Hola a todos de nuevo. En esta entrada me corresponde comentar un poco el texto de Dénis de Moraes. Este texto, el cual me pareció muy interesante, menciona el panorama de la industria editorial, el mundo de los conglomerados y la posición de las empresas respecto a la industria cultural. Particularmente me gustaría opinar acerca de esto.
El término industria cultural surge en el siglo XX a partir de la creación de empresas como las presentadas en el texto y a partir de su finalidad: masificar la cultura buscando un beneficio económico. Recordemos que hay tres tipos de cultura de acuerdo a las teorías de la comunicación: la alta, la media y la baja.
Pues bien, algunas empresas como la BBC producen alta cultura (documentales, sesiones con músicos destacados, noticias económicas), otras como Fox Searchlight/ Fox-CNN/NewsCorp producen media cultura (series televisivas con mediana calidad, noticieron relativamente creíbles, dramas y comedias románticas para el adulto contemporáneo) y otras como Televisa o Telemundo producen simplemente basura, saltándose la denominación de baja cultura.
Dicho de otro modo, ¿qué películas transmitirían las empresas en su programación? La BBC transmitiría Persona de Ingmar Bergman. NewsCorp transmitiría El Diablo Viste Prada, y Televisa repetiría La Risa en Vacaciones 2.
Sin embargo esto no tiene por qué ser malo. La misión de los medios audiovisuales no es educar ni contribuir a que las personas entiendan los filmes de Bergman y demás. Los medios audiovisuales entretienen. Sin embargo, afirmar esto en el caso de los libros es terrible.
Pero por desgracia es cierto. Las empresas distribuidoras de libros no están interesadas ya en solamente difundir la cultura sino en ramificarse. Recientemente escuché que PPR, el conglomerado francés de los supermercados y las casas de moda, quería comprar la editorial Assouline -editora de libros de fotografía y arte contemporáneo- para aprovechar la bonanza de la empresa. Es una pena que se piense solamente en el holding y se deje de lado la difusión cultural.
Sinceramente, la lectura me entristeció un poco, ya que la situación que pinta es aterradora. Empresas de telecomunicaciones ramificándose y enfocándose en dinero, dinero y más dinero. Y en el mundo del holding al parecer no hay espacio para una apropiada difusión cultural. Qué pena.
No obstante, considero que la tecnología puede ser en verdad un gran aliciente para la difusión de la cultura y que ganancias y difusión cultural no están peleadas. Para respaldar mi afirmación regreso a la BBC. Este canal tiene presupuesto del estado y suscripción de la audiencia, y se ha mantenido maravillosamente desde hace más de 40 años. Sí, lucran y sí, están interesados en que su economía incremente pero entregan varios de los mejores programas del mundo.
Además, hay otra cosa que se debe considerar -y no es la brecha digital-: la rapidez de las telecomunicaciones. Con esta ventaja la cultura puede ir a la alza y sería eventualmente posible, por lo menos, lograr que ciertos lugares con baja cultura ascienda de categoría a media. Aunque para lograr esto se necesita mucho, mucho esfuerzo y mucha, pero mucha buena voluntad. Interesante, ¿no es así?
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Corte de página!!!
Ahora que tengo espacio (y que me estoy dando tiempo entre mis múltiples deberes para mañana, el lunes y el martes)quisiera hablar un poco sobre una de mis películas favoritas y su escena más famosa.
La Dolce Vita es el polémico filme de Federico Fellini filmado en 1959 y estrenado al año siguiente. Es una biografía de 3 horas sobre el periodista Marcello Rubini y su crisis existencial, así como la vida de desenfreno de la alta sociedad romana. Increíblemente fue censurado por el clero y la burguesía por ser demasiado... realista.
Considero que este es el filme que todo periodista debe ver, no sólo por cultura general y por la belleza y cinismo del filme, sino porque en este se retrata perfectamente al periodista contemporáneo. Marcello no es más que podemos llegar a ser si tenemos talento pero si carecemos de un objetivo profesional claro (y también de bases morales).
Ahora me centraré en mi escena favorita del filme: la fuente de Trevi (mi otra escena favorita es un striptease casi al final). Anita Ekberg y Marcello Mastroianni están en una fiesta y después deambulan por las calles de Roma. Ella es la hermosísima estrella de cine estadounidense y Marcello es simplemente Marcello. Marcello la desea, ella parece no notarlo y juntos deambula en el centro de Roma. La Ekberg encuentra un gatito y manda a Marcello (Rubini y Mastroianni) por leche para alimentarlo. Dobla por una esquina... y ve la fuente de Trevi, uno de los monumentos más representativos de Roma. "My goodness!" exclama. Corte a... Marcello, dobla la misma esquina y la ve dentro de la fuente, chapoteando, en todo el esplendor de su belleza. El grito de "Marcello, come here!" es inmortal.
Para mí la escena es... sublime. Una de mis favoritas de todos los tiempos. Además, es llevada con tal maestría porque Fellini no la convirtió en una escena de amor sino que conservó la tensión y después la explotó de una forma distinta.
Aquí dejo el vídeo para quien quiera verla. Espero sus comentarios sobre la reseña y sobre La Dolce Vita.
1 comentario:
me gustó mucho tu descripción, si se nota que te gusta y supiste captar el momento :P... no he visto la peli, pero si dan ganas.
buenos links !
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