martes, 30 de noviembre de 2010

Musts desde México: Alejandra Quesada, primavera 2011

Reconozco que les debo esta entrada y muchas otras desde hace tiempo, por eso la posteo ahora. Sigo con la tesis y espero poder cantar victoria en algunas semanas. En fin, al grano.

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Les conté en un par de posts anteriores que la pasé bastante mal en este desfile por cosas que siempre discuto en este espacio. Y como en este post no tengo ganas de repetir lo que me molesta, me enfocaré en la colección. Además, demeritaría el trabajo de Argelia y, créanme, me gustó tanto como la colección.

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Vamos por partes, se llamó "Te Odio y Te Amo". Pero antes, quizá convendría un poco de contexto: Alejandra Quesada es la diseñadora del momento aquí en México. Sus colecciones, llenas de inocencia y cortes de otros tiempos, están combinadas con colores y estampados fascinantes.

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Por si esto fuera poco, me han comentado que maneja precios relativamente accesibles, una buena organización con la prensa y un espacio atractivo en el centro de la ciudad (lo visitaré uno de estos días). Yo añadiría un estilo bien definido que no busca imitar a Balmain, McQ o Lanvin. Una prenda de Alejandra Quesada es fácilmente reconocible.

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Seguimos con "Te Odio y Te Amo". Con las prendas que vi armé toda una historia en mi mente. Abarca 10 años en el tiempo y tiene que ver con el mismo tipo de persona, quizá con brotes de una doble personalidad. Como las historias de culto, no está ordenada cronológicamente. Vamos a ver si puedo recrear lo que pensé.

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Para mi, esta historia comienza en 1959 y termina en 1970. Se desarrolla en un pueblo pequeño, uno de esos en los que una boda es un gran acontecimiento porque no pasa mucho. La protagonista: una chica que se niega a crecer y a adoptar las modas aseñoradas de la época (y mucho menos el rol de la mujer), pero a la vez se fascina con algunas cosas del mundo adulto, como lo son la seducción, los bikinis y el maquillaje.

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Por eso sigue usando los cárdigans de cuando tenía 13 años sin importar la talla. Por eso también piensa en tomar el té con vajilla de plástico rosa o improvisar adornos para el pelo con esas flores que parecen más falsas que un billete de diez pesos (nota al pie: ya no son válidos acá desde hace más de cinco años).

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Como en el pueblo son conservadores, ven con malos ojos las minifaldas y demás modas que les llegan atrasadas de la ciudad más cercana, en parte porque no hay mucho qué hacer. Las joyas no se usan y los vestidos de gala se usan una vez al año, o nunca, porque hasta la fiesta del pueblo es informal.

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Pero también es en gran parte porque mucha gente se siente amenazada con las personas que son diferentes. Puede que ella haya enfrentado miradas desaprobadoras o risas mal disimuladas en su vida diaria.

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A la chica le importa un comino y se hace maxifaldas con los manteles y cortinas de su casa. El forro es mini, la falda es larga. Dos en uno, como el dilema de la chica que veo en esa colección. Por si quedara la duda de su carácter ecléctico, se pone las joyas de su madre y su hermana (una joven señora casada) con sus suéteres y cinturones de la escuela.

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Pero justo como todos tenemos que crecer en un instante, al final la chica se compromete y se casa... usando el vestido de la boda de su hermana a su modo. Para ese momento, lo romántico está fuera de moda (hasta para el pueblo) y las niñas grandes de finales de los 60 están siendo sustituidas por mujeres adultas y trabajadoras de los 70. Aún así, la chica sigue teniendo un encanto algo extraño: pasa de las reglas y no se ve como un desastre andante.

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Eso me intrigó mucho en la colección: el hecho de que se combinaran texturas, colores y accesorios que no se verían del todo bien juntos con éxito. Obviamente no todos los experimentos de Alejandra tuvieron éxito, pero muchos lo hicieron. El choque no sólo estaba en los estilismos, estaba en las prendas mismas. Algunos estampados decididamente kitsch chocando con una femineidad muy discreta.

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Y como saben, amo los riesgos y los amo aún más cuando dan resultado. Creo que esa contradicción, a pesar de que no siempre se puede expresar de forma clara, es lo que gusta a la clienta de la marca.

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¿La colección es usable? Casi toda. Más de una lectora de este blog se casaría con el vestido de novia o usaría alguno de los suéteres con una blusa de botones y unos jeans. Aún los vestidos más extraños y algunos estampados se pueden usar sin problemas. Y ahí puedo ver otra gran razón del éxito de Alejandra Quesada en México.

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La selección musical fue excelente y también fue una mezcla rara pero coherente. Desde Dolly Parton hasta un cover de los Smiths pasando por Paul Simon, no se sentían saltos entre canción y canción, algo que se agradece.

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¿Qué opinan? ¿Les gustó?

jueves, 18 de noviembre de 2010

My Current Obsession: Collision & Improvisation- Pizzicato Five

 

Hace años que no actualizaba esta sección y ahora lo haré con unos japoneses. Son una de mis bandas favoritas de toda la vida y estoy totalmente conforme al no entenderles ni una sola palabra.

Se llaman Pizzicato Five. Los escuché por primera vez en una compilación que me compré hace seis años y los amé. No les seguí mucho la pista hasta un par de años después, en los que encontré su MySpace (¿recuerdan que hace algún tiempo muchos tuvimos MySpace? Yo lo amaba). Bajé todo lo que pude, fotos, canciones y los puse en mis top friends. Sus canciones me hicieron idolatrarlos.

Resulta que ese MySpace era de algún fan porque la banda llevaba ya un buen rato de haberse disuelto. Y es que Pizzicato Five fue una de las bandas más representativas del Shibuya-kei (pop japonés con inspiración retro, pues)  en los 90. En Japón fueron (son, más bien) ampliamente conocidos y también ante algunas audiencias occidentales. Ya saben, esos que importaban viniles de Oriente hace diez años. La banda comenzó en 1985 con un sencillo llamado The Audrey Hepburn Complex (¿no les da curiosidad el título?) pero comenzó a tener éxito a partir de 1991.

Hubo un momento en los noventa en el que toda la actualidad estética vino de Tokio. Las personas mejor vestidas, las boutiques más vanguardistas (piensen en diseñadores como Junya Watanabe), la arquitectura más asombrosa y las sucursales de Prada y Louis Vuitton más lujosas pusieron a Japón a la cabeza del mundo "cool". No digo que Tokio haya dejado de ser una ciudad fascinante ni que se haya estancado pero fue curioso que todo esto surgiera al mismo tiempo.

Pizzicato Five fue parte de este movimiento pero ellos se lanzaban hacia otro lado: lo retro. En los noventa también tuvimos nuestros coqueteos con el retro. Bueno, yo no porque era un niño pero sé que los sesenta y los setenta regresaron de forma breve a la moda, el maquillaje y los peinados. Los de Pizzicato Five abrazaron esta tendencia y la convirtieron en todo un estilo de vida.

La banda, y los otros grupos que siguieron su ejemplo (los demás integrantes del movimiento Shibuya-kei), quedaron absolutamente fascinados con la cultura popular de otras décadas. Twiggy, Serge Gainsbourg, las películas de la Nouvelle Vague, Audrey Hepburn, el bossa nova, los inicios del hip hop, el jazz y esos saxofones y trompetas que escuchamos en el soundtrack de Prada este otoño y sobre todo, la idea de que regresar unos años en el tiempo era maravillosa. Creo que pueden entender por qué los amé desde el primer instante.

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¿Cómo no amar a alguien que va por la vida peinada así?

La cantante, Maki Nomiya es modelo y diseñadora. Debe tener uno de los closets más fascinantes del mundo entero por la mezcla de vintage (según creo, tiene un Courrèges original), ropa actual y algún otro tesoro que se puede encontrar fácilmente en un mercado. Las combinaciones -siempre ideadas por ella- con las que aparecía en sus videos eran audaces y mezclaban estilos por igual, siempre apegándose a la línea de tiempo 1961-1979. Abrigos de piel falsa, minifaldas, pantalones acampanados, colores muy chillones y demás, ordenados de una forma que tuvieran una loca coherencia entre ellos.

Obviamente el kitsch de la cultura popular sesentera es algo que también les fascinaba y lo expresaban perfectamente en la ropa de Nomiya y en los títulos de sus canciones. Eso los hace aún más atractivos para mi. Por desgracia, se desintegraron en 2001 y se dedican a otras cosas. Ya no componen canciones como Playboy Playgirl o Darlin' Of Discothèque (¿qué esperan? den click y escuchen), lo cual es muy triste. Si resurgen los sesenta como tendencia ellos tendrían mucho éxito.

Vamos con la canción. Collision & Improvisation viene en el único disco que tengo de ellos, Happy End Of The World. ¿Suena a 1997? Difícilmente, pero fue grabado en ese año. Conseguir discos enteros de Pizzicato Five es tan difícil (aquí, donde no hablamos japonés) como robar una joyería sin armas y vestido como payaso. O que nos dejen entrar a Louis Vuitton de Masaryk sin tener invitación en Vogue Shopping Experience.

Parece que el grupo metió a una licuadora ritmos diferentes de los años 60 y no le pusieron letra. Si escuchan con atención pueden darse cuenta que es algo así como un recuento del pop, desde la música que escuchaban en Mad Men antes de beberse tres martinis (los saxofones) hasta las melodías bobas que escuchaban quienes rechazaban a los hippies y abrazaban las minifaldas y los colores brillantes. Recuerden que el rock no aparece aquí, es sólo pop. Pero es como si reprodujeran cinco pistas al mismo tiempo. Y suena tan interesante, colorido y dinámico como lo fueron esos diez años del siglo XX.

Creo que la idea de Collision sale de esto. Yo lo noté hasta que escuché la canción seis veces, pero es que juntos son totalmente armoniosos. Sí, suena actual pero también suena deliciosamente retro pero no se puede saber del todo por qué. ¿Y saben una cosa? Las canciones de Pizzicato Five son adictivas. No importa que estén en japonés y tengan elementos algo cursis, se pegan. Y al menos a mí me ponen de buenas.

Por cierto, la canción tiene un remix. Es bastante bueno y aunque suena muy diferente, tiene elementos que identifican la canción. Creo que eso es lo que debe tener un buen remix. Es igualmente disfrutable, aunque menos retro.

 

Es bueno saber que alguien más comparte tu delirio, ¿no?

martes, 16 de noviembre de 2010

Fotos del Vogue Choppin’ Expiriens y así

Resulta que mientras estaba en reclusión de tesiseo (algo que me salté en este momento y por el que ñoñearé mañana) mi “estación de trabajo” se puso rejega con el internet. Aplaudo el esfuerzo del destino por enfocarme en mi tesis (y hasta el momento ha resultado) pero me desesperaba un poco el no tener mis programas para bloggear sin tanto problema.

Como les decía, el no estar en mi “estación de trabajo” me forzó a copiar y pegar mi entrada en Blogger, hacía casi un año que no lo hacía. ¿El resultado? Un completo desastre. Si tienen Office 2007 utilicen la opción de bloggeo directo o si pueden conseguir un programa para bloggear desde fuera (pregúntenle al Ornitorrinco, díganle que van de mi parte :P), háganlo porque se nota la diferencia y nos quita mucho tiempo que podríamos aprovechar en otro post, por ejemplo.

El punto es que la entrada anterior fue un FAIL con los links, y le iba a poner las fotos del evento, pero mejor hago otro post con él. Ya conocen los pormenores del evento, ahora vean algunas imágenes. Todas y cada una de las fotos fueron cortesía de Paola.

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Gucci fue nuestra primera parada. En la boutique, además de tener la presencia de una maravillosa vendedora y de unos macaroons (yo nunca los había probado pero creo que entiendo la fascinación de todos, Sofia Coppola incluida, por ellos. Por cierto, ¿ya vieron Somewhere?) pudimos apreciar algunas cosas interesantes como vestidos de la última colección y otras cosas rarunas como los jumpsuits de 3 mil dólares.

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Esta pobre mujer que ven aquí estuvo parada toda la tarde en el escaparate de Frattina. Aquí, además de ser acosados, encontramos que en Masaryk, lo caro y el mal gusto a veces son sinónimos. En este caso la pobre modelo iba bien vestida, pero si hubieran visto las prendas en la tienda, quizá estarían de acuerdo conmigo. Digamos que la planta alta, de Escada, era un regreso a una telenovela situada en 1998.

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Al ver estos vestidos, Paola y yo hablábamos sobre nuestra graduación. Yo no fui pero ella sí y salvo los materiales, precios y el largo, los vestidos se parecían bastante. Y nuestra generación no se distinguía precisamente por ser muy estilosa. Eso sí, en el piso de arriba, el drama de los vestidos estaba a todo lo que daba. Pero no dejaron tomar fotos del drama de Escada y Bagdley Mischka.

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¿No les da un poco de nostalgia de finales los 90? Como que yo tengo ganas de escuchar a los Vengaboys, usar colores chillones y ver capítulos de Sabrina, la Bruja Adolescente antes de que mis padres vean la telenovela. Alguno de los personajes (yo me imaginé a la suegra rica y malvada pero se vale cambiar de estereotipo) amaría vestirse acá.

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¿No les digo? Ya en serio, los precios y la calidad de las telas no estaban nada mal pero entrar a la tienda sí era un poco nostálgico. Como a una época en la que Ivana Trump era la mejor vestida del mundo y, ¿por qué no decirlo? en la que que un lujo decadente-pero-conservador imperaba en los clósets de madres de familias millonarias hace más de una década. Seguro el señor Quinquillero sería extremadamente feliz en esa tienda.

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Señores que aman Vuitton aunque nos nieguen el acceso a su tienda. Me pregunto si alguna actriz de telenovelas se estaba probando los vestidos de la nueva colección. Con eso de que gustan del escote…

Oops, ¿eso lo pensé o lo blogueé?

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No sé ustedes pero a mi esta foto me encanta. Me gusta mucho el corte, la composición en general y los zapatos que fueron la locura de editores y clientes potenciales por igual. Debido a que en este blog amamos decir la verdad, les chismearé que costaban 22 mil pesos. Con eso podemos comprar 16.9 pares de zapatos en Zara con el mismo diseño pero en terciopelo y sin el moño. No bromeo.

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No quiero los tenis, ni la bolsa. Quiero las revistas. Sin comentarios…

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Me acabo de dar cuenta que nunca reseñé la colección de invierno de Chanel. La verdad es que me gustó mucho y los abrigos de piel falsa jamás van a ser lo que eran antes. Y es que Karl Lagerfeld puede apadrinar a modelos idiotas como Giabiconi y declarar cosas que nos escandalizan –con justa razón- pero es maravilloso. Encontramos en la tienda pocas prendas de invierno pero tienen cosas interesantes. Y es que algo de Chanel tiene altos estándares de calidad. Por cierto, si quieren post de la coleción, voten en los comentarios.

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Afuera de Marc Jacobs. Una de las personas de la entrada –en Max Mara- fue la que se puso ruda cuando fui a recoger mi pasaporte. Y luego quieren que perdamos el miedo a las tiendas de lujo… (nota: no considero a Max Mara como tienda de lujo. Y menos con el hecho de que copien ropa de Balenciaga. La calidad es otra historia)

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Un delicioso detalle en Salvatore Ferragamo. No nos hicieron mucho caso en la tienda pero al menos, las personas de catering siempre nos trataron bien en todos lados. Me imagino que es porque saben manejar grandes cantidades de gente de un modo eficaz.

Y yo nunca le doy la espalda a mis lectores pero si no, no apreciarían el detalle de esta mascada.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Vogue Choppin’ Expiriens o Fashion’s Night: Out

Ayer fue la tan esperada sesión de Vogue Shopping Experience. Si no se enteraron, les cuento brevemente: fue una idea de la edición mexicana de Vogue para acercar a la gente al consumo de lujo. Si bien existen personas como Juan, Botica y Eduardo, quienes han comprado en estas tiendas y conocen precios y estilos, existe un sector allá afuera que tiene miedo a comprar por asuntos que no vienen al caso. Este evento tenía la intención de borrar ese muro invisible entre el comprador potencial y la boutique. También era una respuesta mexicana a Fashion’s Night Out. Puede que la –gran- Cathy Horyn no crea que es una buena idea pero un evento con DJ’s, celebridades, juegos y un gran desfile de modas vuelve a las compras una experiencia lúdica.

Vamos a empezar resumiendo algunas cosas del evento general y luego comentamos otras cosas importantes, ¿les parece?

Lo bueno

-chocolates en forma de zapato en Ferragamo.

-un catering excelente en Burberry. Y ahora imaginen a unos modelos ofreciéndoles canapés a cada momento.

-El grafólogo en Montblanc.

-La atención en Gucci, insuperable. Amabilidad, información adicional y una vendedora que nos dio su valioso tiempo mientras dábamos vueltas por la tienda. Si por mí fuera, la nombraría gerente de una tienda departamental.

-En Marc Jacobs, las prendas de la temporada actual y el staff que describía este maravilloso abrigo mientras Botica se lo probó.

-Los promotores del evento. No convivimos mucho con ellos pero fueron atentos.

-En Hermès nos enseñaron a jugar con las mascadas y pañuelos. Yo pedí un turbante.

-Creo que el estar con algunos de mis bloggers mexicanos favoritos y con Paola es algo que nada puede sustituir.

Lo malo

-Fui a recoger mi pasaporte a Max Mara y tuve una recreación de la famosa escena de la boutique en Pretty Woman, sólo que en el DF y con un bloguero en lugar de Julia Roberts. Las vendendoras de la tienda fueron muy amables, pero quien pecó de arrogante fue el guardia de la tienda (!), quien no me quería dejar entrar a recoger mi ‘documento’. Empezamos mal.

-El evento prometía actividades hasta las 9:30 de la noche. Para antes de las 8 estaban cerrando y para las 9 ya estaba casi todo muerto.

-Fue menos gente de la esperada.

-Ofrecieron el turibus pero el tránsito pesado hacía más práctico el caminar a las tiendas.

-En Frattina, acosaron a Bere por tomar fotos. Temo decirles que la selección de la tienda me parece un poco… uhmmm… kitsch. Esperaba más de marcas como Escada y La Perla, quizá sea por la selección.

-En muchas tiendas la política de “no fotos” fue totalmente inflexible. En Ferragamo primero nos dijeron que sí y luego que no, con el tan característico “una disculpa, seño”. En la tienda, nadie nos peló.

-La bolsa conmemorativa del evento era del mismo material que la de Wal-Mart. Es en serio. La de Zara costaba más pero era de mucha mejor calidad.

-No nos dejaron entrar a Louis Vuitton. Los guardias nos dijeron que sólo podíamos ingresar con invitación (!)


Lo feo

-A Paola le tocó presenciar que en Burberry, Botica Pop se probó un abrigo, para molestia de la vendedora. Cuando lo iba a regresar al estante, la vendedora, enojada, se lo quitó. Como acotación, la prenda no corría el riesgo de ser estropeada por bebidas o alimentos. Okaaaaaay, señora de Burberry.

-Un par de comentarios despectivos por parte de un bartender. Pregúntenle a Monsieur Noir.

Y entonces, por una vendedora elitista en Burberry, un bartender, un guardia y una invitación, todas las buenas intenciones de Vogue se vienen abajo.

Ahora vienen los comentarios importantes.

Hace 4 años Vogue México era mi revista favorita porque me parecía lo máximo: diseñadores famosos, un mundo lujoso y despreocupado combinado con lo que se “debía” comprar en ese momento. Según mi punto de vista, el trabajo es bueno, porque no es fácil armar una revista de prestigio y circulación nacional (e internacional, si tomamos en cuenta que llega otros países en América). Actualmente leo otras publicaciones pero me agrada que vayan publicando más contenidos autónomos y no solo traducciones de fotos de W, Vogue US y Vogue Paris (un pequeño detalle, las prendas de esas editoriales no siempre se consiguen acá). También creo que en la moda también se tienen que percibir aspectos más profundos que los nuevos estilos.

De 2006 para acá las cosas han cambiado mucho. No necesito decirles que fenómenos como Tavi o Bryanboy han abierto la puerta de un mundo que hasta ese momento era celosamente guardado por las editoras. Ahora todos –literalmente- podemos tomar fotos, criticar, comentar, y comprar. La moda se ha vuelto homogénea también y esa corriente no se puede ignorar. Si se hace, corren el peligro de morir por obsolescencia.


Todos fuimos adolescentes y tuvimos nuestros niveles de rebeldía. Algunos drameaban y se encerraban en su cuarto (ejem, ejem, yo) y otros se tatuaban, llegaban tarde… en fin, entienden a lo que me refiero. Y una de las principales frases de nuestra adolescencia era el “es que mis padres no me entienden”.

Eso es lo que pasa con Vogue. No dudo de sus buenas intenciones y se demuestran con la idea del turibus, de las personas sirviéndonos tragos y unos canapés de lujo en las boutiques. Se agradece mucho pero no es suficiente. Creo que lo que quieren resolver es un poco más complejo y necesita de comprensión. Y como dice una frase “el camino hacia el infierno está lleno de buenas intenciones”. Entiendo que es algo fuerte pero sigan leyendo y verán por qué la uso.

Creo que la clave para entender todo esto es algo que escuché hace ya algún tiempo. La revista está interesada en un tipo de lectora rica, elegante, sofisticada, que se codea con las elites culturales e intelectuales del país. Alguien del jet-set. Alguien conservador. Y está muy bueno que tengan bien definido al público, no por nada la revista lleva tantos años de publicación.

El problema es que hay cosas que aún no se dejan ir. Traigo esto a colación porque JsN mencionó en un post que en la revista se bajaron “de un trono imaginario”. Sí, es cierto, pero ¿cómo podemos perder el miedo a comprar si literalmente nos cierran las puertas de la tienda en la cara porque no tenemos invitación en un evento POPULAR? Detalles en apariencia insignificantes destruyen ideas como Vogue Shopping Experience.

No voy a tirarle estiércol a mi exrevista favorita pero creo que esto refleja problemas clásicos en la organización de eventos por acá: desorden y personas que no obedecen instrucciones, saboteando el propósito de dichos eventos. Y ya sé que no es fácil ni rápido coordinar grupos grandes pero es totalmente necesario. Ahí entra una parte positiva de la jerarquía en las empresas: los empleados saben que son piezas de un rompecabezas y si falta uno, el cuadro no está completo. Puede que me equivoque pero creo que eso lo supieron en Fashion’s Night Out. Literal, Anna Wintour se bajó del trono y fue a Macy’s a platicar cinco minutos con los clientes. Y por cierto, Wintour dijo al presentar el evento que no importaba si no compraban, lo que importaba era que se acercaran a las tiendas sin importar la situación de la economía. Acá, algunas cosas estaban condicionadas a la compra.

Hace algunos ayeres nos enseñaron el concepto de corazón ideológico y englobaba tres cosas: Misión, Visión (a corto o largo plazo) y Valores. Las empresas lo tienen en ocasiones y estas tres categorías se pueden resumir en una oración, además de que todos los empleados deben trabajar para lograr esas tres cosas, en teoría. No sé si en el evento lo planearon de ese modo, pero si no, podría ayudarles mucho el plantearlo y regirse por las categorías que les acabo de mencionar.

El definir esto ayuda a saber hacia dónde queremos llegar y de algún modo, cómo lo lograremos. No digo que sea fácil, pero es necesario, y se necesita de una lluvia de ideas para poder ser lo más claro posible. A lo que voy es que se pudieron haber evitado incidentes como los de Burberry y Louis Vuitton si se manejaran estas tres cosas y se eliminarían muchas incoherencias como las que sucedieron.

Ahora viene lo opuesto. El éxito de la noche fue Zara. No sólo había una GRAN actividad en cajas, sino que aún había cocteles, bocadillos, música y espacios para comentar las prendas que ofrecían. ¿Y saben qué? TODO lo que vimos en el recorrido estaba ahí: los zapatos de Vuitton, una falda de Chanel, abrigos militares como los de Burberry… Y es que Zara lo tiene todo para el tipo de público promedio. Producen las prendas con una rapidez de miedo y los hits de la temporada cuestan una fracción que los elementos originales. Algunas revistas las usan para sus editoriales. En Zara conocen bien al motivo de su éxito aquí y por eso se esforzaron en complacerlos.

No les voy a decir que vayan a incendiar las tiendas de Masaryk y boicoteen a la edición mexicana de Vogue. Repito: la idea no fue mala pero, al menos desde mi punto de vista, tuvo importantes fallas por lo que no sé si causó el impacto deseado. Y más si recordamos el target de la revista y las actitudes pasivo-agresivas (de un sabotaje velado, pues) de algunas personas. Repito: algunos (como la vendedora en Gucci) se portaron maravillosamente con nosotros porque entendieron el concepto pero otros no, y destruyeron la idea general del evento.

Ya para acabar, Paola tomó unas buenas fotos del evento. Si lo desean, las posteo la próxima semana. Voten en los comentarios ;)

Chequen las reseñas de Juan AQUÍ

y la de Botica ACÁ

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Regreso intempestivamente para decirles…

…que hay muchas cosas por contarles, pero iremos de a poco.

-Ya estoy en el último capítulo de mi tesis: Acabo de tener el capítulo 2 aprobado por mi asesor (necesito corregir algunos asuntos con las citas) y al rato le pediré opiniones del 1. Si todo sale bien acabaré eso muy pronto. Pero justamente necesito un poco de tiempo para hacerlo de la forma correcta. Y es que si no acabo ahora, no acabaré nunca.

-Le bajé dos rayitas a mis redes sociales: Si vieron que no se contestaron comments o desparecí de otros blogs, es por el asunto tesis, porque de otro modo me distraigo fácilmente. Espero poder apurarme y tener más tiempo libre para todos. Por el momento, pensé en reabrir mi Formspring, así que si quieren hacer alguna pregunta, métanse a www.formspring.me/Aldonautico (esta idea se la copio a Guapóloga, por cierto)

-Estoy colaborando para una revista: Detesto la presunción de una forma tan in-your-face porque, como dicen un refrán de nuestro país “dime de lo que presumes y te diré de los que careces” pero ese no es el punto. Desde agosto soy becario en la revista Eve, las cual trata temas de moda y belleza. No estoy en el departamento de moda pero la paso súper, para qué negarlo, y hago lo que me gusta. En la edición de este mes hice una notita sobre uno de mis blogs favoritos: Fifi Lapin. Qué ganas me dan de hacer una nota sobre Cool and Chic, Raquel, Botica Pop o el blog del Señor Quinquillero, ojalá pueda algún día. Mientras tanto, este es el link de Eve en Facebook; pueden encontrar la revista a nivel nacional.

-Mañana es Vogue Shopping Experience: Se supone que es algo parecido a Fashion’s Night Out pero aplicado al sector del lujo en el Distrito Federal. Tengo comentarios al respecto y tengo buenas expectativas para el evento, pero ya les contaré el viernes. Aún están a tiempo de registrarse, pasen a www.vse.vogue.com.mx para todos los detalles. El evento es mañana. Si me ven, saluden. Por cierto, aún no sé qué me voy a poner. Oh, el drama de un Blogger de moda :P

-Muerte por Des-Lanvinización: A estas alturas ya todos saben que el as bajo la manga de H&M es una colaboración con Lanvin. Esto se suma a las razones por las que Elbaz debería tener una estatua (ya tiene la Legión de Honor en Francia), otra de ellas es su consideración al cambiar unos tacones dolorosos por flats para que las modelos no cayeran al suelo. Elbaz defiende la idea de que la comodidad es un elemento esencial de nuestro atuendo. ¿No es maravilloso ese hombre?

En fin, estábamos en Lanvin y H&M: Les digo que la colección sale en unos días y ya sabemos que las prendas se van a agotar en 30 segundos, va a haber gritos, golpes, llanto y las cosas que se dieron en ocasiones anteriores (Cavalli y Jimmy Choo). Como no hay H&M en México, no habrá Lanvin para mi. Pero si jugamos al “What if…?”, estas serían las piezas que pediría de la colección:

*Número 1: Los lentes. Se ven hermosos y cuestan casi lo mismo que unos lentes en una tienda de autoservicio (y no estoy bromeando).

*Número 2: Este traje de la colección de hombre. Me encantaría usarlo en mi examen de titulación. Sólo me falta un alma caritativa.

*Número 3: Este abrigo, para mi mamá. Si me leen desde hace tiempo, ya se saben la escena. Yo digo “Oh, Dios, Lanvin para H&M” y mi mamá “Qué cosas tan horribles” o “¿En qué te andas preocupando?”. Pero no importa, de todos modos le encantaría tenerlo.

-Tengo muchas cosas que postearles: Ni se imaginan, de verdad. Pero les pido un poco de paciencia, ¿les parece? Por lo pronto les prometo el post sobre Vogue Shopping Experience el viernes y algo más la próxima semana.

Bueno, me voy a corregir mi tesis. Deséenme suerte.