He vuelto.
Estuve fuera un cierto tiempo y creo que estuve perdido en el mundo de allá afuera, tan vacío de estos conceptos que ustedes y yo manejamos bien.
Tal vez por eso sienta nostalgia de los viajes y los hoteles.
Verán, durante estos últimos días han cambiado tantas cosas que el transcribirlas aquí parecería una mala imitación de una serie televisiva estadounidense. Pero podemos aducir a ella al final.
Dado que he tenido que enfrentar muchos cambios, pensé en romper el hielo con ustedes con el tema que más nos gusta. Pensé en un tema actual, interesante, fresco, y lo suficientemente breve como para que podamos platicarlo. Y mi en mi cabeza sonó ese tintineo, como el de una campanilla en un hotel elegante.
Los hoteles.
Después de toda la polémica de la pasada semana de la moda, en la que un escándalo mayúsculo se tragó a la colección de otoño de Prada, la de McQ dirigido por Sarah Burton y las nuevas imaginaciones de Karl Lagerfeld en Chanel, ya no quedaba nada por decir. Todos los ojos estaban puestos en Dior. ¿Y si esta temporada viera uno de los desfiles más perfectos e impresionantes que haya visto en mi vida?
Marc Jacobs hace desfiles memorables y exitosos. Siempre está tomando inspiración del pasado y del presente para vender prendas frescas e interesantes. Cada temporada es un ensayo distinto, con una argumentación, una opinión y una buena dosis de citas bibliográficas. Imagínense que transcribiéramos lo que realmente está pensando Marc al crear.
Piensen bien en un desfile con una marcada (pero no calcada) referencia cultural. Piensen en una soundtrack cortado a la medida y un escenario impresionante, piensen en ropa bonita y en algo más que un perfecto cashmere lleno de logos, sino en ideas y conjuntos que van bien si se usan con otra cosa.
Este desfile es perfecto porque incluye todo eso.
(Y tiene a Kate Moss. Desfilando. La celulitis, ¿qué?)
Alguien, supuestamente muy versado en el tema, me dijo que se basaba en Gran Hotel. Y yo, junto con el resto de la prensa, pensé que se basaba en Portero de Noche, la escandalosa película que estableció el mito de Charlotte Rampling (película que está en una muy larga lista de pendientes audiovisuales). Pero todos nos equivocamos.
Este desfile está evocando algo de ambas cosas, pero es tan discreto e ilegible que llega a confundir. No es obvio. Y quizá eso debería ser una lección para los diseñadores: nunca obvien las referencias culturales de sus colecciones.
El Señor Quinquillero dice que la mujer Vuitton cambia a cada temporada y tiene razón. Es el inconsciente de Marc: pensamientos, miedos y obsesiones mezclados con monogramas y un público un poco más exigente que el de su propia marca. Pero, además de eso, la mujer Vuitton es una hermana menor y más distinguida de la mujer Marc Jacobs, porque él se autorreferencia durante cada temporada.
¿Lo dudan?
Louis Vuitton, otoño 2008
Marc Jacobs, otoño 2008
Marc Jacobs, primavera 2010
Louis Vuitton, primavera 2010
Naturalmente, las dos hermanas tienen intereses diferentes. Así pasa con todos los lazos fraternales. Yo no tengo hermanos pero lo he visto: cada uno, por más unidos que estén y más aficiones que compartan, viven en un mundo diferente.
¿Qué hay en el mundo de la mujer Louis Vuitton?
Veo política, sexo y dinero, los tres principales motores del mundo. Veo una historia oscura maquillada por el lujo de una bolsa con decenas de LV. Veo un periodo difícil en la historia de Europa y un grupo de personas que ha aprendido del pasado.
Seré breve: Si recuerdan sus libros de historia, el periodo entre las dos guerras mundiales estuvo lleno de tensiones políticas y crímenes en Europa. Antes y durante la guerra, muchas personas sabían lo que estaba pasando con los nazis pero decidieron mirar hacia otro lado. Aún hoy, es un tema espinoso.
El escándalo de Galliano (y el que acaba de suceder en Cannes con Lars Von Trier) no hizo más que revivir ese momento del siglo XX que se ha repetido en muchos otros contextos que no vienen al caso. Digamos que al hablar de eso, estamos enfrentando los miedos de los padres y abuelos de la gente que vive allá.
Marc ha estado pensando en los 30 para esta temporada, así como el resto del mundo de la moda. Algunas prendas se parece mucho a las de su colección de Nueva York, pero están sumergidas en el contexto ya mencionado. Las mujeres Marc Jacobs son un coctel de mujeres trabajadoras de los 30 mezclados con las heroínas de las novelas de Edith Wharton. Las de Marc están lidiando con un momento delicado de la historia, pero con otros materiales como el plástico.
Cuando reintepretamos algo, conocemos sus virtudes y defectos pero podemos sacar una versión mejorada de nuestro punto de partida. Por eso, podemos aprender del pasado, para no cometer los mismos errores y presentar versiones mejoradas de hechos y prendas.
El sexo y el sadomasoquismo de Portero de Noche están ahí, pero no son tan invasivos. Sí se aparecen los mitos eróticos como las mucamas sensuales pero el escenario y la dramática música de Philip Glass imponen más. Creo que muy pocas veces he estado ante un desfile tan coherente.
No sé si sea un desfile memorable para todos pero se merece un lugar especial en la historia de la década y en el CV de Marc.
He vuelto, hora de hacer check-in por acá.
Les cuento de forma breve: por fin acabé mi tesis, Ahorita sigue una larga fila de trámites y esperar. Creo que valió la pena dedicar dos años a redactarla y todo eso porque quedó bien y me esforcé porque quedara de ese modo. Y fuera de eso, pasaron otras cosas, pero ya les contaré más en los comentarios.