Antes de empezar esta entrada debo decir que amo mi ciudad. Intensamente. Amo que tenga distintas caras y que tenga un paisaje tan rico más allá de los sitios que todos conocemos; amo que el Distrito Federal tenga vistas tan diferentes y que puedan gustar a todos.
Vivo en un desarrollo urbano asentado en un enorme campo de lava. Esta parte de la ciudad tiene una vista increíble de las montañas y espacios que conservan el terreno y la vegetación originales; es parte de varias islas de vegetación en el sur de la ciudad. Estamos rodeados de automóviles y concreto pero también de plantas.
Junto a mi casa se encuentra una construcción incompleta rodeada de árboles. Debido a esto, mi azotea tiene una vista privilegiada de esa parte de la ciudad. Es raro que pueda ver los edificios que están en el Centro o Reforma pero no lo cambio por lo que me toca ver todos los días.
Cada que me tengo que refugiar en algo, llamar a mi inspiración o tener un gran momento de paz, subo a mi azotea y miro lo que ustedes están viendo ahora. Veo los árboles que siempre están verdes, escucho a los pájaros que vuelan de un lado a otro con sus gorjeos y sé que algunos me conocen, porque les dejamos un poco de comida en la ventana. Casi siempre sopla el viento en esta parte de la ciudad, así que no es raro que mi pelo y mi ropa se muevan con él.
Mi vista recorre las montañas y me relaja. Muchas veces juego a buscar edificios o zonas de la ciudad y he presenciado algunos de los atardeceres más hermosos de la zona. Cuando es de noche, veo millones de luces que inundan esa parte del Valle de México. Y me siento agradecido de poder tener todo eso a mi alcance: una vista que me hace soñar, algo que es lo más bonito de la naturaleza y la ciudad en un mismo lugar.
Este es el segundo reto del rally que organiza Kenzo México y consiste en tomar una fotografía que incluya urbanismo y naturaleza, por lo que decidí compartirles lo que siempre veo con un toque extra de color. Para saber más y conocer Flower Tag, visiten el blog de Kenzo, o pueden seguirlos en Twitter.
2 comentarios:
Siento que muchas veces queremos escapar en vacaciones para ir a la playa a "encontrar un momento de paz", pero no nos damos cuenta que simplemente en nuestra azotea del D.F. podemos encontrar ese momento. Me hiciste recordar algunas noches desde terrazas en el Centro, o desde mi casa para ver los Fuegos Artificiales del 15... D.F. te amo!
Saber que aun dentro de nuestra ciudad, inmensa por la gente, por los edificios, por el tránsito infernal, todavía existen esos pequeños espacios de paz, es lo que la hace enorme y maravillosa.
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