viernes, 31 de julio de 2009

Belle de Jour


(clic para hacer más grande)


Belle De Jour es la obra más conocida de Luis Buñuel. Es su hit, el equivalente a Wonderwall de Oasis y a Losing My Religion de R.E.M. Sólo se compara en impacto social con Los Olvidados y Viridiana. Y conociendo los tres grandes hits de Buñuel uno se puede enamorar perdidamente de su obra.

¿Qué hace de Belle de Jour tan deseada? Es, en parte, el estatus de "película francesa" (eso signfica que no mantienen una actitud doblemoralista hacia el sexo y lo abordan con una naturalidad que atraía al espectador morboso de hace cuarenta años). Es la magnífica actuación de Catherine Deneuve, quien ya tenía algunas horas de vuelo y probaba al mundo una y otra vez que era una actriz seria y talentosa. Es un par de zapatos de Roger Vivier.



Pero seamos sinceros, no es su obra maestra. El sexo y el desprecio a la hipócrita burguesía son temas que Buñuel trata, con mayor éxito en filmes de títulos tan deliciosos como La Vía Láctea y El Discreto Encanto de la Burguesía. El humor negro es mejor en El Fantasma de la Libertad (para quienen no han visto esta gran película, busquen en Google una explicación a la escena del comedor. Sólo busquen eso) y Buñuel es más fetichista en Ensayo de Un Crimen. Belle du Jour es una película más que tuvo la suerte de volverse un fenómeno cultural.



Las escenas estaban obsesivamente acomodadas para que fueran perfectas. Buñuel toma una novela cualquiera y hace de ella lo que quiera, fiel a su costumbre. Introduce imágenes perturbadoras y escenas que pertenecen al mundo de los sueños

Belle du Jour es un filme contradictorio. Es una mirada sorprendentemente liberal de la sexualidad femenina vista desde los ojos de uno de los directores más machistas que han existido. Porque Buñuel era un macho celoso y estaba orgulloso de serlo. Y, bueno, algún defecto tenía que tener, aunque ese machismo solía enriquecer sus películas de forma insospechada.



Porque Catherine Deneuve no es una vulgar prostituta, ni siquiera una ninfómana. Es una mujer aburrida que quiere tomar el control de su sexualidad, la cual está sometida por su posición social. Sí, es probable que no esté bien de la cabeza, pero en su entorno creen que los floreros no tienen una mente propia ¿no es así?

Buñuel quiso enriquecer al personaje y la única forma de hacerlo era revelar al público sus pensamientos más íntimos. Volverlo un intruso, porque de ese modo el desagrado al personaje se covnertiría en compasión. Recuerden, eran los 60 pero algunas personas vivían mentalmente en los 30.



Belle du Jour es, probablemente, la más afrancesada de su películas. La más aburguesada, la más femenina quizá la más YvesSaintLaurenteada de toda su filmografía.... si es que se puede aplicar el término. Pero esto no quiere decir que Buñuel se traicione a sí mismo. De ninguna manera. A pesar de esto, logra construir un ambiente burgués tan opresivo y una serie de personajes tan oportunos que logra su cometido: satirizar la moral y la etiqueta del burgués de la época. Porque ningún niño bien aceptaría que su esposa se venda en el burdel más anodino de la ciudad, ¿o sí?



Y no es lo mejor en la carrera de Buñuel, pero es un must. Una referencia cultural que va más allá del maravilloso vestuario de YSL. Más allá del morbo que una "película francesa" (de nuevo, eufemismo para el que cree que el cine francés es soft porn). Más allá de lo que Buñuel pensaba de Séverine.

miércoles, 29 de julio de 2009

Dan In Real Life



Dan In Real Life es una película extraordinaria por muchos factores. Uno de ellos es el escenario, la situación: una reunión familiar en un área rural. Una familia adorable-pero-fastidiosa. Una vida infeliz, y una persona que puede hacer un cambio notorio sin proponérselo.

Por su banda sonora, tan dulce como melancólica. Tal vez, porque Steve Carrell es muy gracioso en otras películas pero en esta transmite perfectamente la desolación y angustia de su personaje. Porque Juliette Binoche acaricia con la mirada, y porque el resto del elenco está en su lugar. Porque los momentos de incomodidad entre Carrell y Binoche nos han sucedido aunque sea una vez. Porque la película no pretende ser una obra de arte incomprensible, y la simplicidad del guión la salva de ser una comedia como las que siempre vemos, en las cuales los protagonistas parecen estar dopados de Prozac.



Porque el personaje de Steve Carrell tiene la certeza de que necesita algo pero no se atreve a buscarlo. Porque la comedia tiene elementos dramáticos que la enriquecen y la hacen creíble. Porque el problema de Dan no es exactamente la opresión familiar, ni abstenerse de poner en práctica lo que aconseja (para los que no la han visto: Dan, el personaje principal, es un columnista que facilita la vida a sus lectores mediante consejos acertados de cualquier tipo), ni su depresión. El problema de Dan es su inseguridad y el miedo a buscar su felicidad.

Y sobre todo, la película es extraordinaria porque es un buen método a seguir si algo parecido nos ocurre. Si nos cruzamos con una persona tan extraordinaria –y realista- como esta película, podemos dejarla ir fácilmente. O esa persona puede ser alguna oportunidad que nos lleve a algo más. Pero no todas las manzanas caen del árbol, a veces necesitamos estirar la mano o trepar para alcanzarlas.

Porque en ocasiones no podemos esperar toda la vida a que la felicidad llegue. Tenemos que buscarla. De otro modo, nos quedaremos rumiando nuestra infelicidad para siempre. Podemos despertar un día teniendo 40 y lamentándonos porque dejamos ir tal o cual cosa (llámese beca, maestría o amor) y, en nuestra “estúpida belleza de los 20 años” creímos que tendríamos alguna otra oportunidad.



Porque secretamente nos hemos prometido que seremos felices sin importar lo que suceda. Sin importar que esa piedra en el camino sea inmensa, o que nuestra idea de felicidad les parezca ordinaria o boba a algunas personas. Sin que nada importe, salvo la meta y el modo realista para llegar ahí.

Porque para conseguir esa felicidad no necesitamos hacer daño a nadie, pero nos hace falta ser un poco más desconsiderados con los demás. Sólo un poco. Porque a veces estamos atados de manera simbólica o estamos atados de verdad. Y buscar nuestra felicidad no significa cortar las cuerdas, sólo aflojarlas un poco.

Porque, en ocasiones uno no se da cuenta que si no se atreve a más puede perder un momento de felicidad que podría ser duradero. ¿No sabes si esa persona es La Persona? ¿O El Acontecimiento? ¿Por qué quedarse con la duda?



Porque la felicidad más intensa puede venir acompañada de momentos algo desagradables, pero eso es lo que la hace valiosa. Si viviéramos felices y sin preocupaciones nuestra vida sería aburrida. Pero mirar de vez en cuando hacia atrás nos da fuerza para seguir persiguiendo nuestra meta. Pero sin abusar, porque se convierte en una manía.

Porque, para impactar al otro no siempre necesitas vestirte de etiqueta, ni siquiera usar unos jeans de Diesel. Lo único que necesitas es una sudadera o un cardigan –o ropa deportiva- y mucha naturalidad. Porque no hay nada mejor para flechar a alguien de inmediato que ser tú mismo. Porque no necesitas reírte de un chiste malo si no quieres, ni presumir de tus viajes a Europa y tus escapadas nocturnas. Porque una conversación fluida e inteligente puede llevarte lejos. Porque alguien que valga la pena no siempre exige que seas Elle McPherson. O Marc Wahlberg cuando anunciaba Calvin Klein. Porque necesitamos arreglarnos un poco, sólo un poco, en caso de que la felicidad llegue sin anunciarse. Y suele hacerlo muy a menudo.



Porque uno necesita confiar más en sí mismo. Y en teoría es sencillo, pero en realidad no lo es. Pero siempre entramos al juego con alguna ventaja ¿cierto? Determinación, Inteligencia, Belleza, esa maravilla llamada Cultura General y su amigo el Buen Gusto, Talento… tantas cosas que nos pueden ayudar a estar al parejo en la competencia.

Porque es increíble que un filme tan simple pueda sugerirte todo esto. Y es increíblemente fácil estirar la mano o trepar para alcanzar las manzanas. Pero tenemos miedo y por eso no lo hacemos. Y, a pesar de eso, cuando nos atrevemos, podemos tener una probada de la felicidad.

martes, 28 de julio de 2009

El Año Pasado en Marienbad

“Disculpe, nos conocemos”

“Sí, usted me amaba y dijo que se escaparía conmigo el año pasado”

“No lo recuerdo”



Volví a verte y desde ese momento me ha costado pensar en otra cosa. No puedo ser discreto, no puedo evitar buscarte, ir tras de ti, toparme contigo en cada rincón de este lugar. Y no me recuerdas, no recuerdas lo que sucedió el año pasado. No recuerdas que teníamos un acuerdo. No recuerdas que estaba tan loco por ti como lo estoy ahora.

“Recuerda”

“Esto se está haciendo pesado. Por favor, déjeme en paz”.



Tu marido se acerca. Desconfía de mí, él recuerda todo. Sabe que he empezado a buscarte y eventualmente terminarás recordando. Por eso intenta disfrazar su ansiedad. Juega, y siempre gana. Me mira unos instantes y ve cómo abandono el salón para buscarte. Y estás asustada, pero no hay razón ¿o sí?

“Recuerda”

“No recuerdo nada. Estoy casada, déjeme en paz”



Sólo con ver lo que usas sé que eres tú. Me sé tu guardarropa de memoria. Tu ropa es simple y elegante. Causas una impresión favorable. Y mientras bailamos recuerdo lo que has usado en este lugar. El abrigo de plumas, aquél vestido blanco con zapatos a juego. ¿Recuerdas? Se rompieron el año pasado. Por fin aceptaste bailar conmigo. Y tu vestido negro brilla sobre los demás. Pero no sólo es el vestido, eres tú también. ¿Ya recordaste?

“Fue el año pasado”

“El año pasado… estoy confundida. Le suplico, déjeme en paz”



¿Te irías conmigo de nuevo? Es decir, esta vez tu marido no interferirá. No temas si amenaza con dispararte. No lo hará. ¿Recuerdas la fotografía? La tomé antes de que se te rompiera el zapato. Tu vestido blanco ondeaba y parecías contenta. Fue el año pasado, no puedes olvidarlo.

“Recuerda”

"No consigo recordarlo. Creo que sentí algo por usted, pero todo me parece tan lejano"



Y aquí estamos. Nos hemos encontrado de nuevo. No es casualidad, volviste porque sabes que me amas. Pero estás distante, ¿por qué me olvidaste? Tu marido nos observa, él también lo sabe. Pero pronto nos fugaremos.



¿Me recordarías si repitiéramos esta historia? ¿Si cambiáramos la música y el lugar? ¿Si sucediera una y otra vez? ¿Lo harías?






"Recuerda"


lunes, 27 de julio de 2009

Reunión blogger/Anuncio especial.

Chicos, vuelvo de un minidescanso para bloggear con más ganas. Quiero decirles que, escuchando la petición reflejada en mi encuesta, experimentaré con una nueva apariencia. Esperemos que salga bien. Si no, regresaremos a la plantilla que ha estado hasta hoy. Una disculpa por tardarme tanto, pero, como saben, la tecnología no es lo mío y si a eso añadimos que mi computadora es malvada, pues tenemos una combinación explosiva (para mal).

Como saben, organizamos una reunión de bloggeros y se llevó a cabo el sábado pasado. Y debo decir que fue un éxito. La pasamos muy bien, platicamos sobre diversos temas y conocí personalmente a gente que ya leía o no tenía el gusto de leer. Por cierto, los que no conocía están agregados a mi blogroll desde ahora. Y, bueno, esperemos que las reuniones continúen. Por cierto, los asistentes fueron Botica Pop, Bere, Preppy Dude con una guapa y estilosa amiga, JP de Fashion Spot México, Ángel del Rincón del Ornitorrinco, Diablo Cody región 4, Erich Ben (vean mi entrevista), y los chicos de Buen Tono 23.

El lugar resultó muy agradable y, aunque nos tocó diluvio, pudimos cambiar de lugar dentro del restaurante y no afectó la reunión. Disculpen que no publique fotos pero, como saben, respetamos nuestro anonimato. De todos modos tomamos fotos de la reunión y del consiguiente “after” en una cantina.

En la reunión surgieron varias ideas que desarrollaremos después. Me da gusto que podamos organizar eventos así para conocernos y compartir ideas de otro modo que no sea la red. Ya ven que las cosas buenas surgen de todos lados. Y, ya sabe, si se arma otra, acompáñennos, porque la pasarán muy bien.


Aprovecho también para hacer un anuncio especial. Después de platicarlo un tiempo, Holly de Cool And Chic y yo haremos una colaboración. En los próximos diez días su blog y el mío tendrán veinte películas con un vestuario inolvidable. Podría poner la lista pero mejor dénse una vuelta por nuestros blogs para no arruinar el factor sorpresa, ¿les parece? Y, bueno, empezamos mañana. Sobra decir que estoy muy emocionado.

Para terminar, les dejo una canción de Róisín Murphy. ¡Disfrútenla!




ACTUALIZACIÓN: Lean las impresiones de Bere aquí y las de Botica aquí


PD: creo que me faltan sitios por agregar, por favor díganme si se me pasó alguno!!!

lunes, 20 de julio de 2009

Grandes colecciones de la historia (contemporánea): Dolce & Gabbana otoño 2005

Ya he expresado anteriormente mi fascinación por esta colección. No es un secreto para nadie que me encantan los 60 por muchas razones que no vienen al caso y creo que la inspiración de esta colección fue una de las últimas que los Dolce adaptaron a su verdadero estilo, tal vez fue la penúltima colección verdaderamente de Dolce & Gabbana antes de que perdieran el rumbo al sentirse couturiers de París.

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(Es Chloë Sevigny, abrió el show)

Los Dolce siempre fueron muy horteras y por eso gustaban. Lanzaron los vestidos encorsetados, el chic clerical, los brocados y los estampados animales locos. Con su muy original e italianísima forma de ser conquistaron al mundo. Ahora son tan pop que hasta en los pueblos más escondidos conocen la marca, aunque no sepan exactamente cuáles son sus colecciones más recientes.

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De repente un mosco raro les picó y todo cambió para mal: como pareja hicieron kaput, se obsesionaron con los vestidos de crinolina –los cuales llegaron a su punto más alto el año pasado-, el lujoso y brilloso satín y los hombros raros, y por tanto sus fans de toda la vida se han ido alejando de ellos para irse con diseñadores como Cavalli (quien me cae un poco mejor ahora, debo admitirlo). No los culpo porque ellos ya no cumplen sus necesidades.

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Es raro que me guste una colección completa. Siempre va a haber un vestido o accesorio que deteste o me de igual. Imagino que a ustedes les pasa lo mismo ¿no es cierto? Pues en esta colección no. Todo me gusta, o al menos un 70%, que ya es mucho. Y sé que presentaron jeans y abrigos excesivos y sé que los vestidos con plumas de gallo y strass son extremos… pero entran en mi apreciación estética.

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Los Dolce pensaron en las modas de Londres, que en los 60 decidió qué se usaba y qué no. Pero esta propuesta londinense no sirve solamente para adornar una editorial de Vogue, se usa en la calle. Es lo que una chica de clase media con ganas de verse bien se pondría. Es como Cinthya Lennon, la primera esposa de John, usando una gabardina de Burberry.

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De hecho, citaron como inspiración a la modelo Jean Shrimpton y, particularmente, a la foto que la dio a conocer. Es una fotografía en blanco y negro, tomada por el gran David Bailey, en la que Shrimpton está parada en la calle, ligeramente despeinada y con una gabardina. Es el comienzo del estilo londinense antes mencionado, pero esta vez fue retrabajado por los Dolce.

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Shrimpton era una modelo que pudo haber sido una adolescente normal pero tenía “algo más”. Pudo haber sido sólo una modelo, pero ese “algo más” llamó la atención de David Bailey, Richard Avedon y otros fotógrafos. Y si un fotógrafo te selecciona, no pasará mucho tiempo antes de que una editora de moda te incluya en sus revistas y te vuelva una estrella. Y Shrimpton, siempre con su “algo más” apareció varias veces en Vogue y usó un vestido que causó escándalo por ser mini, inaugurando, con toda su candidez, la era de las celebridades en atuendos peligrosamente cortos.

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Si buscan fotos de Shrimpton y su estilo se darán cuenta que no tiene nada que ver con los Dolce. Nada, ni el peinado. Por tanto, inspirarse en algo tan opuesto es un gran reto, ya que se puede caer en la ridiculez (piensen en la última colección, supuestamente inspirada en Schiaparelli y Marilyn Monroe) o en el plagio. Pero eso no sucedió con esta colección.

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Una gran ventaja de esta colección es que los Dolce no se inspiraron en el cliché. No se fueron por los peinados enormes (y hermosos), la moda espacial (e igualmente hermosa) y las minifaldas, sino que tomaron tendencias de aquí y allá. Su colección no calca un libro de modas de los 60 porque incluye zapatos de punta cuadrada como los que Catherine Deneuve usaba en Belle de Jour.

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Su aproximación a los 60 no es del modo grotesco (para los que no son fans). No es como en Hairspray (película que amo pero muchos difieren). No hay nada repulsivo para la clientela usual o los críticos de moda. Todo es muy parecido a lo que suelen comprar, quizá un poco más apagado que de costumbre.

Y lo más importante, lo adaptaron a su modo de ver las cosas. Sí, es algo relativamente conservador pero es muy Dolce. Los vestidos transparentes lo son, el uso escandaloso de las pieles lo es, el brillo y los logos también. Con esa colección no están engañando a nadie, a diferencia de las actuales.

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Es lujo decadente pero con una cara fresca. Y me sorprende la apariencia de las modelos. Ya ven que algunos peinados las hacen verse mal pero no sucede esto aquí. Los peinados les corresponden: las hacen ver de 18 años en vez de 30. El maquillaje (mate con las mejillas ligeramente rosadas) y el peinado pueden imitarse fácilmente en casa, y van muy bien con casi cualquier tipo de persona, algo de lo que no se pueden jactar muchos estilos de pasarela.

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Es curioso pero pudieron captar un poco de lo que sucedía entre los ricos y famosos de la época, porque comenzaban a subir en una montaña rusa de lujo desenfrenado y esto no paró hasta los primeros noventa. (quizá el punto más alto está en los ochenta). Como en los sesenta el dinero siguió circulando rápidamente la riqueza se extendió y ésta aceptó todas las modas habidas y por haber.

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A pesar de que la Alta Costura ya empezaba a perder algo de poder, aún se respetaba, pero la juventud rica y algo malcriada buscaba mezclarse entre los chicos de clase media que parecían pasarla tan bien en las calles de Londres –y, por supuesto, que se vestían tan maravillosamente-. Recuerden que era una época muy optimista y de gran aperturismo (tampoco habían surgido los hippies aún, por tanto los padres se escandalizaban por las minis y ya) por tanto casi todos veían con buenos ojos esta “celebración”. Pero volvamos a la colección.

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La silueta no se parece mucho a lo que suelen presentar. No hay asomo de lencería, salvo en los tops transparentes y en algunos vestidos del final. Sin embargo, los materiales sí se asemejan. Creo que esta colección solamente usó la piel suficiente como para alfombrar La Scala de Milán y eso es algo muy Dolce. Ya ven que en 2005 ya no era políticamente correcto usar pieles y con esta colección demuestran que les da igual lo que PETA dice. Sinceramente, creo que algunos detalles tienen demasiada piel, pero eso los caracterizó en los 90, ¿recuerdan?

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(Paris Hilton compró este vestido, pero lo usó con muy poca gracia)


Una grata sorpresa son los vestidos del final. Considero que en este punto lograron la armonía entre el Swinging London y el estilo Dolce & Gabbana. Una decena de vestidos blancos repletos de strass, plumas y acompañados por abrigos de piel que barren el suelo. Son excesivos para algunos, pero no son indecentes y muchos de los vestidos de noche de la firma lo eran.

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Tienen algo de vestido baby doll, algo de fantasía y algo de heredera nacida en cuna de oro por el uso del mink. Los Dolce evitaron que se viera soso al agregar strass a los vestidos. Esta última parte es como una fiesta de Año Nuevo: el brillo, la extravagancia y la frescura de las modelos es genial. ¿Se animaría una niña rica y mimada de la época a enfundarse en uno de esos vestidos? Denlo por hecho.

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El final es apoteósico. Fue uno de los mejores finales que han tenido, igualando o superando al de su aniversario. Ahí los Dolce, que aún eran una pareja feliz, aparecen mientras sus modelos, tan brillantes como un candelabro, están paradas y sentadas sobre la pasarela con ese toque de aire fresco tan bien logrado por la gran Pat McGrath (maquillaje) y el igualmente grande Eugene Souleiman (peinado).

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Quizá por eso ya no son lo que eran. Antes se leían el pensamiento, dibujaban justos y complementaban las ideas del otro. En estas últimas colecciones la homogeneidad se ha ido perdiendo cada vez más. Algunas, como la última, se ven un poco forzadas (debo aceptarlo, la de la primavera del año pasado es buena y tiene su encanto). Si a eso añadimos en engaño en el que viven, creyendo que son maestros de la Alta Costura, da como resultado la decadencia de la casa italiana más decadente desde los buenos tiempos de Versace. Y es una pena.

Incluso la campaña fue memorable. Se hizo en blanco y negro, en un juego de espejos. Una buena forma de hacerla impactante y ahorrar dinero. En la campaña aparecen Doutzen Kroes y Snejana Onopka (quien no me agrada del todo y por cierto, no participó en el desfile) usando sombreros Bobby (estilo policía inglés) y los zapatos a lo Catherine Deneuve.

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El soundtrack también fue grandioso. A la fecha sé que pusieron Time for Heroes de los Libertines (Puaj, Pete Doherty, Puaj!!) y Take Me Out de Franz Ferdinand junto con otras caciones de la época. Un soundtrack muy apropiado.

Esta colección consigue distanciarse de las otras, como la de Alexander McQueen, que también es excelente y tiene una fuerte influencia de los 60. Logran salir airosos porque pusieron mucho de sí en la colección y por eso no se perdieron en el camino. Por eso este show lo es todo. Es una perfecta concreción del estilo Dolce con influencias de afuera, una mezcla que no les ha salido bien últimamente. Tal vez será porque ahogan su estilo, el que los hizo famosos, con las mezclas externas. No sé si vuelvan a tener una colección tan buena como esta, o por lo menos una que tenga tanto éxito.

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Por desgracia no hay un video de esto en la red. Es el show perdido. Y he pedido a cada usuario de YouTube que ame a los Dolce un video completo, pero al parecer nadie puede conseguirlo. Extiendo mi petición a ustedes: si alguien encuentra el video completo, con la música original, por favor avíseme. Es casi imposible apreciar una colección si no se ven las prendas en movimiento y por ahora sólo puedo ofrecerles esto. Lo positivo es que pueden escuchar la opinión de Isabella Blow.



En estos momentos queda muy ad hoc con la fiebre sesentera del día de hoy. Se conmemoran 40 años del alunizaje y, bueno, es noticia. Pueden ver mas aquí y aquí. Me encantaría que reviviera el furor de la era espacial.




Por cierto, ya tenemos horario para la reunión de blogueros: 3 de la tarde. Salió de común acuerdo entre los tres organizadores (Botica Pop, Dana y yo). Recuerden, es este sábado a las 15:00.

Me han comentado un par de personas que no ubican bien el lugar y por ello les dejo esto:
Ver mapa más grande

...para que puedan orientarse (el lugar ya está señalado con una flecha verde). Recuerden que la dirección es República de Argentina esquina con Justo Sierra. Y, por cierto, para entrar en la cafetería deben entrar a la librería y subir en el elevador. ¡Los esperamos allá!

viernes, 17 de julio de 2009

My current obsession: Róisín Murphy

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Creo que estoy enamorado. Más bien, vuelto loco, punto menos que idiotizado. Leí sobre alguien y le encontré un atractivo que sus compañeros e imitadores no tienen. Y así fui, poco a poco, hasta que ahora me encuentro suspirando por ese alguien.

No ubicaba a Róisín (se pronuncia Roushin) Murphy, cantante pop y potencial estilista, puesto que tiene un sentido de la moda muy desarrollado, creatividad y atrevimiento entre otras cualidades.

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Róisín se hizo famosa en algunos círculos por ser la cantante de Moloko, agrupación trip-hop de los 90. Todo empezó en 1994, cuando conoció a Mark Brydon, su novio y fundador de la agrupación en una fiesta e inició la conversación diciendo “do you like my tight sweater? See how it fits my body”. Una frase creativa para ligar, sin duda alguna. La frase impresionó tanto a Brydon que bautizó de ese modo al primer disco de la agrupación.

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Ella no tenía experiencia como cantante, pero aprendió rápido de la mano de Mark Brydon, quien ya llevaban unos años siendo músico y productor. La frescura de su voz y el estilo musical que ambos exploraban les valieron el éxito en el Reino Unido y parte de Europa.

El momento de Moloko llegó en 1999 con Sing It Back, canción que seguramente conocen. Fue su más grande hit y en el video Róisín aparecía bailando con un minivestidos hecho con pedazos de espejo, algo así como una bola disco hecha prenda. Recuerdo que la colección de Alta Costura de Dior, de otoño 1999 tuvo un tema similar, así que el vestido podría pertenecer a la colección.



El atuendo de Róisín Murphy bien podría ser uno de los más memorables en la historia de los videos musicales y resume su estilo: piezas interesantes en las que proyecta una comodidad que pocas veces se ve entre los “excéntricos” –probablemente porque muchos de estos individuos sólo son la pose-. Pero Róisin no. Podría andar en pijamas y verse igual de cómoda.

La relación entre ella y Brydon se fue enfriando poco a poco, hasta que en 2004 se separaron después de una gira mundial. Aparentemente las cosas ya no funcionaban desde un año antes o algo así. Cuando sus caminos se separaron, Murphy comenzó una carrera como solista y lanzó un álbum en 2005, el cual gozó de un éxito limitado.




En 2007 lanzó Overpowered, el cual ha tenido éxito, tal vez no el que en realidad merece. Es un álbum con buena producción, un sonido electrónico, pegajoso pero original y letras que van del calentamiento global (Dear Miami) a la trata de blancas (Movie Star) a la química corporal (Overpowered).

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A partir de este álbum Murphy decidió atreverse a más y comenzó a vestirse de diseñador. Comenzó con Anna Sui y terminó con Gareth Pugh y los Dolce. De hecho, Pugh y Murphy tienen una relación profesional desde hace dos años, y a veces la invita a sus shows.

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Algo realmente positivo de los videos de Róisín es su creatividad con bajo prespuesto. Añado aquí Overpowered y Let Me Know. Ambos son muy interesantes y atrapan, sin necesidad de tanto barroquismo como es el que suelen tener los videos pop.



Seré muy sincero: no siempre sus combinaciones le salen bien. De hecho, tiene varios errores, pero es lo que la hace más atractiva a mis ojos. No tiene estilista y eso quiere decir que piensa en sus combinaciones y no se limita a recibir indicaciones de alguien que le escoge la ropa. Eso es un gran mérito en estos tiempos.

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Róisin es fanática de la moda. Desde niña buscaba verse diferente y tal vez por eso se ve tan cómoda con los atuendos que escoge, incluido ese vestido de Gareth Pugh que horrorrizó a muchas personas de la blogósfera (a mí no, me parece admirable que use una armadura y no se vea tiesa). Puede usar una capa de Maison Martin Margiela, un gorro de dimensiones colosales de Givenchy Haute Couture o un atuendo con hombros circulares de los Dolce y se sigue viendo espléndida. Porque no desaparece entre las prendas, ambas resaltan.

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El problema es que alguien más famosa que ella le copió el look. Estoy hablando de esa mujer llamada Lady Gaga. No le he puesto atención a su música y no me vuelve loco lo que se pone porque al verla veo un grito desesperado por atención y sinceramente no me cae mal, me da igual. Pero Lady Gaga avanza a pasos agigantados hacia el ridículo porque no sabe cuándo es suficiente y cree que entre más raro se vista, más la alabarán. GRAVE ERROR. No le haría mal tomar unas cuantas lecciones de estilo de quien tanto ha imitado.



Por cierto, acaban de anunciar que está embarazada. Veremos cómo adaptará su estilo al embarazo.



Anoche fui invitado a una noche de martinis en Profesionales de la Imagen, una estética en toda la extensión de la palabra. El lugar no sólo cuenta con un salón de belleza, también ofrece faciales y asesoría de imágenes, mediante los cuales sale uno renovado y con ganas de comerse al mundo.

Conocí la labor de Profesionales de la Imagen por su blog y posteriormente conocí el lugar, el cual está al sur de la ciudad. Si les interesa conocerlo pueden concertar una cita mediante Simone, aquí tienen su página en Facebook. Se sorprenderán, les aseguro.

A pesar de que estuve poco tiempo en el coctel, platiqué con Simone y me di cuenta que el salón llena algunas necesidades, entre las que se encuentra un cambio integral y un grupo de maquillistas y esteticistas que negocian con el cliente en vez de imponerle tendencias. Lástima que ya me había cortado el pelo la semana pasada (volví a mi estilo Jean Seberg después de experimentar con una "mohicana conservadora"). Les recomiendo el lugar. Si quieren conocer la experiencia de una clienta satisfecha, den click aquí

Bien, ahora un anuncio: Dana de Deco Love, Botica Pop y yo estamos organizando una reunión para que nos conozcamos y la pasemos bien –la idea fue de Dana, por cierto-. Creemos que un lugar céntrico sería una buena opción, puesto que vivimos en rumbos diferentes de la ciudad (y algunos otros viven en el interior de la República) y un sábado es perfecto para todos porque no abundan los conflictos de horario.

El lugar lo sugirió Botica y lo escogí yo. Es la cafetería de la librería Porrúa. Tiene un buen café, precios accesibles y una vista envidiable del centro de la ciudad. Además, como tiene terraza, se puede fumar.

La cita es este 25 de Julio. ¿La hora? La someteremos a votación. Sugiero que sea a la 1 de la tarde, mientras que Dana considera que las 4 de la tarde es mejor opción. Me parecen bien ambas, ¿qué opinan?

Llegar al lugar es muy fácil: está en la calle de Justo Sierra, esquina con República de Argentina, atrás del Templo Mayor y a media cuadra de San Ildefonso. Pueden llegar por el metro Zócalo, bajarse en la salida que da a la catedral, y rodearla para salir a Donceles y seguirla hacia la derecha para llegar a Porrúa. Si por azares del destino está lloviendo, cambiamos la sede a Mumedi, la cual está en Madero 74, a unos pasos del Zócalo. Recuerden: el 25 es la cita.

miércoles, 15 de julio de 2009

tres cartas desde París

Te escribo esto porque, aunque intente decírtelo, no me harás caso. Me voy. Tomaré mi tiempo así que si lees esto aún podrías alcanzarme en la puerta. Piénsalo.

Ya estoy harto de que no me tomes en serio. Podría sentirme un poco mejor si me odiaras o si te burlaras de mí frente a todos, pero no. Soy como una mascota que dejó de ser divertida y al parecer invisible porque hay días en los que desaparezco para ti. A veces pienso que te comportas así porque quieres que me vaya. Si es así, te di gusto una vez más.

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Me cansé de ser tu objeto, de que me fueras dejando solo poco a poco. De que busques mis favores cuando nadie más te pueda ayudar. Ojalá fuera muy a menudo. De llamarme despilfarrador y artístico. Pero a la vez disfruto estar contigo y soy muy feliz cuando salimos y me dedicas unos minutos de tu tiempo. Extraño ir a la Ópera contigo y me importa un comino pisotear mi autoestima: amo ser tu accesorio y engalanarte, pero odio ser sólo una diversión para tí.

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No quiero dejarte y te juro que esto me duele más que a ti. Pero exactamente ESE es el problema. Tú nunca me vas a querer del modo que yo lo hago, o al menos no me querrás como antes. Veremos si aprendes a amarme ahora que no estoy.

Dices que no tienes dinero y por eso salir con ese chino cara de patata te conviene. Te haces la asombrada cuando el otro enano copión con el que te besuqueas se hace el francesito y te lleva almorzar crepas con clericot, aunque sepas que de cultura no sabe un carajo. No has tomado una calculadora. Sus trattorias salen casi tan caras como los lugares que frecuentábamos y me llena de una angustia terrible que te malaconsejen: con esos sacos pareces jugadora de futbol americano y temo que algún día enseñes más de la cuenta con esas faldas tan cortas que te instan a ponerte.

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Por favor, te lo suplico, déjalos y vuelve sólo a mí. Te juro que no gastaré, iremos a comer croques monsieur a un bistro accesible. Te lo juro por mi madre, no tendrás que gastar una fortuna para seguir siendo feliz a mi lado.

Me sorprendo al escribir esta nota tan llena de contradicciones. Yo, que siempre he sido congruente con mi opinión, estoy diciendo disparates para recuperar tu amor. Yo, que renuncié alegremente a mi libertad desde la primera muestra de cariño de tu parte, ahora me veo forzado a desaparecer de tu escena para ver si así me quieres y sufres por mí. Yo, que amo el lujo, te estoy ofreciendo cortar mi presupuesto para que no despilfarres. Yo, que juré no irme de tu lado así me arrancaran de ti, tengo que dejarte por mi propia voluntad. Yo, tan seguro de mí mismo, dudo que esto te conmueva y lloro por lo nuestro. Ya no puedo más, si no te dejo ahora me arrepentiré el resto de mi vida.

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Adiós, espero que esto te haga reaccionar.


………..



Querida, hace mucho que no te escribía.

La estoy pasando muy bien. Llevo menos de un año y pasé de vivir en un cuarto sin calefacción a un piso donde puedo ver la torre Montparnasse. Pronto será la Eiffel, pero eso toma algo de tiempo.

Me enorgullece decirte que nada me ha faltado desde que llegué y, lo que es mejor, no tengo que trabajar. Esto es algo como unas vacaciones maravillosas que no acabarán, de mi cuenta corre.

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¿Sabes? Mi vida cambió desde el momento en que empecé a pensar en números y no en sentimientos. Ya lo sé, te debes estar revolcando del horror pero eso es básicamente la diferencia entre las dos: tú piensas con el corazón y yo con la cabeza. Si me imitaras, podrías tener la Mac y los zapatos Yves Saint Laurent que sueñas, e incluso mucho más. Pero bueno, algún día entenderás que algo mejor que la virtud es la inteligencia disfrazada de virtud y candidez.

Digamos que soy la gerente de un hotel de superlujo. Les garantizo una estancia maravillosa, sábanas de seda, una cama suave y muchos placeres (menos la comida, para eso existen los restaurantes). Ellos simplemente deben pagar su estancia y comportarse a la altura. Intentan ponerse prepotentes y tendrán sus maletas en la puerta. ¿Cuándo has visto que el Plaza Athenée aguante berrinches de alguien, por rico o famoso que sea? Esa es una gran ventaja de acostumbrarse al lujo: nadie te impresiona.

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Tengo muchos beneficios. Me llevan a donde quiera: La Costa Azul, Namibia, Cuba. Paseo en autos que no existen en nuestro vecindario. Con sólo pedir algo por favor consigo lo que quiero. Y todas las tontitas hispanoparlantes de París, esas que sobreviven con sus míseras becas, se ponen verdes cada que me reconocen en la calle con alguno de mis amigos.

Ellos me encuentran divertida, interesante, apasionada y muy irónica. Opinan que podría ser un poco más culta, pero admiten que no soy una palurda. No se avergonzarían de llevarme al teatro, o a un lugar “neutral” como Notre Dame. ¿Qué pasa cuando se acaba la magia, o cuando tengo lo que quiero? Les digo Auf Wiedersehen. Aparento confusión y sufro… treinta minutos, frente a ellos. Abandonan mi hotel, satisfechos y con ganas de volver a hospedarse en su próxima visita.

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Este negocio no me exige mucho. Yo sólo me esfuerzo por ser encantadora y vestirme con bonitas prendas, aunque luego terminen en el suelo. Ser una reina en la alcoba y fuera de ella. Actuar un poco, ponerme en los zapatos de una enamorada y abandonar mi papel en cuanto me quedo sola. Maquillarme, aunque me pongo un poco más que antes porque los años me están pasando factura. Pero aún me queda mucho, mucho camino por delante.

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No te ofendas pero no todas pueden tener la suerte –o la visión- que yo. Tú, simplemente no fuiste requerida. Y no la pasarás tan bien como yo en este maravilloso lugar. Todo por no dejar tu insignificante moral en la puerta. Eso te pasa por creer en los cuentos de hadas y no querer abandonar tu vida miserable, que a fin de cuentas era menos miserable que la mía porque te daba igual compartir y no tienes mucho que ocultar. Pero ahora estamos a mano.

Te diría “ven a visitarme, iremos a cenar y te daré una de mis Lady Dior para despiertes envidias en tu trabajo” pero visitarme implicaría que vivieras a base de pan y margarina por dos meses. Ven si puedes hacer el esfuerzo, puede que cuando me visites yo viva ya en el Palais de Tokyo.

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No comprendo cómo puede existir algo como el síndrome de Stendhal. Simplemente uno no puede enfermarse al entrar en contacto con demasiado arte. Es ilógico, si lo podemos ver diariamente y no se revela súbitamente ante nosotros. Es gradual y siempre está entre nosotros.

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Considero que el arte es una buena forma de conocer la naturaleza humana. Encontrar lo bello en sucesos cotidianos es un privilegio y por fortuna conozco muchas personas que lo han explotado. No niegan sus sentidos y son lo suficientemente sensibles como para que su cerebro les dispare una reacción química al ver, oler, tocar o escuchar la belleza.

Diariamente, mientras camino a la galería y de regreso, desconecto mi razón y me fío de mis sentidos. De un extraño rozándome el brazo, del olor a humedad, una persona silbando en la calle, el cielo. Vivir así me motiva a crear y a comprender lo que los demás entienden por belleza, sobre todo en el campo del arte.

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Las telas también tienen una belleza diferente. Recuerdo cuando estuve en Manhattan y fotografié la instalación de Christo en Central Park. Él y Jeanne-Claude habían escogido un color naranja que alegraba el parque. Era tarde cuando llegué, un día extrañamente frío. Quedé fascinado por su trabajo, pero me agradó más el sonido de las telas al viento. No sé por qué nunca me detuve a escucharlo, a la fecha se volvió mi sonido favorito.

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Aún no conozco alguien que se resista al encanto de una tela bordada. Últimamente he visto telas con intrincados diseños, todos para embellecer una prenda. ¿Cuántas horas tardaría una bordadora para terminarlos? ¿100, 300, 2000? No lo sé.

Bordar es un arte, porque representa una belleza difícil de apreciar: la textil. Porque sus técnicas deben tener muchos años. Porque requieren de paciencia y disciplina. Porque, al igual que los pintores, usan un lienzo y crean imágenes realmente hermosas con cada canutillo, lentejuela y listón que unen a la tela. Porque hacer todo esto requiere de una precisión quirúrgica. Creo que voy a investigar más al respecto.

Plantearme esta posibilidad abre un nuevo camino para mí, y podría tomarlo. Salir de mi mundo blanco y negro, ir por más. Entender porqué los colores cambian, por qué el rincón más profundo del universo guarda algo atractivo para nosotros, entender de dónde viene la belleza. Entender y sentir.