Ya he expresado anteriormente mi fascinación por esta colección. No es un secreto para nadie que me encantan los 60 por muchas razones que no vienen al caso y creo que la inspiración de esta colección fue una de las últimas que los Dolce adaptaron a su verdadero estilo, tal vez fue la penúltima colección verdaderamente de Dolce & Gabbana antes de que perdieran el rumbo al sentirse couturiers de París.
(Es Chloë Sevigny, abrió el show)
Los Dolce siempre fueron muy horteras y por eso gustaban. Lanzaron los vestidos encorsetados, el chic clerical, los brocados y los estampados animales locos. Con su muy original e italianísima forma de ser conquistaron al mundo. Ahora son tan pop que hasta en los pueblos más escondidos conocen la marca, aunque no sepan exactamente cuáles son sus colecciones más recientes.
De repente un mosco raro les picó y todo cambió para mal: como pareja hicieron kaput, se obsesionaron con los vestidos de crinolina –los cuales llegaron a su punto más alto el año pasado-, el lujoso y brilloso satín y los hombros raros, y por tanto sus fans de toda la vida se han ido alejando de ellos para irse con diseñadores como Cavalli (quien me cae un poco mejor ahora, debo admitirlo). No los culpo porque ellos ya no cumplen sus necesidades.
Es raro que me guste una colección completa. Siempre va a haber un vestido o accesorio que deteste o me de igual. Imagino que a ustedes les pasa lo mismo ¿no es cierto? Pues en esta colección no. Todo me gusta, o al menos un 70%, que ya es mucho. Y sé que presentaron jeans y abrigos excesivos y sé que los vestidos con plumas de gallo y strass son extremos… pero entran en mi apreciación estética.
Los Dolce pensaron en las modas de Londres, que en los 60 decidió qué se usaba y qué no. Pero esta propuesta londinense no sirve solamente para adornar una editorial de Vogue, se usa en la calle. Es lo que una chica de clase media con ganas de verse bien se pondría. Es como Cinthya Lennon, la primera esposa de John, usando una gabardina de Burberry.
De hecho, citaron como inspiración a la modelo Jean Shrimpton y, particularmente, a la foto que la dio a conocer. Es una fotografía en blanco y negro, tomada por el gran David Bailey, en la que Shrimpton está parada en la calle, ligeramente despeinada y con una gabardina. Es el comienzo del estilo londinense antes mencionado, pero esta vez fue retrabajado por los Dolce.
Shrimpton era una modelo que pudo haber sido una adolescente normal pero tenía “algo más”. Pudo haber sido sólo una modelo, pero ese “algo más” llamó la atención de David Bailey, Richard Avedon y otros fotógrafos. Y si un fotógrafo te selecciona, no pasará mucho tiempo antes de que una editora de moda te incluya en sus revistas y te vuelva una estrella. Y Shrimpton, siempre con su “algo más” apareció varias veces en Vogue y usó un vestido que causó escándalo por ser mini, inaugurando, con toda su candidez, la era de las celebridades en atuendos peligrosamente cortos.
Si buscan fotos de Shrimpton y su estilo se darán cuenta que no tiene nada que ver con los Dolce. Nada, ni el peinado. Por tanto, inspirarse en algo tan opuesto es un gran reto, ya que se puede caer en la ridiculez (piensen en la última colección, supuestamente inspirada en Schiaparelli y Marilyn Monroe) o en el plagio. Pero eso no sucedió con esta colección.
Una gran ventaja de esta colección es que los Dolce no se inspiraron en el cliché. No se fueron por los peinados enormes (y hermosos), la moda espacial (e igualmente hermosa) y las minifaldas, sino que tomaron tendencias de aquí y allá. Su colección no calca un libro de modas de los 60 porque incluye zapatos de punta cuadrada como los que Catherine Deneuve usaba en Belle de Jour.
Su aproximación a los 60 no es del modo grotesco (para los que no son fans). No es como en Hairspray (película que amo pero muchos difieren). No hay nada repulsivo para la clientela usual o los críticos de moda. Todo es muy parecido a lo que suelen comprar, quizá un poco más apagado que de costumbre.
Y lo más importante, lo adaptaron a su modo de ver las cosas. Sí, es algo relativamente conservador pero es muy Dolce. Los vestidos transparentes lo son, el uso escandaloso de las pieles lo es, el brillo y los logos también. Con esa colección no están engañando a nadie, a diferencia de las actuales.
Es lujo decadente pero con una cara fresca. Y me sorprende la apariencia de las modelos. Ya ven que algunos peinados las hacen verse mal pero no sucede esto aquí. Los peinados les corresponden: las hacen ver de 18 años en vez de 30. El maquillaje (mate con las mejillas ligeramente rosadas) y el peinado pueden imitarse fácilmente en casa, y van muy bien con casi cualquier tipo de persona, algo de lo que no se pueden jactar muchos estilos de pasarela.
Es curioso pero pudieron captar un poco de lo que sucedía entre los ricos y famosos de la época, porque comenzaban a subir en una montaña rusa de lujo desenfrenado y esto no paró hasta los primeros noventa. (quizá el punto más alto está en los ochenta). Como en los sesenta el dinero siguió circulando rápidamente la riqueza se extendió y ésta aceptó todas las modas habidas y por haber.
A pesar de que la Alta Costura ya empezaba a perder algo de poder, aún se respetaba, pero la juventud rica y algo malcriada buscaba mezclarse entre los chicos de clase media que parecían pasarla tan bien en las calles de Londres –y, por supuesto, que se vestían tan maravillosamente-. Recuerden que era una época muy optimista y de gran aperturismo (tampoco habían surgido los hippies aún, por tanto los padres se escandalizaban por las minis y ya) por tanto casi todos veían con buenos ojos esta “celebración”. Pero volvamos a la colección.
La silueta no se parece mucho a lo que suelen presentar. No hay asomo de lencería, salvo en los tops transparentes y en algunos vestidos del final. Sin embargo, los materiales sí se asemejan. Creo que esta colección solamente usó la piel suficiente como para alfombrar La Scala de Milán y eso es algo muy Dolce. Ya ven que en 2005 ya no era políticamente correcto usar pieles y con esta colección demuestran que les da igual lo que PETA dice. Sinceramente, creo que algunos detalles tienen demasiada piel, pero eso los caracterizó en los 90, ¿recuerdan?
(Paris Hilton compró este vestido, pero lo usó con muy poca gracia)
Una grata sorpresa son los vestidos del final. Considero que en este punto lograron la armonía entre el Swinging London y el estilo Dolce & Gabbana. Una decena de vestidos blancos repletos de strass, plumas y acompañados por abrigos de piel que barren el suelo. Son excesivos para algunos, pero no son indecentes y muchos de los vestidos de noche de la firma lo eran.
Tienen algo de vestido baby doll, algo de fantasía y algo de heredera nacida en cuna de oro por el uso del mink. Los Dolce evitaron que se viera soso al agregar strass a los vestidos. Esta última parte es como una fiesta de Año Nuevo: el brillo, la extravagancia y la frescura de las modelos es genial. ¿Se animaría una niña rica y mimada de la época a enfundarse en uno de esos vestidos? Denlo por hecho.
El final es apoteósico. Fue uno de los mejores finales que han tenido, igualando o superando al de su aniversario. Ahí los Dolce, que aún eran una pareja feliz, aparecen mientras sus modelos, tan brillantes como un candelabro, están paradas y sentadas sobre la pasarela con ese toque de aire fresco tan bien logrado por la gran Pat McGrath (maquillaje) y el igualmente grande Eugene Souleiman (peinado).
Quizá por eso ya no son lo que eran. Antes se leían el pensamiento, dibujaban justos y complementaban las ideas del otro. En estas últimas colecciones la homogeneidad se ha ido perdiendo cada vez más. Algunas, como la última, se ven un poco forzadas (debo aceptarlo, la de la primavera del año pasado es buena y tiene su encanto). Si a eso añadimos en engaño en el que viven, creyendo que son maestros de la Alta Costura, da como resultado la decadencia de la casa italiana más decadente desde los buenos tiempos de Versace. Y es una pena.
Incluso la campaña fue memorable. Se hizo en blanco y negro, en un juego de espejos. Una buena forma de hacerla impactante y ahorrar dinero. En la campaña aparecen Doutzen Kroes y Snejana Onopka (quien no me agrada del todo y por cierto, no participó en el desfile) usando sombreros Bobby (estilo policía inglés) y los zapatos a lo Catherine Deneuve.
El soundtrack también fue grandioso. A la fecha sé que pusieron Time for Heroes de los Libertines (Puaj, Pete Doherty, Puaj!!) y Take Me Out de Franz Ferdinand junto con otras caciones de la época. Un soundtrack muy apropiado.
Esta colección consigue distanciarse de las otras, como la de Alexander McQueen, que también es excelente y tiene una fuerte influencia de los 60. Logran salir airosos porque pusieron mucho de sí en la colección y por eso no se perdieron en el camino. Por eso este show lo es todo. Es una perfecta concreción del estilo Dolce con influencias de afuera, una mezcla que no les ha salido bien últimamente. Tal vez será porque ahogan su estilo, el que los hizo famosos, con las mezclas externas. No sé si vuelvan a tener una colección tan buena como esta, o por lo menos una que tenga tanto éxito.
Por desgracia no hay un video de esto en la red. Es el show perdido. Y he pedido a cada usuario de YouTube que ame a los Dolce un video completo, pero al parecer nadie puede conseguirlo. Extiendo mi petición a ustedes: si alguien encuentra el video completo, con la música original, por favor avíseme. Es casi imposible apreciar una colección si no se ven las prendas en movimiento y por ahora sólo puedo ofrecerles esto. Lo positivo es que pueden escuchar la opinión de Isabella Blow.
En estos momentos queda muy ad hoc con la fiebre sesentera del día de hoy. Se conmemoran 40 años del alunizaje y, bueno, es noticia. Pueden ver mas aquí y aquí. Me encantaría que reviviera el furor de la era espacial.
Por cierto, ya tenemos horario para la reunión de blogueros: 3 de la tarde. Salió de común acuerdo entre los tres organizadores (Botica Pop, Dana y yo). Recuerden, es este sábado a las 15:00.
Me han comentado un par de personas que no ubican bien el lugar y por ello les dejo esto:
Ver mapa más grande
...para que puedan orientarse (el lugar ya está señalado con una flecha verde). Recuerden que la dirección es República de Argentina esquina con Justo Sierra. Y, por cierto, para entrar en la cafetería deben entrar a la librería y subir en el elevador. ¡Los esperamos allá!
12 comentarios:
que buena coleccion eh!!! full brillo , pero bien!!
xoxo
tal y como lo dices: una cosa es inspiración y otra ilustración (como hicieron con marilyn, y me encanta que los de vogue españa rizaron más el rizo disfrasando a lindsay de marilyn y poniendole un vestido con la cara de marilyn, horror absoluto).
ya viste la foto de edu magots en gratis total?
Efectivamente esta colección fue para recordar. De antología.
Nada que ver con lo que han hecho últimamente.
Y efectivamente, siempre es una buena excusa para ver y oir a la gran Isabella Blow. Genial y eterna.
Besos
Es que últimamente ya no son ellos. Están como abducidos o así.
Por cierto, a mí también me encanta hairspray!
Besos.
Es tan elegante!!! Quiero una melena como la de esas modelos. Un beso
Me han encantado todos los looks!!
Por cierto, sé que los han puesto todas las editoriales, pero esas colecciones de Dolce&Gabbana con esos hombros redondos no los soporto!!
:)
Besos.
yo tmb amo hairspray! :)
ami si me gusta d&g desde que los recuerdo... pero no suelo ser tan analitica como tu... tu post ha sido muy ilustrativo!
besos :D
que buena tarde! que se repita, que se repita, porque nos falto mucho que recortar, planear, etc. Fue un placer conocerte :) y pues organizate otra no?
un beso, y ya no te pelees con mi blog :S que mi blog te quiere ;)
ah y claro algo tenemos que hacer para que explorer, firefox, y tu compu te quiera!
te agrego a mi blogroll!
yo quiero saber.. como les fue en la reunion!!!
konshonchloe: Exactamente!! xxxxx
Botica Pop: fue espantosa esa colección :S (la de Marilyn, por supuesto). Y la foto rulea! :D besos!
You!Me!Dancing! Isabella era grande, GRANDE.
Ratita: Hairspray MOLA!! :D besos!
Doublecloth: fácilmente la podrías conseguir ;)
Kate_Sgulp!: A mí también me chocan, son feos.
Key: A mí también me han gustadom, pero como que ya han pedido "algo". Besos!
Bere: Un gustazo conocerte!! fíjate que les hice caso al Ornitorrinco y a tí y ha funcionado!! veamoscómo va tu blog. Te agrego también!! besos!
rocket baby doll: mañana te contamos todo ;)
Me fascinó este post (!) Al diablo con la protección de animales, por ahora. Casi todo me gustó, sobretodo los zapatos y botas (soy fan) y abrigos (más fan).
Por cierto, Hairspray rocks!
Ah! Y resulta que tuve un compromiso y no pude ir a la reunión =( Tenía muchas ganas `.´
Me gusta mucho tu blog, Aldo. Ya pasaré a opinar más seguido.
Ah! Y no sé porqué en todo lo que me llama siempre hay algo de Franz Ferdinand, aunque sea al mínimo -.- Creo que mi fanatismo llega muy lejos.
Y sí, Pete Doherty, puaj
Paws:
Awwww, te quiero :)
Sí, yo entiendo que los animales deben protegerse pero los abrigos de ´pieles me encantan y tampoco puedo evitarlo,, jejeje. Como sabes, siempre estarás linkeada por acá!! :D
Oye, la pasamos muy bien, pero ya habrá otras!!!! Besos!!!
Publicar un comentario