De una socialité hacia otras socialités. Así podría definirse el estilo de la venezolana Carolina Herrera, quien presentó ayer su colección de primavera en Nueva York. Ella, definitivamente sabe lo que hace y para quién lo hace.
Muchas musas de diseñadores son etéreas sílfides, pero para Carolina Herrera esta mujer es de carne y hueso: es ella misma. Esto no significa precisamente que diseña todo para ella, pero sí que se sabe parte de un sector social y diseña para sus semejantes.
La mujer de sociedad que viste Carolina Herrera es una persona que bien podría invertir todo su dinero en el último look Haute Couture pero prefiere no hacerlo. Es aquella mujer que no lava los trastes, no barre y manda al chofer a recoger la ropa de la tintorería porque simplemente le puede pagar. Es, sintetizando un poco esta idea, una mujer de abolengo que probablemente no haya tenido dinero desde siempre (aunque hoy sí) pero posee clase y distinción de nacimiento. Sí, es probable que para muchos estas damas vivan una vida algo aburrida, pero ellas prefieren vivirla con un tipo de ropa que realce su distinción.
Carolina Herrera, después de casi treinta años en el negocio, tiene a su mercado bien identificado: una mujer que, como ella, no es precisamente joven pero ha alcanzado algo de gracia con los años y que no se complica demasiado la vida, pero desea verse bien tanto al veranear en Cape Cod o para una fiesta benéfica. Un tipo de mujer ciertamente conservadora, pero no lo suficiente como para verse anticuada o a temer enseñar un poco de piel.
La mujer Carolina Herrera tiene miedo al cambio. No es un miedo profundo, pero es difícil que lo acepte de golpe. Por esto, su diseñadora lo va integrando de a poco en un estilo ya conocido para sus clientas. Esta temporada, decidió acentuar un poco más su colección con el color. Rojo y amarillo fueron sus cartas a jugar y lograron que la colección se refrescara un poco más. Y, para que no faltara nada, jugó un poco con la posición de los holanes para añadir movimiento a sus prendas. Y ya.
Es difícil ser creativo cuando el público para el que llevas años diseñando te exige una fórmula acorde con su estilo de vida. Carolina Herrera en definitiva no es creativa esta primavera, pero celebra a la mujer que pertenece a su mundo y esta, en retribución, vaciará sus tiendas, reportando jugosas ganancias.
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