Hace unas horas comenzaron los desfiles de la nueva temporada de Alta Costura en París. Por fortuna aún tenemos a Karl Lagerfeld para salvar el día y a la nueva y grandiosa adición de Giambattista Valli. Pero en una industria que ha sido severamente golpeada por la crisis, los escándalos y el mal gusto, el presentar una temporada con el esplendor de siempre suena como un gran reto.
Hubo un tiempo, hace no mucho, en el que esta situación era soportable e incluso inofensiva. Había un Lacroix, un John Galliano y un Emanuel Ungaro libre de Lindsay y de malos manejos. En ese tiempo pre-crisis, se presentó una de las colecciones más impresionantes de las que tengo memoria.
Por supuesto, en estos días John Galliano sigue en desgracia y en Dior tratan de olvidar su trabajo sin que tengan algo memorable para sustituirlo. No vamos a discutir sobre esto porque es algo que es muy común y muy humano. Esa odiosa tendencia de olvidarse de las obras de una persona y etiquetarla cuando ha hecho algo mal.
El punto es que en julio de hace casi 8 años se presentó la colección de las Reinas Austriacas. La inspiración era, según Galliano, la corte de Sissi, la emperatriz de Austria a mediados y finales del siglo XIX.
Mmm… no, no hay mucho parecido
Pero, como todo en lo que se inspiraba Galliano (en sus buenos tiempos), termina un poco exagerado hasta que embona con su visión. Quizá es la corte austriaca en un universo paralelo en el que el imperio no dejó de existir después de la Primera Guerra Mundial y en el que todos enloquecieron como resultado de tanto matrimonio entre familiares (algo muy común antes de que se aceptaran las Letizias y Kates Middleton de la actualidad). O una recepción imperial en ácido. Lo que ustedes gusten.
El escenario no cambió demasiado: fue la última vez que se usó esa pasarela para un desfile de Alta Costura. Después vinieron los sets impresionantes y la celebración en Versalles. Sólo les pusieron algunas rosas como decorado final. Pero fue un desfile de despedida al escenario en el que tantas y tantas veces las modelos resbalaron y cayeron en temporadas anteriores,
El inicio es difícil de superar: ¿Karolina Kurkova en toda la actitud de diva (con todo y brazos levantados) al ritmo de The Girl Can’t Help It mezclada con música del siglo XIX? Es algo que ya no se ve en estos días.
El soundtrack es uno de los más fascinantes que he oído en la vida. Es principalmente una mezcla de rock de los 50 y Michael Nyman, aunque también tiene a Bach y algunos otros que no he identificado. Son totalmente opuestos pero juntos suenan maravillosamente. Y son adictivos. Jeremy Healy (DJ de Dior y creador de casi todos sus soundtracks) pudo haberse retirado después de esto, pero entregó más soundtracks memorables.
El desfile es corto y todos los vestidos son un exceso. El corte sirena, los estampados pintados a mano y todos los bordados son parte de una producción artesanal. También tomó inspiración del trabajo original de Christian Dior al utilizar una técnica que implica doblar la seda hasta el punto en que parece papel. Esta técnica debe ser extremadamente difícil, dado que la seda es muy suave y resbalosa.
Otra novedad del desfile incluye a los vestidos con copas color piel. A la distancia parecería que las reinas traen el pecho descubierto. Y otros vestidos tienen el pecho exagerado, como si fueran los sostenes de Madonna en versión de ultralujo. Esta parte sensual de la colección es algo que Galliano casi siempre ha explotado en su obra: escotes, faldas cortas, corsets… prendas que transformen el cuerpo en un objeto del deseo.
No sé qué me gusta más de esta colección. La idea de una reina austriaca un poco mal de sus facultades mentales me parece encantadora. La ropa en sí puede decir muchas cosas, y es que el doblar pliegos de tela como si fueran papel es algo muy impactante que jamás resulta fácil.
Quizá la idea de un lujo tan desmedido que resulta un poco obsceno es lo que más me intriga. Y la idea de que la Reina de Corazones (de Alicia en el País de las Maravillas) hubiera comprado toda la colección.
Y para cerrar, uno de los vestidos de novia más impactantes que se han visto hasta ahora.
La foto del vestido no le hace justicia. Ni siquiera verlo en movimiento en el desfile. Estoy seguro de que tiene el tamaño de un automóvil pequeño. Debe tener cientos de metros de seda y semanas enteras de bordado. Tan sólo ver la escala lo demuestra. Probablemente alguna reina se habría casado en él.
Al final no fue una reina, sino la mujer de un millonario quien se casó con el vestido: la actual señora Trump decidió casarse a lo grande y su elección la llevó a la portada de Vogue. Y no sólo eso: es un secreto a voces de que la firma le hizo un gran descuento por haber creado tanta publicidad a la marca.
Ahora veamos en qué otras ocasiones se usaron los vestidos en el mundo “real”. Léase, fuera del desfile.
Esta colección se usó poco. Era de esperarse puesto que era demasiado drama, incluso para 2004. Pudo haber aparecido algún vestido en los Oscares o en Cannes, pero parece que nadie se atrevió.
Gwen Stefani se enamoró de la colección y le dio un nuevo giro al aparecer vestida como la Reina de Corazones con un vestido de la colección en el video de What You’re Waiting For? Le quedó bastante bien. El video es uno de mis favoritos porque su versión completa tiene una historia de lo más interesante y está lleno de detalles divertidos. ¿No han visto la versión completa? Se las dejo. Pónganle mucha atención.
Pero usó también otro vestido de la colección y un diseño de invierno 2003 –también de Alta Costura- en el video. Y algunas prendas más de Vivienne Westwood. No es un secreto que Gwen es fan de John Galliano y, por coincidencia, el tema de la colección quedaba perfecto con su video.
Y no sólo eso, también usó un vestido de la colección en una editorial para Vanidades. Casi no he hablado de la revista en este blog pero desde que tengo uso de razón la compran en el salón de mi abuela y me las regala de vez en cuando. Así que llevo leyéndola un buen rato. Por desgracia no me regaló este ejemplar aunque sí lo pude hojear en su momento y la producción era bastante buena. Sólo pude encontrar esta imagen chiquita:
Pero bueno, suficiente con Gwen. A lo mejor le hago un post después. Sigamos con la lista. Carmen Martínez Bordiú, famosa por haberse casado con el último diseño de Cristóbal Balenciaga, salir en reality shows de baile y ser nieta de Franco (sin comentarios al respecto), usó un vestido lila para la boda de su hijo y lo combinó con una mantilla.
La rapera Eve usó un vestido verde olivo en una sesión de Vanity Fair, varios meses después del desfile.
Natalia Vodianova usó dos vestidos mientras posaba en el sitio donde se construía el MoMa para Vogue, en noviembre de 2004.
Después usó otro vestido para una muy poética imagen de Paolo Roversi en Vogue Italia
Carine Rotifeld decidió combinar la parte superior de un vestido con jeans para una editorial en Vogue Paris
Steven Meisel dejó un tiradero tan sólo para fotografiar a Jessica Stam con un vestido en Vogue Italia.
Y Patrick Dermachelier fotografió un vestido para el libro Dior Couture:
Esta colección es fascinante de principio a fin. No sé por qué no se le ha dado tanto peso en las retrospectivas de Galliano.
Por cierto, casi todas las fotos en este post son de Fuck Yeah John Galliano, un Tumblr dedicado exclusivamente a los diseños del creador de ésta y otras grandes colecciones.
5 comentarios:
pedazo de post! GRANDE! MUSO!
Sufro porque ese soundtrack ya es casi imposible de obtener :( Pero nos quedan las fotos HQ de FYJG.
Saludos!
Muy buen post!
Te sigo desde http://ysitevasllevame.blogspot.com
Saludos :)
Una de mis favoritas del antiguo John, no hay otra palabra mas que espectacular para describir ese trabajo, y ni hablar del soundtrack, el maquillaje, los accesorios, y todo eso que en conjunto hizo de esta coleccion aun mas perfecta...excelente post
Magnifica elección, entre el Galliano que sabe manejar los grandes volumenes y el trompe l'oeil.
En la peli de la desafortunada Brittany Murphy "love and other disasters" hay algunas escenas con piezas de esta colección, y un finale con Gwyneth en un abrigo de la colección Haute Couture de la primavera del 2005.
Love it.
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