Esta entrada se va a tratar sobre los dos primeros días de Mercedes Benz DFashion. En esta entrada podría despotricar, insultar y ser sarcástico con todos pero no puedo. Estoy decepcionado y triste, más de lo que se imaginan. Y a lo largo del post les explicaré por qué.
Tenía muchas esperanzas para la fusión de dos plataformas de moda en México. Como saben, está IDM, estaban Mercedes Benz Fashion Week, DFashion y la difunta Fashion Week México. Cuatro plataformas, demasiada confusión. Al final, una desapareció y dos se fusionaron. IDM estuvo el mes pasado y ya hablamos de ella. Mercedes DFashion se vería como una mezcla entre el prestigio y el gran presupuesto de Mercedes y las habilidades de organización y el trato en DFashion. Sonaba bien, ¿no?
Me registré y puse a Paola como fotógrafa del blog, ambos nos registramos a tiempo con lo que nos pidieron y en apariencia no hubo problemas. A Paola la rechazaron via mail y conmigo no tuvieron ese delicado gesto. Llegué tarde a la entrega de gafetes de prensa. Pero me congratulé de hacerlo porque muchos de prensa llevaban dos horas formados, en el sol y sin respuesta por parte del staff. Después, tuvimos un momento (con gente importante en la industria editorial) de “Ash, que las invitaciones son millones… ufff… ay, espera, deja contesto mi Nextel, ahorita sigo buscando tu acreditación…” y en las que, de malas, la gente del staff entregaba acreditaciones. Al final, casi a mediodía, un individuo de lentes de pasta me dijo “Ah, es que no te llegó el mail… ¿qué crees? Estás fuera del registro. Una disculpa”. Pude y debí enojarme, pero me entristeció. Les puedo confesar que en Mercedes Benz DFashion me rompieron el corazón, y no porque me rechazaran como prensa. También por un trato despreciativo, una pésima organización y un abucheo seguro por parte de un profesional de las Relaciones Públicas.
En este asunto seré muy breve: hay muchas agencias de lo más capaces en organización de eventos y RP en el Distrito Federal. Por lo que me han contado quienes trabajan ahí, la actitud de los del staff con los gafetes de prensa y con el “no te llegó el mail” los hubiera tenido más que despedidos al instante porque es antiprofesional y una falta grave tanto en la cortesía como en el objetivo principal: mantener una relación amigable con TODOS los medios para promocionar algo. Sé qué han despedido a publirrelacionistas por faltas mucho menores que esa (como meterse a Facebook en horas de trabajo), así que no me vengan con un “es que tú no entiendes cómo funcionan estas cosas”. No es un pecado pedir ayuda a un experto (en este caso, de las RP) cuando no se conoce bien el asunto que se te encarga.
A los publirrelacionistas de Mercedes les interesa más la alta sociedad, la gente bonita que sale en esas secciones que –casi- todos se saltan en las revistas y periódicos. No lo digo al tanteo, desde la primera vez que fui lo noté. Les informo que el personaje de sociedad no compra las prendas de los diseñadores y quien lo hace no suele asistir al desfile (para eso hay showrooms). El personaje de sociedad se la vive en las sucursales de Louis Vuitton y Chanel en el DF. Y no es algo malo, es un público que no ha sido seducido por las prendas mexicanas y sus razones tendrá. Pero también existe otro tipo de público, con un poder adquisitivo un poco menor pero que puede hacer encargos a diseñadores mexicanos; ese tipo de público puede poner a girar muchas empresas. En Mercedes no pueden saber si una vecina de Trendt quiera un vestido de, digamos, Edgardo Luengas (intuyo que estaría bonito) y él lo pueda recomendar.
No sé por qué en Mercedes –y en otros sitios en general- se olvidan de que estamos en México. Y en nuestro país, como en muchos otros, la distinción y el estilo no tienen un signo de pesos y la diversidad cultural es lo que nos hace famosos en el mundo. ¿Queremos ser una pequeña y deficiente sucursal de Miami? No creo. Y sí, hay un sector de gente rica y hermosa pero no son los únicos que pueden comprar y en algunos casos a la gente de ese sector la moda mexicana le da igual.
Y en momentos como estos, gente, extrañé al equipo de DFashion. Sí, no todo era miel sobre hojuelas, pero tenían cosas muy buenas: menores retrasos, una (infinitamente) mejor atención a medios, un trato eficiente en pasarela y una mejor organización. Al fusionarse, eso se perdió (chequen otra opinión sobre este evento en el post de Botica Pop). Tampoco voy a decir que fue del todo malo –por ejemplo: el espacio está bien aprovechado, los asientos son cómodos y no me ha tocado ver fallas en los proyectores y así- pero creo que han cometido graves errores de Relaciones Públicas con los medios. Sí, han reservado las primeras filas para editores de revistas, pero vi a muy pocas. Y si les recuerdo el gran problema que fue para recoger acreditaciones, creo que entenderían por qué no asisten.
No sé si alguna vez han tenido ganas de salir corriendo de un lugar. Yo lo sentí en el desfile de Alejandra Quesada. No me malinterpreten, la colección tuvo muchas cosas muy buenas y vamos a hablar de ellas en su momento… pero en primera fila, frente a mi, sentaron a una celebridad cualquiera. Un tipo que cantaba en un grupo pop hace diez años y hoy se dedica a destrozar canciones del pasado. Ojo: no traigo nada en contra de las celebs, y menos porque en el mismo desfile estuvieron Ely Guerra y Natalia Lafourcade, dos cantantes talentosas, amables y sobre todo, que compran diseños mexicanos (hasta me tomé una foto con una y le dio una gran lección de humildad a muchos asistentes. Es solo el saber cuánto es lo que vales sin querer demostrarlo a toda costa). Y mientras escuchaba a Dolly Parton en la música del desfile, me sentí desolado. No se imaginan cuánto. Para mi era muy triste ver al douchebag cantante ese sin poner atención en el desfile, a otros riendo y tomándose fotos, a una mujer peleándose por el front row, al “coro de la adulación”, a algunos interesados y al individuo que escribe esto con su carota de tristeza. Si alguna vez hago un cortometraje o algo, recrearía esa escena y lo angustiante que fue vivirla.
Esto me hace preguntarme ¿quién gana aquí? Claramente no son los diseñadores, ni son los que cubrimos eventos por el mero gusto de hacerlo. Y es lamentable, porque al fin y al cabo la moda debería ser en primer orden y el dinero y la fama después. O quizá me equivoque y ese círculo tan cerrado en realidad debe decidir quién accede a la moda y quién no dependiendo de con quién se junta, si va a los eventos del “tout Mexique” y tonterías como eso. No sé por qué me sentía en el México de los años 50, cuando la idea del “tout Mexique de este lado y de la prole del otro” estaba más arraigada.
Si alguno de mis lectores quiere y puede comprar prendas de los diseñadores mexicanos que aparecen en Mercedes, hágalo. Pero búsquenlos directamente, creo que es más provechoso para ambas partes. Además, algunos de ellos son más amables y están sometidos a una menor presión. Olviden MBDF, mejor vayan a lo seguro.
Les presentaré en estos días lo que he cubierto (con fotos) y Para mi es muy triste renunciar a esto de cubrir desfiles. Ni se imaginan lo difícil que es escribir esta entrada, pero ¿para qué sigo con alguien a quien no le intereso? ¿Para qué me tomo en serio lo que muchos se toman como un jueguito o como una oportunidad para ascender socialmente? No voy a dejar de interesarme en la moda ni en los diseñadores que me gustan, pero creo que si las cosas siguen así, esta es la última semana de la moda en México que voy a cubrir y creo que las cosas no van a cambiar, entonces dejemos a Mercedes y a sus personajes de sociedad solos en su área VIP. Y para mi es triste decirlo ahora, pero confío en que después ya no me va a importar. Agradezco a ustedes, lectores, por venir a este espacio y por leerme.