Marky Marc, Money Marc o Marc a secas

No me uno al club de fans de Marc Jacobs. No lo odio ni lo amo, aunque admiro su trabajo en Vuitton y en su marca epónima. No es de mi agrado su transformación en un porn star lleno de tatuajes, que usa tangas y es más nena que, digamos.... Kirsten Dunst. Me caía bien cuando era un nerd que podía ser mi vecino.

Me da un poco de pena saber de sus adicciones, sobre todo porque creo que tiene talento y. francamente, las drogas no son un buen catalizador de sus habilidades. Tal vez haga mal al decir esto pero me agradaba antes de su crisis cocainómana. Creo que era más él mismo y menos pose.



Sé que creativamente ha gustado su periodo post cocaína; pero no va a dudar mucho. Y me da pena porque ahora es una figura pública muy renombrada a costa de él mismo -y su dignidad-. No soportará el momento en que le dejen de hacer caso y se vuelva un chiste humano... no es que aún no lo sea. [Cuanto más alto volamos, Marky, nos duele más la caída].

Hace unos días se puso nostálgico -algo que es muy apreciado últimamente-. Volvió su cabeza hacia los 80. Ahora resulta que todos -Marc Jacobs incluido- aman los 80. Carajo, mejor dejo de resistirme. Bueno, hablemos de él y no de mí.



La colección gustó mucho y se le consideró 'un beso de despedida al Nueva York de los 80'. Beso de despedida mis polainas, simplemente aplicó el reciclaje. Salvo que seas una marca que lleve menos de 10 temporadas, el reciclaje puede llegar a ser una opción viable cuando no haya tiempo o cabeza para diseñar. Chanel -y, por consiguiente, Karl- lo hace, Dior también, ¿por qué Marc no?

Este reciclaje no está tan mal. Y lo ayuda a ponerse a la par de su colección de Primavera. Yo sé que dicha colección no tiene muchos fans por aquí, pero yo la adoré.



Aplaudo que a Marc se le haya ocurrido poner un peinado diferente a cada modelo, puesto que es inusual y evita que la audiencia se aburra, además de impulsar la creaticvidad de los peluqueros. Los peinados fueron fieles a la época, aunque se echó de menos al peinado a lo Proenza Schouler.

Me agradaron los colorines que Marc presentó: amarillo, morado, un rosa mexicano muy neón, azul... Otra cosa digna de admiración son los lestes de sol. Tienen un estilo 'mamá de yuppie' que me parece genial, seguro llegarán al Saks Fifth Avenue de acá. Los zapatos... me recordaron a los que de repente usa Björk, todo muy bonito.



Y aún así, se le ocurrió que llamaría la atención diseñando cosas muy, muy feas. Por más que los ochenta estén de vuelta y Otoño 2009 sea el punto álgido de la nostalgia por una década tan estridente, no me convencen. Algunas prendas son simplemente demasiado feas (seleccioné las que más me gustaron, pero en el video pueden ver que es cierto). Incluso me atrevo a decir que Marc no se despide de NY sino del amor a su trabajo. Claro que escribo todo esto días antes que salga la colección de Louis Vuitton (sí, chicos, programé esta entrada) y no puedo opinar por lo que no he visto, pero lo que hizo Marc Jacobs no está del todo bien.



Me da pena por él, es un buen chico -aunque ronde los cuarenta y pico- y sé que en algún momento era el astro que sustituiría a Karl, Valentino e YSL. Me siento mal por estar seguro de que el ocaso de Marc Jacobs ha comenzado ya. Y es que en ocasiones la caída comienza cuando aún estamos en la cima. Quiero equivocarme y quiero creer que para 2014 la suerte aún esté de su lado.

Pero ¿qué demonios importa esto ahora? Marc Jacobs debe vivir su momento y disfrutar esta oleada de popularidad (muy merecida). Qué importa si se autoplagia o si decide hacer un calendario porno, Marc es Marc y todos lo adoran.