Mi abuela suele decir: “si las cosas difíciles fueran fáciles, cualquier tonto las haría”. Por supuesto, como este post saldrá en horario familiar no incluyo la palabra original, aunque en realidad eso no importa.
Hace algunas semanas me ofrecieron entrevistar a Daniel Espinosa. La idea de poder platicar con alguien que se ha hecho tan conocido fuera de México por creaciones elegantes y originales me pareció emocionante, y lo fue. Pude tener una conversación agradable, relajada y con una buena perspectiva de la joyería y la creación de una marca, en medio de clientas que se mostraban fascinadas por Daniel y su atención hacia ellas. Es raro ver a una persona tan ocupada buscando atender personalmente a los consumidores de su marca.
En mis ires y venires por la ciudad perdí la agenda en la que había transcrito mi entrevista. De repente me había quedado sin poder reproducir todo lo que platicamos de manera fiel. Aún ahora tengo extractos de la conversación que parecen haber desaparecido. Aunque… debo admitir que lo que escribí ese día requeriría de un Egiptólogo muy entrenado para su interpretación y el dicho de mi abuela aplica perfectamente en este caso.
Así que transcribo todo esto de memoria.
Por supuesto, hay partes que no recuerdo del todo pero, al entrevistar, es obligatorio escuchar al otro. Es la diferencia entre poder recordar extractos de una conversación –como en este caso- a no recordar nada.
¿Qué le inspira? ¿Cómo surgen sus colecciones?
Empezamos con alguna forma, un material que nos llama la atención. Por ejemplo, había pensado en combinar telas con algunos de mis diseños, así que fuimos integrando la idea en el pizarrón, con recortes, bocetos, muestras de telas…
¿Ese pizarrón es algo como el mood board que utilizan los diseñadores de moda?
Exactamente. Se usa para ordenar una idea, concebirla y posteriormente producirla. En cada colección pienso en algo diferente. Esta vez, por ejemplo, pensé en el norte de África, en Toledo, en las islas griegas… en distintos rincones del mundo.
¿Podemos encontrar un motivo recurrente en sus creaciones?
Los cubos han estado presentes en mis colecciones desde hace ya algún tiempo y han sido muy bien acogidos por el público. Hacer una figura como esa no es sencillo: debes saber que la producción es artesanal y cada pieza se va moldeando a mano. El cubo requiere precisión y muchas horas de trabajo para alcanzar la uniformidad que tienen.
¿Por qué escogió Madrid como lugar de residencia?
Es una ciudad cosmopolita que no tiene el ritmo frenético de Nueva York pero que es cálida en el trato como México. Es perfecta para alguien como yo. Nueva York, por ejemplo, es perfecta para visitarla cuando eres joven, es una ciudad con mucho movimiento. En esta etapa de mi vida busco algo diferente, una ciudad que me inspire pero también con algo de cercanía.
¿Cuál es su artista favorito?
En este momento pienso en Georg Jensen. Es un artista del norte de Europa que estuvo activo a principios del siglo XX.
¿Qué le llama la atención de su trabajo?
Me inspira en el sentido de la atemporalidad que tienen sus piezas. Puedes ver la joyería que diseñó, en digamos, 1904, y sigue siendo actual. La puedes usar en casi cualquier lugar, y se ve fresca. Ese es uno de mis objetivos para la marca.
¿Cómo son las clientas de la marca?
Todas las clientas son distintas, pero merecen una atención personalizada. Me gusta conocerlas y por eso mi equipo organiza estos cocteles en toda la república. Por ejemplo, las clientas de Oaxaca tienen preferencias distintas que las de Monterrey, así que me gusta conocerlas y presentarles algo de acuerdo con sus gustos ¡En muchas ocasiones se conocen y terminan volviéndose amigas!
Tenemos una clientela muy fiel. Algunas visitan las boutiques semanalmente buscando novedades, otras vienen cada mes, pero buscamos presentarles lo mejor. Es por ellas que esta marca se ha vuelto lo que es ahora.
Puedo decirte que son mujeres sofisticadas, conocedoras, invariablemente buscan la calidad y buscan algo clásico pero con un twist.
¿Qué se necesita para crear una marca como la suya?
Clientas (risas). Sin ellas no hay marca. Ofrecerles algo diferente, la mejor calidad. Una atención inmejorable. Ofrecerles algo nuevo de forma constante, algo que vaya con sus distintas personalidades.
¿Conocimiento sobre los materiales?
Claro, la formación es muy importante. No sé si sepas que yo soy de Taxco y mi familia se dedica a esto. Durante un tiempo me alejé de la joyería, pero al final, fue algo que me llamó. Cuando estudiaba en Holanda, mis maestros tenían una cierta escuela, heredada de la Bauhaus, así que absorbí es para de lo clásico, las líneas, pero lo integro a lo que he visto en México y lo que veo en el mundo.
¿Recuerda cuál fue su primer entrevista?
Fue para El Universal, hace ya varios años.
¿Qué le preguntaron?
No me acuerdo, estaba muy nervioso (risas). Usualmente no recuerdo lo que me preguntan y a veces olvido nombres (risas).
¿Por qué la joyería mexicana es tan respetada en el mundo?
Eso se lo debemos a un estadounidense, William Spratling. Taxco ha sido un centro minero desde hace mucho, pero fue él quien impulsó el trabajo de la plata y la volvió famosa en el mundo entero. Mucha gente, mi familia, por ejemplo, se fue involucrando en la producción de joyería. Por supuesto, la calidad y la propuesta han ayudado a mantener esa reputación, y, creo que eso es algo que yo ofrezco a mis clientas: una pieza con propuesta, algo clásico pero con un twist.
Espero que les haya gustado. Yo sigo emocionado por haber charlado con Daniel y su equipo y por aprender sobre algo más sobre el diseño. El proceso para esta entrada no fue sencillo, pero valió la pena.