Mis vacaciones ya murieron, pero creo que es un buen momento (antes de saturarme y sobresaturarme) de terminar lo que ya empecé. En este caso sería la parte 2 de "Digiriendo la Alta Costura". Por cierto, a quienes leyeron y comentaron... ¡muchas gracias! y a quienes no... lean y comenten. En fin, creo que se habló ya de todo lo que se debía hablar en una introducción a esta forma de arte.
Ahora, es tiempo de comentar los shows. Tal vez no lo mencioné antes, pero la Alta Costura es algo así como una sociedad secreta: tienes un rito de iniciación y perteneces de por vida. Las y los que ya están dentro (aproximadamente 200 personas que compran diseños cada temporada, prensa especializada y alguna que otra celebridad para añadirle glamour al evento) reciben, entonces, una invitación para presenciar las nuevas colecciones, las cuales tiene un calendario especial: las colecciones de Primavera se presentan en Enero y las de Otoño en Julio. En este caso, las colecciones para Otoño 2008 se presentaron en sólo 4 días: del 30 de Junio al 3 de Julio de 2008, siguiendo un itinerario por demás reducido, ya que para esta estación desaparecieron algunas casas del mapa. En fin.
En los shows, los cuales suelen ser impresionantes, se presentan las modelos (y los diseños, por supuesto) con un maquillaje y peinado dispuestos a hacerlos aún más atractivos. De hecho, en la alta costura se se suele ver una colección temática: Josefina Bonaparte (Dior, Primavera 2005), las Vírgenes (Jean-Paul Gaultier, Primavera 2007), Rusia (Valentino, Otoño 2006), entre cientos de casos y cosas que inspiran la creatividad de los diseñadores para esta semana.
Otoño-Invierno 2008 no fue la excepción. Las inspiraciones variaron en un espectro que iba desde la escultura en papel hasta las escuelas. Salvo un par de casas, se vio una explosión de creatividad.
Los desfiles más esperados, de las casas más reconocidas, fueron 8 en total: Armani Privé, Dior, Chanel, Valentino, Christian Lacroix, Elie Saab, Gaultier Paris y Givenchy (todos Membres Haute Couture salvo Valentino, Armani y Elie Saab). Sin embargo, en las críticas de moda se impusieron dos casas hasta ahora de bajo perfil: Alexis Mabille y Anne-Valérie Hash.
Como este negocio no se parece (para nada) a la semana del ready-to-wear, es más fácil reseñar y criticar diez colecciones que, por decir algo, cincuenta y dos. De este modo he organizado los comentarios a las colecciones en algo así como un top 10, sólo que a la inversa (empezamos con la número uno y seguimos en orden descendente). Como nada me detiene, empezaré.
El número 1 va, definitivamente para Chanel.
Su colección fue lo mejor que he visto en toda la semana, no sólo porque dejaron de lado el desastre creativo (y estético) de sus colecciones de Primavera 2008, las cuales dejaron mucho, pero mucho qué desear en el punto de vista creativo y en los materiales (aunque Haute Couture fue la excepción, por supuesto). La inspiración de Chanel se vio como una mezcla entre la fijación por los órganos de iglesia, la fotografía, el futurismo, los años 80, los tonos metálicos... y Anna Wintour (editora en jefe de Vogue Estados Unidos). No es ningún secreto que Lagerfeld y Wintour se adoran, y el primero homenajeó a la segunda con los cortes de pelo.
Tal vez toda la colección de Chanel Haute Couture no sea lo que llamemos "usable" pero demuestra un excelente cuidado en los detalles más mínimos. Cada puntada, cada canutillo está puesto de una forma perfecta. Algunas prendas tenían un intrigante efecto de dos-en-uno que transformaba a un vestido en un traje. Se experimentó también con los materiales, ya que se utilizó un tejido de lana muy cerrado, piel (en Chanel suele brillar por su ausencia), e incluso la silueta fue modificada, algo muy raro en las constantes repeticiones del estilo Mademoiselle. Un par de vestidos recordaban a los paraguas por su estructura y otros simplemente tenían unas mangas monstruosamente... diferentes. 10.
Christian Lacroix ocupa el número 2 en mi top 10 y la razón es muy sencilla: es el Lacroix de siempre pero con ese no-sé-qué tan fresco que le permite presentar la misma idea una, y otra, y otra vez sin aburrir.
Todas las colecciones de Lacroix son diferentes, y sin embargo siempre tienen elementos muy característicos de este diseñador: rojo, amarillo, negro, encaje, siglo XVIII, un bordado que no tiene igual en el mundo de la Alta Costura... tal vez no sea lo que presenta sino CÓMO lo presenta (esta vez representó una procesión hacia un baile fantástico). No lo sé, pero es increíble.
Dudé mucho en otorgarle el tercer lugar a Anne-Valérie Hash porque sus colecciones anteriores suelen ser muy... minimalistas. No suelen abundar en detalles, no tienen una inspiración tangible pero juegan -a veces- con las proporciones y nunca con los colores. Austeridad total, y una ausencia de la excentricidad de la Alta Costura. Hash tiene pocas clientas porque las demás prefieren a una marca "establecida" o por lo menos, un diseño onírico.
Para esta colección experimentó con la Alta Costura simple. No minimalismo ni austeridad. Simple por los detalles característicos. Pocos, pero bien trabajados. Y con una inspiración clara (las plantas) que demuestra su gran creatividad, por desgracia no muy explotada. Si con eso va satisfaciendo las necesidades de las compradoras de Alta Costura, podrá conseguir más y más clientes. Avanza tímidamente pero por muy buen camino.
Givenchy ocupa el lugar número cuatro de mi lista. Riccardo Tisci, el más joven de los couturiers actuales (33 años, él y Anne Valérie Hash son de los más jóvenes) trajo estabilidad a una casa que ha tenido serios problemas desde que su fundador se retiró en 1995. Galliano, McQueen y Julien Macdonald resultaron incompatibles para Givenchy, sobre todo cuando la vulgaridad del último se mezcló con la Alta Costura (todas y cada una de sus colecciones fracasaron... en especial una que incluyó trajes de baño).
Tisci con sus ideas algo góticas y complejas ha inyectado prestigio a su casa. Han ganado un número importante de clientas desde que entró (en 2005 tenían 5, ahora tienen 29) y la atención de la prensa internacional. Sin embargo, en otoño del año pasado se enfrió un poco y para primavera presentó una mala colección. Para otoño, recuperó la inspiración y los bríos.
Tisci viajó mentalmente a Perú. Y parece que la combinación entre cuero y alpaca hizo revivir en él la magia con que sacó a Givenchy de la decadencia. Y no sólo eso, amplió la paleta de colores añadiendo rosa y morado, evitando la monotonía. Como en temporadas anteriores, siguió experimentando con la silueta y ya podemos encontrar una firma para sus diseños, ahora es Givenchy by Riccardo Tisci y no Givenchy a secas.
El lugar número 5 va para un recién llegado: Alexis Mabille. Su colección fue aprobada por la Chambre en primavera y ha estado luchando para lograr atención entre la prensa. Lo ha logrado con sus diseños frescos que remiten, según sus propias palabras, a "un colegio mixto imaginario". Tanto la austeridad monacal (como de escuela católica) como una explosión de color contenida estuvieron presentes. En definitiva, Mabille tiene mucho futuro en la Alta Costura. ¿El adjetivo perfecto para definir su colección? Fresca.
Valentino es el número 6. Alessandra Facchinetti diseña ahora y por desgracia para ella no ha tenido una reacción favorable. Su estilo es muy bonito, aunque discreto y eso no va con el lujo descarado y sensual de Valentino. Sin embargo, intenta defenderse en esta colección.
Facchinetti no carece de inspiración (se basó en la escultura en papel para su primera colección de Alta Costura), de gracia ni de decisión al trabajar con los detalles -aunque entre en los terrenos del abuso-, pero tiene "algo" que no convence a la crítica: la sombra de Valentino. Opino que podría explotar su talento creando su propia firma. O... podría esperar a que llegue una clientela más joven y sencilla.
Después de mucho pensarlo decidí poner a Gaultier Paris en el número 7. Y es que... Gaultier Paris solía ser una de las casas francesas más novedosas en el mundo de la costura. No es que no lo siga siendo, sus diseños suelen tener mucha presencia pero... la fuerza y creatividad gaultieriana se van desacelerando de a poco.
Gaultier triunfó absolutamente la primavera pasada, sobre todo con el vestido que Marion Cotillard llevó a los Oscars. Sin embargo, esta temporada repitió conceptos ya vistos en su línea de ready-to-wear y en su colaboración con Hermès: piel, motivos ecuestres, crinolinas y jaulas de pájaros (lo único realmente novedoso). El color se parece a cualquier otra colección, la forma también... ¿qué queda entonces?
Lo único relativamente positivo de su desaceleración fue que las prendas son ahora un poco más "usables". Quizás Gaultier Paris tome un nuevo rumbo...
Elie Saab queda, para mí, en el lugar número 8. No es por la falta de cuidado en los detalles (Saab suele presentar prendas impecables con detalles estratégicamente colocados). La razón es más bien simple: la falta de creatividad.
La colección Otoño 2008 es más de lo mismo: vestidos de gala con sensuales cortes y cientos de lentejuelas, canutillos y cristales Swarovski bordados con precisión quirúrgica. No hay trajes, y de vez en cuando vemos un vestido de coctel.
Pero Saab tiene cientos de clientas y su negocio prospera. La "mujer Elie Saab" se pone un vestido suyo y se reinventa. Se vuelve Halle Berry, o cualquier otra estrella de Hollywood. Brilla. Y Saab puede no tener un ápice de creatividad y acercar a la Alta Costura a la perversión (el relacionar siempre a los trajes de gala con la Alta Costura, tan visto entre los charlatanes) pero su negocio reditua. El creador de vestidos bonitos se llena de gloria.
El lugar número 9 se lo doy a Dior. La casa francesa presentó un desfile decepcionante y en extremo complaciente para su ahora clienta # 1, la primera dama de Francia, Carla Bruni Sarkozy. Esto es una tremenda vuelta de hoja al Dior desenfrenado y excéntrico que presentaba vestidos fantasiosos, los cuales iban a parar a algún museo (por eso solía ser mi casa favorita). "Alta Costura contenida y refinada", fue la descripción que dio Galliano de una colección que se inspiró en el New Look y en Lisa Fonssagrives, modelo de Dior en los 40.
Eso sí, Galliano siempre recurre a la historia y en cuanto a inspiración, no decepciona. Pero la simplicidad no se le da. Los vestidos escandalosos y llenos de detalles han pasado a la historia y vienen los vestidos que causan un verdadero sopor.
Sinceramente, veo a un John Galliano muy incómodo. Veo que le presionan porque entre más creativo es, menos vende. Creo que su jefe (Bernard Arnault) lo fuerza para abrazar la simplicidad y él la rechaza abiertamente. ¿Dejará Dior? Quién sabe. Lo que sí es evidente es que ahora la moda está al servicio de la política. Bruni y Arnault han domado a la bestia.
En el último lugar de mi lista está, definitivamente, Armani Privé, línea de Alta Costura que Giorgio Armani lanzó en 2005. No es ningún secreto que Armani ha sido el principal responsable de la masificación (y en algunos aspectos, vulgarización) de la Marca. Entones, su inclusión en la Alta Costura es contradictoria.
Pero ese realmente no es el problema. Lo malo con Armani es que Privé es una copia al carbón de su línea de ready-to-wear. O al menos eso opinan muchos periodistas de moda. Y además, está otro factor: el minimalismo y la armanización privan de creatividad y frescura a Privé. Trajes de pantalón, vestidos pseudominimalistas y trajes de Alfombra Roja (no por nada los críticos llaman Armani Awards a los Oscars) son lo único que ofrece. Y nada más, aunque intente adaptar esto a diversos escenarios. Sin duda alguna Armani Privé es bello, pero carece de novedad. Es como ponerse un vestido Emporio Armani con mejores materiales y hecho a mano. Su serio problema con la creatividad arruina el trabajo invertido... y por desgracia aumenta el éxito entre las ricas y famosas que quieren vestirse con La Marca, ahora vuelta Alta Costura.
La semana de la Alta Costura trajo muchas novedades en sus colecciones, y algunas casas tal vez entren en un proceso creativo (y económico) muy fructífero mientras que otras solamente presenten colecciones a quien las quiera ver. Algunas se van a ir para la próxima temporada mientras que otras regresarán. En el etermo ciclo de la moda, curiosamente, nada es eterno.
Como conclusión, pondré un apartado pequeño: Casas y diseñadores que deberían hacer Alta Costura.
-Balenciaga
-Balmain (su nuevo diseñador, Christophe Decarnin, hace maravillas)
-Giambattista Valli (ya hizo Alta Costura alguna vez para Emanuel Ungaro)
-Olivier Theyskiens (actualmente en Nina Ricci)
-Maison Martin Margiela (al parecer entrarán la próxima primavera)
-Alexander McQueen
-etc.
*todas las fotos son de www.style.com
Por cierto, me da mucho gusto informarles que mi post pasado "Digiriendo la Alta Costura Parte 1" se publicó en la revista electrónica Constraste. Aquí tienen la dirección: http://www.revista-contraste.com.mx/200808/2cultura/5/1.html
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