¿Alguna vez han encontrado un perfume que los pueda definir totalmente? ¿Uno que identifiquen a ojos cerrados y les haga pensar en ustedes o algo sobre sus vidas? Yo sí.
Era 2004 o 2005 y yo tenía 17 años. Nunca había usado una loción en mi vida aunque mis papás trabajaron durante años vendiéndolas y descifrando notas, fórmulas y similares. Pero no me llamaba la atención y ni cruzaba por mi mente el comprar alguna.
Pasaba el tiempo en un centro comercial cercano a mi escuela y en alguna ocasión entré en uno de esos almacenes. No recuerdo si era Sanborn's o Liverpool, no es relevante. Imagínense a un adolescente con el pelo largo y los pantalones anchos que caminaba en uno de esos espacios inmaculados con música suave y decenas de vendedoras esperando a que bajes la guardia para ofrecerte cualquier producto, vaya o no con tu perfil: cremas, sérums, perfumes, tratamientos de 3 mil pesos y demás.
Y entonces alguien llegó a ofrecerme Givenchy Pour Homme y me llamó la atención desde que vi el frasco. Me aplicó un poco de la fragancia en la muñeca y tras abanicarla un poco con su mano, me dijo que la oliera.
Nunca he experimentado algo parecido en los cientos de veces que he probado fragancias nuevas, y en parte porque no fue como otras personas describen el haber encontrado la loción de sus vidas. No volé sobre los tejados ni me derretí con el aroma ni puse esa cara de falso placer de casi todos los anuncios pero la fragancia me envolvió, se quedó conmigo y me enamoré al instante.
Durante toda mi vida me he quedado con olores que me gustan, algunos son un poco extraños para los demás (como las vestiduras de piel de un coche o la ropa limpia y recién asoleada). Podría incluso decirles qué debe tener una fórmula o a qué debe oler una persona para que me enamore de ella, pero en este momento eso no viene al caso.
El punto es que me casé totalmente con la fórmula de Givenchy Pour Homme pero lo nuestro fue un amor a distancia porque me enamoraba aún más cuando me ofrecían una muestra pero en ese momento no la pude comprar.
Y luego la sacaron del aire (se aceptan donaciones de la fragancia).
Había leído más de una vez que las personas enamoradas de un aroma son capaces de cualquier cosa por conseguirlo: comprar lotes enteros, viajar a Alaska para buscar alguna tienda oscura donde alguien les contó que vio el aroma e incluso contratar detectives privados (no es broma).
Alguna vez, platicando sobre la marca con alguien que la conoce bien, comenté que ha sido mi fragancia favorita de todos los tiempos. Me miró extrañado y me dijo que no era precisamente el target (parece que estaba hecha para mayores de 30). Pero el amor, incluido el de los perfumes, es irracional y apela directamente a nuestra memoria olfativa.
Me sorprendía leer casos tan fascinantes como el de una señora de 80 años que buscaba el perfume exacto que hacía que todos los hombres la voltearan a ver en la calle durante su juventud en los años 30 o una fragancia de Paco Rabanne que tenía un toque metálico que fascinó a una escritora durante casi 30 años, pero cuando una fórmula en este mundo de lanzamientos mensuales se queda en tu memoria es porque está resonando algo que no pueden alcanzar las campañas, las modelos y el gusto de todos.
Como la fragancia seguía siendo inalcanzable para mí, tiempo después compré Pi y descubrí que las fórmulas de la marca me quedaban, aunque ninguno se ha comparado con Pour Homme, ni su versión azul. Créanme, los he probado todos y el único que se ha acercado a replicar lo que siento por un perfume ha sido Pi. No había creído encontrar un sustituto digno para mi relación.
La otra noche fui al lanzamiento de fan di Fendi con eso en mente y escuchaba los ingredientes cuando noté que juntos podrían gustarme. Decidí esperar a tener un papel secante enfrente de mí.
Y el aroma me encantó. Un poco fresco, un poco especiado, se parecía a mi mezcla favorita pero era algo diferente. Y me di cuenta que, aunque voy a buscar un frasco de Pour Homme y lo voy a usar en los momentos realmente especiales, puedo encontrar algo que lleve durante meses y se parezca a la fórmula que me enamoró hace algunos años.