Chicos, había ideado esta entrada desde hace tiempo y me decidí a hacerla, porque si no lo hacía ahora, no lo iba a hacer nunca. Esta es la primera entrega de una serie de entradas sobre los estilos históricos que más me gustan. Les aviso que intentaré hacer un esfuerzo por completar otras entregas antes de que mis pendientes me coman vivo.
Dedicaremos esta entrada al estilo Imperio, un estilo que no es muy conocido o recordado por las personas actualmente. Sí, sale a colación con las novelas de Jane Austen (confieso que nunca he leído una y me encantaría hacerlo) y la Independencia en México pero nada más. Y es un estilo encantador, que no merece ser tirado en el olvido.
Dolce & Gabbana, otoño 2006
Debo decirles que hay muchas imágenes en Internet sobre el tema, así que tuve que dedicar una o dos tardes enteras a buscar. Y como en este blog creemos en el ambiente que hace la música, les pediré que den click aquí y escuchen mientras leen. Es opcional.
Siguiendo con las imágenes, tuve que escoger entre mostrar puros grabados o mezclarlos con pinturas y escogí lo último porque los pintores fueron, durante mucho tiempo, la fuente más confiable para conocer las modas de la época. Entonces utilizaré varias de sus obras para ilustrar esta entrada. Por cierto, hagan click en las pinturas para hacerlas más grandes.
(y es que pongo puros grabados como éste se me van a aburrir. Además, este está mal dibujado)
También quise mostrar que el estilo Imperio ha sido muy utilizado en las pasarelas actuales, por lo que me di a la tarea de revisar qué colecciones se inspiraban en el estilo. Escogí unas pocas para no saturalos con imágenes y las intercalo con las pinturas.
¿Qué se puede decir del estilo Imperio que no se haya dicho antes? Creo que puede ser mucho puesto que no es un estilo popular actualmente.
Madame Riviere por Jean Auguste Dominique Ingres
El estilo Imperio es, probablemente, uno de los primeros estilos retro, en el que todos miraban al pasado para inspirarse. Fue un estilo que rompió bruscamente con una estética basada en el exceso para imponer una sobriedad que tomaron prestada. Fue un buen ejemplo de que se pueden crear cosas originales con elementos que no lo son.
Las modas de la época buscaban imitar a los griegos y romanos... pero de acuerdo con propia concepción estética. De este modo, se dejaron influenciar por la Antigüedad pero la actualizaron con elementos que nunca hubieran podido convivir con esos tiempos. Por ejemplo, la ropa en la Antigua Grecia no contenía costuras (o eran mínimas), la seda se usó muy poco porque era difícil de conseguir y el rango de colores era muy limitado. El estilo Imperio incorporaba mangas, bordados y un trabajo más elaborado. Los sombreros incluían listones y flores artificiales, algo impensable en Grecia y Roma. El amor por la sobriedad clásica y los idealizados valores de la Democracia y la Libertad (si alguien sabe un poco de historia sabrá que en la antigua Grecia esto no existía realmente) hicieron mella en el arte de vestir, popularizando un estilo que comenzó sencillo y fue volviéndose cada vez más suntuoso.
Madame de Verninac por Jacques Louis David
Pero ¿cómo se llegó a este cambio tan radical? Apenas diez años antes los peinados alcanzaban el metro de altura, hombres y mujeres usaban maquillaje y las mujeres ricas tenían que entrar en una puerta de lado porque sus crinolinas eran demasiado anchas (no me malinterpreten: el siglo XVIII tiene mucho encanto pero es diametralmente opuesto al estilo que se comenta en esta entrada).
Un poco de historia nunca hace mal: después de la ejecución de María Antonieta, en 1792, comenzó un periodo de incertidumbre inteligentemente llamado el Terror (1793 y 94), en el cual tanto Marat como Robespierre pidieron la ejecución de miles de personas para consolidar la Revolución. Como saben, el periodo terminó con la ejecución de Robespierre en la guillotina y calmó un poco la inestabilidad política de Francia.
Dolce & Gabbana, otoño 2006
Cuando el Terror se acabó, como suele suceder cuando acaba una dictadura, el pueblo comenzó a entregarse al júbilo de nuevo aunque la inestabilidad regresó en unos cuantos meses. Napoleón (entonces un general con suerte) comenzó a ganar poder y el 18 de Noviembre de 1799 terminó con el Directorio (un grupo de 5 hombres que gobernaban Francia conjuntamente) para comenzar con su Imperio, disfrazado de Consulado por cuatro años.
En 1804 se proclamó el Imperio y Napoleón quiso dominar toda Europa, atacando las potencias vecinas y conquistando sus territorios. Pudo mantener este ritmo durante diez años, hasta que las derrotas en Rusia y España lo fueron debilitando y lo hicieron abdicar en 1814. Regresó en 1815 pero fue derrotado en Waterloo, finalizando con una era en la historia.
Coronación de Napoleón. Fíjense en lo suntuoso de la ropa y los decorados.
Esta época de cambios e inestabilidad política terminó de golpe con el rococó y los estilos recargados de la época. Como los franceses se sentían griegos resucitados, buscaban vestirse -en un principio- de una forma sencilla. Todo lo grecorromano se puso de moda y tanto el mobiliario como la arquitectura (el estilo neoclásico nació en esta época) cambiaron radicalmente. Y la ropa era sólo una parte de este cambio.
El estilo era políticamente incorrecto y hasta peligroso. Con la amenaza de la guillotina, los ricos y famosos debieron aceptar el cambio. Nadie quería parecer demasiado "noble" porque eso se traducía como partidario de la realeza... y como enemigo de Francia.
El look Imperio alrededor de 1805
Como todos los cambios drásticos, vino anunciado. Un par de años antes de la Revolución el estilo recargado de María Antonieta comenzó a hartar a la gente y hasta la reina se decidió por ropa un poco más sencilla, porque para salir a la calle una persona debía arreglarse por horas, usar vestidos pesados y crinolinas aún más pesadas. En los peinados se acomodaban miles de pulgas y la sola idea de lavar a mano uno de esos vestidos causa escalofríos.
Con el nuevo estilo, uno podía estar listo para salir en una hora o menos, podía caminar por el campo sin problemas y, aunque la gente seguía bañándose esporádicamente, el pelo era más sencillo: algunas se cortaron el pelo mientras que otras se lo rizaron y lo sujetaban con listones (para 1815 los rizos con raya en medio se pusieron de moda). Los hombres dejaban que sus rizos adoptaran la forma que quisieran o alisaban su pelo pegándolo al cráneo.
Dolce & Gabbana, otoño 2006
A pesar del clima político, la época se distinguió por su frivolidad. Probablemente no tanta como a mediados del siglo XVIII pero aún así era una época mundana. Esto sucedió porque la literatura ensalzó el amor romántico y los escenarios suntuosos. Además, la gente buscaba distracciones banales para evitar pensar en la guerra y las catástrofes. Cualquier parecido con la realidad actual es mera coincidencia.
Christian Lacroix Haute Couture, otoño 2007
La sociedad siguió siendo igual de rígida que antes y, a pesar de que en Francia se legalizó el divorcio (en Inglaterra ya era legal) surgieron muchos escándalos porque algunas divorciadas buscaban retomar el control de su vida. Para muchos hombres las mujeres siguieron siendo unos bonitos adornos vestidos en seda de colores, sin la capacidad de pensar. La gente siguió creyendo que la virtud principal de una mujer era la sumisión seguida del pudor y la ignorancia. Y, como sabemos, eso no cambió durante mucho tiempo. Personas como Josefina Bonaparte -mujeres inteligentes que tenían el poder suficiente como para vivir su vida como quisieran- escasearon en el periodo.
Pero volvamos a la ropa. Lo que distinguió a la época, además de la ruptura tan fuerte con la época anterior (sólo imaginen, un día es normal que un hombre se vista de rosa y al otro es ridículo y hasta peligroso y súbitamente las mujeres andaban 'semidesnudas' por la vida) es la comodidad de la ropa, la cual no había alcanzado ese extremo relajado desde muchos siglos atrás.
Dior, otoño 2009
Sólo pensemos en un ejemplo. El corte Imperio es uno de los cortes más favorecedores que existen. No sólo porque una cintura alta disimula un cuerpo poco esbelto sino porque le añade estatura y amplitud de movimiento. Por otro lado las mangas cortas disimulan brazos gruesos o colgados y los escotes amplios ayudan a alargar el cuello.
Además, en un principio las telas dejaron de ser como los terciopelos y las sedas pesadas del Rococó. Se buscaba que las telas fueran ligeras y un poco transparentes, por eso se usaron materiales como la muselina, gasa (me imagino que es el equivalente antiguo del chiffon o la organza) y sedas muy delicadas. Para que las mujeres no anduvieran por la vida enseñando de más, los vestidos semitransparentes se usaban sobre un camisón de lino o algodón, el cual protegía a la ropa del sudor y el mal olor. Recuerden que la gente de ese tiempo le tenía una cierta repulsión al baño y los antitranspirantes aún no se habían ideado.
Alexander McQueen, otoño 2008
Por cierto que el blanco neoclásico no sólo se usaba para imitar a los griegos. Como saben, antes de que las lavadoras y los jabones modernos existieran esa tarea era un martirio y sólo tras horas enteras de lavar y tallar las prendas lograban tener la blancura que ahora los detergentes proporcionan. Era muy caro tener un vestido blanco y sólo las personas muy ricas podían darse ese lujo.
Josefina Bonaparte
El chal fue un accesorio muy socorrido en la época, así como los abanicos y las sombrillas. Si ven en algún filme inspirado en al época a una muchacha abanicándose en un balcón es porque el abanico se usó muchísimo y no sólo servía para refrescar, sino para comunicar algo a los miembros del sexo opuesto.
Madame Seriziat por Jacques Louis David, 1795
Se usaron mucho los sombreros y debo decir que eran algo cursis. Ya no se parecían a los extravagantes accesorios de anchas alas y plumas, frutas y espigas de trigo que María Antonieta usó. Ahora eran gorros estilo campesino llenos de listones o pequeñas y esponjosas cofias que se veían muy cómicas en algunas mujeres. Los sombreros también buscaban la comodidad y cubrir el sol.
Los zapatos volvieron a ser suaves y cómodos. Durante en siglo XVIII tanto hombres como mujeres vivieron su siglo en tacones, los cuales llegaron a alcanzar más de 10 cm. de altura... nada que no hayamos visto antes. Con el desprecio a la aristocracia, se buscaron estilos más 'griegos' y se pusieron de moda las sandalias de tiras y los zapatos de terciopelo con suela delgada y totalmente planos... habían nacido los primeros flats.
Todas estas características surgieron desde 1795, escandalizando a muchas personas. Algunos encontraban impúdico el que los vestidos fueran casi transparentes y se pegaran al cuerpo mientras que otros creían que de esta manera las mujeres demostraban su patriotismo. Para contrarrestar a la austeridad clásica, surgió un grupo contestatario (estilística y políticamente) llamado los Incroyables. Ellos... se vestían de muchos colores y accesorios extravagantes. Una de sus representantes fue Madame Recamier, aquí irónicamente pintada como joven romana.
Madame Recamier por Jacques Louis David
A medida que el estilo avanzó, se vieron ciertos cambios: las chicas jóvenes usaban colores claros como el rosa y el verde agua, mientras que las mujeres "de cierta edad" estaban obligadas a usar colores oscuros o intensos. Para principios del siglo el blanco ya no era un color básico en el estilo Imperio como lo había sido cuando este comenzó y todo comenzó a ser menos griego que antes.
Uno de los mitos que más han prevalecido es que durante la época se suprimieron los corsés. Eso no es del todo cierto: los corsés se acortaron y apretaron un poco menos, dando origen al corpiño y siendo un antecedente del sostén moderno. Los hombres también usaron corsé en esa época... no crean que esa rigidez tan característica de los retratos era natural.
Otro de los mitos gira alrededor de la ropa. ¿En realidad las mujeres andaban por la vida tan desvestidas? La respuesta es no. Al menos en Inglaterra y las partes más conservadoras de Francia las mujeres debían usar guantes varios centímetros más allá del codo para no mostrar demasiada piel o en su defecto mangas y cuellos altos para el día. En la noche podían salir con los vestidos más "atrevidos" y envueltas en un chal.
Mademoiselle Caroline Rivière. Tenía 14 años cuando la pintaron (murió a los 15)
Esto también responde al concepto de belleza de la época. Las mujeres más bellas eran las más delgadas, frágiles y pálidas... lo cual tiene origen en los vestidos tan delgados para un clima tan impropio como Europa. En América las mujeres podían ir vestidas a sus anchas sin problemas (de hecho, Josefina Bonaparte se enamoró del estilo porque era igual de cómodo que la ropa que usaba en Martinica, su tierra natal) pero la ropa ofrecía poca protección para los veranos lluviosos y los gélidos inviernos europeos. Por tanto, las mujeres tendían a sufrir neumonías tremendas, que las debilitaban y daba ese aspecto pálido y delicado que todos adoraban.
Los hombres románticos también eran frágiles. En una época en la que la tuberculosis era incurable y la muerte era tan común, la noción de un hombre fuerte dejó de ser tan popular. Gustaban mucho esos amores trágicos en los que la muerte o la guerra se interponían o en lo que la pareja se fugaba y encontraba un destino fatal. Recuerden, era la época de Byron y Goethe.
Por su parte, la ropa masculina entró en un periodo de sobriedad del que no ha salido. Los franceses, repudiando todo lo que les recordara a la realeza decidieron no usar más los tonos coloridos y brillantes de los aristócratas y vistieron de colores apagados... para siempre. La ropa dejó de tener adornos innecesarios y se militarizó. En México solemos tener ese recordatorio porque todos los héroes de la Independencia, exceptuando a Hidalgo, andaban a la moda. Todos.
Los pantalones de ese periodo llegaron a ser realmente ajustados. Esto, creían, les daba a todos una figura alta y espigada, alargando las piernas considerablemente. Y esto es cierto a medias, porque Napoleón nunca dejó de ser pequeño y con tendencia a engordar. Asimismo, se usaban las casacas o abrigos con bordados dorados y el cuello levantado, una prenda que se ha vuelto característica del vestuario de época.
El hombre más influyente de la época no fue Napoleón. Fue un hombre llamado George Brummell, quien es aún un mito en Inglaterra. Hace algún tiempo comentaba que en su tiempo era una versión masculina de Victoria Beckham en la época: no hacía absolutamente nada más que imponer modas. Por lo menos VB cantó y lanzó perfumes y demás tonterías.
George Brummell
Tal vez Brummell fue uno de los primeros metrosexuales, ya que ocupaba ocho horas del día para arreglarse y salir a la calle. Sus cuidados era realmente exagerados y escandalizaban a algunos en la época, pero su influencia fue rápida y notoria: él fue el que rechazó el gusto rococó e impuso el estilo sobrio en la decoración y la ropa, algo que se imitó rápidamente.
Dolce & Gabbana, otoño 2006
Algo curioso fue una moda extraña que surgió alrededor de 1805 o 1810. En alguna ocasión leí que una duquesa inglesa se embarazó y después de tener a su hijo siguió manteniendo un vientre abultado porque le gustaba esa silueta. Para ello mandó hacerse un vientre de alambre y su idea resultó ser muy exitosa. No sé qué tan cierto sea pero lo menciono.
Después de 1815 la situación cambió mucho y la tensión en Europa se fue relajando. La gente ya no buscaba las mismas distracciones sino que comenzaba a llenar sus vidas de aspectos aparentemente más serios... como el dinero y la virtud. Y, tras unos cambios casi imperceptibles, la sociedad entró en una época que dio pie a la era victoriana.
En este grabado pueden darse cuenta del cambio de estilo en la silueta Imperio
Como suele suceder con todos los estilos, el Imperio fue modificándose poco a poco hasta apartarse totalmente de su origen y para 1820 la ropa se había vuelto un frenesí de listones, cintas, encajes y pieles. Poco a poco los hombros comenzaron a bajar y las faldas a ampliarse hasta llegar a esa imagen que siempre nos viene a la mente cuando alguien menciona el siglo XIX: hombros bajos, escotes en V y faldas tan amplias como globos aerostáticos. Los colores se hicieron más intensos, las telas menos transparentes y en 1826 el estilo Imperio estaba más que muerto.
El estilo fue ridiculizado por muchos a medida que pasó el siglo XIX y las crinolinas se ampliaron hasta parecer paracaídas. Como saben, es un ciclo natural en la moda y da pie a algunas situaciones como cuando, actualmente, algunas personas entran en shock al ver fotos suyas de 1992 por que piensan "¿en qué estaba pensando cuando me puse eso?". Para algunos, fue un periodo de veinte años de inmoralidad y preferían no comentarlo.
Balenciaga,primavera 2006
Sin embargo, el corte Imperio tuvo un breve revival en la primera década del siglo XX y se pudo ver en casi todos los vestidos de noche y en algunos modelos de día que eran considerados como 'atrevidos'. Desde luego, nunca se logró la comodidad de los primeros tiempos porque las mujeres de esa época usaban apretados corsés y montones de accesorios que las limitaban al caminar.
Posteriormente ha sido revivido y adaptado en dos ocasiones: a finales de los 60 y a mediados de los 90. Muchos minivestidos de los 60 eran cortados de ese modo y si hacen memoria el corte fue muy socorrido con diversos diseñadores desde Alexander McQueen hasta Calvin Klein (pasando por Karly, por suspuesto). Como mencioné anteriormente, el corte es muy cómodo y favorecedor y por eso se utiliza de vez en cuando. Y evidentemente los materiales han cambiado y ahora los vestidos no son de gasa sino de algodón, lana y hasta vinil.
Chanel, otoño 2009
Este estilo no siempre se ha conocido con ese nombre. Solía ser llamado 'neoclásico' y a principios del siglo XX le llamaron Estilo Directorio. Después de los 20 se le conoció como Imperio. En Inglaterra y Estados Unidos se le conoce como estilo Regencia puesto que el Príncipe de Gales tomó las riendas del gobierno porque su padre (Jorge III) estaba demasiado loco para mandar.
Pueden encontrar ejemplos del estilo Imperio en las colecciones contemporáneas en las ilustraciones que tengan paréntesis. Algunas casas, como Dolce & Gabbana se inspiraron en la ropa masculina y revivieron las casacas y los sacos militares por un tiempo, otras, como Dior, partieron del principio estético y los adoptaron a sus cánones (John Galliano creó vestidos de Alta Costura con el efecto del vientre falso). En otras, el estilo es más una referencia que un tema a seguir.
Dior Haute Couture, primavera 2005
Bueno, creo que es todo lo que puedo decir respecto al estilo sin que ustedes se aburran. Considero que es estéticamente significativo, y que poseía un encanto que es difícil de encontrar en otros estilos. Y, como dije al principio, creo que fue la primera época retro de la Historia moderna.
Si les interesa la época les recomiendo que vean Orgullo y Prejuicio y todas las películas basadas en las novelas de Jane Austen. Algunas son mejores que otras pero casi todas están perfectamente adaptadas. Les recomiendo total y absolutamente que lean y vean Vanity Fair. La novela es de William Thackeray y la película es protagonizada por Reese Witherspoon. Es perfecta para pasar un buen rato, reflexionar y darse una idea de la época.
Bueno, creo que eso es todo, espero lo hayan disfrutado.
15 comentarios:
Que entrada más currada si señor! y muy bien documentada.
Yo no te voy a comentar el estilo imperio si no el corte imperio. A mi me gusta, y creo que aunque no es la mas femenina de todas las siluetas, si una de las que sienta bien a todas.
El vestuario de la pelicula "Orgullo y Prejuicio" es uno de mis favoritos. Mi vestido de novia (si es que algun día me caso) quiero que sea como el de Kiera en el baile... ains!
un beso
Muchas felicidades por un post tan lindo y tan interesante. Tantas cosas que no sabía, y la investigación está muy bien hecha. Me encanto leerla.
Y el vestido de Balenciaga (el último) me parece precioso.
Un beso.
en serio el corte imperio es favorecedor? (vale, si tu lo dices, te creo, porque eres alguien que sabe, pero a mi siempre me ha parecido un corte dificilisimo. yo, que soy carente de curvas, con imperio parezco una regla!)
wow! que post tan bueno!! Me imagino que te tardaste un buen, y todo por tus lectoras :) BRAVO!!!!
Que vuelva la moda de las mujeres voluptuosas, asi ya no tendré que matarme de hambre jajaja.
Oyeeeeee pelis o no pelis? como que nadie esta en el mood :S
un beso
Este es el Aldo que a mi me gusta!
Vaya pedazo de articulo!
Chapeau!!
Que artículo!!!!! Me gustó que hicieras un análisis tan profundo de un estilo. Siempre me ha gustado como los cambios en la historia tienen una gran influencia en otros aspectos que mucha gente no ve (en mi caso, mis compañeros SIEMPRE odian la historia, en cambio a mi me parece tan interesante).
Y de Beau Brummell, Karl hizo hace poco una colección inspirada en él (lo siento no recuerdo la temporada); todos los vestidos que has puesto son fantásticos.
Besos!!!
Vaya clase que nos has dado!
El corte imperio suele ser favorecedor porque lo disimula todo. Me acabo de comprar yo un vestido con ese corte y con cola y me siento como salida de Emma.
Por cierto, que TIENES que leer algo de Jane Austen. Es mi autora preferida y seguro que te encanta.
Besos.
Oye te felicito , no te imaginas como he devorado tu post, me ha encantado, que gran trabajo.
A mi el corte imperio me gusta, aunque muchas veces está muy mal llevado. Además yo no estoy de acuerdo con que favorezca a todo tipo de cuerpos...
De nuevo, felicidades, gran post.
me encanto siempre sigo tu blog y hasta ahora me anime a hacer un comentario, yo tengo un vestido asi y creanme es maravilloso cuando vas a ir a esas reuniones de comilonas, te favorece en todo...:P, me kedo esperando el resto , gracias por tan buena entrada.
Este es uno de los estilos que más me gusta, pero sin lugar a dudas prefiero el rococó de María Antonieta al corte imperio, claro está que en esta era es muy dificil que regrese el rococó puro puesto que las vestimentas tienden a ajustarse mas al cuerpo, felicidades por tu trabajo, me encanta tu forma de investigar, ojalá y podamos ver el rococó francés
Una entrada verdaderamente interesante e ilustrativa sobre el tema. Es de agradecer siempre que alguien que conoce con detalle la materia a tratar sea capaz de darla a conocer a los que no entendemos de ello sin caer en tecnicismos o acabar resultando aburrido.
Espero tener oportunidad de leer nuevas entradas tuyas con este mismos espíritu, ésta me ha gustado mucho.
Fenomenal, gran post. Me encantó la apreciación de la moda como expresión de lo social. Una cosa fascinante.
Oooooooooooh, qué buena entrada!! Bendito imperio, nos disimula las lonjas y nos vemos lindas, lindas, lindas.
Un besote.
Wednesday: Muchas gracias!! :) El vestido de Keira es genial. Besos!
Lucía: Bienvenida y gracias!!
Botica Pop: Es súper favorecedor, pero para evitar verte como regla tienes q añadir volumen o hacerlo muy ajustado.
Bere: Lo tenía pensado desde Junio y pasé todo Julio y Agosto escribiendo, puedes creerlo?
Marquis: gracias, guapo!
Kate: La historia me fascina, es una gran forma de conocer a un pueblo. Como bien dices, muchos aspectos vienen mezclados cuando un estilo se impone.
Por cierto, la colección de Chanel que mencionas es la de este otoño.
Ratita: quiero ver fotos del vestido :P Tengo en la biblioteca de la Universidad un par de libros de Austen y tengo muchas ganas de leerlos, espero poder hacerlo pronto. Besos!!
Lee: Bienvenida!! Gracias. En ocasiones no lo saben usar, porque para que favorezca debe estar ajustado apropiadamente y muchas veces no lo está. Una pena, de verdad.
smilememore: Bienvenida!! Qué bueno que te animaste a comentar, jeje.
edgardo: bienvenido!! Pues Lacroix y Vivienne Westwood han intentado que el rococó regrese pero no ha tenido mucho éxito. El estilo también me gusta, no tanto como el imperio pero me gusta.
Bruto: Muchas gracias, viniendo de alguien como tú me halaga mucho:
MRL: Gracias mil!! a seguir posteando!!
Dana: verdad que sí?? besos!!
Que interesante post, en realidad es muy poco lo que se puede encontrar sobre historia de la moda que sea agradable de leer y éste me gustado particularmente. Espero me permitas poder enlazarte de vez en cuando en mi blog. Saludos de una Venezolana en Chile
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