlo de sus creaciones Y YA!

-Gracias a ErichBen, BoticaPop, Bere y Juan porque sin ellos no la habría pasado tan bien.