No sé si a ustedes, bloggers, les ha pasado que tienen una entrada difícil de postear. No porque sea polémica o algo así, sino porque se juntan cosas para impedirlo.
Eso me pasó ayer y hoy con el post. La cosa se puso fea porque acá en casa creen que al bloggear me la paso jugando y blablablá… para qué les cuento. Mejor redactaré la entrada lo mejor que pueda y ustedes la leerán y comentarán. ¿Les parece?
No sé por dónde empezar. Bueno, sí. Es una entrada difícil de redactar en sí porque vengo llegando de una situación diferente a la que plantearé: me fui unos días a la selva, una práctica de fotografía. El café de Veracruz, un lujo para muchos, era cosa corriente ahí.
El lujo en la región era tener un equipo de aire acondicionado, una alberca, helados. Y para mí, que iba junto con cincuentaytantas personas y cargando sendas barras de semillas, el lujo radicaba en un huevo con jamón (aún no he cumplido ese antojo, jeje), estirar las piernas o quince minutos de soledad -así que valórenla-. Y los que llevan un tiempo leyéndome saben que, ahora que acabé la escuela y prácticamente no recibo dinero, una experiencia tan enriquecedora como esa, un curso de fotografía, tener las mañanas y tardes libres, sean un lujo para mí.
Bien. Antes de irme estuve leyendo un libro que se dedicaba íntegramente al estudio del lujo y me quedé pensando. Entonces haremos unas breves reflexiones sobre el lujo. En el libro mencionaban que el lujo no sólo radica en la acumulación de bienes sino en las actitudes, mensajes y muchas otras conductas que han cambiado a lo largo de los siglos (el libro, por cierto, se llama El Lujo Eterno, de Gilles Lipovetsky y Elyette Roux).
Por su parte, Coco Chanel decía que el lujo es la ausencia de vulgaridad. Yo digo que son caprichos que uno se puede dar. Sin ellos, nuestra vida puede seguir siendo ordinaria. Con ellos, nuestra vida se enriquece de experiencias, texturas y sabores.
El lujo es subjetivo. Depende del dinero y también de la visión que uno tiene del mundo. Les digo, en la selva era un lujo acceder a un equipo de aire acondicionado, pero para alguien estresado y harto de la gente en la ciudad es un privilegio tener una casa espaciosa en un espacio tranquilo, como lo eran los pueblos de la región.
El lujo está en todos lados y se transforma como la materia. Por eso, el boberías como fumar habanos y beber Hennessy es un cliché para mucha gente que ambiciona… digamos, una tele de plasma.
El lujo básicamente viene de pensar ¿Qué me es difícil conseguir en mi entorno? Y ¿Qué me llenaría de placer en este momento? Combinen las dos y tendrán una larga lista de lujos.
Por ejemplo, las fiestas no son un lujo para alguien “bien posicionado en sociedad” (horrible término, ¿no?) porque es parte de su cotidianeidad y pierden el factor sorpresa. Pero tener un fin de semana tranquilo es, definitivamente un privilegio.
Ya saben que, como raza humana, nunca podemos tener suficiente. Y el lujo forma parte de este ciclo. Pero piensen, si el lujo y esas “frivolidades” no existieran, ¿dónde estaríamos ahora? Porque hasta los pueblos más primitivos tienen artículos de lujo. Obviamente no son zapatos Prada, pero son cosas raras y con un valor simbólico que no comprendemos del todo. De ahí su subjetividad.
En el libro mencionan el concepto “semilujo”, es decir, en una situación en la que el consumidor puede comprarse algunos artículos de las marcas del lujo y pueda seguir viviendo.
Muchos bloggers vivimos en el semilujo. Es decir, soñamos con cosas como un 2.55 y sacrificamos cosas para comprar un barniz Dior. Contados son los que se van de compras a París.
(Este barniz quizá se convierta en mi regalo para el Día de las Madres. Depende cómo se porte la señora en cuestión)
¿Y saben qué? Está bien que vivamos en el semilujo. Dichos artículos son un aliciente y el consentirnos con ellos es una motivación para vivir. Y el anhelarlos también lo es.
Hace unos cinco o seis años, cuando me estaba iniciando en estos temas, ambicionaba cosas como perfumes Dior y zapatos Ferragamo. El trasfondo de ellos (fabricación artesanal, esencias utilizadas, materiales, colores y apariencia) me venían importando un cacahuate. Yo quería cualquier cosa cara y vistosa. Ya saben, deseaba ser ostentoso. Y sí, el universo Inditex entraba dentro de mi lista de ostentación.
Ya después puse las cosas en perspectiva y me ubiqué en el lugar que estaba. Seleccioné algunos lujos (como el comer fuera) para consumo frecuente y otros tantos como metas a corto y largo plazo. Muchos de ellos se volvieron cotidianos y otros se volvieron planes.
Sinceramente, no fue hasta que entendí la finalidad de un arte como la Alta Costura que comencé a entender el papel del lujo en nuestras vidas. Como paréntesis, el que te hagan una prenda a la medida para usarla en un estreno puede ser lujoso, pero tener un closet lleno de esas prendas a la medida lo supera.
Por cierto, algunos otros bloggers son como era yo hace algunos años: viven una vida ordinaria pero no tienen bien calibrados sus estándares y para ellos, una mujer que no usa Chanel, Dior y Louis Vuitton es una gata. No es necesario señalarlos con el dedo y más bien, no merecen la importancia.
Me pregunto yo ¿le dirían “gata” a una mujer vestida de Akris? Digo, no es algo que sea muy conocido pero justamente ahí radica parte del lujo: su exclusividad. Además de una calidad excepcional.
Para evitar caer en el error, deberían conocer los componentes de una prenda. Y generalizar sus visiones del lujo. La marca viene al final, chicos, y es valiosa porque cada firma suele tener un proceso determinado de confección y las ideas de cada diseñador quedan interpretadas por las costureras. Chequen para más información la entrada que hizo Sebastián para mi aniversario. O si no, no les haría nada mal ir a una boutique de verdadero lujo y tocar los materiales, o a un taller de costureras cuando borden un vestido de novia, por ejemplo. Quizá así su prejuicio y su rudeza se esfumarían.
Digamos que el acercarnos al lujo y entender su función nos ayuda a ambicionarlo, pero también a valorarlo cuando lo tenemos. Me siguen gustando los zapatos Ferragamo, pero quiero un par porque son bonitos, de pieles muy bien tratadas y están fabricados a mano. Son básicamente artesanías.
El lujo es algo tan importante en nuestras vidas que tiene un sector especializado (una industria que sacó a países como Francia de la ruina en los 20 y los 50) y la gente come de fabricar artículos artesanalmente. Y personas como nosotros pasamos el tiempo escribiendo sobre una industria, algo que nos gusta, ambicionamos y llegaremos a tener.
Ya voy a acabar esto, porque les dije que iba a ser breve y me pasé un poquito, como siempre. ¿Vieron An Education? A mí me gustaría ser como David, el protagonista de la película: más que dar la apariencia de riqueza y despreocupación, encaminar mis sentidos al disfrute de imágenes, conceptos y sensaciones. Ser un bon vivant. Si uno entiende el lujo de esa forma, no puede ser una persona vacía.
8 comentarios:
Tienes mucha razón, gente que camina con una bolsa Louis Vuitton y cree poseer un lujo.
Esto me recordo un poco al debate generado con H&M y colaboraciones, ya que su exclusividad los vuelve objeto de lujo en cierta forma aunque sea una prenda "barata".
Yo pienso que actualmente tenemos una idea de lujo bastante equivocada. El lujo está de moda y en todos los sitios nos hablan de lujo. Hablas con cualquier persona y a los dos segundos te empieza a escupir acerca de si se ha comprado un coche de lujo o un móvil de lujo.
A la nueva clase media del VOGUE, los muebles de IKEA, los créditos al banco o el piso en una urbanización se la pone dura el creerse William Randolph Hearst...y como que no!
El lujo es inaccesible y es decadencia. No he bebido el suficiente Petrus en mi vida para saber lo que es lujo, pero se perfectamente lo que no lo es:
- Beber Möet&Chandon a 50 euros la botella no es un lujo, y quien lo piense se lleva desde ya el premio a cajera del año.
- Irte de crucero por el Caribe no es un lujo. Crucero y lujo en una misma frase es como Ricky Martin y Música.
Y podríamos seguir, pero el lujo es algo más que llevar colgado del brazo un PRADA...ya si me hablar del Kelly de Hermes en piel de cocodrilo (24.000 euros) la cosa como que cambia....
Wow que polemica causa hablar de lujo, podria pensar que el lujo es la satisfacción que te da conseguir algo, disfrutarlo..ya sea en prendas, en exitos personales o lo que sea pero que te sientas bien con ello. Sin necesidad de presumirlo.
Por cierto que buena elección de color para tu mamá... yo creo se portará bien y no te quedara más que regalarselo!
Para más opciones de regalo..pueden visitarnos! ;)
Besos,
Privalia
bit.ly/PrivaliaMexico
pues si los lujos se los impone uno mismo y la sociendad en la que vivimos y si cambian con el tiempo y las situaciones, un ejemplo que quiero poner es el de la tele de plasma por que la mensionaste, en mexico si es un lujo que no todos se pueden dar, pero aqui son de lo mas normal y ni siquiera de plasma de lcd, el lujo ahora son las de 3d
y asi podriamos seguir pero, si se me hace tonto criticar o catalogar a las personas de gatas si no traen un lv hay cosas mas importantes y si te das cuenta los que critican son los que no se pueden comprar el lv por que las personas que conosco con acceso a "lujos asi" no critican por cosas como esas pero bueno me gusto mucho tu post y buscare el libro!
un besote!!
Pues yo no soy de lujos, por que creo que no puedo costeármelos, pero cuando en verdad pueda, me los daré con gusto y con periodicidad, mientras no sea así, mis "lujos" actuales son simples cosas cotidianas y una que otra cosa esporádica sin ser lujo :P
Saludos! (n_n)
Tal parece que Tom Sawyer descubrió un razonamiento humano que aplica al lujo: haz algo difícil de conseguir y, automáticamente, todos lo querrán
Yo pondría una línea divisoria: para mi "lujo" es todo aquello que no necesitas/necesitamos. De manera que 15 minutos de soledad no son un lujo, asi como comer caliente tampoco lo es. Tomar esto como un estándar impide que se le llamen "privilegios" a cosas que no lo son, tales como un sueldo decente o una jornada de 8 horas y disfrute de pago de horas extras (¿CFE, alguien?).
La magia de las palabras y sus matices es que podemos distinguir entre muchas cosas parecidas pero distintas: lujo, privilegio y frivolidad, por ejemplo.
Y bueno, pues no sé a quién no le gustan los lujos. Los míos son pequeños, muy pequeños. Y todavía estoy en el pleito por conseguir lo que necesito, que por ende, no es un lujo.
Te dejo muchos besos.
Me gusta pensar que vivo en mi tipo de lujo al menos por este año. No tengo aún que regresar a trabajar y vivo en la ciudad de mis sueños, tal vez no puedo ni siquiera comprarme una LV pirata porque el dinero no me alcanza para mas alla de la comida, transporte y techo, pero estoy feliz, y eso para mi es un lujo.
Un beso.
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