Bien, perdonen la tardanza por este post, pero como pueden ver es largo, incluso para mis estándares. Me fue imposible escribirlo de una sentada, en parte porque avancé en mi tesis y ahora tengo correcciones qué hacerle. Por eso he estado ausente de la blogósfera.
Con motivo de mis dos años, quería que este post fuera magnífico, algo así como las joyas de la corona del blog. Espero haberlo logrado y cerrar de una manera respetable estos festejos de aniversario. Como es un post sustancioso y merece digestión -tengo además las correcciones pendientes- me retiraré una semana más de la blogósfera, ¿vale?
Dior, Resort 2008
Siempre he dicho que los 60 fueron la mejor década del siglo XX. Me encanta que le llamen "la década prodigiosa" porque en realidad lo fue. No sólo por el cambio social, la moda y los avances tecnológicos sino por muchas cosas más. Piensen que muchas cosas seguirían siendo como en 1900 (sobre todo en lo social) si las semillas no hubieran florecido en el periodo 1961-1970.
(Giambattista Valli, otoño 2010)
Yo sé que muchos piensan que los 60 sólo son los hippies y las minifaldas pero no pueden estar más equivocados, puesto que la década tuvo muchas, muchas caras. Si bien se siguió una línea (la ausencia de curvas) ésta se fue refrescando en los diversos estilos e imitaciones a diseñadores. Por ejemplo, el filme Bonnie y Clyde fue un parteaguas para la moda -ligeramente- conservadora de finales de época. Las faldas rectas, las chaquetas cortas e incluso las boinas se volvieron a utilizar en las mujeres que no querían ser demasiado vanguardistas pero no querían verse fosilizadas en la verdadera década del cambio.
Conjunto de día de principios de los 60
El maquillaje de la época llegó a límites insospechados. Durante toda la década se usó el delineador negro para acentuar la mirada. Desde el principio, una línea discretamente extendida más allá del párpado superior era un acento para los ojos. Sin embargo, aún arrastraba la tradición de los cincuenta en que las mujeres se embadurnaban de maquillaje.
Conforme la década evolucionó, el maquillaje se volvió más discreto y a única extravagancia permitida era con los ojos. La sombra verde se volvió un must have de la época, así como las pestañas postizas. Uno de los indicadores de gran belleza era la presencia de ojos grandes y expresivos. La sombra verde y pestañas kilométricas sobre un cutis bronceado y nada más. Los bronceados, tan populares en los últimos 60 y toda la década de los 70, se daban exponiéndose largas horas al sol. Ahora eso es impensable, ¿no?
(La hermosísima Marisa Berenson y una propuesta de maquillaje para finales de la década)
La década de los 60 fue la década del pelo lacio y de los peinados enormes. Ahí radica gran parte de su encanto: los peinados lograron una altura (y en algunos casos, circunferencia) que no había sido vista desde principios de siglo. Al principio, los maravillosos recogidos (conocidos por aquí como "peinados de cubeta") y el pelo volumizado después de horas de cardarlo y ponerle laca eran la regla. A medida que la moda se volvió más relajada, el pelo fue perdiendo volumen hasta que el pelo lacio en varios estilos se impuso.
(Brigitte Bardot, fantasía erótica de los 50 y 60, con un recogido más desenfadado)
Al principio, los recogidos eran laboriosos y requerían de postizos, rulos y unas secadoras en el pelo para después cardarlo y bañarlo en laca. El chongo (o moño, pues) podía tardar varios minutos y duraba un par de días. Si no ubican, piensen en los peinados de las geishas. El proceso para crearlos es idéntico. La diferencia es que estos peinados sesenteros tenían una mayor libertad: podían ser una esfera perfecta o tener mechones despeinados por aquí y por allá e incluso algunos rizos. Los de las geishas son dos o tres medias esferas de pelo totalmente lacio superpuestas.
(Un peinado de inspiración sesentera en Prada: primavera 2009)
El estilo más conservador en el pelo consistió del largo a los hombros y cardado de modo que parecía un casco protegiendo la cabeza de la mujer en cuestión. Los rizos eran opcionales aunque usualmente se prefería el pelo lacio. El crepé fue un estilo favorito de las señoras de la época y de mujeres aseñoradas. Si se fijan, algunas mujeres que fueron jóvenes en la época siguen peinándose así, pero con variaciones adaptadas a la época.
(Peinado y lentes de la época en un contexto más sensual. Campaña de Tom Ford, creo)
Después los peinados sueltos y con algún fleco se popularizaron y la rigidez se fue abandonando poco a poco: los peinados se volvieron menos caprichosos y elaborados, porque la juventud era impaciente y ya no podía esperar una hora en el salón de belleza. Algunas se cortaban el pelo con ese peinado horrible de Vidal Sassoon, un peinado con forma de champiñón, muy popular entre la juventud sesentera. Incluso, para finales de la década, el pelo a lo afro se empezó a usar en las personas de raza negra como una muestra de orgullo racial. Para la década siguiente el afro se usó en todos lados.
(Dior, otoño 2008 y un hermoso crepé de proporciones épicas… alcanzadas en los primeros sesenta)
Sigamos con los recogidos, pues. Todos sabemos cómo se animó la gente a usarlos. De hecho, todos relacionamos la elegancia atemporal y el encanto de los sesenta con una persona. Más bien, una persona representando un personaje. Obviamente me refiero a Holly Golightly, también conocida como Audrey Hepburn.
El filme de 1961 ha trascendido el tiempo, el espacio y la vida misma de Audrey Hepburn. Para muchos ella es un ícono, alguien que estará para siempre usando un vestido negro de Givenchy y fumando con una boquilla. Y es inimitable: por más que intenten vestirse y peinarse igual, nunca podrán verse idénticas. Cuestión de la elegancia natural de la Hepburn.
(Audrey Hepburn por Richard Avedon)
Audrey Hepburn compartió el título de la mujer más elegante de la década con Jacqueline Kennedy. En este blog no somos fans de Jackie O porque nos ha parecido algo malvada y antipática. Pero para qué extendernos con alguien que no nos cae muy bien: seamos breves.
Jackie Kennedy se volvió Primera Dama a finales de 1960 y de inmediato fue el modelo a seguir por muchas mujeres estadounidenses y algunas otras en el mundo. Ella lanzaba las modas, como el sombrero pillbox, una pieza de fieltro semicilíndrico en forma de pastillero. Un objeto decorativo más que funcional.
En la era Kennedy, el árbitro de las modas (es decir, la Primera Dama) decidió romper con las líneas recargadas de los cincuenta y aventurarse con nuevas siluetas. Buscaba una nueva sobriedad, líneas rectas y un estilo de lujo muy discreto. La ostentación venía en los pequeños detalles como los cuellos de leopardo (recuerden que en los sesenta era aún políticamente correcto usar pieles) o los pequeños broches llenos de diamantes de incalculable valor combinados con algunas otras piedras como turquesas o esmeraldas. Curiosamente, Audrey Hepburn y Hubert de Givenchy estaban haciendo lo mismo por su cuenta mediante nuevos cortes y materiales.
Sin embargo, los primeros sesenta continuaron con la tradición de muchos estilos de los cincuenta. En la foto bajo este párrafo podrán ver vestidos de coctel de 1961. La única diferencia es que el pelo se llevaba recogido y las crinolinas comenzaban a perder amplitud. A mediados de los sesenta la moda comenzó a cobrar vida propia. A partir de ese momento nada pudo detenerla, ni siquiera la serie de revoluciones sociales o la guerra.
Revoluciones existieron por montones. La gente en el mundo comenzó a sentirse incómoda con la situación que estaba viviendo. Algunos países lograron su tan ansiada libertad (el proceso de descolonización en África es un ejemplo), otros la recuperaron brevemente, como Checoslovaquia en 1968. Otras regiones no se independizaron, pero cambiaron la estructura de la sociedad desde adentro. Hasta la iglesia católica cambió, con el Concilio Vaticano II de 1962-1965 (ya que lo mencionamos, deben saber que sin este concilio, las mujeres seguirán entrando con la cabeza tapada a la iglesia y las misas seguirían siendo en latín, entre muchas otras cosas).
(Un look “razonable” para ir a la iglesia en la época: Prada, otoño 2010)
Las revoluciones fueron impulsadas por jóvenes. Por desgracia, no todas triunfaron y dejaron cicatrices profundas, como lo ocurrido en México antes de las Olimpiadas de 1968. Las protestas que triunfaron fueron las que se enfocaron a un sólo aspecto. Los derechos de la mujer y la igualdad racial son un ejemplo. Algunos movimientos sólo sentaron las bases para que se lucharan por ellos posteriormente. Si la gente no se hubiera levantado en contra de tal o cual injusticia social en los sesenta, las cosas serían muy diferentes hoy.
(El traje de los 60 reinventado por Galliano: Dior Haute Couture, primavera 2008)
A principios de la década se adivinaba que algo iba a pasar pero aún no se sabía qué. Había un aire de optimismo, opacado de vez en cuando por la Guerra Fría. Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía se recuperó asombrosamente. El consumo se acrecentó y eso dio la oportunidad de que las modas cambiaran con rapidez y se experimentara. Había mucho dinero en juego y lo seguiría habiendo hasta 1974, con la crisis de los combustibles.
Elvis y Priscilla Presley se casan en una ceremonia muy fastuosa. Noten el corte recto del vestido, el peinado lleno de volumen y el maquillaje)
La moda de los primeros sesenta seguía siendo aseñorada: las prendas marcaban la cintura y requerían un cuerpo plenamente desarrollado para poder lucirlas. Los peinados eran rígidos, el maquillaje pesado. Los estampados, más que ser divertidos, eran conservadores. Pero hay que hacer un par de comentarios a esto: la ropa de principios de los 60 tiene mucho encanto, porque estaba rompiendo poco a poco con el modelo de belleza y elegancia de la década anterior. Esa ruptura sería explotada al máximo al terminar la década.
Fotograma de An Education. La película se apega perfectamente a la moda de 1961
Los primeros sesenta fueron la década de los abrigos de lana de grandes botones, las faldas rectas o de ligera caída, de las mangas tres cuartos y la despedida de los sombreros como accesorios necesarios. Después de los primeros sesenta, los sombreros quedarían excluidos de la vida diaria en las ciudades para siempre. Vaya, un hombre o una mujer no necesitarían volver a demostrar su decencia y educación al portar un sombrero después de los años sesenta.
Del otro lado del Altántico, la burguesía había tomado como protegidos a dos diseñadores que tomarían el mundo por asalto a finales de la década: Emilio Pucci y Ottavio Missoni. Pucci era un marqués que tuvo la brillante idea de llenar de color la ropa deportiva. Primero las prendas para esquiar, luego los vestidos de verano. Personajes como Jacqueline Kennedy, la gran Diana Vreeland (se merece un post para ella sola pero en éste le dedicaremos algunos párrafos) y Marilyn Monroe se obsesionaron con sus diseños a principios de la década. Después, las chicas jóvenes de todo el mundo enloquecían por sus estampados.
Por su parte, Ottavio Missoni era un poco más discreto: se especializó en tejidos con estampados geométricos. Sus diseños gustaron y los estampados geométricos se usaron en chicas a la moda así como hippies y personas de espíritu libre. Como los diseños de Missoni apelaban más a la comodidad que al glamour, gustaron de inmediato en ciertos mercados.
Las Supremes en la era de los estampados
Marilyn Monroe murió en 1962 y con ella se fue una era. El estereotipo de belleza que la Monroe representaba se fue con ella. Ojo: no estoy diciendo que ella fuera fea o grotesca. ¡Faltaría más! Marilyn era hermosa e inimitable. Pero con su desaparición, muchas cosas comenzaron a cambiar. Las curvas comenzaron a pasar de moda poco a poco, hasta que se vieron francamente mal. Los estilos ceñidos que marcaban las formas femeninas se fueron abandonando hasta olvidarse por completo. Incluso la lencería cambió para adaptarse a los nuevos vestidos sueltos y cortos. Las medias con liguero cayeron en desuso para siempre y los brassieres se volvieron más cortos y más cómodos, la incomodidad se fue eliminando en el aspecto más íntimo.
(Dolce & Gabbana, otoño 2005)
Los vestidos de noche cambiaron mucho. Al inicio de la década se podían ver algunos trajes de baile en forma "cola de pavorreal", corte introducido por Balenciaga pero que nunca tuvo demasiada popularidad (pongo debajo uno reinterpretado por John Galliano). Otros tantos seguían imitando los diseños de los años cincuenta pero con una menor profusión de detalles.
(Dior Haute Couture, primavera 2008)
Sin embargo, la influencia de Desayuno en Tiffany's caló hondo: Los vestidos elegantes de los 60 abrazaron el estilo columna. Vestidos totalmente rectos con escotes discretos, cuello halter Algunos fueron vestidos trapecio hasta los tobillos. Pero la silueta columna para la noche fue ampliamente imitada porque alargaba la figura y escondía las curvas. Además de esto, en la década de la comodidad era regla que los vestidos de gala llegaran al tobillo. De este modo se simplificaba la vida de las mujeres y se exponían menos a accidentes.
(Chloé, primavera 2007)
Hacia el final de la década causaron furor dos estilos: para las conservadoras, el corte imperio, una variación larga del vestido baby doll (el cual mencionaremos un poco más abajo) pero con una cierta rigidez conservadora en la falda con un ligero corte de campana. En la foto de abajo podrán ver a Demi Moore en la (grandiosa) película Bobby con un vestido de la época (1968) y un complicado pero hermoso peinado consistente en gajos de pelo cubiertos de laca. Este peinado fue usado por algunas a mediados y finales de los sesenta como una variación más desenfadada de los recogidos de principios de la década.
Para las mujeres de mente más abierta estaba el caftán, esa prenda que facilitaba el movimiento y daba vivacidad a su usuaria con los estampados de inspiración oriental. La influencia de la moda folclórica hizo que se usaran por un tiempo conjuntos de túnica y pantalón para la noche y se vieran como algo "novedoso". Oh, porque los sesenta fueron la década de la túnica.
Una de las múltiples prendas introducidas en la década era el vestido babydoll. El corte era suelto, con la falda corta y amplia y un escote cuadrado o redondo. A cierta distancia parecía un vestido de niña y algunas chicas acentuaban ese parecido al usarlo con blusas llenas de encajes y volantes.
Fue muy popular y afianzó la moda de ocultar las curvas y hacer parecer a la juventud más joven de lo que era. Por las calles se comenzaron a ver niños de kinder con zapatos planos. Oh, porque los stilettos de los años 50 pasaron de moda desde principios de la década. Los tacones bajos se usaron para alivio de algunas mujeres y las puntas italianas (triangulares, pues) no se usaron hasta décadas después. El zapato que diseñó Roger Vivier para Belle de Jour (punta cuadrada, hebilla, tacón grueso de unos cuantos centímetros de alto) causó sensación porque era cómodo y elegante. Las botas a la rodilla tenían un tacón grueso. Fue una década de comodidad.
(Dolce & Gabbana otoño 2005)
Cristóbal Balenciaga ideó gran parte de las modas de los sesenta. Jugó con la proporción, los cortes y hasta los colores una década antes. Muchos diseñadores se limitaron a popularizar los estilos de Balenciaga. Un ejemplo son las líneas sobrias de principios de los sesenta. O las mangas tres cuartos, que se fueron el epítome de la elegancia a principios y mediados de la década.
Un Balenciaga original de la época
Podemos enumerar los estilos, pero eso se volvería tedioso. Más bien resumamos: la sobriedad, el corte trapecio y la silueta cuadrada fueron algunos de los cortes que Balenciaga propuso y fueron usados con poco entusiasmo en los cincuenta. Sin embargo, a la década siguiente se posicionaron en el público, gracias al triple esfuerzo de Oleg Cassini (via Jackie O), Audrey y Givenchy. Esto aumentó la reputación de Balenciaga como visionario y maestro de los modistos.
Balenciaga by Ghesquiere, otoño 2006
Hablemos, pues, de Diana Vreeland, la INIGUALABLE editora de Vogue en los años sesenta. Vreeland, quien fue una mujer fabulosa, era combinación entre frivolidad e inteligencia, entre practicidad y elegancia, entre vanguardia y conservadurismo. Trabajó mucho tiempo en Harper's Bazaar pero nunca alcanzó el éxito que merecía. Es más, ni el sueldo que merecía.
Cansada de esa situación, en 1963 aceptó la oferta de Vogue como editora en jefe. Entonces, desde la revista se dedicó a alimentar los sueños del público interesado en la moda. Sueños que trascendieron la década e incluso el siglo, porque durante "la administración Vreeland" se crearon algunas de las editoriales más impactantes en el revista.
Vreeland apoyó fervientemente la cultura juvenil de los sesenta. No le espantaba el hecho de que los colores comenzaran a saturarse ni las faldas a acortarse. Tenía a su servicio fotógrafos tan grandes como Richard Avedon y David Bailey y los mandó a locaciones exóticas con modelos tan impactantes como Veruschka y Marisa Berenson.
En conjunto, revivió una revista algo avejentada y apoyó el desarrollo de varias modas; su trabajo no sería superado ni con la llegada de Anna Wintour (quien ha hecho mucho por la publicación pero en muchos otros sentidos pero tiene estándares distintos a los de Vreeland).
Diana Vreeland fue despedida de Vogue en 1971 y con ella se fue una era. Las cosas cammbiaron y la revista perdió la frescura que tenía, convirtiéndose en una revista seria y aburrida para lectoras emancipadas y ejecutivas. Durante 18 años siguió así hasta la llegada de Wintour.
(A Diana Vreeland le hubiera fascinado. Dior Haute Couture, primavera 2008)
Evidentemente, uno de los eventos más recordados de los sesenta es la popularización de la minifalda. No se había presentado nada igual hasta entonces. Piénsenlo bien, en una época en la que se estaban liberando de la rigidez social, la minifalda fue un triunfo masivo. No se trató de enseñar los muslos, sino de emanciparse.
Gucci, primavera 2007
Hasta ahora no se sabe a ciencia cierta quién inventó la minifalda. Durante la década André Courreges y Mary Quant se pelearon por su autoría e insinuaban que el otro les había plagiado. Da exactamente lo mismo porque Courreges la lanzó a las clases altas mientras que Quant la volvió un objeto del deseo en la clase trabajadora.
Chloé, primavera 2007
Mary Quant tuvo una boutique en Londres, Bazaar. Desde esa pequeña tienda lanzó gran parte de las modas juveniles a mediados y finales de los sesenta. Primero la minifalda, luego las botas de vinil blanco, y por último el look abuelita (faldas largas, chales, cárdigans, etc). En la foto de abajo pueden ver a Mary Quant, a la derecha, junto con algunas de las modas que lanzó.
Y ya que entramos con Mary Quant, debemos entrar con la cultura juvenil londinense. Ser joven en los sesenta nunca fue más deseado. La gente de mi edad tenía una opción antes de los 50 y 60: formar una familia. Mantenerla posteriormente y tener un montón de hijos. Si uno era pobre, trabajar en una fábrica hasta que el cuerpo se cayera a pedazos. Si era clasemediero, trabajar como un loco para pagar las comodidades de la vida moderna (el Chevrolet, la lavadora, la televisión, las crinolinas de la esposa). Si era rico y famoso, trabajar ocasionalmente, divertirse mucho y vivir en medio del lujo con la esposa y la amante de turno.
(Jean Shrimpton, ícono de la juventud londinense)
En los sesenta esto seguía pasando (es más, sigue pasando ahora mismo) pero llegamos a un momento en el que los jóvenes decidieron prolongar su niñez antes de entrar al proceso inevitable de casarse y formar una familia. Apareció otra opción en el panorama: divertirse gracias al dinero ganado con trabajo/fortuna familiar.
Veruschka por Richard Avedon
Alguien de mi edad podía trabajar de 9 a 5 en... digamos, una agencia de autos. Después de las 5 podía vivir su vida comprando en Carnaby Street, tomándose unas cervezas en Piccadilly Circus y asistiendo a fiestas de fotógrafos, artistas, cantantes y modelos incipientes. Al día siguiente, retomaba su trabajo. El dinero les dio la libertad de hacer lo que quisieran.
La juventud neoyorquina circa 1969
Los jóvenes de los sesenta se posicionaron en buenos círculos y se fueron mezclando entre ellos sin importar su origen obrero o aristocrático. Más que eso, lo único que importaba era estar en sintonía con lo que oían y veían todos. En ese contexto surgieron algunos íconos como Edie Sedgwick en NY y Twiggy en Londres.
Twiggy merece un post para ella sola porque es un ícono sólo por existir en el momento y lugar adecuados. Eso y además tenía una apariencia que nadie había visto antes y por coincidencia se parecía al ideal de la época. ¿O se imaginan a Twiggy viviendo en 1900? Hubiera sido fea como una prenda de Jeremy Scott.
Twiggy sentó las bases para que alguien como Kate Moss triunfara veinte años después. La muchacha clasemediera flaca como una espiga era algo muy raro en ese momento. Las modelos de ese entonces eran chicas con un pasado aristocrático y con suficiente carne en sus cuerpos como para tener un aspecto saludable.
Con Leslie Hornby (es decir, Twiggy) eso no pasaba. Su papá era carpintero y su mamá obrera y ama de casa. Viviendo en un barrio de clase trabajadora vivía una vida normal. Aclaremos que, aunque muchas chicas se mataban de hambre para estar delgadas como Twiggy, ella en realidad no hacía dieta alguna. Si la ven ahora, pueden constatar su delgadez extrema.
Aunque no lo crean, este ícono con I mayúscula entró en el modelaje por mera casualidad: se fue a cortar el pelo a un salón caro y el dueño la escogió para modelar. De ahí la gente enloqueció con Twiggy, su delgadez y esos ojos que le cubrían media cara. Con decirles que apareció en la portada de Vogue tres veces en un año.
Que yo sepa, Twiggy nunca desfiló, sólo posaba para las editoriales. Pero aún hoy ella es tan fotogénica que la cámara simplemente la adoraba. Fotógrafos como Richard Avedon tomaron fotos memorables de Twiggy y eso no hizo mas que popularizarla más. Además, ella y su estilo personal causaron sensación en las jóvenes de la época.
Twiggy+Richard Avedon+Diana Vreeland+Vogue= Una imagen icónica
No era para menos: Twiggy tenía unas pestañas enormes (creaba el efecto pintándose con delineador bajo las pestañas), el pelo partido del lado y un maquillaje casi completamente natural. Se vestía con vestidos babydoll y ellos la hacían parecer una niña de kinder brincoteando por ahí. Cualquiera podía pintarse y vestirse como Twiggy pero sin lograr imitarla del todo.
Al final, la obsesión por el look Twiggy resultó pesada para la modelo y se retiró para dedicarse a otras cosas. Hasta ahora sigue siendo recordara e imitada con un éxito relativo. Mientras Twiggy y las chicas a la moda se vestían igual, las chicas fascinadas por el rock comenzaron a irse por un rumbo más étnico: pasaron de lo nativo americano al look marroquí, popularizado por la bacanal de Marrakesh y Talitha Getty.
(Etro, otoño 2009, inspirado en el estilo de Talitha Getty)
Getty (quien se ha unido a mi lista de amores platónicos) era una actriz que nunca actuó de verdad. Se casó con un Getty (de la familia dueña de pozos patroleros, pinturas y actualmente de casi todas las imágenes que circulan por internet) y con el dinero de él vivieron una vida de ensueño en un castillo marroquí. Getty tenía un estilo precioso y fue elogiada por personas como Diana Vreeland, quien mandó hacer una sesión para Vogue.
(Talitha y Paul Getty para Vogue en 1969)
Getty fue de las primeras personas (junto con Brian Jones de los Rolling Stones, Edie Segdwick, Jimi Hendrix y Janis Joplin) en descubrir que el fiestear y drogarse (con drogas duras, además) sin control trae graves consecuencias y en 1971 una sobredosis de heroína la mató. Es recordada en algunos círculos por ser la primera mujer hippie chic. Y para serles sinceros, su estilo era extraordinario,
(Talitha Getty demostrándonos su gran estilo)
La moda masculina sólo cambió con los hippies y los mods. De hecho, el look de los sesenta fue más o menos el que fueron manejando los Beatles a medida que evolucionaban musicalmente. El look de los Beatles en el show de Ed Sullivan nos puede parecer algo ñoño ahora, pero era el epítome de la elegancia entre los recién formados mods en Inglaterra. La ácida interpretación de los uniformes militares es cortesía de la locura por lo vintage en Carnaby Street. La apariencia desarreglada en Let It Be es un ejemplo perfecto del look hippie. Creo que no se puede resumir mejor la moda masculina.
Mencionemos las corrientes, salvo la hippie (porque todos la conocen al dedillo y es parte del imaginario popular): Los mods surgieron en Inglaterra como una clase media elegante y obsesionada con la moda (y los zapatos italianos), las Vespa y los pantalones entubados. Las chicas mod comenzaron a usar los vestidos cortos en chillantes colores y mallas. Básicamente eran una encantadora subcultura obsesionada con la juventud y el consumo. Nada que no hayamos visto antes.
Los precursores de los hippies comenzaban a experimentar con LSD y, por consiguiente, desarrollaron un gusto más ácido que el de los demás. Colores chillones y prendas extravagantes, derivadas de los uniformes militares del siglo XIX. Se dejaron crecer el pelo y la barba y buscaban locamente en tiendas vintage como I Was Lord Kitchener's Valet, una tienda especializada en uniformes militares antiguos. Esta corriente fue puramente masculina, debo decir.
Cuando un chico quería verse elegante sin verse escandaloso, podía recurrir a la ropa juvenil de la época en colores oscuros, como David Bailey. En la foto que vemos más abajo sale junto con Jean Shrimpton, y ambos se ven como jóvenes a la moda sin perder la cabeza por las tendencias del momento. Otra cosa: no crean que las modas espaciales o muy extravagantes pegaron de verdad. Fueron una mera curiosidad y se usaron versiones muy diluidas de ellas.
Ahora bien, Cary Grant era el modelo a seguir de un hombre adulto elegante. Los trajes de dos botones perfectamente planchados, las camisas inmaculadas y hechas a la medida y el pelo con raya lateral causaban fascinación en los hombres que deseaban verse elegantes. Marcello Mastroianni y su guardarropa (como para asesinar por él, aún hoy) nunca se vieron mejor, así como Sean Connery y los smokings que usaba cuando encarnaba a James Bond. El hombre elegante era un híbrido de ellos tres.
(Y aún ahora, cuarentaypico años después, es elegantísimo ese estilo)
En las escuelas, la rigidez era igual que en décadas anteriores, una falda a la rodilla era la norma. Los jeans se usaban para actividades como pintar la casa o lavar la ropa, nunca para ocasiones formales o semiformales. Con el advenimiento del hippismo, los jeans conquistaron el mercado para siempre. Pero en los colegios el tiempo seguía detenido, las señoritas seguían buscando la decencia y un buen marido y los chicos no podían fiestear hasta las diez de la noche.
Una chica que sí podía fiestear después de las diez: Jane Birkin
Las adolescentes se peinaban con uno de los estilos más característicos de la época: las diademas. Intenten llevar una: es más práctica para los días de calor y, si usan una banda elástica, podrán usarla todo el día sin que les cause jaqueca. El pelo con un poco de volumen era la clave para la comodidad.
Chloé, primavera 2007
Al final el sistema de las modas colapsó en 1969. Simplemente se lanzaron demasiados estilos en muy poco tiempo. Hoy en día eso es común y no pasa nada porque las convenciones sociales son más flexibles que hace cuarenta años. Pero a finales de los sesenta "la última moda" cambiaba cada dos meses. Justo como ahora, con las colecciones cápsula y las pretemporadas. Pero como dije, el contexto era diferente. En ese momento la gente comenzó a desconfiar de la industria de la moda y, con la libertad de los movimientos sociales, muchos optaron por vestir su propio estilo y abandonar las sugerencias de la industria.
Dior Haute Couture, primavera 2008
Si esa crisis no hubiera sucedido, quizá seguiría poco apropiado que una señorita decente saliera a la calle sin medias o guantes o no hubiera habido un boom de la ropa deportiva y se podría decir entonces que todos seguíamos los dictados de la moda. Toda esta confusión del consumidor sentó las bases del verdadero estilo personal.
De la realidad a la fantasía: Un diseño circa 1962
En el aspecto social, el optimismo que reinó por toda la década comenzaba a disiparse poco a poco en 1969. La fiesta que habían sido los sesenta estaba oscureciéndose por las represalias de grupos conservadores, la guerra de Vietnam y la angustia existencial de muchos que no querían vivir su vida yendo de compras y fiesteando. Todo eso explotó de distintas formas en los setenta. Aún así, la fiesta no se acabó en algunos sectores hasta bien entrados los ochenta.
Dior, Resort 2008
Los sesenta nunca han regresado del todo. A principios de los 90 se intentaron traer de vuelta los peinados y algunos toques de la era espacial con un cierto éxito mientras que en las calles la moda grunge estaba a todo lo que daba. Las supermodelos como Christy Turlington, Claudia Schiffer y la ahora Primera Dama de Francia traían el pelo cortado con flecos como en los sesenta y con unos chongos muy estilizados cuando eran las musas de Karl Lagerfeld. Pero no acabó de pegar esa moda.
Balenciaga, otoño 2006
En 2007 se trajeron de vuelta los vestidos babydoll y los flats (que son realmente propiedad de Audrey Hepburn en los cincuenta). El vestido babydoll se vio en todos lados y los flats aún se usan pero el estilo años 60 no acabó de pegar. Ahora muchas colecciones de otoño se inspiran en los primeros 60. Esperemos que esta vez regresen del todo porque fue una década fascinante en todos sus aspectos.
20 comentarios:
Un post muy extenso, incluso para ti, como bien dijiste, pero yo no quería que acabara: es claro, interesante, las imágenes perfectamente elegidas. Una época llena de vida, y con tu post podemos ver que para estudiar la moda hay que saber de Historia, Economía, movimientos sociales, música, cine, Política.
¿Una época tal vez como la adolescencia a nivel individual? ¿con grandes cambios, inquietudes, rebeldías, búsquedas, muchas cosas pasan a nuestro alrededor, buscamos nuestro estilo e identidad?
Felicidades, Aldo, gran post
Saludos
Que MARAVILLA de post. Fue un bocanado de aire fresco. Con una forma de escribirlo sencilla y elegante, que te permitía transportarme a los años 60, y reenamorarme de ese estilo y época tan única.
Te felicito, conseguiste lo que te habías propuesto, que este post deslumbrará y culimanará con una serie de entradas muy buenas.
Y debo admitir que has logrado que corriera a mirar fotos de la moda de los años sesenta.
Mucha suerte, y tienes más que merecida tu semana de descanso.
Liesl.
Joder que maravilla y que currada de post!!!!!
Me encantan los sesenta, lo que ya no me gusta tanto es que tardes otra semana en poner un post como este, pero bueno, te comprendo demasiado (yo estoy igual)
MUCHA SUERTE CON TODO!
Un saludo.
cierto muy extenso incluso para ti, pero muy buueno, la verdad es que lo deje para el final para leerlo con mi cafe con hielo jeje
en serio este post me recordo por que amo tu blog y lo bueno que heres en esto!
un besote y espero que te balla muy bien con la tesis!!
Ahh cuanta nostalgia, los 60's son mi epoca favorita.
La colección de Dior Cruise 2008 siempre la recuerdo cuando voy de vacaciones.
Este ha sido mi post favorito de tu blog.
Saludos!
Iba a protestar porque no estuviera Eddie Sedgwick,pero ya que la ví en maravillosa fotografía no hago bronca. Éste es de los post que uno se pregunta, ¿por qué carajos no lo compra alguna revista y lo publica, en vez de tanta mamarrachada? Porque le entras al tema con el centro en la moda, pero de ahí vas y vienes a lo social, cultural, artístico... que siempre he pensado que si la moda no se relaciona con eso, no sirve para nada. Si vale el pero, hubiera estado genial evitar algunas fotos contemporáneas... ya sé que quieres mostrar cómo la gran década influencio en la actualidad, bla bla, pero igual y para eso estaría bueno otro post, acá hubiera sido excelente ver puro total y absoluto sesenta.
Y de acuerdo, por mucho es la década definitiva, la más importante del XX, que mira que tuvo décadas importantes, sean los diez y los veinte con su primera guerra, o sus cuarenta y su guerra total. Quizá deja algo de esperanza saber que sobre esas décadas de sangre, los sesenta se erigen con su absurdo, su energía, su coraje lúdico y por supuesto -¿pero qué momento histórico no?- sus enormes contradicciones. Muy chido el post, reitero, tienen que haber más de estos más seguido. Saludos.
Te felicito por este maravilloso post. ¿Recuerdas que la entrada que hice por tu aniversario dije que tu mejor post era el del estilo Corte imperio? Pues lo has superado.
¿Regresaran los 60´s con el boom Mad Men? Ojala llegue algo nuevo y que defina esta década.
Felicidades!!!!
Bellísimo todo lo que escogiste. Esperemos que retorne esta moda y renovada.
El coraje lúdico que menciona Rufián Melancólico me parece una excelente descripción corta de la década y del post.
Tengo mi lista de puntos a comentar (sí, ñoñamente hice apuntes mientras leía, ji ji)
- Adoro la primera foto, ese vestido es de un fitting perfecto
- La foto de los lentes es, en efecto, de la campaña de Tom Ford. Me encanta
- Ese maquillaje está increíble, le dio en el clavo al color y a la rebeldía que implicaba salir del maquillaje de ojos de "ama de casa"
- Respecto al look de Prada... ¡Yo me haría monja si eso fuera el hábito!
- Diana Vreeland es, por mucho, una de las personas más admirables de la industria porque, en verdad, hizo del estilo personal un asunto comercial. Invaluable aportación
- Y, bueno, Twiggy es y será una de las imágenes más poderosas de los íconos sesenteros. A la fecha, la señora sabe de lo que habla
Gracias por avisar que el post es largo, lo comí a mordidas disfrutándolo.
Un beso, feliz aniversario (otra vez)
Que gran post Aldo, en serio ;)
Un gran repaso. A mi lo que más me ha fascinado siempre de los 60, más que la moda en si, ha sido la estética en general , las infinitas posibilidades a la hora de experimentar con el maquillaje, los peinados. Soy muy muy fans del maquillaje de esta epoca, las enormes pestañas , los ojos muy delineados. Iría maquillada así siempre, de hecho soy muy de maquillarme los ojos.
Y en efecto, los 60 no son solo el swinging London y la costa oeste americana...hay mucho New York, mucha riviera francesa, muchas Jackies & Hollies... es lo genial de esa década, hubo de todo.
Un beso ;)
Felicitaciones por tu excelente post. ¿Sabes? En algún sentido fué regresar a esos años y entender que la moda no es más que un reflejo de lo que está pasando afuera.
Un abrazo y felíz aniversario!
Holly :)
Precioso post
wow no dejaste titere sin cabeza jeje cada vez k yo recordaba algo sesentero lo mencionabas en el siguiente parrafo!!!!
se nota tu trabajo de investigacion. muchas felicidades
x cierto... xk le dieron patada en la cola a Diana Vreeland?
Aldo!!! Regreso después con un buen comentario, me quedo a medias por que necesito un buen café para disfrutar esto, prometido eh!
Wow, este post esta increíble. Tu investigación y la forma en la que ligas los movimientos sociales con su expresión en la moda me encanta. Yo no se mucho de los sesentas, pero tu post fue una increíble introducción a esa decada tan facinante.
Muchas gracias por este post tan extenso y detallado.
El blog es muy bueno pero debo señalar una omisión. Imposible hablar de los 60 sin mencionar a Lee Radziwill. Ella fue la primera en descubrir a Courrèges y a Ungaro y la decoración de sus casas era ampliamente imitada desde las páginas de Vogue. Siempre a la vanguardia y en perpetuo cambio, su estilo opacó al de su hermana en todos los aspectos.
muy bueno...!!!
Es, quizá, el mejor texto sobre la moda de los años 60 que he leído en español. Inicios, mediados, finales, los mods... lo abarcaste todo. Muy emocionado por esta entrega, es primera vez que entro a tu blog, y como primera experiencia ha sido la mejor. Espero que por allí haya algo igual de contundente y documentado sobre las otras dos décadas geniales del siglo pasado: los años 20 y los años 80. Para mí los 20, los 60 y los 80 son las mejores décadas de la centuria pasada. Un abrazo fuerte.
Por tradición los hombres desde siempre se habían vestido con faldas, solo hace 300 años que los obligaron a usar pantalón.
El pantalón es la prenda menos adecuada para un hombre; el calzoncillo bóxer, hace las veces de férula en los genitales, (propiciando mal funcionamiento, y discapacidades), la costura central del pantalón maltrata, magulla e incomoda todo el tiempo los genitales; la correa o cinturón hace las veces de torniquete, y obliga al corazón a bombear la sangre con mayor esfuerzo, (para vencer la contracción que hace el torniquete), y por mala irrigacion sanguínea afecta: el aparato digestivo, el sistema urinario, el aparato reproductor. Ademas con el uso del pantalón el hombre ha terminado orinando de pie lo cual es totalmente antinatural. Las Faldas y los vestidos con faldas para los hombres son suprema-mente SALUDABLES, CÓMODOS Y CONFORTABLES. El pantalón, el calzoncillo ajustado, la costura central del pantalón, y la correa o cinturón, están promoviendo las enfermedades modernas de los hombres: IMPOTENCIA, ESTERILIDAD, PROBLEMAS DE LA PRÓSTATA Y POSIBLEMENTE CÁNCER DEL TESTÍCULO.
Ninguna parte del cuerpo del varon se maltrata mas que los genitales.
Por salud y comodidad mejor usar FALDAS O VESTIDOS CON FALDA
Por cultura nativa y autóctona los hombres colombianos deberían vestirse con faldas; como los indígenas guambianos del cauca, que usan una falda azul a la rodilla; o como los wayuu de la guajira.
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