5 looks del desfile de Ermenegildo Zegna (comentados)

Hace un par de semanas fue el desfile de la colección de otoño de Zegna y, al igual que la temporada pasada, me invitaron a observar las prendas de primera mano. Para mí fue aumentar mi wishlist con decenas de prendas y accesorios por los que estaba alucinando pero ese día tuve la fortuna de sentarme junto a una verdadera conocedora. Ustedes la han leído, la conocen y a lo mejor son fans de ella en secreto. Me refiero a Eli Estela González.

Bueno, pues la obsesión más grande de Eli es el menswear y, si todo sale bien, algún día tendrá una línea que se brinque los clichés de la ropa experimental o aburrida. El punto es que durante todo el desfile comentamos las cosas que más nos gustaron y decidí reducir todo a 5 looks. Todas las fotos que ven aquí son de mi amiga Charline Chávez, quien ya me ha ayudado con buenísimas imágenes en Dior y H&M.

Yo:  No sé si me guste la idea de los cuadros. ¿Por qué siempre regresan en otoño?

Eli: Son tendencias. Ya habíamos hablado de que, en tiempos de recesión, siempre se busca que se queden con las tendencias que más le sirvan y menos les obliguen a cambiarlas.

Yo: Sí, pero, ¿y el barroquismo?

Eli: Demasiado minimalismo les deprime

Yo: Estería buenísimo que tuviéramos un talk show para discutir todo eso en vivo

Eli: Jajajaja, sí. ¡Me encantan los parches!

Yo: Me encantan los sacos de dos botones. ¿Ya viste que está ligeramente ceñido de la cintura?

Eli: Los sacos en general deben quedar como este. (Mira al mío, un saco de 1965 de tweed), pídele a tu sastre que aumente una pulgada a las mangas para que no se vea corto.

Yo: Este… no tengo sastre

Eli: Empezamos por ahí.

Yo: A ver, ¿por qué presentan las prendas de ese modo? Las solapas levantadas me gustan pero no usas un saco así en la vida real

Eli: Pues de ese modo puedes apreciar detalles que están escondidos y que hacen al menswear más bonito.

Yo: Me encanta que la sastrería de esta temporada sea tan inspirada en los 60. Me aventaría un whisky triple en las rocas con ese blazer.

Eli. ¡La textura y el gris! No es rata ni oxford. Ve el corte, eso hace la diferencia entre un menswear aburrido y uno que no lo es.

Yo: A ver, ¿cómo le hicieron para que ese traje gris de rayas se vea tan fresco?

Eli: Ve hasta dónde llega el saco, que tiene hombreras que sí se ven pero están discretas…

Yo: Ewww, hombreras

Eli: Los sacos las necesitan para no perder la forma. Y el pantalón también tiene buena caída. ¡Y MIRA EL PORTAFOLIOS!

Yo: Tú lo podrías usar

Yo: ME-EN-CAN-TA.

Eli: WOW. Es tan…

Yo: James Bond. Cuando se pusieron de moda los sacos de terciopelo, allá por el 2004, siempre quise tener uno. Pero entonces estaba muy chico y no sabía dónde encontrarlo. Pero en general, la textura del terciopelo no me gusta.

Eli: Es por la calidad. ¿Has probado el terciopelo de seda?

Yo: Lo usaron unos amigos de mi clase de foto. Se veía lindo.

Eli: Checa la textura. Esta tela (la del saco) absorbe la luz y no es brillosa.

Yo: ¿Cuál ha sido tu favorito aquí?

Eli: Mmm… no sé. Aún no me decido (Al final, resultó ser éste, la ilustración es de ella)

Tuvimos varios favoritos y no coincidimos en todos los modelos pero decidí escoger estos 5. ¿Qué les parecen?

¿Por qué no... usas una bomber jacket como vestido?

Regreso con esta bonita sección en la que ya hemos explorado usar algunas otras prendas como vestidos. Los abrigos y delantales son sugerencias que parecen faltas de sentido pero de hecho funcionan bastante bien.

Pero... ¿Y si toman esa bomber jacket del novio o aquella que compraron cuando estaban obsesionadas con el look ochentero y se la ponen como un vestido? Los días son lo suficientemente fríos como para andar con ella todo el día. Y, no, no he perdido la razón porque en realidad es una tendencia de primavera.

Emilio Pucci, primavera 2013

Por supuesto, deben checar el largo para que no terminen viéndose tan ridículas como esta mujer, pero como en todas las tendencias novedosas, un poco de buen gusto y mucho sentido común las ayudará a evitar verse como ese adefesio.

Chanel, primavera 2013

Vamos con los básicos, entonces: Busquen un color sólido y un largo que les llegue entre el muslo y la rodilla. Pueden encontrar toneladas de estas prendas en la ropa de segunda mano y usualmente nadie las quiere porque son enormes. ¿Saben coser? Sean creativas y reduzcan las mangas, eliminen el resorte del ruedo y, en pocas palabras, reinventen la prenda.

Recomendaciones extra:

-Al igual que en el post del abrigo, usen algo que sirva como "fondo" entre la chaqueta y ustedes. Si se llega a desabotonar o algo parecido, no tendrán de qué preocuparse. Un minivestido sin mangas les servirá.

Stella McCartney, otoño 2009

-Como es una prenda más bien informal, sean creativas con sus accesorios. A Stella McCartney se le ocurrió esa brillante idea hace unas temporadas y, para que el atuendo no pareciera muy Sporty Spice, la combinó con unas botas extralargas y guantes al codo. Las botas arriba del muslo ya están muy passé (y lo sabes cuando las actrices de telenovela van con ellas al banco) pero si se sustituyen por las que llegan a la rodilla y medias negras se consigue un efecto similar.

-Ya que hablamos de accesorios, el cinturón es esencial para que les dé forma: dado que el elástico en el ruedo crea una forma ovalada, si no usan un cinturón se verán enormes. Usen su imaginación y combinen uno con una inspiración totalmente distinta (Si le robaron la prenda al novio, tómenle prestado un cinturón) y añádanlo al atuendo.

Mejor con cinturón: Alexander Wang, otoño 2011

-Esta prenda es más bien para ocasiones informales en días frescos. ¿Van al Corona Capital o a algún otro festival de música en su ciudad? Pueden intentarlo y cambiar las botas por sandalias (si no hace mucho frío) y añadirle lentes de sol. Así evitan estar cargando un abrigo porque lo traen puesto. Y si siguen la primera recomendación que les hice, pueden usar la chamarra abierta sin preocuparse por enseñar de más.

-Busquen un maquillaje discreto. Ya que el tío Karl en Chanel fue uno de los que propuso esta tendencia, tomen como guía el maquillaje que hizo Peter Phillips para el desfile. Labios pálidos y un toque de sombra les ayudarán.

Si no las convencí del todo, siempre tienen dos alternativas que pueden tomar al usar esta prenda.

La primera: usar una de su talla y combinarla con un atuendo muy clásico. La chamarra le da un toque sorprendente y la pueden guardar si no va con el código del lugar en el que están.

La segunda: Excaven en las prendas de segunda mano y si encuentran una bomber jacket de su talla o reducida (de aquella horrible época en la que estuvieron de moda), combínenla con un maxivestido para salir. Usen colores sobrios y traten de que no haya muchos contrastes entre ambas prendas. Esta idea es menos excéntrica pero igual de fresca.

¿Qué les parece la idea?

Shifting Perceptions

Es una verdad universal que uno no puede ir toda la vida teniendo la misma idea sobre el mundo. Las cosas cambian y nuestros sistemas de pensamiento también deben evolucionar. No hay nada peor que los dogmas y dentro de ellos, el de infalibilidad es el más dañino (o si no, díganme qué tanto aman a alguien que cree tener la razón siempre).

Me aviento todo ese rollo dogmático porque dos de las colecciones de París que más me llamaron la atención están haciendo que cambie nuestra percepción alrededor de ellas. No se están yendo por cosas obvias y, aunque crearon un escenario alrededor de sus creaciones esta temporada se decidieron cambiarlo. Me refiero a Balenciaga y la casa anteriormente conocida como Yves Saint Laurent (ahora sólo es Saint Laurent).

Ustedes saben cuánto amo Balenciaga. Saben que me sé muchas colecciones de memoria, que con 5 años seguidos (10 temporadas, pues) de colecciones que me encantan estableció un record personal y que me trabo un poco al hablar de ella porque me aplastan las ideas maravillosas acerca del trabajo de Ghesquiere y su equipo.

Pero hay algo que me queda muy claro: no es una marca con diseños amigables para la calle. Algunas cosas tienen el lenguaje de la calle, como esa colección de 2011 en la que se usaron botas con estoperoles porque Gisele no quiso usar tacones, pero están traducidos a la experimentación con la forma y el material que tanto le encanta a la marca y a sus fans. Por supuesto, el bolso Lariat y casi todos sus accesorios sí se llevan bien con algunas aceras.

Pero las colecciones, desde que se fueron complicando más en inspiración, resultaban un poco intensas para usarse diariamente. La idea de la transformación de las ideas estuvo dominando el panorama de la marca desde hace unos 7 años. Y tuvo grandes momentos como el de los robots, pero de algún modo se habían impuesto un tabú de diseño.

Y en esta colección se rompió el dogma de la ropa para la calle. Y no sólo eso, la ropa de trabajo se convirtió en una propuesta interesante. Ahora que tengo un board en Pinterest dedicado exclusivamente a atuendos para trabajar, me doy cuenta que el combinar ropa perfecta para los códigos oficiniles más estrictos sin parecer prófuga de Wall Street es una tarea complicadísima.

Ghesquiere se lanzó por los separados y por la idea de cambiar el traje de falda a largos más propositivos es más o menos refrescante en una temporada muy conservadora. Aunque, si nos quejamos de que no hay propuesta, las faldas que cobran vida al caminar son incursiones en el movimiento que gente como Alber Elbaz domina. Y son encantadoras.

 

Estaba a punto de contarles que Hedi Slimane también rompió el dogma del diseñador incómodo en la casa incómoda con Yves Saint Laurent pero más bien actuó al contrario. Y es que, mientras estaba desarrollando la idea de que su inspiración en gente como Marianne Faithfull y Loulou de la Falaise estaba rompiendo ocho años de inestabilidad con Pilati (a quien, igual que Tom Ford, lo hacían sufrir en la marca), me llegó este link de The Cut.

Slimane básicamente exigió un control absoluto de las reseñas y condiciones muy duras incluso para gente como Cathy Horyn (a quien vetó y con quien se ha estado peleando desde hace unos días) y Marylou Luther (quien vio la primera colección de YSL para Dior hace cincuentaytantos años). Lo entendería de alguien como Kanye West (quien, como diseñador, es un gran rapero) pero no de una de las máximas figuras de la moda actual.

Hubo un tiempo en el que Yves se enfurecía con las reseñas negativas. En los 90 vetó a Hamish Bowles y el staff de Vogue durante un par de años porque no le agradó lo que escribieron en un momento en el que tenía una crisis creativa y había pasado de la vanguardia al conservadurismo férreo en 15 años.

No podemos cerrarnos a la crítica y taparnos los oídos ante cualquier indicio de ella. En ese momento perdemos el piso, nos aferramos a ideas que pueden estar volviéndose obsoletas y terminamos imponiendo dogmas de infalibilidad que no nos llevan a nada bueno. A la decadencia, quizá y a finales amargos.

Les pondré dos ejemplos: si alguien se autonombra el árbitro del buen gusto e impone su opinión sin ser cuestionado por lo menos una vez, se vuelve cada vez más intolerante al cambio y cualquier indicio de un gusto diferente los enfurece. Y, por el contrario, si alguien tiene a bien criticar sin encontrar algo bueno en una sola cosa, termina siendo una carga. Yo he convivido con ese tipo de personas y me he hartado después de algún tiempo de “decretos” y quejas.

¿Me gustó la colección? La amé. Es moderna, tiene ese aire fresco que siempre tienen todas las creaciones de Slimane, se basa en los archivos y sé que el stock de sombreros de ala ancha se va a terminar en unos meses (vayan comprando los suyos). Es un gran triunfo para la primera vez que alguien diseña ropa para mujer, pero ese control absoluto impacta negativamente la imagen del diseñador y la marca.

 

Y, bueno, eso es lo que tengo que decir sobre dos de mis colecciones favoritas de París. Por cierto, les cuento que salió un texto mío en El Fanzine y es la primera vez que colaboro con ellos. También hay un texto muy bueno de Botica Pop y de otras personas con distintos puntos de vista sobre la moda. Den click aquí y lean mi texto en la página 39. Y, por supuesto, cuéntenme si les gustó y, de no ser así, qué debo tomar en cuenta. ¡Gracias!