Hoy no voy a ir.

Amables amigos y lectores, estoy de vuelta después de dejar de escribir durante una semana por innumerables problemas con mi computadora (es extremadamente lenta), la tarea de final de semestre y unos posts a medias que no sé cómo continuar.

He tratado de comentar en algunos blogs pero estar hasta el copete en las tareas no me ayuda mucho. Lo que he visto es la maravillosa cobertura del Festival de Cannes, uno de mis eventos favoritos de toda la vida. A diferencia de los Oscars y demás alfombras rojas, Cannes presenta el verdadero glamour, la verdadera perfección... y un ridículo épico. Cannes es lo más frívolo y a la vez lo más serio del mundo. Ya saben: escogen a un jurado exigente y usualmente no aclaman porquerías. Claro, a veces el público (y el jurado) se equivoca: como en 2006 con María Antonieta.

Otra noticia que nos ha fascinado es la presentación de la colección Resort 2009-2010 de Chanel. Me encantó, pero en alguna otra entrada abundaré en esto. Escribo estas líneas para contarles uno de los verdaderos motivos por los que no pude preparar un post. Y es que logré un objetivo que muchos bloggers de moda (sin relación directa con alguien de la industria) tienen.



Fui a dos desfiles de Mercedes Benz Fashion, la semana oficial (por el momento) de la moda en México.


Ya conocen mi opinión sobre algunas personas en "la escena". No tengo un buen concepto de ellos pero eso no significa que todos sean así. Y por fortuna, en Mercedes se presentaron algunas personas que valen la pena.

Una de ellas fue Paola Hernández. Una lectora ya me había hablado de ella pero no tenía el gusto. Y no llegué a su desfile por tomar un transporte equivocado -sí, me enfurecí por mi error-. Ahora que estoy viendo fotos y comentarios del desfile me doy cuenta que Paola tiene todo lo que se necesita para establecer su marca: originalidad (aunque los colores son un poco new rave), destreza, un hilo conductor de su colección y sobre todo, un buen sentido de la comercialidad, ya que sus creaciones tienen los pies en la tierra sin dejar de ser prendas interesantes.

Ella estudió en la Central Saint Martins, el colegio de moda de donde han salido personalidades como Alexander McQueen y Stella McCartney (obvio, Galliano también estudió ahí). Sólo haré un par de observaciones sobre la escuela de Paola Hernández: los egresados suelen tener mucho éxito... y Central Saint Martins sólo admite a personas con talento. Lástima que no pude llegar al desfile (pero les dejo un link para que vean algo).


El siguiente desfile (en realidad el primero al que fui) fue el de Macario Jiménez. él no es santo de mi devoción pero ya está bien establecido dentro de la industria. Actrices, socialités y Primeras Damas recurren a él y su gusto no es cuestionable como el de crappy-diseñadores como Mitzy y Héctor Terrones.

No me emociona en demasía hablar sobre desfile pero sería injusto hablar mal de él. Fue una buena propuesta, con piezas originales y algunas con una ligera inspiración en la colección de primavera de Carolina Herrera. Tengan por seguro que varias piezas de esa colección van a ser encargadas por sus clientas habituales.

Aunque... algo que no me gustó fue la forma de los escotes en la espalda. Como carezco de fotos es difícil describirlos pero lo intentaré: eran en V, muy bajos y con tirantes en diagonal corriendo de izquierda a derecha. Este escote puede ser muy poco halagador en el cuerpo de una mujer promedio. Pero fuera de eso creo que estuvo bien.

El siguiente desfile no tuvo perdón de Dios. Una mujer que responde al nombre de Alana Savoir presentó de colección de Haute Couture Design (sí, trendt, ríete lo que quieras), teniendo de frontrowers a presentadoras de programas de chismes, socialités de gusto cuestionable y varias rubias platino.

¿Qué puedo decir de la colección? Seré breve porque en realidad no vale la pena extenderme: vi la misma blusa 6 o 7 veces, vi cosas de Missoni y Balenciaga, vi vestidos de noche por los que no daría ni 100 pesos si fuera clienta (aunque admito que las bordadoras de su taller son extraordinarias) y finalmente presencié una ovación que no merecía. Punto.

Tenía muchas ganas de ver los vestido de Ibarra+Bertholdo, los cuales desempeñan aquí el rol que Elie Saab tiene en Hollywood. Lo malo de ellos es que están atorados en presentar siempre lo mismo (igual que Elie Saab), pero tienen aciertos de repente. Y por lo que husmeé en alguna página de Internet, tuvieron buenas ideas y mucho cliché mezclados en sus diseños.

Ayer planeaba ir a ver el desfile de Morgana, una marca creada por Mauro Babún. Alguna vez lo entrevisté y es buena persona, tiene buenas ideas y en general podría tener éxito si los trámites gubernamentrales apoyaran las pequeñas empresas. Lo vi el martes y estabam uy emocionado por ir a ver el desfile... cuando cayó una tormenta épica que me dejó empapado (además, perdí un billete y tuve que regresar a casa). Ayer no fue mi día.

Por cierto, tengo aún mis boletos del evento pero soy una papa con las tecnologías y no sé usar el scanner. ¿Y mi cámara? sigue medio muerta por prestarla a malas personas. Espero me disculpen. Y por cierto, las personas del staff de Mercedes Benz hicieron perdedizos nuestros gafetes de prensa argumentando que nos había avisado que no alcanzamos registro, así que nos compensaron con boletos. ¿Pueden creerlo?

Conocí a algunas personas interesantes y vi mucho fashionerío por ahí. Afuera de la carpa de Mercedes Benz me encontré a Eduardo, de Les Deux Magots. Tuvimos una breve charla y me agradó aún más. Lo vi después en el desfile de Macario y no entró al siguiente (qué bueno, el pobre habría salido en camilla al ver lo mala que era la ropa). Ya les contará, si lo desea, qué le pareció Mercedes.

Hoy no voy a ir. El calendario no me emociona, no tengo dinero y no me siento muy bien por haberme expuesto a la lluvia. Espero sentirme mejor para ir mañana y contarles las buenas (o malas)nuevas de Mercedes.



Pásenla bien.