¿Por qué ya nadie quiere a Manolo Blahnik?

Chicos, regreso del cuasi destierro al que me había relegado. Estoy enfrentando un severo caso de desorganización personal… nada que un P.A. (personal assistant) no pueda resolver, si fuera famoso o por lo menos rico. Como no tengo, debo lidiar con mi crisis yo solito.

Desde hace algunos días me aqueja una duda y la he estado rumiando con mi madre (pobre, a ella esto de la moda ni le va ni le viene) a falta de alguien con quien compartirla. Y mi duda es esta: ¿por qué Manolo Blahnik ya fue olvidado por el jet set? Obviamente no puedo generalizar porque si fuera así el pobre ya estaría muriendo de hambre.

Pero es una triste realidad: uno de los mejores zapateros del siglo XX, quien reinventó los stilettos cuando todas usaban zapatos horrendos, está casi en el olvido. Porque, amables lectores, no fue más que una moda y esto me hace reflexionar sobre el verdadero valor estético de los objetos de moda.



Ahora podemos tachar a los Manolos de bruscos, incómodos, ordinarios y anticuados pero si me hubiera atrevido a decir esto ante el fashionerío en 2003 me habrían despellejado con sus altos y filosos tacones. ¿Nunca se han preguntado dónde terminan los objetos “pasados de moda” en el clóset de los pudientes?

No creo que sea necesario explicar con detalle lo que pasó con Manolo y su carrera pero lo retomaré brevemente: él es español, se fue a Londres en los 70 y comenzó a crear zapatos para socialités y casas de moda. A finales de los 90, Patricia Field, estilista de SATC los incorporó al armario de Carrie y ahí comenzó la locura mundial por los Manolos.

Manolo, que ya era conocido por su estilo tan particular (el tacón gota de agua, de 10 cm de alto) se volvió parte de la cultura pop entre los fans de la serie, porque los zapatos jugaron un rol importante en algunos capítulos de la serie. ¿Recuerdan cuando la asaltan y le quitan sus Manolos? ¿Y recuerdan cuando los deja afuera de un departamento –a petición de la anfitriona- y se los roban? ¿Y las diversas caídas que tuvo a lo largo de la serie? Les aseguro que no habría sido lo mismo si el bolso 2.55 de Chanel hubiera sido su fetiche… ¿justificarían las caídas enredando la cadena del bolso en sus tobillos?





No recuerdo una relación tan profunda entre un personaje televisivo y una marca. SJP se puso Prada, Gucci, Dior, D&G y Halston pero Manolo siempre estaba con ella. En alguna ocasión se puso zapatos Stuart Weitzman pero nunca representaron una amenaza a su relación.

Cate Blanchett, Kylie Minogue, Madonna, Gwyneth Paltrow, Kate, Penélope Cruz… todas se ponían Manolos y se sentían lo más. Sobra decir que Sarah Jessica Parker, quien fue Carrie en la serie, se volvió la embajadora oficial de Manolo: posaban juntos, no paraba de enumerar sus ventajas y hasta dijo que correría en un maratón con ellos. Vaya, eso era una relación perfecta mientras duró.

Y ella no fue la primera que decidió vetarlos de su closet. La primera en abandonar sus filas fue Tori Amos. Y, curiosamente, lo hizo cuando todos comenzaban a amarlo. Como Tori es una personita extraña, decidió bajarse del barco en cuanto Carrie Bradshaw se subió, por el simple hecho de odiar a las mujeres vacías que se formaban afuera de la boutique de Nueva York para comprar un par… básicamente le enfureció que lo adularan sólo porque SJP lo mencionaba en el programa (les pido de favor que no se excedan en sus críticas contra ella porque la adoro y se siente medio feo cuando insultan a tus ídolos, aunque lo merezcan).

Y luego, acabó SATC. Todos supimos que Carrie terminó al lado de Big y algunos sintieron feo de sólo pensar que no verían a SJP con su abrigo de lince y sus Manolos de nuevo (en teoría, ya saben todos que hicieron un filme y viene un segundo). ¿La vida sin Carrie Bradshaw sería lo mismo para Manolo Blahnik?

Evidentemente no. Llegó 2005 y ya había un nuevo sheriff en el pueblo: Christian Louboutin. No me malinterpreten, amo las creaciones de Louboutin con pasión y locura (exagero) y creo que la suela roja es lo más sensual pero me incomoda ver que pasará por el mismo proceso.



De 2005 para acá la demanda de Manolo Blahnik fue disminuyendo en el fashionerío hasta que hoy en 2009 vemos que no se le menciona (casi) en absoluto. Ha colaborado para Christopher Kane y algunas otras marcas pero es evidente que ya no está on demand.

La retirada de Manolo Blahnik ha sido silenciosa, tanto que casi nadie notó cuando se había ido. Solo se fue y ya. Sí, es cierto, le entregaron un premio X en Los Ángeles el año pasado y fue Lucy Liu (la cual tiene un sentido extraordinario de la moda y, por consiguiente, un estilo impecable) quien lo escoltó, pero ¿qué es Lucy Liu comparada con Kate Moss, Isabella Blow y Cate Blanchett? Hace 5 años ellas hubieran ido con Manolo.

Es una lástima porque él ama realmente lo que hace. En un pequeño texto que hizo para El País Semanal, hablaba de sus zapatos favoritos y me sorprendieron sus conocimientos sobre la historia del calzado. Uno no espera que el zapatero más moderno del siglo XX te hable con toda naturalidad sobre los botines del siglo XIX.

No sé si sea pertinente echarle la culpa a los mules. Sí, esas horrorosas sandalias sin soporte en el talón que tanto fascinan a Manolo… aunque hayan sido el hit de los 90. Hago un paréntesis porque aquí en México siguen siendo lo más y muchas mujeres corren hacia el metro (o van a fiestas) con unas mules altísimas. No las dejan ni a sol ni a sombra.



En fin. Evidentemente no todas las mujeres ricas del mundo aman los mules, sobre todo aquellas que viven para ponerse todo lo “de última”. Si mañana estará de moda ponerse un bote de basura en la cabeza, ellas buscarían el más caro. Y para este tipo de mujer, el mule –y Manolo- es demasiado "años noventa".

Sentí que Manolo era algo passé en cuanto abrieron Saks Fifth Avenue en la ciudad. La primera vez que lo visité fui directamente al stand de Manolo Blahnik y vi un altero de sus zapatos en colores que recordaban a los caramelos solos y abandonados. Para la segunda vez que fui estaban en rebaja, del 60%. Los de Louboutin no tenían descuento.



Es una pena, sobre todo porque Manolo Blahnik ama su trabajo y la mejor prueba de eso son sus bocetos, algunos de los cuales ilustran este post. Él concibe sus zapatos como plantas que se enredan en los tobillos de la mujer, embelleciéndolos. Por si eso fuera poco, no ha perdido la cabeza como aquellos que hacen zapatos de 18 cm. Para Manolo Blahnik once centímetros son perfectos, 12 son un atentado al pie.


No me parece justo que a un artista de los zapatos se le relegue al olvido de este modo. No lo merece. ¿Creen que se vuelva a poner de moda?*







*Evidentemente, no todos lo han olvidado, pero ya no reconocen su trabajo como solían hacerlo. Y eso es triste.