miércoles, 22 de septiembre de 2010

IDM, día 2

El segundo día de IDM fue más relajado para mi, ya que sólo asistí a dos desfiles. Argelia y Paola estuvieron en los otros. Me hubiera gustado quedarme pero no me sentía bien, pesqué una gripe que aún no se me quita y… bueno, ya saben cómo empiezan estas gripes.

Este post va a relacionarse más con sólo un desfile. Como les dije, asistí a dos (Faded Glory y être por José Luis González) pero el primero, Faded Glory, no tenía nada nuevo para mi. Esta es una compañía de jeans estadounidense que va a vender en Wal Mart. Yo no tengo nada contra la gente que se viste de Wal Mart pero por desgracia algunos de los asistentes a IDM sí. Es difícil discutir este asunto en poco espacio y en sí es un tema que no nos gusta leer pero la discriminación está en nuestra piel y se presenta de distintas maneras. En este caso, algunos miembros de la audiencia se sienten invadidos por arribistas o algo, y se los digo porque en être uno de los espectadores (intuyo que era conocido en “la escena”, a diferencia de mi) me lanzó una mirada llena de desprecio, quizá porque iba demasiado casual. Y esto en ningún caso es agradable.

Es triste que esto suceda, porque muchos de sus criterios para discriminar son muy vagos y en ocasiones algo tontos. Yo también he incurrido en eso pero trato de ponerle freno en la medida de lo posible cuando me doy cuenta que lo hago. Una actitud de ese tipo puede ser de Primer Mundo, pero, si hacemos un reality check, no hay mucho lugar para ello. Vivimos en una ciudad que tiene decenas de realidades revueltas entre sí y no podemos fingir que una parte de nuestra ciudad es el SoHo neoyorquino o Greenwich Village cuando cruzando la calle vamos a encontrar una realidad diferente. Repito: es un tema aparte y necesita desarrollarse de forma adecuada. Podemos discutirlo en los comentarios.

Ese podría ser alguno de los problemas de la moda mexicana: ir a un mercado demasiado exclusivo, el cual suele estar fascinado por el lujo extranjero. Existen sectores sociales enormes que consumen creaciones mexicanas (sin marcas conocidas, obviamente) a precios bajos. Se pueden dirigir a ese sector sin perder un ápice de estilo, tal y como lo han hecho Christian Lacroix para La Redoute (una cadena francesa de ventas por correo) o un sinfín de diseñadores para Payless y Target. Creo que esa es una estrategia de negocios que depende de cada quién.

En el caso de Faded Glory, creo que escogieron al público incorrecto. No vi mucha emoción al admirar las prendas porque estaban hablando por teléfono o entre ellos. A mí sólo me llamó la atención un vestido. No porque las prendas tengan mala calidad sino porque les faltaba un poco de actualización en el diseño. Diseñar básicos es maravilloso, pero también ellos necesitan cambiar, sobre todo en los detalles. Algunas de las prendas de la compañía se veían para algunos años atrás (sobre todo la ropa de hombre). En fin, lo positivo de esto es que hay un gran número de gente que busca prendas básicas y relajadas para su vida diaria.

De hecho, debo decir que lo que más me gustó fue un vestido camisero de color rojo, el cual es una pieza perfecta para cualquier talla y edad. Es más, iba a recomendar le a una amiga que lo comprara. Y es que un vestido camisero tiene una forma perfecta para casi todo tipo de cuerpo y casi cualquier edad. Piensen en las versiones para niñas pequeñas de Ralph Lauren, los ultracortos y con estampados novedosos para adolescentes y las versiones en colores y largos más sobrios para mujeres maduras. Es una prenda democrática y en Faded Glory hicieron bien en apostar por ella.

El siguiente desfile es être. Debo decirles que me invitaron a que hiciera bloggeo en vivo pero no se pudo. Por un lado está bien, porque me ayuda a pensar más la colección. Y sobre todo, a ser honesto, algo que me pidieron al invitarme al desfile. Agradezco mucho a Jennifer Aranda por haberme invitado y, como le prometí, va mi opinión.

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Ya había visto el trabajo de José Luis González la temporada pasada y voy a retomar mis observaciones al respecto para compararlas con las de esta colección. Pero primero lo primero: la colección se inspiró en las medusas y tenía una alta carga de colores y formas que las evocaban.

González combinó la idea de las medusas con la de mujeres seductoras y peligrosas. Ya saben que en la naturaleza los colores brillantes indican un alto grado de toxicidad. Por tanto tenemos una idea que las prendas están hechas para la seducción y la aventura.

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En esta temporada être presentó ropa para hombre y creo que fue el punto más fuerte de su colección. La confección era buena y la propuesta absolutamente comercial, por lo que puede ser una fuente de ingreso para la marca. A pesar de que las prendas de hombre eran más discretas, se acoplaron bien a la colección y eso es un mérito de peinadores y maquillistas, quienes hicieron un excelente trabajo. Desconozco si José Luis haya presentado ropa para hombre antes pero me queda claro que tiene mucho futuro en esa área y que sus propuestas pueden tener éxito.

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La temporada pasada dije que al desfile de être le hizo falta un hilo conductor porque abarcaba demasiados tipos de cliente en una sola colección. Esta vez no tuvo ese problema: las prendas iban dirigidas a un tipo de sector y compartían ideas en común. Creo que la transición en las siluetas fue muy fluida y eso ayuda a ver una colección de forma global y no como prendas separadas.

Respecto a la idea de la colección, creo que fue muy interesante y más desarrollada. Siempre es un poco frustrante que alguien confunda las palabras “inspiración” “homenaje” y “plagio”. Por fortuna eso no pasa con José Luis González porque desarrolla sus ideas y toma un punto de partida pero añadiendo sus propios experimentos. Y eso, chicos, es de agradecerse.

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Ahora bien, tengo muchos comentarios sobre los materiales y eso, lamentablemente, también lo comenté la temporada pasada. González usó telas como el poliéster para los estampados y escogió la tela correcta, porque el acabado que buscaba se puede tener sin tantas complicaciones en el poliéster.

Por desgracia, creo que los materiales limitan un poco la idea de José Luis. Hago hincapié en la calidad de las telas porque es terrible tener una prenda bonita con un mal material y verla desgarrarse o echarse a perder después de usarla unas cuantas veces. No estoy diciendo que eso pase con las prendas de être, pero creo que podría buscar un material más adecuado para desarrollar sus ideas. José Luis usó telas brillosas que daban mucha coherencia a su colección pero la calidad pudo haber sido mejor.

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Respecto al uso del color, me pareció muy bueno. Aplaudo que no tenga miedo del color y los estampados. Aplaudo también, su acertada combinación de los accesorios, los cuales complementaban las prendas sin competir directamente con ellas. Lo que me parece importante recalcar es la necesidad de mejorar la silueta y la estructura de sus prendas.

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Como les dije en el post anterior, es motivador que los diseñadores se atrevan a romper los límites en color, materiales y estructuras. Pero sólo si dominan los cortes simples se sentirán más seguros y pueden romper más barreras y hacerse de una reputación. Es muy bueno que experimenten, es genial que se dejen llevar por la curiosidad pero no hay que olvidar el aspecto técnico y creo que podría mejorar.

Lo digo porque una de las prendas de être fue un jumpsuit sin tirantes que se deslizaba entre las curvas de una modelo. Aguas con eso. En ocasiones, la elección de materiales también ayuda a que la estructura de una prenda no se colapse, por lo que seguiré con la cantaleta de las telas de calidad. Para resumir: la idea es buena pero necesita cuidado en la ejecución técnica.

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Por cierto, no puedo dejar de comentar que en être conocí a Gaby de Moda Capital y me pareció una blogger de lo más agradable. Y también me sucedió un incidente chistoso (para mi): me encontré a un compañero que trabaja en un periódico y, que yo sepa, no es fan de todo este negocio de la moda.

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Como paréntesis:  muchos de mis compañeros de escuela no saben que tengo un blog y no me presento en el mundo como el blogger que México esperaba, porque no aplica ese criterio en mi caso. En fin. Resulta que se me hizo chistoso verlo ahí y su reacción al decirle que estaba cubriendo el evento para mi blog. A veces es raro explicarlo, pero divertido al mismo tiempo .

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No me pude quedar a los siguientes tres desfiles porque no me sentía muy bien y tenía que entregar unas cosas del otro lado de la ciudad. Pero Argelia y Paola sí se quedaron y fotografiaron los desfiles de Kris Goyri, Maka by Santo y Cocolat. No podré criticar adecuadamente estas tres colecciones pero voy a hacer el intento.

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Creo que el desfile que más me gustó fue Kris Goyri. Me pareció una propuesta muy coherente y totalmente enfocada en un clima cálido. Al igual que être, Goyri no le tiene miedo al color y eso debería ser una característica de las colecciones de primavera.

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Me parece que la coherencia de Goyri en su desfile fue muy acertada. Todas sus piezas remiten a una situación en común. Según tengo entendido, Goyri siempre dice que sus colecciones de primavera son Resort.

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A juzgar por las imágenes, esta colección puede ser calificada como tal. Por cierto, estoy partiendo de cero con él porque nunca he estado en un desfile suyo y he visto muy poco de su trabajo.

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Creo que Goyri trae la misma vibra que Esteban Cortázar, diseñador latinoamericano mejor conocido por estar en Ungaro (y ser despedido por negarse a trabajar con Lindsay). No estoy diciendo que lo imite, pero sí que tienen gustos parecidos por los colores y cortes, algo que se comparte si a los dos les gusta la ropa de playa. Creo también que Goyri tiene talento para diseñar trajes de baño y debería presentar más de ellos en sus colecciones.

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Puedo darme cuenta que a Goyri le encanta el volumen y las telas vaporosas y los vuelve un hilo conductor de su colección. Qué bien. Algunos de sus diseños son un poco recargados en eso del volumen y no quedarían bien con ciertos tipos de cuerpo pero en otros las telas son tan suaves que pueden transformar la silueta a cada paso.

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Me parece una buena colección, balanceada con los gustos de Kris Goyri y la funcionalidad (por la suavidad de las telas, se nota que son perfectas para la playa).

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La siguiente fue Maka by Santo. Si bien no vi la colección entera, creo que es una de las más “usables”. Santo lleva ya años desfilando y durante un tiempo algunas revistas mexicanas promovieron su ropa. No sé por qué de buenas a primeras fue disminuyendo su aparición en las revistas hasta que se volvió esporádica.

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Si soy sincero, la ropa no me entusiasmó mucho. Me gustaron dos cosas del desfile: la inspiración étnica en los detalles y la ropa para niño, así que vamos a discutir esos dos factores.

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Miren, la ropa que confeccionan los artesanos en México es hermosa, sí, pero tiene un mercado específico (el cual se compone de turistas y personas interesadas en el folclore o coleccionistas de arte popular) y fuera de él no hay mucho interés en él. Recuerdo que en más de una ocasión me han dicho que prendas con acabados artesanales alcanzan precios muy altos en otros países y aquí eso no pasa. Y ni se diga de sus versiones de lujo

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Afortunadamente éste mercado que mencionamos mantiene a los artesanos fuera de la bancarrota y si bien la apreciación por la ropa étnica no ha crecido, se mantiene con la suficiente estabilidad como para exportar y vender sin perder tanto dinero.

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Muchas personas desprecian ese tipo de ropa y es gracioso que extranjeros como Matthew Williamson se retuerzan de la emoción con los bordados mexicanos mientras que aquí podemos conseguir una blusa fantástica a 150 pesos y nos da igual porque amamos American Apparel. Ojo: no estoy diciendo que el comprar artesanías y ropa en American Apparel sean incompatibles pero creo que entienden mi punto; somos medio snobs, la verdad.

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Me agradó que las prendas de Maka tuvieran un toque étnico, casi un susurro pero algo que determine la riqueza de nuestro país en cuanto a la confección sin perder la modernidad o volverse una mera curiosidad. Todos sabemos que las prendas de confección artesanal duran años, no se despintan y la manta (para los lectores que no la conocen: es un tipo de algodón grueso) es muy fresca.

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Si la idea de esta línea es vender ese tipo de ropa, tienen mi total aprobación. Les recomendaría que buscaran clientes externos que valoren el esmero en esos detalles.

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Segundo: la ropa para niños es una gran idea porque el mercado no es muy explotado por los diseñadores. Sí, hay marcas de lujo para niños pero no en México. Y la ropa que presentaron se ve muy bonita y les da libertad de movimiento.

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Todos tuvimos 8 años alguna vez y en teoría debemos acordarnos de lo divertido que es tener ropa bonita que nos dejara jugar. A mí me traían con camisetas polo, suéteres de cuello redondo o chamarras y pantalones. Y podía jugar con eso sin tanto problema. No hay nada peor que ponerle a un niño ropa incómoda pero “elegante”. Los otros niños les hacen burla por ello y todo termina mal.

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Pero creo que los niños amarían muchas de las prendas. Por cierto, no creo que las minifaldas sean una buena idea y la razón es muy sencilla: con cualquier movimiento se levantarían… e imagínense la pena para la pobre niña.

La última marca de la que hablaremos es Cocolat.

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Cocolat es una marca de trajes de baño y creo que la propuesta que presentan es divertida y tiene asegurado un buen éxito comercial. Sucede mucho en los desfiles de trajes de baño que presenten modelos imposibles o que requieran de un cuerpo a lo Pamela Anderson para poder lucirlo y al parecer las prendas de Cocolat se llevan bien con algunos tipos de cuerpo.

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No puedo hablar mucho sobre la calidad porque no estuve ahí pero a juzgar por las fotos se ven bien. Es bueno que presenten trajes de baño puesto que pueden llegar a una audiencia más grande que los vestidos de gala.

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Observación del día: Si bien es cierto que la situación cambia un poco cuando uno va como prensa, lo cierto es que el caos en las entradas fue inversamente proporcional al número de interesados en el desfile, o compradores de verdad. Menciono esto porque me tocó ver a algunas personas hablando por móvil en pleno desfile, contándose chistes o sentía los flashazos de quienes se fotografiaban en el evento. Si bien es cierto que ha disminuido la asistencia de estas personas (y se agradece al staff de IDM que fueran menos tolerantes a las faltas de respeto), también lo es que no aportan mucho a la difusión de la marca. Menos manos aplaudiendo no significan fracasos y malas críticas.

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miércoles, 15 de septiembre de 2010

IDM, día 1

La semana pasada fui a cubrir International Designers México como prensa por primera vez. Anteriormente había conseguido invitaciones individuales y asistir a los desfiles de ese modo es un poco pesado pero te da una visión muy diferente de ellos y creo que me apoyaré en mis experiencias y posts anteriores para redactar este.

Vamos a hacer una reseña crítica de los desfiles con base en unas cuantas reglas, ¿les parece?

Número 1: Voy a hacer la menor referencia posible a las firmas y pasarelas internacionales. Estamos en México y, queramos o no, la moda mexicana funciona de otro modo, tanto en gustos del cliente como en producción y demás.

Número 2: Voy a insistir mucho en algunos aspectos técnicos (no soy experto pero algo he aprendido en el camino), la salida comercial y el hilo conductor de las colecciones. Creo que en este último punto no hubo tanto problema en esta edición.

Número 3: Por petición popular (de diseñadores, en otros blogs) voy a rescatar lo bueno en la medida de lo posible. Decía Botica Pop en una entrada anterior al respecto  que tirar mala leche sin gracia es algo muy barato y estoy de acuerdo. Pero también es muy barata la adulación y aplaudir como focas algo que no te guste del todo. Por cuestiones de ética no lo voy a hacer.

Ojo: reconozco que montar una colección es un gran trabajo y además es muy caro. Imagínense, pagar luces, modelos, a quien viste a las modelos, transportes, decoración… uff). Justamente por eso hay que esforzarse para que  ese dinero no se tire a la basura.

Número 4: Intentaré ser breve y dividir la información.

Bueno, empecemos.

Estuve a punto de no ir porque no me habían confirmado. Al final me dirigieron con la persona correcta en prensa y no tuve problemas en los días que asistí. A veces el trato variaba en los miembros del equipo: en prensa eran muy amables pero quienes acomodaban a los asistentes se dejaban dominar por el estrés y por la oleada de gente e instrucciones.

Entiendo que es un equipo muy grande, muchos de sus integrantes son voluntarios y es difícil coordinar a tanta gente, por lo que no estoy reclamando sino haciendo un mero comentario. Debo decir que conmigo no fueron groseros pero en el día 3 fui testigo de una situación desagradable y pienso comentar en su momento.

No pude ir a todos los desfiles de IDM. Algunos no me llamaban mucho la atención y otros chocaban con otras actividades mías o se presentaron con retraso y era difícil encontrar transporte para irme a casa. En fin, el punto es que seleccioné algunos.

Por cierto, todas las fotos fueron tomadas por Argelia Rivera y Paola Molina; creo que ambas hicieron un excelente trabajo. Juzguen ustedes con la calidad y ángulos de las fotos.

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El primer desfile al que asistí fue al de los nuevos talentos: Diego Zúñiga, Maria Vogel, Alfredo Martínez y Natalie Amke. De los 4 sólo conocía a María Vogel porque su colección ha sido esperada por muchos bloggers. Sin embargo, no sólo ella presentó cosas interesantes, en sí las ideas de los 4 no eran malas.

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Cuando empiezas a diseñar (creo), lo difícil es encontrar un estilo personal. Confeccionar la ropa con un cierto tipo de corte y que sea fácilmente identificable. Esa cualidad depende del tiempo y de la experiencia de cada quien. Lo que podemos juzgar ahora con estos nuevos talentos es la coherencia con la que presentaron su colección.

A todo esto, cuando estuve en mis clases de fotografía, la maestra solía decirme que buscáramos primero lo simple. Creo que este comentario también aplica para varios diseñadores de IDM: al dominar los cortes sencillos, se pueden brincar a algo más complicado. Es como querer correr un maratón cuando tenemos poca condición física: a lo mejor lo completamos pero es agotador y un poco frustrante. Es inevitable sentirse inseguro al diseñar pero al ir hacia terrenos más simples un tropiezo es menos importante (y da mucho espacio para la creatividad y toques personales).

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HILO CONDUCTOR: Como dije anteriormente, las cuatro tenían una coherencia bastante buena. Mi único comentario es hacia el primer desfile (Diego Zúñiga), de ropa masculina. Comenzó presentando sastrería moderna y saltó de repente a las influencias deportivas. El cambio fue muy brusco porque faltaron prendas transicionales, es decir, que combinaran esos dos conceptos que quería explorar. El cuarto desfile (Natalie Amke) comenzó a perder un poco el sentido al final. Es mejor presentar una idea corta pero intensa a larga y diluida.

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MATERIALES: No todas las telas eran buenas y eso limitaba mucho el potencial de las prendas. Los tornasoles (en el desfile de Zúñiga) se veían muy rígidos mientras que los negros se veían muy apagados. Ya sé que es difícil encontrar telas que vayan bien con las colecciones y demás, pero es un aspecto muy importante ¿no es así?

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DETALLES: Puse observar que algunos detalles como los dobladillos eran algo burdos. No todos, pero en ocasiones saltaban a la vista. Algunas aplicaciones (las medias en el desfile de Alfredo Martínez) eran de buena calidad. En el desfile de Vogel noté que algunas aplicaciones se movían de su lugar y no sé si era la intención de la diseñadora. Si no es el caso, puede tomar nota de eso para la siguiente temporada. Mismo caso para las medias de Amke, aunque las telas que escogió tenían una buena calidad.

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INFLUENCIA: Aquí es inevitable hacer referencia a marcas de lujo. En el desfile de Vogel, las referencias a Miu Miu, Christopher Kane y Versus eran muy claras. La adaptación no era mala pero estas referencias no tienen que dominar la colección y es ahí cuando el estilo personal entra para salvarnos.

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En el desfile de Alfredo Martínez las referencias al look Balmain y Viktor & Rolf eran menos claras pero se percibían. En ese caso se mezclaron con otros colores y aplicaciones, lo cual enriquecía la colección. Cuando empiezas, necesitas un punto de partida para crear. Lo maravilloso reside en que se supere muy pronto ese punto de partida al desarrollar un estilo propio. Es casi imposible ser 100% original, pero es recomendable apoyarse lo menos posible en un estilo ajeno, así va a ser más fácil abandonarlo.

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COMPLEMENTOS (accesorios y música): Supe que quería las sandalias de Diego Zúñiga en mi closet desde que el primer modelo empezó a caminar. Se veían suaves y cómodas. Y las desee inmediatamente. La idea de los zapatos de Lucite de Vogel me parece difícil. El Lucite, aunque Prada lo use, es un material complicado. El ensamblaje de los zapatos me pareció bueno, aunque algunas modelos los maltrataron (eso no es responsabilidad de Vogel, naturalmente).

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Los zapatos de Alfredo Martínez eran de una altura que daba miedo y le hicieron pasar un mal rato a una modelo. Pero son de buena calidad y tienen un buen soporte, por lo que son altamente rescatables.

Pude notar que los zapatos de Natalie Amke eran muy bonitos pero lastimaban los pies de algunas modelos. Andar con zapatos que lastimen es horrible: yo me compré unas sandalias maravillosas pero que me ulceran el pie y no puedo caminar más de dos calles sin que me comiencen a lastimar. Tengo que usarlas con calcetas (sí, ya sé que es un faux pas pero de otro modo no las aguanto). Eso sí, la joyería que usó Natalie Amke era muy hermosa.

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Respecto a la música, era un poco densa pero creo que iba con las colecciones. En el caso de Zúñiga, añadieron un sample de una canción de Placebo (Special Needs), el cual no combinaba del todo con el ambiente del desfile.

El siguiente desfile que presencié fue Nimismequi. Confieso que no había escuchado de la marca ni sé si esta es su primera pasarela, por lo que no sé si pueda compararlos con colecciones anteriores.

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(QUIERO esa chamarra. Y los tenis)

Me parece una marca que conoce bien a su público y está apostando por lo seguro. Y puede suplir la experimentación con una paleta de colores muy interesante, aunque me hubiera gustado ver algo más enfocado hacia lo nuevo.

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Por el mismo hecho de que conocen a su público sé que la experimentación es tremendamente difícil: si uno se equivoca, el público se va con otro. Y eso pasa en todos los niveles. El público es tremendamente caprichoso y hay que complacerlo. Sin público no hay moda. Punto.

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Dicho todo esto, aclaro que sentí que las prendas que desfilaban ante mí ya habían estado en otro lado. Y eso no es necesariamente malo. Lo que sí creo que es un punto a recalcar son los mallones, no siempre iban TAN bien con las prendas que presentaban. Mi acompañante (el gran ErichBen) decía que la calidad era diferente y desmerecían un poco las prendas. Creo, más bien, que existen atuendos que se llevan bien con mallones y otros que no. Y algunas aplicaciones necesitan un poco más de cuidado. Fuera de eso, las prendas no estaban mal.

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Lo rescatable de Nimismequi es que están creando su marca para vender y se saben los gustos de su público potencial y que tienen prendas que se pueden combinar con otras para dar un aspecto relajado pero lleno de energía y muy joven. Además el color es maravilloso y le quita lo aburrido a la ropa masculina.

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Otra gran ventaja es que se puede usar esa ropa para la vida diaria. Apostar por ese mercado es una gran idea porque la ropa se usa más y atrae más clientes por esa maravillosa estrategia llamada Word-of-mouth. Y los precios son más reducidos, lo cual atrae más consumidores. Bien por decidir ese mercado.

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Sigo con Paola Hernández

Es muy difícil criticar algo que quieres y te gusta. Eso me pasa con Paola Hernández: estoy enamorado de sus prendas, y de su estilo tan libre de pretensiones artísticas. Para mí, Paola sintoniza otro canal: nada de estridencia o de ropa excesivamente reveladora. Menos riesgos y (creo yo) más consumidores. Su estilo ya está muy bien definido a estas alturas.

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Debo decir que nunca había podido llegar a un desfile de Paola Hernández: ya fuera por el tránsito pesado o porque no conseguía un boleto, el punto es que nunca había visto las prendas de Paola en movimiento.

Creo que la colección es buena pero le hace falta algo. Me han gustado más otras colecciones de la diseñadora y sé que lo que falta en la colección es color.

A lo largo de este post he insistido en que se busque el dominio de lo simple. Creo que Paola ya lo domina y puede moverse a algo más complejo. Eso sí, creo que exagera un poco al conquistar lo simple.

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Al ver la colección siento que me están dando una cucharada de mi propia medicina: los cortes son estrictos, siguen un estilo determinado y tienen una gran atención en los detalles, el color se complementa bien y ayuda a la coherencia de la colección.

La razón de mi incomodidad es la abundancia del negro en una colección de primavera. Paola remató algunas de sus prendas en rosa y creo que si la colección hubiera sido enteramente rosa y con remates en negro, habría sido perfecta para la primavera. La colección que presentó es como para una primavera lluviosa en la que amanece nublado todos los días.

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Creo que Paola no se resiste tanto al cambio. Yo sé que la estética de los ochenta pegó duro en todo el mundo y que todo el mundo deseó un vestido Balmain pero esa moda ya murió. Y si ya pasó, no nos conviene seguirla explotando.

Y miren, sé que el fanatismo de este invierno por los 50 y 60 va a pasar y no hay nada que pueda hacer por evitarlo porque es un ciclo natural. Lo mejor que se puede hacer con las modas que más nos gustaron es usarlas al máximo y dejar que se vayan. De otro modo nos atrasamos con las propuestas de las otras capitales.

Esto no pasa con Paola Hernández. Parece adoptar las nuevas siluetas con calma y con el objetivo de que enriquezcan su estilo. Esa es una pequeña pauta de lo que deben hacer los diseñadores que apenas están iniciando. Y las siluetas nuevas también relajan la severidad del negro, volviéndolas una serie de vestidos informales para chicas. Casi todas su prendas se pueden llevar al trabajo confiando en que son apropiadas. O para una fiesta en la que el dress code no es muy estricto. Incluso en un coctel.

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Ahora bien, a pesar de que a la ropa le hizo falta mucho color, los accesorios (sobre todo las bolsas) eran hermosos. No me sorprendería que en unas temporadas las bolsas de Paola estén colgadas al hombro de muchas mujeres en la ciudad de México y en otras ciudades. No son tan caras como un bolso Coach y son más bonitas. Quiero decir que no están atascadas de logos y son muy clásicas. Más que una it-bag es un bolso que puede durar varias temporadas.

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Los zapatos también estaban bien coordinados, aunque me llamaron la atención los bolsos. Paola ha estado lanzando buenos accesorios y ese es un buen punto a explorar. Recuerden que la venta de accesorios ha ayudado a mantener con vida a muchas firmas de renombre.

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Algo importante: ya mencioné que puso mucha atención en los detalles, pero el hecho de hacer los forros y remates en rosa me parece como un guiño de la prenda y una invitación a usarla: “mira, no soy tan sobria, a mí también me encanta lo femenino”

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Me encantó el vestido que traía al saludar a la audiencia. Es hermoso. Yo creo que debería venderlo como una pieza más, de seguro tendría mucho éxito.

En la escuela tuve un profesor que en sus redes sociales hacía la “observación del día” y se distinguían por ser muy atinadas. Tomaré su idea para estos posts, no creo que le moleste.

Observación del día, pues: Los bloggers son (somos, más bien) importantes para la industria de la moda porque difunden o critican o consumen. Algunos son figuras públicas y sus palabras pesan. Traigo esto a colación porque me comentaron de alguien (blogger, obviamente) que llegó con aires de diva. Por lo que me dije, no es la primera vez que sucede. Y no, no vale la pena que les diga el nombre.

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Los “divismos” están de más. Lo mejor es aprovechar su fama y el poder de sus palabras para que IDM y los eventos de moda a los que asiste mejoren. Creo que voy a ser más directo: no estamos en París y nadie aquí es Bryanboy.