Hace unos días fui invitado por JI+B al fitting de su colección de primavera. La experiencia fue muy ilustrativa para entender algunos procesos que no están a la vista de todos al preparar una colección. El fitting es el momento perfecto para corregir detalles y para hacer algunos ajustes a los diseños, con el objetivo de que estén perfectos para el desfile final.
El proceso es simple pero requiere de mucha concentración y una habilidad para buscar detalles que no estén del todo corregidos. Es un momento en el que se debe comprobar que la prenda diseñada se tradujo a la perfección y que va a mandar el mensaje deseado al desfilar en la pasarela. Es también un buen momento para saber si las prendas tendrán un futuro en el consumidor final: ¿Las telas se arrugan? ¿La cintura es favorecedora? ¿Los bordados pueden darle mayor presencia a algún vestido? Todo eso se discutió en el fitting de JI+B.
El resultado final, sobre la pasarela
Mientras tomaba algunas fotografías (admito que estaba nervioso y las fotos no me salieron del todo bien, así que incluyo las mejores) y observaba este proceso, pude visitar algunas otras áreas del showroom de la marca, ubicado en Polanco. Pude ver que tienen secciones especiales para la costura, el patronaje, las pruebas e incluso un espacio donde se guardan las prendas que se han utilizado para la prensa.
La colección, inspirada en el trabajo de la angloiraquí Zaha Hadid, incluía vestidos de gala, pero también shorts, blusas, pantalones con bordados a mano o detalles inspirados en las creaciones de Hadid. Pude ver algunos de los bordados y costuras en las prendas y quedé gratamente sorprendido: era un nivel de excelencia que a menudo hace falta en algunos sectores de la moda mexicana.
Después del fitting, el cual también incluyó la prueba de unas maravillosas sandalias de Regina Romero, entrevisté a Jesús Ibarra y Bertholdo Espinoza, creadores de JI+B Costura. Hablamos sobre negocios, medios y algunos otros temas. Espero que les guste esta entrevista y las fotos del fitting y del desfile. Algunas prendas cambian mucho, ¿No creen?
¿Qué es lo que no les gusta de sus clientas?
Bertholdo Espinoza: Que algunas lleguen con un recorte de un Carolina Herrera o un Elie Saab y nos digan: “¡Háganme uno igual!”. Solemos responderles: “¡Cómpralo! Está Saks, la boutique de Carolina Herrera, o puedes ir a Nueva York…”
Jesús Ibarra: Nosotros somos diseñadores, no modistos. Y como tales, nos enfocamos a nuestras propias creaciones y no a copiar.
¿Y lo que más les gusta?
J: Todas son muy fieles y hemos desarrollado una buena relación con ellas. Nos mandan flores, nos llaman para felicitarnos…
¿Cuál ha sido su experiencia al prestar ropa a las celebridades nacionales?
J: Mira, aquí el concepto de “Alfombra Roja” no existe realmente, ni las celebridades se detienen para decir quién les diseñó lo que llevan puesto, y, para serte sinceros, hemos tenido malas experiencias con eso: nos han regresado los vestidos desgarrados o manchados de maquillaje, por eso ya no los prestamos.
B: A pesar de eso, existen celebridades que nos compran los vestidos y los usan para estrenos o premios y eso nos enorgullece. Lucero, por ejemplo, siempre nos compra y siempre nos promociona.
¿Qué medio los ha apoyado más?
B: La revista ¡Hola! Siempre nos incluyen en sus contenidos o sus sesiones de fotos.
He escuchado en ocasiones anteriores que algunos medios devuelven las prendas maltratadas. ¿Cuál es su postura ante eso?
B: Sí, eso es un riesgo. Pero te puedo decir que cuesta más una página de publicidad en, digamos, Vogue, que el costo de las prendas. Una página de publicidad en una revista al nivel de ¡Hola!, Caras, Elle, Vogue… te cuesta, como mínimo, ciento cincuenta mil pesos. Sin embargo, ellos siempre nos devuelven las prendas impecables. Jamás hemos tenido problemas con ellos y eso que en ¡Hola! han metido nuestras prendas al mar. Pero las llevan a la tintorería y las devuelven en perfectas condiciones. No puedes comparar eso con el apoyo que te dan las revistas al incluirte en sus contenidos.
Ustedes no están dirigidos al público en general, sino que tienen el target bien definido. ¿Les costó trabajo establecerlo?
J: Nos costó trabajo atraerlo (risas). Mira, lo que se debe aprender cuando diriges una firma que busca a las mujeres de clase alta, y en general una marca de moda, es que la clienta siempre tiene la razón. Siempre debes tratarla como una reina, consentirla, ofrecerle las mejores telas, los mejores diseños. Estas telas que ves aquí son de Italia, de Nueva York… si la clienta encuentra un lugar donde la tratan como a una reina y le ofrecen lo mejor, va a regresar. Así hemos hecho nuestra clientela.
B: Nosotros también hacemos lo que muchas clientas nos piden. Sí, hacemos vestidos de gala pero también incluimos pantalones, vestidos de coctel, cosas que puedan usar nuestras clientas en varias ocasiones y no sirvan sólo para un evento. Porque, supongamos que compran un vestido de gala para una boda. ¿Cuántas bodas puede tener? En cambio, si hacemos blusas o pantalones, son cosas que se pueden usar varias veces. Por eso en esta colección decidimos añadir más prendas para la vida diaria.
¿Importan porque el mercado mexicano no satisface sus demandas?
B: No, pero manejan otras telas. Por ejemplo, la seda no se produce en el país, se trae de Francia y de otros países, el lino también se importa. Por supuesto, México tiene unos algodones muy buenos, pero preferimos comprar una seda que te cuesta… no sé, cien dólares el rollo en Nueva York a comprar ese mismo rollo aquí pero al doble de precio.
Hace unos días leía un artículo cuestionando la presentación de colecciones en pasarela. ¿A ustedes les resulta organizarlas?
B: Desde luego. Es cierto que es caro y tienes que invertir en modelos, luces, la renta del lugar y con eso y más cosas puedes irte gastando casi medio millón de pesos pero lo vale. Las pasarelas son nuestro mayor punto de venta. Jesús tenía algunas dudas al respecto así que contratamos a un mercadólogo y tras varios estudios nos dijo que el 80% de nuestras ventas se generaba en el desfile. Por supuesto, es una inversión, y en ella estamos apoyados por Mercedes Benz DFashion, por Beatriz Calles y por todo su equipo, el cual siempre ha sido atento con nosotros. Y, claro, también tienes retroalimentación al instante por parte de las clientas.
Cuéntenme sobre su experiencia en El Palacio de Hierro:
J: Tenemos un showroom para la sucursal de Santa Fe y creamos colecciones para ella. Buscamos crear prendas más básicas, que puedan servir para la vida diaria de nuestras clientas y hacemos prendas sobre pedido, como vestidos de novia. La tienda se acercó a nosotros y ha sido una muy buena experiencia.
El vestido gris no salió en el desfile, pero les dejo un detalle del vestido blanco que sí desfiló.
B: La diferencia con El Palacio de Hierro y el showroom son las tallas: si llega aquí una clienta y la prenda le queda perfecta, se la puede llevar al instante, pero usualmente hacemos cosas sobre pedido. En la tienda tenemos que apegarnos a un sistema de tallas y se hacen ajustes básicos como dobladillos, pero la clienta que visita El Palacio de Hierro se puede llevar las cosas al momento. También existe un ciclo de producción distinto y un enfoque más comercial: en la pasarela podemos presentar creaciones un poco extravagantes pero sabemos que hay cosas que se pueden reutilizar. La calidad es la misma. Uno de nuestros maestros, Manuel Méndez, a quien le debemos mucho, también tuvo un espacio para la tienda y fue él, justamente, quien nos enseñó a dar una atención impecable y ofrecer la mejor calidad a nuestras clientas.
¿Qué es lo mejor y lo peor que les han dicho?
B: Lo peor se nos ha olvidado, sinceramente.
J: A mí me parece bien que tengan una opinión siempre que tenga bases. Esto es un país libre y todos pueden opinar como quieran. Lo único que me pregunto siempre que las leo es “¿Cuál es el conocimiento de esta persona?” Si es alguien muy respetado, no hay ningún problema, por supuesto. Si no, me gustaría saber por qué dicen algunos comentarios y leer lo que han hecho o si tienen idea de asuntos como la confección, el corte, la calidad de las telas… Pero, bueno, eso también te ayuda a crecer, las críticas, cuando son constructivas, son absolutamente necesarias. Y de lo mejor…
B: …yo creo que fue el premio que nos dio la revista Architectural Digest (en 2009). Jesús y yo somos arquitectos, así que nos pareció un gran honor ser nombrados “Íconos del Diseño” por una publicación tan importante y por nuestro propio gremio.
¿Cómo sucedió?
B: Nos invitaron a la premiación y nos insistieron mucho en que fuéramos, aunque nosotros casi no vamos a eventos. Luego, el director de la revista pasó a comprarle algo a su esposa. Total, fuimos y de repente anuncian un premio y era para nosotros. Fue increíble, algo muy bonito y un gran gesto por parte de AD.
J: Como te decía anteriormente, nuestras clientas también nos apapachan con flores, llamadas para felicitarnos y otros detalles. Uno de los mejores halagos que nos pueden hacer es que nos digan: “A todos les encantó mi vestido”.
¿Qué le recomendarían a quienes estudian moda o diseño?
B: Que conozcan todos los procesos del diseño. Mucha gente cree que un diseñador sólo se dedica a hacer colecciones y asiste a fiestas, pero eso no es siempre verdad. Uno depende de un equipo, y eso abarca el patronaje, la costura, las relaciones públicas… Casi no vamos a eventos porque acaban tarde y nosotros tenemos que estar aquí muy temprano al día siguiente, ver clientas, resolver problemas, coordinar a todo el taller y no nos da tiempo ni ganas de ir a todas las fiestas, vaya, ni si quiera al gimnasio. ¡Es agotador!
J: Creen que es una profesión llena de glamour, y de pasarelas, aplausos y demás, pero es un trabajo muy pesado que no siempre incluye las ovaciones de pie. Es muy demandante, y, bueno, es algo que les puede dar de comer, pero también tienen que aprender muchas otras cosas.
B: Por supuesto, eso es esencial. Aquí admitimos a practicantes de todo el país, pero a veces me pregunto qué aprenden en las escuelas de diseño ¡Hay gente que no sabe agarrar ni las tijeras! Es sorprendente, pero cierto. Cuando son practicantes, terminan desempeñando labores en varias divisiones y aprenden mucho. Allá afuera necesitan patronistas, ilustradores y en general personas más especializadas. Jesús y yo nos consideramos empresarios y como tales, tenemos que revisar no sólo el diseño y el corte sino asuntos como impuestos, planes de trabajo, prensa, y otros asuntos que son básicos para mantener una empresa funcionando como debe. Es muy importante que si quieren crear su propia marca, busquen aprender sobre todos esos temas.
J: Que no tengan miedo a empezar desde abajo. Ni que sean arrogantes. Hemos tenido casos de gente que llega y se ríe de los bocetos. Les decimos que hagan uno y no tienen ni idea de cómo hacerlo. Al final, es un trabajo muy estresante y no siempre estás cerca de las luminarias y las ovaciones y todo eso. Pero si lo haces bien, te distingues por tu trabajo y es muy satisfactorio.
Las fotos del desfile son cortesía de Natalia Cardona y JI+B, a quienes agradezco por la entrevista y el fitting.
4 comentarios:
Pues creo que es una buena colección porque confío en tu visión de aquel día que fuiste. Así que, no creo que tenga mucho más que decir. Aparte de que fue una buena entrevista.
Saludos!
Un post muy muy interesante!!
Hay que conocer más sobre el mundo del diseño y post como este ayudan mucho.
Muy buena entrevista.
Te felicito!!
Me gusta que sean consecuentes con su estilo minimalista y atención al detalle. Se nota su formación arquitectónica, definitivo.
Besos
Muchas Felicidades a Jesus y Bertholdo, siempre tan exquisitos!, un abrazo a los dos.
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