Christopher Kane, el alarido

Hace cinco temporadas apareció y ya ha suscitado alabanzas fervorosas a su estilo único, irreverente y vanguardista. En la cuna de Vivienne Westwood y Hussein Chalayan (dato cultural: diseñó la chaqueta de Björk para la portada de su disco Post) llega alguien que no es exactamente su relevo, pero puede representar una nueva opción al mercado de la mujer que gusta de lo diferente.



Christopher Kane es la muestra de lo lejos que puede llegar un negocio familiar con talento y algo de inteligencia. El y su hermana comenzaron montando su casa de modas, haciendo la ropa y zapatos en su pequeño departamento. Aún no se han vuelto un emporio pero ya lograron la participación de Manolo Blahnik en invierno 2007 y los aplausos de los 'entendidos': desde la superficial Victoria Beckham hasta Anna Wintour, editora de Vogue USA. Y, por supuesto, los Kane ahora tienen una boutique y una oficina. Para dos años en la industria es un gran paso.



Él no se detiene con nada. ni con la falta de telas, ni el robo (su boutique fue saqueada dos días antes de presentar su colección de Primavera 2008... y aún así se presentó) ni los comentarios de quien ve su ropa como 'disfraces'. Total, Galliano, McQueen y Westwood pasaron por lo mismo.

Más que la técnica -la cual llega a ser impecable-, lo que maravilla en Kane es su genio. ¿Quién podría conjuntar a Los Picapiedra, el Planeta de los Simios, a la actriz Raquel Welch y los estudios de gorilas en una sola colección? Sólo Kane. Y sólo él puede lograr que la influencia no se vuelva una parodia o una mala copia.



Kane nos da una lección de lo que se puede haer con un poco de inspiración y mucha creatividad. Los dos estampados vibrantes de monos, combinados con colores vibrantes, detalles en aparente piel, discos de tela cosidos en hileras y uno que otro estampado gráfico, reúnen sus propuestas y dan un toque prehistórico indirecto. ¿La clienta de Kane puede salir así a la calle? Por supuesto, va a llamar la atención, pero no cruzará esa línea donde la osadía se vuelve ridiculez. Y contribuirá a la difusión del grito salvaje, la propuesta de Christopher Kane