miércoles, 22 de diciembre de 2010

Entrevista: Clara González

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En ocasiones lo que uno planea no se llega a acomodar con lo que pasa en la vida real, porque pasan una y mil cosas que alteran el curso de nuestras acciones. Esta entrevista puede ser un ejemplo de esos casos.

Ya conocía el trabajo de Clara González, quien fue descubierta en un concurso organizado por la revista Elle y ha logrado cautivar a una clientela específica con prendas discretas pero elegantes. Lo que he visto de sus diseños (de entre los cuales incluyo su colaboración con la marca Rostan para El Palacio de Hierro) me parece perfecto para un tipo de clienta joven y distinguida pero que no busca ser ostentosa. El hablar con Clara reafirmó esa impresión.

Mi plan consistía en entrevistarla, ver su colección de primavera 2011 y postearlo inmediatamente pero el haber perdido por un par de meses el soporte digital de esta entrevista me dejó fuera de combate. Hoy lo recuperé y por fin puedo traerles esta serie de preguntas y respuestas sobre Clara, su colección y su trabajo. También estaré fuera de combate por una lesión y eso me ayudará a postear más seguido. Espero.

Por cierto, todas las fotos son de Miriam Orozco. Pueden checar más de su trabajo AQUÍ.

¿Qué es lo más importante para ti cuando creas un vestido de gala?

Hay muchos temas importantes para mi: la tela es importantísima, que quede bien el vestido, que esté cómodo, sea elegante. El equilibrio es muy importante para mí. Yo soy una persona a la que le gusta diseñar prendas sencillas, me gusta que mi ropa tenga un punto de enfoque pero que no esté sobrecargada. Que no le sobre ni le falte. Siempre busco ese balance: que tenga propuesta, que tenga diseño y que tenga, a lo mejor, algún volumen, algún pliegue, plumas... pero que esté balanceado y no sean demasiadas plumas, demasiados holanes. También entra dentro del balance que sea un vestido que enseñe lo que tenga que enseñar: que no sea sumamente sexy pero tampoco muy tapado, que sea perfecto y se sienta sexy, pero clásico y sofisticado.

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¿Te costó trabajo encontrar ese equilibrio?

No. Te diré porqué: esa es mi personalidad. Yo me visto, y todo eso se traduce en mi trabajo, no es que tenga que buscarle mucho. Simplemente diseño lo que yo me pondría: ropa contemporánea pero al mismo tiempo muy clásica, con algo de chic y elegante, y al mismo tiempo de repente sexy pero de una forma sutil...

Ahora ha habido una gran emergencia de diseñadores que crean vestidos de coctel y demás propuestas para la vida diaria, alejándose de la gala. ¿Tienes alguna recomendación para ese sector?

Que escojan la tela para lo que quieran hacer: ya sea un vestido con mucha caída o algo más. Es muy importante que le quede bien a la mujer, porque si no le acomoda, por más lindo que esté, no lo va a comprar. Es horrible ir a un evento con un vestido que te haga sentir incómoda. Acabas por irte del evento o cambiarte o pasarla mal. Por eso es importante la comodidad. aunado con la elegancia, eso es clave para hacer un buen diseño.    

¿Cuál es tu tela favorita y por qué?

La seda, todos sus tipos. Dependiendo de lo que necesito, cambio el tipo de seda. Por ejemplo: si necesito algo más rígido uso una organza o un raso, pero si busco algo con más caída escojo un chifón o un crepé... me gusta mucho la seda, así como las telas que tienen textura y las telas que son diferentes. Por ejemplo, en esta colección (primavera 2011) hay muchos metálicos, hay telas con textura, son una combinación de seda con lana... siempre escojo las fibras naturales.

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¿Es la primera vez que usas plumas en tu colección? ¿Qué te motivó a usarlas?

Siempre quiero hacer cosas diferentes. Creo que es lo que pasa en la mente de cualquier creativo: quieres avanzar y quieres hacer algo que no se parezca a lo que hiciste la vez pasada. Entonces, la vez pasada usé estoperoles, cadenas y muchas cosas que nunca pensé que usaría. Esta vez usé metálicos. Nunca me había interesado usar plumas y dije "¿Por qué no?" Se me hacen increíbles, sobre todo las plumas de avestruz. Quise utilizarlas, siempre había tenido 'la espinita'.

 ¿Cómo describirías a tu clienta ideal?

Es una mujer sencilla pero muy elegante, con una personalidad muy marcada, una mujer muy femenina y muy clásica pero a la vez es muy actual. Es una mujer que quizás trabaja o quizás tiene una gran familia o algo parecido pero está activa todo el tiempo. Vive en el hoy, le gusta la moda y le gusta verse bien, tiene esa vanidad de mujer sin llega a un extremo, manteniendo la sencillez y ese carácter humano y la sutileza.

¿Hay alguna prenda que no te guste y nunca metes en tus colecciones?

Mmm... Realmente no. Todas las prendas me gustan. Me gustan mucho los pantalones y los vestidos. Casi nunca meto shorts, no es mi prenda favorita, así como las faldas, prefiero los pantalones y vestidos tanto cortos como largos.

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Estoy notando que estos dos vestidos (fotos superior e inferior) parecen sacados de una película europea en blanco y negro. ¿Te inspiraste en el cine?

No. Mi inspiración es la paleta de color y la suavidad, feminidad y calma en la obra de Magritte.En sus pinturas ves colores muy suaves, tonos pasteles... falta (en el rack) un vestido rosa... también tonos verdes... toda la obra de Magritte y sus curvas suaves en sus desnudos femeninos. Las plumas tienen que ver con éste autor belga pintando paisajes y pájaros y así. También me inspiré en el origami, porque era fácil traducirlo a la ropa y porque siempre quería hacerlo. Me pasó que, cuando empezaba el proceso creativo de mi colección, veía origami en todos lados y pensé en aprovechar eso para integrarlo a las prendas.

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¿Qué pintura de Magritte influenció más esta colección?

Hay muchas. Me parece que en español se llama "La noche se encuentra con el día". Es un paisaje de noche pero el cielo es de día. Me encanta, y todo lo que hace. Me gustó que haya venido aquí a (el Palacio de) Bellas Artes porque no era alguien a quien le prestara mucha atención y a partir de ese momento sí lo hice.

¿Cuál fue la primera prenda que diseñaste? ¿Cuándo fue?

Fue mi vestido de Quince Años. No era como tal, era súper sencillo, lo podría poner ahora en la tienda e iría bien con todo lo demás. Era un poquito español: asimétrico de bajo, con caída y escote en columpio y en dos tonos: gris claro y gris oscuro.

¿Cómo se ha dado el proceso que comenzó en el primer boceto de tu primera colección y termina en tu boutique? ¿Es difícil, tiene algunas trabas?

Creo que es difícil, no tanto para posicionarte, porque es fácil llegar a algún lugar si tienes una buena propuesta, ya que logras que la gente te conozca por tu trabajo. Es difícil el tema de vender, tanto para mi como para todos los diseñadores en México. Hay pocos almacenes y pocas boutiques que vendan ropa de diseñadores mexicanos. Entonces es un tema y estamos haciendo algo al respecto. Existía la frustración en varios diseñadores y nos estamos uniendo para que esa frustración nos motive a vender y llegar a más lugares, no sólo en México sino en el extranjero.

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Para explicar esta respuesta es necesario detenerse un poco. Clara González, junto con Trista, Malafacha, Alexia Ulibarri y Macario Jiménez montaron Hilo Rojo, un showroom dedicado a sus colecciones de primavera 2011. Algunos de ellos se iban a presentar en la plataforma Fashion Week México. Sin embargo, la repentina cancelación del evento los dejó desamparados. Hilo Rojo busca ser una alternativa a los desfiles que no se pudieron llevar a cabo.

Clara González también diseña una línea alternativa: Rostan, para El Palacio de Hierro. Marguerite Rostan era la diseñadora oficial de la tienda en sus primeras décadas.  Actualmente, la marca está terminando su tercera temporada consecutiva para la tienda. A propósito de esto, quise que me contara más sobre el tema.

¿A qué tipo de mujer te diriges cuando diseñas para Rostan?

Es una mujer muy parecida a la de Clara González. La diferencia es que me dirijo a mujeres un poco mayores. Es una colección para una mujer más sofisticada, por así decirlo. Independientemente del tema que escoja, siempre tengo presente a Marguerite Rostan, por quien se creó esta marca. Tener presente esa idea significa sencillez pero al mismo tiempo elegancia y buen gusto, justo como era ella. Esta línea es para una mujer más sobria, más seria.

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¿Podrías describir brevemente tu proceso creativo?

Primero que nada es buscar la inspiración: yo empiezo con ¿qué no quiero? porque cuando empiezo una colección no quiero hacer lo mismo que la vez pasada. Luego me pregunto ¿qué quiero? ¿qué se me antoja? ¿qué me apasionaría hacer en la siguiente colección? Y ya con base en eso, tomo un tema que se acerca a lo que estoy queriendo. Por ejemplo, la vez pasada quería algo muy arriesgado, diferente a lo que había hecho, algo rebelde. Tomé el rocj como inspiración y surgió algo diferente a lo demás. Esta vez surgió la tranquilidad... (se detiene brevemente) creo que también tiene que ver el estado de ánimo en el que estoy.

Empiezo por ahí, y luego comienzo a investigar el tema, hacer bocetos, editar: decir qué se queda y qué no tiene nada qué ver; cambiar algunas cosas en algún vestido. Y a partir de ahí se hacen las pruebas: me pruebo en manta y en forro y dependiendo que la textura se acerque a lo que tengo pensado y después edito otra vez. Después sigue escoger las telas para lo que me tardo un rato. Para mi, el 50% de la prenda, o tal vez más, es la tela.

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Siempre me mantengo muy pegada a mi inspiración. Si no, lo que pasa es que haces una colección desordenada en la que una cosa no tiene que ver con la otra. Una colección sin coherencia.

Todas las personas que amamos la moda nos hemos enamorado de un diseñador o una prenda, llegando a niveles de obsesión distintos. ¿Hay alguna prenda o trabajo de un diseñador que te haya marcado o impactado de por vida? ¿O algo que te haya causado una impresión recientemente?

(Pausa larga) Recientemente me han impresionado mucho los vestidos de Marchesa, me parecen increíbles. Creo que en parte me surgió la idea de las plumas de avestruz por ver algunos de sus diseños en los que empleaban las plumas de formas interesantes. Creo que siempre lo hacen muy bien. Nunca he visto un vestido de ellas (Keren Craig y Georgina Chapman) al que le sobre o le falte algo, son perfectos.

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martes, 30 de noviembre de 2010

Musts desde México: Alejandra Quesada, primavera 2011

Reconozco que les debo esta entrada y muchas otras desde hace tiempo, por eso la posteo ahora. Sigo con la tesis y espero poder cantar victoria en algunas semanas. En fin, al grano.

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Les conté en un par de posts anteriores que la pasé bastante mal en este desfile por cosas que siempre discuto en este espacio. Y como en este post no tengo ganas de repetir lo que me molesta, me enfocaré en la colección. Además, demeritaría el trabajo de Argelia y, créanme, me gustó tanto como la colección.

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Vamos por partes, se llamó "Te Odio y Te Amo". Pero antes, quizá convendría un poco de contexto: Alejandra Quesada es la diseñadora del momento aquí en México. Sus colecciones, llenas de inocencia y cortes de otros tiempos, están combinadas con colores y estampados fascinantes.

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Por si esto fuera poco, me han comentado que maneja precios relativamente accesibles, una buena organización con la prensa y un espacio atractivo en el centro de la ciudad (lo visitaré uno de estos días). Yo añadiría un estilo bien definido que no busca imitar a Balmain, McQ o Lanvin. Una prenda de Alejandra Quesada es fácilmente reconocible.

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Seguimos con "Te Odio y Te Amo". Con las prendas que vi armé toda una historia en mi mente. Abarca 10 años en el tiempo y tiene que ver con el mismo tipo de persona, quizá con brotes de una doble personalidad. Como las historias de culto, no está ordenada cronológicamente. Vamos a ver si puedo recrear lo que pensé.

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Para mi, esta historia comienza en 1959 y termina en 1970. Se desarrolla en un pueblo pequeño, uno de esos en los que una boda es un gran acontecimiento porque no pasa mucho. La protagonista: una chica que se niega a crecer y a adoptar las modas aseñoradas de la época (y mucho menos el rol de la mujer), pero a la vez se fascina con algunas cosas del mundo adulto, como lo son la seducción, los bikinis y el maquillaje.

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Por eso sigue usando los cárdigans de cuando tenía 13 años sin importar la talla. Por eso también piensa en tomar el té con vajilla de plástico rosa o improvisar adornos para el pelo con esas flores que parecen más falsas que un billete de diez pesos (nota al pie: ya no son válidos acá desde hace más de cinco años).

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Como en el pueblo son conservadores, ven con malos ojos las minifaldas y demás modas que les llegan atrasadas de la ciudad más cercana, en parte porque no hay mucho qué hacer. Las joyas no se usan y los vestidos de gala se usan una vez al año, o nunca, porque hasta la fiesta del pueblo es informal.

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Pero también es en gran parte porque mucha gente se siente amenazada con las personas que son diferentes. Puede que ella haya enfrentado miradas desaprobadoras o risas mal disimuladas en su vida diaria.

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A la chica le importa un comino y se hace maxifaldas con los manteles y cortinas de su casa. El forro es mini, la falda es larga. Dos en uno, como el dilema de la chica que veo en esa colección. Por si quedara la duda de su carácter ecléctico, se pone las joyas de su madre y su hermana (una joven señora casada) con sus suéteres y cinturones de la escuela.

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Pero justo como todos tenemos que crecer en un instante, al final la chica se compromete y se casa... usando el vestido de la boda de su hermana a su modo. Para ese momento, lo romántico está fuera de moda (hasta para el pueblo) y las niñas grandes de finales de los 60 están siendo sustituidas por mujeres adultas y trabajadoras de los 70. Aún así, la chica sigue teniendo un encanto algo extraño: pasa de las reglas y no se ve como un desastre andante.

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Eso me intrigó mucho en la colección: el hecho de que se combinaran texturas, colores y accesorios que no se verían del todo bien juntos con éxito. Obviamente no todos los experimentos de Alejandra tuvieron éxito, pero muchos lo hicieron. El choque no sólo estaba en los estilismos, estaba en las prendas mismas. Algunos estampados decididamente kitsch chocando con una femineidad muy discreta.

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Y como saben, amo los riesgos y los amo aún más cuando dan resultado. Creo que esa contradicción, a pesar de que no siempre se puede expresar de forma clara, es lo que gusta a la clienta de la marca.

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¿La colección es usable? Casi toda. Más de una lectora de este blog se casaría con el vestido de novia o usaría alguno de los suéteres con una blusa de botones y unos jeans. Aún los vestidos más extraños y algunos estampados se pueden usar sin problemas. Y ahí puedo ver otra gran razón del éxito de Alejandra Quesada en México.

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La selección musical fue excelente y también fue una mezcla rara pero coherente. Desde Dolly Parton hasta un cover de los Smiths pasando por Paul Simon, no se sentían saltos entre canción y canción, algo que se agradece.

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¿Qué opinan? ¿Les gustó?

jueves, 18 de noviembre de 2010

My Current Obsession: Collision & Improvisation- Pizzicato Five

 

Hace años que no actualizaba esta sección y ahora lo haré con unos japoneses. Son una de mis bandas favoritas de toda la vida y estoy totalmente conforme al no entenderles ni una sola palabra.

Se llaman Pizzicato Five. Los escuché por primera vez en una compilación que me compré hace seis años y los amé. No les seguí mucho la pista hasta un par de años después, en los que encontré su MySpace (¿recuerdan que hace algún tiempo muchos tuvimos MySpace? Yo lo amaba). Bajé todo lo que pude, fotos, canciones y los puse en mis top friends. Sus canciones me hicieron idolatrarlos.

Resulta que ese MySpace era de algún fan porque la banda llevaba ya un buen rato de haberse disuelto. Y es que Pizzicato Five fue una de las bandas más representativas del Shibuya-kei (pop japonés con inspiración retro, pues)  en los 90. En Japón fueron (son, más bien) ampliamente conocidos y también ante algunas audiencias occidentales. Ya saben, esos que importaban viniles de Oriente hace diez años. La banda comenzó en 1985 con un sencillo llamado The Audrey Hepburn Complex (¿no les da curiosidad el título?) pero comenzó a tener éxito a partir de 1991.

Hubo un momento en los noventa en el que toda la actualidad estética vino de Tokio. Las personas mejor vestidas, las boutiques más vanguardistas (piensen en diseñadores como Junya Watanabe), la arquitectura más asombrosa y las sucursales de Prada y Louis Vuitton más lujosas pusieron a Japón a la cabeza del mundo "cool". No digo que Tokio haya dejado de ser una ciudad fascinante ni que se haya estancado pero fue curioso que todo esto surgiera al mismo tiempo.

Pizzicato Five fue parte de este movimiento pero ellos se lanzaban hacia otro lado: lo retro. En los noventa también tuvimos nuestros coqueteos con el retro. Bueno, yo no porque era un niño pero sé que los sesenta y los setenta regresaron de forma breve a la moda, el maquillaje y los peinados. Los de Pizzicato Five abrazaron esta tendencia y la convirtieron en todo un estilo de vida.

La banda, y los otros grupos que siguieron su ejemplo (los demás integrantes del movimiento Shibuya-kei), quedaron absolutamente fascinados con la cultura popular de otras décadas. Twiggy, Serge Gainsbourg, las películas de la Nouvelle Vague, Audrey Hepburn, el bossa nova, los inicios del hip hop, el jazz y esos saxofones y trompetas que escuchamos en el soundtrack de Prada este otoño y sobre todo, la idea de que regresar unos años en el tiempo era maravillosa. Creo que pueden entender por qué los amé desde el primer instante.

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¿Cómo no amar a alguien que va por la vida peinada así?

La cantante, Maki Nomiya es modelo y diseñadora. Debe tener uno de los closets más fascinantes del mundo entero por la mezcla de vintage (según creo, tiene un Courrèges original), ropa actual y algún otro tesoro que se puede encontrar fácilmente en un mercado. Las combinaciones -siempre ideadas por ella- con las que aparecía en sus videos eran audaces y mezclaban estilos por igual, siempre apegándose a la línea de tiempo 1961-1979. Abrigos de piel falsa, minifaldas, pantalones acampanados, colores muy chillones y demás, ordenados de una forma que tuvieran una loca coherencia entre ellos.

Obviamente el kitsch de la cultura popular sesentera es algo que también les fascinaba y lo expresaban perfectamente en la ropa de Nomiya y en los títulos de sus canciones. Eso los hace aún más atractivos para mi. Por desgracia, se desintegraron en 2001 y se dedican a otras cosas. Ya no componen canciones como Playboy Playgirl o Darlin' Of Discothèque (¿qué esperan? den click y escuchen), lo cual es muy triste. Si resurgen los sesenta como tendencia ellos tendrían mucho éxito.

Vamos con la canción. Collision & Improvisation viene en el único disco que tengo de ellos, Happy End Of The World. ¿Suena a 1997? Difícilmente, pero fue grabado en ese año. Conseguir discos enteros de Pizzicato Five es tan difícil (aquí, donde no hablamos japonés) como robar una joyería sin armas y vestido como payaso. O que nos dejen entrar a Louis Vuitton de Masaryk sin tener invitación en Vogue Shopping Experience.

Parece que el grupo metió a una licuadora ritmos diferentes de los años 60 y no le pusieron letra. Si escuchan con atención pueden darse cuenta que es algo así como un recuento del pop, desde la música que escuchaban en Mad Men antes de beberse tres martinis (los saxofones) hasta las melodías bobas que escuchaban quienes rechazaban a los hippies y abrazaban las minifaldas y los colores brillantes. Recuerden que el rock no aparece aquí, es sólo pop. Pero es como si reprodujeran cinco pistas al mismo tiempo. Y suena tan interesante, colorido y dinámico como lo fueron esos diez años del siglo XX.

Creo que la idea de Collision sale de esto. Yo lo noté hasta que escuché la canción seis veces, pero es que juntos son totalmente armoniosos. Sí, suena actual pero también suena deliciosamente retro pero no se puede saber del todo por qué. ¿Y saben una cosa? Las canciones de Pizzicato Five son adictivas. No importa que estén en japonés y tengan elementos algo cursis, se pegan. Y al menos a mí me ponen de buenas.

Por cierto, la canción tiene un remix. Es bastante bueno y aunque suena muy diferente, tiene elementos que identifican la canción. Creo que eso es lo que debe tener un buen remix. Es igualmente disfrutable, aunque menos retro.

 

Es bueno saber que alguien más comparte tu delirio, ¿no?

martes, 16 de noviembre de 2010

Fotos del Vogue Choppin’ Expiriens y así

Resulta que mientras estaba en reclusión de tesiseo (algo que me salté en este momento y por el que ñoñearé mañana) mi “estación de trabajo” se puso rejega con el internet. Aplaudo el esfuerzo del destino por enfocarme en mi tesis (y hasta el momento ha resultado) pero me desesperaba un poco el no tener mis programas para bloggear sin tanto problema.

Como les decía, el no estar en mi “estación de trabajo” me forzó a copiar y pegar mi entrada en Blogger, hacía casi un año que no lo hacía. ¿El resultado? Un completo desastre. Si tienen Office 2007 utilicen la opción de bloggeo directo o si pueden conseguir un programa para bloggear desde fuera (pregúntenle al Ornitorrinco, díganle que van de mi parte :P), háganlo porque se nota la diferencia y nos quita mucho tiempo que podríamos aprovechar en otro post, por ejemplo.

El punto es que la entrada anterior fue un FAIL con los links, y le iba a poner las fotos del evento, pero mejor hago otro post con él. Ya conocen los pormenores del evento, ahora vean algunas imágenes. Todas y cada una de las fotos fueron cortesía de Paola.

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Gucci fue nuestra primera parada. En la boutique, además de tener la presencia de una maravillosa vendedora y de unos macaroons (yo nunca los había probado pero creo que entiendo la fascinación de todos, Sofia Coppola incluida, por ellos. Por cierto, ¿ya vieron Somewhere?) pudimos apreciar algunas cosas interesantes como vestidos de la última colección y otras cosas rarunas como los jumpsuits de 3 mil dólares.

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Esta pobre mujer que ven aquí estuvo parada toda la tarde en el escaparate de Frattina. Aquí, además de ser acosados, encontramos que en Masaryk, lo caro y el mal gusto a veces son sinónimos. En este caso la pobre modelo iba bien vestida, pero si hubieran visto las prendas en la tienda, quizá estarían de acuerdo conmigo. Digamos que la planta alta, de Escada, era un regreso a una telenovela situada en 1998.

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Al ver estos vestidos, Paola y yo hablábamos sobre nuestra graduación. Yo no fui pero ella sí y salvo los materiales, precios y el largo, los vestidos se parecían bastante. Y nuestra generación no se distinguía precisamente por ser muy estilosa. Eso sí, en el piso de arriba, el drama de los vestidos estaba a todo lo que daba. Pero no dejaron tomar fotos del drama de Escada y Bagdley Mischka.

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¿No les da un poco de nostalgia de finales los 90? Como que yo tengo ganas de escuchar a los Vengaboys, usar colores chillones y ver capítulos de Sabrina, la Bruja Adolescente antes de que mis padres vean la telenovela. Alguno de los personajes (yo me imaginé a la suegra rica y malvada pero se vale cambiar de estereotipo) amaría vestirse acá.

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¿No les digo? Ya en serio, los precios y la calidad de las telas no estaban nada mal pero entrar a la tienda sí era un poco nostálgico. Como a una época en la que Ivana Trump era la mejor vestida del mundo y, ¿por qué no decirlo? en la que que un lujo decadente-pero-conservador imperaba en los clósets de madres de familias millonarias hace más de una década. Seguro el señor Quinquillero sería extremadamente feliz en esa tienda.

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Señores que aman Vuitton aunque nos nieguen el acceso a su tienda. Me pregunto si alguna actriz de telenovelas se estaba probando los vestidos de la nueva colección. Con eso de que gustan del escote…

Oops, ¿eso lo pensé o lo blogueé?

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No sé ustedes pero a mi esta foto me encanta. Me gusta mucho el corte, la composición en general y los zapatos que fueron la locura de editores y clientes potenciales por igual. Debido a que en este blog amamos decir la verdad, les chismearé que costaban 22 mil pesos. Con eso podemos comprar 16.9 pares de zapatos en Zara con el mismo diseño pero en terciopelo y sin el moño. No bromeo.

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No quiero los tenis, ni la bolsa. Quiero las revistas. Sin comentarios…

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Me acabo de dar cuenta que nunca reseñé la colección de invierno de Chanel. La verdad es que me gustó mucho y los abrigos de piel falsa jamás van a ser lo que eran antes. Y es que Karl Lagerfeld puede apadrinar a modelos idiotas como Giabiconi y declarar cosas que nos escandalizan –con justa razón- pero es maravilloso. Encontramos en la tienda pocas prendas de invierno pero tienen cosas interesantes. Y es que algo de Chanel tiene altos estándares de calidad. Por cierto, si quieren post de la coleción, voten en los comentarios.

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Afuera de Marc Jacobs. Una de las personas de la entrada –en Max Mara- fue la que se puso ruda cuando fui a recoger mi pasaporte. Y luego quieren que perdamos el miedo a las tiendas de lujo… (nota: no considero a Max Mara como tienda de lujo. Y menos con el hecho de que copien ropa de Balenciaga. La calidad es otra historia)

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Un delicioso detalle en Salvatore Ferragamo. No nos hicieron mucho caso en la tienda pero al menos, las personas de catering siempre nos trataron bien en todos lados. Me imagino que es porque saben manejar grandes cantidades de gente de un modo eficaz.

Y yo nunca le doy la espalda a mis lectores pero si no, no apreciarían el detalle de esta mascada.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Vogue Choppin’ Expiriens o Fashion’s Night: Out

Ayer fue la tan esperada sesión de Vogue Shopping Experience. Si no se enteraron, les cuento brevemente: fue una idea de la edición mexicana de Vogue para acercar a la gente al consumo de lujo. Si bien existen personas como Juan, Botica y Eduardo, quienes han comprado en estas tiendas y conocen precios y estilos, existe un sector allá afuera que tiene miedo a comprar por asuntos que no vienen al caso. Este evento tenía la intención de borrar ese muro invisible entre el comprador potencial y la boutique. También era una respuesta mexicana a Fashion’s Night Out. Puede que la –gran- Cathy Horyn no crea que es una buena idea pero un evento con DJ’s, celebridades, juegos y un gran desfile de modas vuelve a las compras una experiencia lúdica.

Vamos a empezar resumiendo algunas cosas del evento general y luego comentamos otras cosas importantes, ¿les parece?

Lo bueno

-chocolates en forma de zapato en Ferragamo.

-un catering excelente en Burberry. Y ahora imaginen a unos modelos ofreciéndoles canapés a cada momento.

-El grafólogo en Montblanc.

-La atención en Gucci, insuperable. Amabilidad, información adicional y una vendedora que nos dio su valioso tiempo mientras dábamos vueltas por la tienda. Si por mí fuera, la nombraría gerente de una tienda departamental.

-En Marc Jacobs, las prendas de la temporada actual y el staff que describía este maravilloso abrigo mientras Botica se lo probó.

-Los promotores del evento. No convivimos mucho con ellos pero fueron atentos.

-En Hermès nos enseñaron a jugar con las mascadas y pañuelos. Yo pedí un turbante.

-Creo que el estar con algunos de mis bloggers mexicanos favoritos y con Paola es algo que nada puede sustituir.

Lo malo

-Fui a recoger mi pasaporte a Max Mara y tuve una recreación de la famosa escena de la boutique en Pretty Woman, sólo que en el DF y con un bloguero en lugar de Julia Roberts. Las vendendoras de la tienda fueron muy amables, pero quien pecó de arrogante fue el guardia de la tienda (!), quien no me quería dejar entrar a recoger mi ‘documento’. Empezamos mal.

-El evento prometía actividades hasta las 9:30 de la noche. Para antes de las 8 estaban cerrando y para las 9 ya estaba casi todo muerto.

-Fue menos gente de la esperada.

-Ofrecieron el turibus pero el tránsito pesado hacía más práctico el caminar a las tiendas.

-En Frattina, acosaron a Bere por tomar fotos. Temo decirles que la selección de la tienda me parece un poco… uhmmm… kitsch. Esperaba más de marcas como Escada y La Perla, quizá sea por la selección.

-En muchas tiendas la política de “no fotos” fue totalmente inflexible. En Ferragamo primero nos dijeron que sí y luego que no, con el tan característico “una disculpa, seño”. En la tienda, nadie nos peló.

-La bolsa conmemorativa del evento era del mismo material que la de Wal-Mart. Es en serio. La de Zara costaba más pero era de mucha mejor calidad.

-No nos dejaron entrar a Louis Vuitton. Los guardias nos dijeron que sólo podíamos ingresar con invitación (!)


Lo feo

-A Paola le tocó presenciar que en Burberry, Botica Pop se probó un abrigo, para molestia de la vendedora. Cuando lo iba a regresar al estante, la vendedora, enojada, se lo quitó. Como acotación, la prenda no corría el riesgo de ser estropeada por bebidas o alimentos. Okaaaaaay, señora de Burberry.

-Un par de comentarios despectivos por parte de un bartender. Pregúntenle a Monsieur Noir.

Y entonces, por una vendedora elitista en Burberry, un bartender, un guardia y una invitación, todas las buenas intenciones de Vogue se vienen abajo.

Ahora vienen los comentarios importantes.

Hace 4 años Vogue México era mi revista favorita porque me parecía lo máximo: diseñadores famosos, un mundo lujoso y despreocupado combinado con lo que se “debía” comprar en ese momento. Según mi punto de vista, el trabajo es bueno, porque no es fácil armar una revista de prestigio y circulación nacional (e internacional, si tomamos en cuenta que llega otros países en América). Actualmente leo otras publicaciones pero me agrada que vayan publicando más contenidos autónomos y no solo traducciones de fotos de W, Vogue US y Vogue Paris (un pequeño detalle, las prendas de esas editoriales no siempre se consiguen acá). También creo que en la moda también se tienen que percibir aspectos más profundos que los nuevos estilos.

De 2006 para acá las cosas han cambiado mucho. No necesito decirles que fenómenos como Tavi o Bryanboy han abierto la puerta de un mundo que hasta ese momento era celosamente guardado por las editoras. Ahora todos –literalmente- podemos tomar fotos, criticar, comentar, y comprar. La moda se ha vuelto homogénea también y esa corriente no se puede ignorar. Si se hace, corren el peligro de morir por obsolescencia.


Todos fuimos adolescentes y tuvimos nuestros niveles de rebeldía. Algunos drameaban y se encerraban en su cuarto (ejem, ejem, yo) y otros se tatuaban, llegaban tarde… en fin, entienden a lo que me refiero. Y una de las principales frases de nuestra adolescencia era el “es que mis padres no me entienden”.

Eso es lo que pasa con Vogue. No dudo de sus buenas intenciones y se demuestran con la idea del turibus, de las personas sirviéndonos tragos y unos canapés de lujo en las boutiques. Se agradece mucho pero no es suficiente. Creo que lo que quieren resolver es un poco más complejo y necesita de comprensión. Y como dice una frase “el camino hacia el infierno está lleno de buenas intenciones”. Entiendo que es algo fuerte pero sigan leyendo y verán por qué la uso.

Creo que la clave para entender todo esto es algo que escuché hace ya algún tiempo. La revista está interesada en un tipo de lectora rica, elegante, sofisticada, que se codea con las elites culturales e intelectuales del país. Alguien del jet-set. Alguien conservador. Y está muy bueno que tengan bien definido al público, no por nada la revista lleva tantos años de publicación.

El problema es que hay cosas que aún no se dejan ir. Traigo esto a colación porque JsN mencionó en un post que en la revista se bajaron “de un trono imaginario”. Sí, es cierto, pero ¿cómo podemos perder el miedo a comprar si literalmente nos cierran las puertas de la tienda en la cara porque no tenemos invitación en un evento POPULAR? Detalles en apariencia insignificantes destruyen ideas como Vogue Shopping Experience.

No voy a tirarle estiércol a mi exrevista favorita pero creo que esto refleja problemas clásicos en la organización de eventos por acá: desorden y personas que no obedecen instrucciones, saboteando el propósito de dichos eventos. Y ya sé que no es fácil ni rápido coordinar grupos grandes pero es totalmente necesario. Ahí entra una parte positiva de la jerarquía en las empresas: los empleados saben que son piezas de un rompecabezas y si falta uno, el cuadro no está completo. Puede que me equivoque pero creo que eso lo supieron en Fashion’s Night Out. Literal, Anna Wintour se bajó del trono y fue a Macy’s a platicar cinco minutos con los clientes. Y por cierto, Wintour dijo al presentar el evento que no importaba si no compraban, lo que importaba era que se acercaran a las tiendas sin importar la situación de la economía. Acá, algunas cosas estaban condicionadas a la compra.

Hace algunos ayeres nos enseñaron el concepto de corazón ideológico y englobaba tres cosas: Misión, Visión (a corto o largo plazo) y Valores. Las empresas lo tienen en ocasiones y estas tres categorías se pueden resumir en una oración, además de que todos los empleados deben trabajar para lograr esas tres cosas, en teoría. No sé si en el evento lo planearon de ese modo, pero si no, podría ayudarles mucho el plantearlo y regirse por las categorías que les acabo de mencionar.

El definir esto ayuda a saber hacia dónde queremos llegar y de algún modo, cómo lo lograremos. No digo que sea fácil, pero es necesario, y se necesita de una lluvia de ideas para poder ser lo más claro posible. A lo que voy es que se pudieron haber evitado incidentes como los de Burberry y Louis Vuitton si se manejaran estas tres cosas y se eliminarían muchas incoherencias como las que sucedieron.

Ahora viene lo opuesto. El éxito de la noche fue Zara. No sólo había una GRAN actividad en cajas, sino que aún había cocteles, bocadillos, música y espacios para comentar las prendas que ofrecían. ¿Y saben qué? TODO lo que vimos en el recorrido estaba ahí: los zapatos de Vuitton, una falda de Chanel, abrigos militares como los de Burberry… Y es que Zara lo tiene todo para el tipo de público promedio. Producen las prendas con una rapidez de miedo y los hits de la temporada cuestan una fracción que los elementos originales. Algunas revistas las usan para sus editoriales. En Zara conocen bien al motivo de su éxito aquí y por eso se esforzaron en complacerlos.

No les voy a decir que vayan a incendiar las tiendas de Masaryk y boicoteen a la edición mexicana de Vogue. Repito: la idea no fue mala pero, al menos desde mi punto de vista, tuvo importantes fallas por lo que no sé si causó el impacto deseado. Y más si recordamos el target de la revista y las actitudes pasivo-agresivas (de un sabotaje velado, pues) de algunas personas. Repito: algunos (como la vendedora en Gucci) se portaron maravillosamente con nosotros porque entendieron el concepto pero otros no, y destruyeron la idea general del evento.

Ya para acabar, Paola tomó unas buenas fotos del evento. Si lo desean, las posteo la próxima semana. Voten en los comentarios ;)

Chequen las reseñas de Juan AQUÍ

y la de Botica ACÁ

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Regreso intempestivamente para decirles…

…que hay muchas cosas por contarles, pero iremos de a poco.

-Ya estoy en el último capítulo de mi tesis: Acabo de tener el capítulo 2 aprobado por mi asesor (necesito corregir algunos asuntos con las citas) y al rato le pediré opiniones del 1. Si todo sale bien acabaré eso muy pronto. Pero justamente necesito un poco de tiempo para hacerlo de la forma correcta. Y es que si no acabo ahora, no acabaré nunca.

-Le bajé dos rayitas a mis redes sociales: Si vieron que no se contestaron comments o desparecí de otros blogs, es por el asunto tesis, porque de otro modo me distraigo fácilmente. Espero poder apurarme y tener más tiempo libre para todos. Por el momento, pensé en reabrir mi Formspring, así que si quieren hacer alguna pregunta, métanse a www.formspring.me/Aldonautico (esta idea se la copio a Guapóloga, por cierto)

-Estoy colaborando para una revista: Detesto la presunción de una forma tan in-your-face porque, como dicen un refrán de nuestro país “dime de lo que presumes y te diré de los que careces” pero ese no es el punto. Desde agosto soy becario en la revista Eve, las cual trata temas de moda y belleza. No estoy en el departamento de moda pero la paso súper, para qué negarlo, y hago lo que me gusta. En la edición de este mes hice una notita sobre uno de mis blogs favoritos: Fifi Lapin. Qué ganas me dan de hacer una nota sobre Cool and Chic, Raquel, Botica Pop o el blog del Señor Quinquillero, ojalá pueda algún día. Mientras tanto, este es el link de Eve en Facebook; pueden encontrar la revista a nivel nacional.

-Mañana es Vogue Shopping Experience: Se supone que es algo parecido a Fashion’s Night Out pero aplicado al sector del lujo en el Distrito Federal. Tengo comentarios al respecto y tengo buenas expectativas para el evento, pero ya les contaré el viernes. Aún están a tiempo de registrarse, pasen a www.vse.vogue.com.mx para todos los detalles. El evento es mañana. Si me ven, saluden. Por cierto, aún no sé qué me voy a poner. Oh, el drama de un Blogger de moda :P

-Muerte por Des-Lanvinización: A estas alturas ya todos saben que el as bajo la manga de H&M es una colaboración con Lanvin. Esto se suma a las razones por las que Elbaz debería tener una estatua (ya tiene la Legión de Honor en Francia), otra de ellas es su consideración al cambiar unos tacones dolorosos por flats para que las modelos no cayeran al suelo. Elbaz defiende la idea de que la comodidad es un elemento esencial de nuestro atuendo. ¿No es maravilloso ese hombre?

En fin, estábamos en Lanvin y H&M: Les digo que la colección sale en unos días y ya sabemos que las prendas se van a agotar en 30 segundos, va a haber gritos, golpes, llanto y las cosas que se dieron en ocasiones anteriores (Cavalli y Jimmy Choo). Como no hay H&M en México, no habrá Lanvin para mi. Pero si jugamos al “What if…?”, estas serían las piezas que pediría de la colección:

*Número 1: Los lentes. Se ven hermosos y cuestan casi lo mismo que unos lentes en una tienda de autoservicio (y no estoy bromeando).

*Número 2: Este traje de la colección de hombre. Me encantaría usarlo en mi examen de titulación. Sólo me falta un alma caritativa.

*Número 3: Este abrigo, para mi mamá. Si me leen desde hace tiempo, ya se saben la escena. Yo digo “Oh, Dios, Lanvin para H&M” y mi mamá “Qué cosas tan horribles” o “¿En qué te andas preocupando?”. Pero no importa, de todos modos le encantaría tenerlo.

-Tengo muchas cosas que postearles: Ni se imaginan, de verdad. Pero les pido un poco de paciencia, ¿les parece? Por lo pronto les prometo el post sobre Vogue Shopping Experience el viernes y algo más la próxima semana.

Bueno, me voy a corregir mi tesis. Deséenme suerte.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Entrada en la que hablo sobre mi experiencia en Mercedes Benz DFashion

Esta entrada se va a tratar sobre los dos primeros días de Mercedes Benz DFashion. En esta entrada podría despotricar, insultar y ser sarcástico con todos pero no puedo. Estoy decepcionado y triste, más de lo que se imaginan. Y a lo largo del post les explicaré por qué.

Tenía muchas esperanzas para la fusión de dos plataformas de moda en México. Como saben, está IDM, estaban Mercedes Benz Fashion Week, DFashion y la difunta Fashion Week México. Cuatro plataformas, demasiada confusión. Al final, una desapareció y dos se fusionaron. IDM estuvo el mes pasado y ya hablamos de ella. Mercedes DFashion se vería como una mezcla entre el prestigio y el gran presupuesto de Mercedes y las habilidades de organización y el trato en DFashion. Sonaba bien, ¿no?

Me registré y puse a Paola como fotógrafa del blog, ambos nos registramos a tiempo con lo que nos pidieron y en apariencia no hubo problemas. A Paola la rechazaron via mail y conmigo no tuvieron ese delicado gesto. Llegué tarde a la entrega de gafetes de prensa. Pero me congratulé de hacerlo porque muchos de prensa llevaban dos horas formados, en el sol y sin respuesta por parte del staff. Después, tuvimos un momento (con gente importante en la industria editorial) de “Ash, que las invitaciones son millones… ufff… ay, espera, deja contesto mi Nextel, ahorita sigo buscando tu acreditación…” y en las que, de malas, la gente del staff entregaba acreditaciones. Al final, casi a mediodía, un individuo de lentes de pasta me dijo “Ah, es que no te llegó el mail… ¿qué crees? Estás fuera del registro. Una disculpa”. Pude y debí enojarme, pero me entristeció. Les puedo confesar que en Mercedes Benz DFashion me rompieron el corazón, y no porque me rechazaran como prensa. También por un trato despreciativo, una pésima organización y un abucheo seguro por parte de un profesional de las Relaciones Públicas.

En este asunto seré muy breve: hay muchas agencias de lo más capaces en organización de eventos y RP en el Distrito Federal. Por lo que me han contado quienes trabajan ahí, la actitud de los del staff con los gafetes de prensa y con el “no te llegó el mail” los hubiera tenido más que despedidos al instante porque es antiprofesional y una falta grave tanto en la cortesía como en el objetivo principal: mantener una relación amigable con TODOS los medios para promocionar algo. Sé qué han despedido a publirrelacionistas por faltas mucho menores que esa (como meterse a Facebook en horas de trabajo), así que no me vengan con un “es que tú no entiendes cómo funcionan estas cosas”. No es un pecado pedir ayuda a un experto (en este caso, de las RP) cuando no se conoce bien el asunto que se te encarga.

A los publirrelacionistas de Mercedes les interesa más la alta sociedad, la gente bonita que sale en esas secciones que –casi- todos se saltan en las revistas y periódicos. No lo digo al tanteo, desde la primera vez que fui lo noté. Les informo que el personaje de sociedad no compra las prendas de los diseñadores y quien lo hace no suele asistir al desfile (para eso hay showrooms). El personaje de sociedad se la vive en las sucursales de Louis Vuitton y Chanel en el DF. Y no es algo malo, es un público que no ha sido seducido por las prendas mexicanas y sus razones tendrá. Pero también existe otro tipo de público, con un poder adquisitivo un poco menor pero que puede hacer encargos a diseñadores mexicanos; ese tipo de público puede poner a girar muchas empresas. En Mercedes no pueden saber si una vecina de Trendt quiera un vestido de, digamos, Edgardo Luengas (intuyo que estaría bonito) y él lo pueda recomendar.

No sé por qué en Mercedes –y en otros sitios en general- se olvidan de que estamos en México. Y en nuestro país, como en muchos otros, la distinción y el estilo no tienen un signo de pesos y la diversidad cultural es lo que nos hace famosos en el mundo. ¿Queremos ser una pequeña y deficiente sucursal de Miami? No creo. Y sí, hay un sector de gente rica y hermosa pero no son los únicos que pueden comprar y en algunos casos a la gente de ese sector la moda mexicana le da igual.

Y en momentos como estos, gente, extrañé al equipo de DFashion. Sí, no todo era miel sobre hojuelas, pero tenían cosas muy buenas: menores retrasos, una (infinitamente) mejor atención a medios, un trato eficiente en pasarela y una mejor organización. Al fusionarse, eso se perdió (chequen otra opinión sobre este evento en el post de Botica Pop). Tampoco voy a decir que fue del todo malo –por ejemplo: el espacio está bien aprovechado, los asientos son cómodos y no me ha tocado ver fallas en los proyectores y así- pero creo que han cometido graves errores de Relaciones Públicas con los medios. Sí, han reservado las primeras filas para editores de revistas, pero vi a muy pocas. Y si les recuerdo el gran problema que fue para recoger acreditaciones, creo que entenderían por qué no asisten.

No sé si alguna vez han tenido ganas de salir corriendo de un lugar. Yo lo sentí en el desfile de Alejandra Quesada. No me malinterpreten, la colección tuvo muchas cosas muy buenas y vamos a hablar de ellas en su momento… pero en primera fila, frente a mi, sentaron a una celebridad cualquiera. Un tipo que cantaba en un grupo pop hace diez años y hoy se dedica a destrozar canciones del pasado. Ojo: no traigo nada en contra de las celebs, y menos porque en el mismo desfile estuvieron Ely Guerra y Natalia Lafourcade, dos cantantes talentosas, amables y sobre todo, que compran diseños mexicanos (hasta me tomé una foto con una y le dio una gran lección de humildad a muchos asistentes. Es solo el saber cuánto es lo que vales sin querer demostrarlo a toda costa). Y mientras escuchaba a Dolly Parton en la música del desfile, me sentí desolado. No se imaginan cuánto. Para mi era muy triste ver al douchebag cantante ese sin poner atención en el desfile, a otros riendo y tomándose fotos, a una mujer peleándose por el front row, al “coro de la adulación”, a algunos interesados y al individuo que escribe esto con su carota de tristeza. Si alguna vez hago un cortometraje o algo, recrearía esa escena y lo angustiante que fue vivirla.

Esto me hace preguntarme ¿quién gana aquí? Claramente no son los diseñadores, ni son los que cubrimos eventos por el mero gusto de hacerlo. Y es lamentable, porque al fin y al cabo la moda debería ser en primer orden y el dinero y la fama después. O quizá me equivoque y ese círculo tan cerrado en realidad debe decidir quién accede a la moda y quién no dependiendo de con quién se junta, si va a los eventos del “tout Mexique” y tonterías como eso. No sé por qué me sentía en el México de los años 50, cuando la idea del “tout Mexique de este lado y de la prole del otro” estaba más arraigada.

Si alguno de mis lectores quiere y puede comprar prendas de los diseñadores mexicanos que aparecen en Mercedes, hágalo. Pero búsquenlos directamente, creo que es más provechoso para ambas partes. Además, algunos de ellos son más amables y están sometidos a una menor presión. Olviden MBDF, mejor vayan a lo seguro.

Les presentaré en estos días lo que he cubierto (con fotos) y Para mi es muy triste renunciar a esto de cubrir desfiles. Ni se imaginan lo difícil que es escribir esta entrada, pero ¿para qué sigo con alguien a quien no le intereso? ¿Para qué me tomo en serio lo que muchos se toman como un jueguito o como una oportunidad para ascender socialmente? No voy a dejar de interesarme en la moda ni en los diseñadores que me gustan, pero creo que si las cosas siguen así, esta es la última semana de la moda en México que voy a cubrir y creo que las cosas no van a cambiar, entonces dejemos a Mercedes y a sus personajes de sociedad solos en su área VIP. Y para mi es triste decirlo ahora, pero confío en que después ya no me va a importar. Agradezco a ustedes, lectores, por venir a este espacio y por leerme.

 

martes, 12 de octubre de 2010

IDM, dia 3.

 

Vaya que me he tardado en actualizar esta entrada. En mi defensa –si es que la hay- puedo decir que tengo serios problemas de organización pero en realidad esto no es del todo cierto. Sí, he tenido varias cosas que hacer pero estuve estas casi tres semanas pensando en estructurar bien algo que voy a comentar.

El último día al que asistí fue uno de los más prolíficos en desfiles. Asistí a Marvin y Quetzal, Macario Jiménez (menswear), Lola de Alejandro y César Arellanes. En realidad son muchos los desfiles, todos seguidos y muchas cosas que comentar.

No es un placer para mí comenzar con un tono desagradable, pero por razones de ética tendré que hacerlo. En el primer desfile, Marvin y Quetzal, las cosas estuvieron lejos de ser consideradas como una buena colección. Advierto a mis lectores fans de la marca que los comentarios que siguen no van a ser agradables para nadie.

DISCLAIMER: Quiero decirles que medité durante algunos días lo que iba a redactar y lo consulté con otros. Quise escoger con cuidado mis palabras para que ustedes, lectores, no se llevaran una impresión equivocada. Si bien es cierto que Marvin es amigo de mucha gente poderosa en la industria mexicana, también lo es que yo no pertenezco a the “it” crowd y puedo tener una opinión diferente sin tanto problema. Y por cuestiones de ética tengo que decir lo que pienso. Si no, reviento. Y estoy consciente de que esto no le va a parecer a muchos.

Como la colección me pareció terrible, me aconsejaron que no opinara al respecto. Pero creo que debo hacerlo, porque abarca muchos de los puntos que se deben evitar en una colección y en una marca mexicana. Para mis lectores foráneos: Marvin Durán y Quetzal Rangel se conocieron en una escuela de diseño y lanzaron una marca hace algunos años, lo cual los volvió muy populares en varios circuitos de México. Por desgracia, Quetzal se suicidó hace dos años y tanto la firma como Marvin asumieron una pérdida irreparable.

He visto a Marvin una vez en mi vida, creo que lo que pasó con Quetzal fue terrible y, salvo una vez (la que conocí a Marvin), nunca había visto sus prendas en un aparador. A lo que voy con esto es que no le tengo “mala voluntad” pero creo que nuestros conceptos de diseñar ropa no coinciden y quizá nunca lo hagan. De todos modos trato de no cerrarme a lo que presentan. Para ver las imágenes de su colección den click AQUÍ.

Mientras esperábamos al desfile, se presentó una situación muy desagradable: se repitieron boletos en primera fila y un miembro de IDM pidió de forma poco cortés a una persona que se levantara. Pero aquí sucede un caso inverso al “¿qué no sabes quién sooooyyy?” porque la persona en cuestión era conocida, a diferencia de muchos que hacen ese tipo de escándalos en los desfiles. Fue algo muy desagradable.

La situación no mejoró al iniciar el desfile: la deconstrucción de una prenda y el humor llevados hasta un punto en que no eran divertidos ni propositivos. Las telas daban la impresión de haber sido escogidas sin mucho cuidado (no vamos a entrar en polémicas, vean las fotos). La idea de pegar moños en camisetas oversize con algunos holanes y osos de peluche en la cabeza se ha visto en otras colecciones abordada de una mejor manera.

Escuché comentarios relacionados con la coherencia de la colección: aparentemente era mejor. Pero la calidad de las telas y la inspiración TAN sospechosamente parecida a las colecciones de primavera de otras marcas (Miu Miu, Viktor&Rolf, Lanvin, Alexander Wang) me dejó con un mal sabor de boca. Lo peor fue la ovación del final: muchos de los invitados se pararon y aplaudieron a rabiar.

Esto tiene que parar, chicos. Talento no sobra en nuestro país: lo que esta de más es un grupo de gente que apaga su sentido crítico para poder ascender socialmente: todo muy bien, aplausos, mirar feo a los nacos que son PGA (pura gente anónima), fotos con los amigos en el front row para el Facebook, “el mundo fashion”, el miedo a decir la verdad. Basta.

Lo único bueno que puedo decir al respecto es que Marvin tiene talento como estilista. Las combinaciones inusuales son su fuerte y debería explotar eso en editoriales para revistas. Hay muchas que necesitan algo de variación en sus contenidos, por más comerciales que sean. Con las conexiones que tiene, no le será difícil hacerlo.

Es injusto todo esto tanto para los clientes potenciales porque no encuentran muchas cosas agradables, para los bloggers que no son fans porque probablemente se expondrán al trolleo incondicional si dicen la verdad y para Marvin porque la sorna, la hipocresía y el aplauso vacío son tres cosas que nadie quiere para sí mismo. Es injusto para mi por estar dando tantas explicaciones antes de decir que la colección simple y llanamente fue muy mala y punto, pero lo hago por una razón: jamás voy a olvidar la reacción tan negativa que tuvo Juan en un post sobre DFashion. Los insultos que recibió lo motivaron a no volver a cubrir un desfile en México y es lo que quiero evitar.

Nos interesa la moda y no se nos paga para cubrirla: no vamos a los bares ‘in’ ni nos codeamos con celebs. Y si no insultamos a nadie, no merecemos ser tratados mal por exponer nuestra opinión. Porque, citando a los sabios padres y amigos alrededor del mundo: “Alguien te tiene que decir cuando estás mal”

Queridos diseñadores furiosos: entiendan que las críticas son un mal necesario si quieren trascender. Cuando presenten colecciones, desconfíen de quien no quiere señalarles sus errores con honestidad, porque probablemente sólo quiera quedar bien con ustedes. Si alguien les dice “me gustó mucho esto, está muy padre, pero creo que puedes cambiar esto por blablablá”, es porque observó sus creaciones y las valoró. Si alguien les dice “maravilloso, ¡excelso!, súper fashionístico, eres perfecto”, quizá no está siendo sincero con ustedes. Obviamente reclamen sus derechos si alguien los ofende, pero una crítica bien argumentada no entra en ese rubro.

A partir de este momento se acaban los malos comentarios. Debo decirles que el mal sabor de boca que me dejó ese desfile desapareció muy pronto con las dos siguientes colecciones que presencié: Macario Jiménez y Lola de Alejandro.

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Macario Jiménez es alguien ya muy conocido en México. Desde que recuerdo (2003) es famoso y tiene ya una clientela muy establecida a la que complace con sus diseños. Según tengo entendido, vende una cantidad nada despreciable, a pesar de que muchos sus diseños son hechos sobre pedido.

El punto es que en esa colección se enfoca en las prendas de hombre de una manera muy fresca y deportiva, rescatando la guayabera, un tipo de camisa que se utiliza en el sur de México y otras partes de Latinoamérica (me encantaría tener una guayabera tradicional, por cierto). En la colección existieron muchos shorts y prendas hechas con tela de camiseta, ese algodón con propiedades elásticas y frescura.

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Si bien la tela de camiseta no es de mis favoritas (quizá porque me recuerda a Alexander Wang), creo que la confección no es un problema para Macario, ni la calidad. Ni la búsqueda del estilo, porque a estas alturas del partido él ya sabe lo que quiere y para quién va a producir. No necesita muchas referencias.

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Me gustaría sinceramente ver esta colección producida en masa. La calidad fue muy buena y creo que va a la par con las tendencias masculinas. Se agradece mucho que no haya un rezago en esto y se acepten los nuevos cortes sin perder el estilo característico de la firma. De otro modo la moda no evoluciona y las firmas de estancan. Primero se ven algo desfasadas, luego ridículas y después de algún tiempo el público pierde interés. Repito, esto no le pasa a Macario Jiménez.

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Debo decir que la siguiente colección, Lola de Alejandro, fue mi favorita de todas las que vi en IDM.

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La marca tiene un público muy bien definido. Me queda claro que son señoras con una posición económica elevada y una vida social frecuente (son el tipo de gente que de verdad va a un evento exclusivo y no lo presume porque no es necesario en su posición). Este tipo de público sabe bien lo que quiere y es tremendamente exigente: si un diseñador no les da lo que quieren, se van con otro. Piensen en las clientas de Oscar de la Renta.

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Innovar en ese sector es difícil… si uno va comenzando. Como Alejandro Carlín no es ningún principiante, ya encontró el balance entre la proposición y las exigencias de su clientas. De ese modo logra que su colección sea muy coherente y nada aburrida. Algunos dirían que sus prendas son aseñoradas, pero el largo y el color de varias piezas contrarrestan el aseñoramiento general.

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¿Recuerdan esa expresión gringa “to think outside the box”? Me vino a la mente con la colección con un detalle muy particular: la música del desfile. Como saben, el escenario, el estilismo y la música son tres factores que pueden engrandecer o hundir a un desfile de modas. En ocasiones el escenario no se desarrolla mucho por cuestiones económicas. Entonces, la presión recae sobre los otros dos factores.

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En Lola de Alejandro se fueron por otro lado con la música y con las prendas. Estamos en una plataforma de moda en la que el mood general es de música electrónica intensa o algo oscura. ¿Qué harían si un desfile abre con arias de ópera y utiliza música de cámara durante toda su duración? Es una agradable sorpresa ¿no? Y funge como un apoyo a lo que se quiere expresar.

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¿Qué quiere expresar Alejandro Carlín con la colección? Para mi, quiso delimitar de forma muy precisa para quién diseña. Quiso innovar mediante un público mayoritariamente conservador. Presentó una colección perfectamente primaveral y con buenos materiales.

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Al ver varias de las piezas de la colección, me di cuenta que el diseñador conoce perfectamente muchos aspectos de la confección. Él también presentó vestidos con hombros abultados, pero lo hizo de un modo en que se sentía el movimiento, no la rigidez. Todo radica en saber confeccionar y conocer el peso de la tela. Y las prendas, con unas mínimas modificaciones, se pueden usar sin problemas.

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No sé quién haya sido el o la estilista en Lola de Alejandro pero se merece una gran felicitación porque su objetivo (combinaciones atractivas e impactantes) se cumplió y esto fue en gran medida porque supo combinar sin problemas accesorios para que realzaran a las prendas y tuvieran una armonía.

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Además, escogieron perfectamente una pieza impactante para abrir y cerrar la colección. Llámenme cursi pero para mí este desfile fue como el postre después de una comida algo condimentada.

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Después de Lola de Alejandro, me quedé a mi último desfile: César Arellanes. Conozco poco sobre él y su colección no me desagradó. La etiquetaría como club gear, prendas para salir a bailar y seducir.

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Por ahí va mi observación de esta colección. Me parece muy bien que confeccionen prendas de este tipo y que celebren a las amazonas sexuales. Mucha gente importante en la moda ama el despliegue de la sexualidad y ese poder que la mujer adquiere al saberse sexy. Puedo mencionar a un ejemplo clásico con Helmut Newton y a uno contemporáneo como Decarnin para Balmain (Asco).

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A lo que voy es que las prendas de este tipo siempre enfatizan una parte de la anatomía y cubren al cuerpo revelando algunos de sus secretos. Todo está en acentuar una parte especial de la figura y embellecer el resto. Si vemos los vestidos de ese estilo (no me hagan decir el nombre de ese diseñador horrible de Balmain por favor), sabemos que enfatizan las piernas, pero buscan que la cintura se vea estrecha y el escote atractivo. Son un conjunto de características para hacer un vestido sexy.

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Entonces, la diferencia radia entre un vestido que favorezca y uno que tenga cortes en formas poco adecuadas, desapareciendo la cintura o ensanchando la espalda. Creo que algunas de las prendas de Arellanes tienen ese efecto, mientras que otras logran el objetivo se realzar el cuerpo de una mujer.

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Un par de vestidos llamaron mi atención y creo que venderían bien o se verían bonitos en una editorial. Creo que los vestidos que no eran muy halagadores a la figura de una chica tienen solución: subir (o bajar) algunos centímetros el escote o los frunces en la cintura para que no hagan cortes extraños.

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Respecto a la coherencia, no tengo observación alguna. Sentí varias referencias a otros diseñadores pero tenía su punto de innovación. No creo que tenga muchos problemas con la creación de ropa, son más bien pequeños detalles.

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Mancandy se manejó como un tipo de versión mexicana del desfile de Tom Ford: sólo prensa (dentro de la que se incluyeron algunos bloggers) y compradores. No me registré con su publirrelacionista y no tuve acceso al desfile, pero Paola sí.

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¿Y saben qué? Creo que apoyo esa medida de Andrés Jiménez (diseñador de Mancandy). Es una forma de purificación de toda esta toxicidad que mencioné al principio de esta entrada. Quiero imaginar que Jiménez busca clientes y una crítica bien argumentada. Si le funciona bien y se siente libre de adulación con esa medida, adelante.

Entonces daré mi opinión sin querer adular al diseñador y la firma: el balance del color es uno de los puntos más fuertes de Mancandy, primavera 2011. Sabemos que el beige puede llegar a ser algo aburrido y por eso, combinado con colores como el negro y el salmón, se ve como una prenda interesante. Y remite a la primavera.

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Creo que también balanceó las propuestas comerciales con ideas más divertidas: un ejemplo de esto es el uso de transparencias con propuestas más comerciales como los shorts y abrigos cortos o los muy exitosos pantalones de pinzas.

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Creo que sí toma puntos de referencia de otros lados pero no afectan su creatividad y los combina con cosas suyas. Pienso en una colección discreta e impactante al mismo tiempo. Vaya, balanceada. La confección se ve buena aunque en una de las fotos, el tiro del short está un poco apretado y tiene un efecto algo desagradable (lo digo sin rodeos, un camel toe. Si no saben qué es, pongan eso en Google).

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En realidad no tengo muchas observaciones de la colección, me pareció que propone algo y que agarra las tendencias del momento añadiéndoles algo más. Y esto, al final del día, es lo que se hace cuando se crea una colección. También intuyo que responde a las necesidades (estéticas y funcionales) de sus amigos y clientes.

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Sobre postearlo, a pesar de que ha pasado algún tiempo: sinceramente no temo que este tema pierda actualidad. Al fin y al cabo, la primavera llega dentro de seis meses y las revistas de moda no han impreso su número de tendencias de primavera. Yo sé que mi blog no puede compararse a un medio tan poderoso como una revista, pero bien puede ser una referencia si quieren conocer algo de lo que se ha presentado en México. A estas alturas ya han acabado las semanas de la moda en las otras ciudades importantes y las vamos a comentar con calma. Porque, como saben, faltan varios meses para la primavera.

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OBSERVACIÓN DEL DÍA: Conocí, justo en Marvin y Quetzal, a una persona con varios años de experiencia en el periodismo de moda. Mientras comentábamos la colección, atinó a decirme “sí, es mala, pero también tiene buenas propuestas y coherencia”. Recordé la observación de Botica Pop: demasiada mala leche es algo barato. Pero el ver las cosas en perspectiva ayuda a una crítica más atinada e imparcial. Aunque los susodichos sean amigos nuestros. Yo nomás digo.

Quisera agradecer nuevamente a Argelia, Paola y a Mariana, quienes fueron una gran ayuda y compañía en IDM.

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