viernes, 28 de septiembre de 2012

Google+ Fashion México: Trista

El martes empezó Google+ Fashion México, un nuevo esfuerzo en el que nos evitamos las malas caras, las personas que exigen front row, los asientos perdidos y todas esas cosas que he enumerado hasta el cansancio y nos concentramos en lo realmente importante: la moda, las colecciones y sus mensajes.

¿Qué puedo decir sobre este esfuerzo? Muchas gracias. No sólo por el nuevo formato que está disponible para quien tenga conexión a internet (y una cuenta en Google+) , sino porque también se pueden dar conferencias, debates y todo ello en un ambiente tranquilo y enfocado en lo importante: la inspiración, las estrategias de negocio y la adaptación (que no plagio ni copia) de las tendencias globales.

No es ningún secreto que me encanta Trista. Me gusta mucho la visión que tienen y la idea de crear una línea de precios accesibles y cosas usables. Desde la entrevista de hace dos años he estado al pendiente de su evolución y me alegra que formen parte de Google+ Fashion Week.

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Giovanni y José Alfredo el día de la entrevista, hace dos años. Foto por Argelia Rivera

Hoy, a las 7:30 PM, tendremos un Hangout (traducido: una multiconferencia) en la que debatiremos sobre la marca, la visión de los diseñadores y ese enorme elefante en la habitación llamado los problemas de la moda nacional. Estará también Alejandro Brofft, un gran periodista de moda orgullosamente egresado de mi Facultad, Erich Ben (quien me puso en contacto con José Alfredo y Giovanni hace algún tiempo y además fue al primero que entrevisté en el blog), Gustavo Prado (profesor en CENTRO) y por supuesto, los chicos de Trista. Todo será moderado por Anna Fusoni.

Espero sinceramente que puedan acompañarnos en esta charla. No necesitan vestirse maravillosamente ni desplazarse por la ciudad (yo iré a casa de una amiga por razones tecnológicas), sólo usar su cuenta de G+ y dar click AQUÍ.

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Desfile del año pasado, foto por Paola Molina

Para terminar, les dejo una reflexión que me mandó José Alfredo respecto de una colaboración que espero poder presentarles en unos días. Son cuatro puntos de interés. Lo dejo con él.

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Cuestionaré algunas cosas sobre 4 ejes fundamentales de lo que sucede en el país (hablaré sobre la moda como industria, no como actividad. Es decir, no hablaré sobre la calidad de la producción de moda en el país ni en las dimensiones que conforman al diseño como actividad):


1.     El textil es la materia prima en la moda. Sin embargo, no sólo el textil es importante, sino la innovación es fundamental. Una pésima oferta de productos, con baja calidad, nula innovación e importaciones costas protegidas por altos aranceles y complicados trámites aduanales complican la existencia (no sólo de las empresas que trabajan en moda, sino de las textileras mismas quienes se ven en serios apuros con la llegada de textiles chinos). ¿Sabemos qué sucede exactamente en la industria de la fibra/textil en México? ¿Cuántas empresas son realmente productoras de textiles “Premium” y cuántas, incluso sin ser Premium, invierten en innovación? Alguna vez oí decir a un colega muy sabiamente que una industria de la moda no puede existir sin una industria textil. ¿Cuántas personas piensan en esto?

2.     Industria del vestido. Curiosamente, México cuenta con una infraestructura y un know how correcto de cómo producir grandes cantidades en buena calidad. Sin embargo, pocas maquilas apuestan por bajas producciones de piezas complicadas “inviables” para sus tiempos (tanto en diseño como en materiales). En otras palabras, existe un rechazo y cierto temor a la innovación. No se ha logrado cambiar la mentalidad (ni siquiera debido a que otros países nos están “comiendo el mandado” con excelentes calidades y bajísimos precios) para dejar la mano de obra barata por diseño, al menos, en lo que respecta a pronto moda (hay algunas zonas y maquilas que sí lo han logrado, pero, ¿cuánta gente lo sabe?).

3.      Industria de la moda. Sobra decir que la industria de la moda no son sólo los diseñadores. Ese es un GRAN error de la poca prensa y de la gente “fashion” en el país. Una industria de la moda comienza por la gente de un país. ¿Cómo nos pensamos? Viéndolo de esta manera, el estudio y el pensamiento se vuelven fundamentales. No me refiero sólo al periodismo (aunque es importante), me refiero a investigadores serios de todos los ramos que entiendan y den la importancia que esto requiere. ¿Cuántas publicaciones serias conocemos sobre esto? ¿Cuántos sitios o centros de investigación existen en el país? ¿Qué papel le da a la moda nuestra máxima casa de estudios, la UNAM? ¿Cuántos libros de historia sobre moda en México conoces?  Sobra decir lo mal vista que esta la moda y la nula memoria que tenemos respecto a ésta. Tendemos a repetir errores debido a la falta de información que, a su vez, nos lleva a una carencia de reflexión.

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Simple by Trista. Foto de un servidor

Por otro lado, al existir una poca o nula reflexión en torno a esto, ¿cómo educan las escuelas de diseño a los futuros diseñadores? El diseño comienza por identificar un problema (en este caso debería ser local) para resolverlo de la mejor manera posible. ¿Sabemos qué queremos resolver, solucionar o al menos proponer en el país (por eso mis tuits luego sobre "me repite la pregunta, por favor")? Y no hablemos sólo de las escuelas de diseño. En general, tendemos a copiar sistemas o métodos de trabajo europeos o norteamericanos sin una reflexión de por medio. ¿Qué modelo de sistema queremos en nuestro país? ¿Al menos sabemos que existen modelos de esto? ¿Porqué copiamos modelos que están en clara decadencia? Insisto, no hay quien piense en todo esto.


Asímismo, una marca (OJO), no es un diseñador. Una marca en una empresa la conforma un grupo de personas ESPECIALIZADAS en sus ramos con fines en común. Además del diseñador, ¿cuántas escuelas en México proponen carreras vinculadas a la moda sobre mkt, negocios, producción o bien, distribución? Neta, neta, le dejan toda la chamba al diseñador y es a él a quien se le cuestiona todo el tiempo, siendo que en el resto del mundo no funciona así, pues cuenta con todo el "engranaje". Un diseñador se dedica a diseñar. Un empresario se dedica a manejar la empresa. Un mercadólogo se enfoca en su área. Un “sourcing agent” se encarga de lo suyo. ¿Porqué insisten en México que uno como diseñador debe hacerle de todo y si no lo hace bien lo atacan por “egocentrista” por sólo enfocarse en lo que mejor saber hacer: diseñar? Buscar proveedores, ver al abogado, vender, diseñar, ser product manager, diseñadro gráfico, mercadólogo, RP, contador y hasta quien se encarga de acomodar la ropa en las tiendas, entre un millón de actividades posibles.


Lamentablemente, podría continuar con mil millones de áreas descuidadas e incomprendidas sobre lo que debe ser o tener una industria de la moda. Pero no me va a dar todo el tiempo posible.  Ah! Algo importante, hace falta unión en el gremio.


4.     Distribución y mercado. Este es un punto focal que realmente debería ir vinculado a la industria de la moda. ¿Cuántas tiendas especializadas conoces en México? ¿Cuántas compran su producto, lo seleccionan con cuidad (hay carreras para eso), sugieren y crecen de la mano de sus proveedores (en este caso, las marcas)? La culpa, al final (para la prensa) la tiene el diseñador por no vender. Hay dos opciones: dejar la ropa a consesión y esperando a que alguna tienda haga el menor esfuerzo posible (porque cuando no lo compran no hacen esfuerzo) por venderla y te pague, o bien, esperar a que se tenga una súper inversión para entrar en departamentales (quienes tampoco creen en las jóvenes marcas, algo que no se les critica debido al punto que mencionaré a continuación) o bien, esperar a que algo suceda por arte de magia.


Por último, en México todos compran en Zara y quieren precios de Zara y piensan en ropa de Zara. No obstante, creo firmemente que lo que se requiere en moda es generar un imaginario colectivo poderoso que haga soñar a la gente y la haga desear ese producto y quieran pagar por lo que cuesta (justamente como el resto de las marcas de moda en el mundo). Me cuesta mucho trabajo ver como los mismos estudiantes de moda hablan sobre marcas top (y otras ni tan top) y saben que un vestido puede costarles 30mil pesos sin problema y pagan por él, mientras que en México si vendes un vestido en 5mil ya es carísimo y está fuera de toda posibilidad (“ni que fueras Marc Jacobs”, como acostumbran decir). Se necesitan marcas insignias (y basta de seguir con el lema de “compra moda nacional” como si fuera un justificante para la mala calidad y uno “pepenara” por su caridad) que compitan de tú a tú con marcas internacionales. Se necesitan grupos empresariales que crean en estas marcas. Se necesitan apoyos y un grupo de expertos en sus ramos que ayuden a generar esto. De lo contrario, todos apuestan a competir con zara sin entender que esa jamás será la manera. Necesitamos generarle una identidad a través de excelentes productos y una impecable imagen, pero requiere mucha inversión. En verdad, ¿han visto como trabajan esto en países como Colombia, Argentina o Brasil? Analicemos métodos de trabajo (know how), precios, perfiles de clientes, tipo de producto, métodos de venta...
Hay que generar nuestros propios mecanismos. Conocer a nuestra propia gente para saber qué ofrecerles. Conocer nuestro propio sistema. Proponer, pensar, cambiar, enseñar, compartir. Se requiere pasión, pero pasión consciente.

 

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Nos vemos a las 7:30 PM, queridos lectores.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Louis Vuitton y su road trip mexicano

Cuando me preguntan mis pasatiempos, siempre menciono caminar sin rumbo. Sólo este tipo de exploración me ha llevado a conocer lugares extraordinarios de la ciudad y adentrarme en colonias, callejones y parques que están ocultos entre el asfalto.

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Y, cuando otras personas hablan de su experiencia conociendo mi país, siempre dicen cosas que nos parecen un poco extrañas: "México es mágico", "México es multicolor", "Es impactante". Alguna vez alguien me dijo que soñaba con los pueblos que había visitado y eso me pareció un gran halago. Y de todos modos no podemos comprender bien la impresión que causa al turista aventurero promedio.

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Para reproducir esa fascinación por el turismo, Louis Vuitton invitó a Eric Lartigau (quien ha tenido varios filmes de éxito en Francia) a hacer una serie de cortometrajes en la Ruta del Tequila en Jalisco. Tomaron como punto de partida a Tlaquepaque, siguiendo por Ajijic, Tapalpa y finalizando con un atardecer en Jocotepec, un pueblo a orillas del lago de Chapala.

La película más conocida de Lartigau en México

Los cortos están llenos de esos instantes breves y discretos que una persona curiosa llega a tener. Familias sentadas, ángulos inusuales y todas las tomas curiosas que sólo un gran cineasta con los ojos bien abiertos y una gran curiosidad pudo lograr. Una experiencia de realidad aumentada vincula los cuatro cortos y se pueden ver (dando click AQUÍ) durante una tarde.

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De los lugares en los que se filmaron, sólo conozco Tlaquepaque, a donde fui cuando tenía 7 años y no he regresado. No recuerdo los mariachis ni las artesanías que la hacen tan famosa pero sí el kiosko, el dulce de arrayán y la melancolía del lugar. Me da gusto que alguien más la haya sabido apreciar.

030046h[1] Eric Lartigau y el modelo en las afueras de Tapalpa, Jalisco

Los cuatro cortometrajes son excelentes pero mi favorito fue Tapalpa. Ya he leído un par de libros de Juan Rulfo y tengo una idea del pueblo en la cabeza (en la ficción se llama Comala) pero las primeras tomas me cortaron la respiración. Usualmente nos olvidamos que México está lleno de rincones cargados de poesía, pero volteamos hacia otro lado.

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El viaje finaliza con una toma de 360 grados en medio de los agaves azules de Tequila y el atardecer que les comenté en Jocotepec.No puedo pensar más que en los centenares de imágenes fascinantes que alguien con una buena cámara (y más importante, con un buen ojo), puede lograr en estos 4 pueblos.

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Además de los cortos, se hizo una campaña con Alexi Lubomirski, quien empezó siendo asistente de Mario Testino y llegó a ser el fotógrafo consentido de Harper's Bazaar. Por supuesto, puse centenares de prendas y accesorios en mi wishlist mental.

Creo que, al igual que esa persona de la que hablaba al iniciar este post, voy a soñar con Tapalpa durante unos días.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Estilos Fenomenales de la Historia parte 3: Los Años 20

Ya llevaba un rato queriendo hacer otra entrada de estas. La última, de hace dos años, me gustó mucho y estuve pensando en una época interesante que me fascinara y, después del agotamiento de la semana anterior, decidí sentarme un rato a pensar y con una canción que estaba escuchando decidí el momento de la historia del que quería postear.

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Los 20. La gran década americana. Un espacio con 10 años de diversión casi ininterrumpida. Un momento que ha estado presente en las tendencias de primavera (y gracias a Woody Allen, en la mente de todo el mundo que vio su maravillosa película). Un momento sin preocupaciones que nunca se volvió a vivir en el siglo anterior.

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Los años 20 son mi segunda década favorita por todo lo que significaron a la historia occidental. Todo lo que se les ocurra fue inventado o perfeccionado entonces: la radiodifusión, los concursos de belleza, los rayos X, el metro, la penicilina, el jazz, el cine sonoro, los postres que ahora nos hacen engordar. Fue un periodo de mucha emoción que sería enterrado por una fuerte crisis económica y una guerra que, como todas, terminó muy mal.

Callot22 Vestido de Callot Soeurs, 1922

Los locos años 20 comenzaron en 1919. No estoy diciendo estupideces: después de una guerra devastadora y una epidemia de gripe que mató a 50 millones de personas, la gente estaba más que lista para divertirse y olvidar el mal rato.

150378075028605782_aKW5tR0T_c Prada, primavera 2011

En ese año la gran Gripe Española desapareció de repente, las naciones en guerra empezaron su reconstrucción y comenzó a respirarse un aire de optimismo que duraría hasta un día de otoño a finales de la década siguiente.

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Si se imaginan que todas iban con el pelo y las faldas cortas desde principios de la década, se equivocan. Desde la Primera Guerra Mundial se fueron simplificando los vestidos por las carencias y la practicidad en los trabajos.

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Las faldas se acortaron arriba del tobillo, algo muy vanguardista si se toma en cuenta que 10 años antes los vestidos barrían el piso. En los primeros 20 el largo se mantendría a la pantorrilla y se acortaría poco a poco.

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En la década estuvo de moda usar una falda amplia, muy parecida a la de los 50. Eran vestidos enormes de día llamados robes de style e inventados por Jeanne Lanvin. Tuvieron mucho éxito en los primeros 20 y se fueron haciendo menos dramáticos a medida que pasó el tiempo.

royal garden party 1922 Una fiesta en Londres, 1922

La ropa de hombre no registró muchos cambios. Los pantalones y los sacos se hicieron más anchos y era de mala educación andar sin sombrero. Fue una de las últimas décadas en las que se usaba la ropa extremadamente formal para grandes eventos. El sombrero de copa y el frac se fueron dejando en el olvido.

Lanvin1925 Sombrero de Lanvin, 1925

El pelo de las mujeres también se acortó. Se inventó el primer bob y era más común usarlo corto y rizado. Los nuevos sombreros en forma de campana (o cloches) estaban diseñados para enmarcar la cara junto con el peinado. Para finales de la década se dejaron crecer un poco el pelo, hasta las orejas.

Patou1927 Conjunto de calle de Jean Patou, 1927

Cuando estaba tesiseando, encontré una anécdota muy curiosa sobre el funcionamiento de las tendencias: al ver que el público acortaba las faldas poco a poco, los modistos en Nueva York lanzaron una campaña enorme que incluyó revistas, socialités, actrices de Broadway y modelos vestidas con faldas largas, a finales de 1923. Sirvió de muy poco porque el público siguió con las faldas cortas hasta que éstas llegaron un par de centímetros arriba de la rodilla y se convirtieron en la mamá de las minifaldas.

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Con las faldas más cortas se empezaron a usar zapatos más bonitos y llamativos: los dos estilos de la época fueron los Mary Janes (con una traba en el empeine) y los pumps con correa en forma de T. Para entonces la altura de 8 centímetros resultaba vertiginosa pero en este momento los zapatos de Nicholas Kirkwood se ríen de eso con nosotros.

charlize-theron-2004 Charlize Theron en los Oscares de 2004, con un look años 20 que incluía un Gucci de Tom Ford cortado al bies

Para 1927, Madeleine Vionnet inventó el corte al bies (en diagonal), lo cual hizo que la ropa dejara de ser tan rígida y se amoldara al cuerpo y sus movimientos. Ese corte nunca se ha dejado de usar aunque tiene momentos (y cuerpos) en los que funciona mejor que en otros. En los 90, John Galliano lo revivió.

marchesa-spring-2012-rtw-podium-001_runway Marchesa, primavera 2012

Junto con el corte al bies, se pusieron de moda los flecos, el bordado más rico que se vio en mucho tiempo y las inspiraciones orientales y egipcia, ésta última por el descubrimiento de la tumba de Tutankamon a principios de la década.

Pedro Lourenco Spring 2012 RAP_Sqtne8Hl Pedro Lourenço, primavera 2012

Se dice mucho que en los 20 se olvidaron del corset y se inventó la lencería moderna. Esto no es del todo cierto: si bien las varillas pasaron de moda en 1911 (gracias a Paul Poiret), también es cierto que el cuerpo más sensual de ese tiempo era completamente carente de curvas.

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Podían ser o no delgadas pero los senos grandes y la cintura fina eran consideradas vulgares, por lo que las mujeres que no eran planas debían usar los nuevos corsets de caucho y tela para tener un cuerpo de barril.

jil-sander_199540 Jil Sander, primavera 2009

Pero esa nueva lencería (junto con las panties que se inventaron en la década) resultaba mucho más cómoda para todo y se veía a mujeres manejando, bailando locamente y participando en más deportes que antes.

Suzanne Lenglen 26

Hablando de deportes, fue la década de Suzanne Lenglen, quien junto con Jean Patou inventó el sporty chic (Jean Paul Gaultier se inspiró en ella para una de sus últimas colecciones en Hermès). Una mujer muy del gusto de la época y que sólo perdió un partido en su carrera y que sigue siendo considerada como de las mejores.

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El equivalente al bikini en los 20

La gente enloqueció con el tenis y, junto con la natación, se volvió el deporte de moda. A medidados de la década se puso de moda el andar bronceado. Entonces no se sabía todo lo que nos aterra hoy sobre los rayos UV, y el estar tostado era símbolo de status y de una vida saludable.

Prada chinorris Prada, primavera 2011

El maquillaje, que en la década pasada tenía mala reputación, se empezó a usar sin que eso importara. Ya existían las barras de labios y el rubor pero, para la gente de 1900, eran sólo para las actrices o las prostitutas.

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La mujer de los 20 rompió ese tabú y optó por un look total: la boca pintada en forma de corazón, mejillas parecidas a las de Heidi, la ceja muy depilada y marcada (algo innovador en ese entonces) y los primeros smoky eyes de la era contemporánea. Suena un poco monstruoso pero no todas las mujeres se iban a los extremos.

145593000424692551_P4o2gMC4_c Foto de Edward Steichen para Vogue, 1927

La sociedad no se volvió liberal de la noche a la mañana pero sí se relajaron muchos puntos de vista y se toleraron cosas que hasta hoy son consideradas como inmorales por grupos sociales que aún viven en el siglo XIX. Me refiero a lo usual: la libertad sexual, el respeto a las minorías, la homosexualidad, la liberación femenina, la cultura.

Alla Nazimova 1922. Scanned by jane for Dr. Macro's High Quality Movie Scans website: http://www.doctormacro.com/index.html. Enjoy! Alla Azimova como Salomé. Este tipo de imágenes se volvieron comunes en el cine de la época

Por desgracia, en ese ambiente surgió el fascismo y la tolerancia no evitó que en la década siguiente Italia, Alemania y España cayeran en políticas que terminaron destruyendo sus países, su sociedad y millones de vidas. Acá tuvimos una guerra religiosa de 1926 a 1929, de la cual no aprendimos nada y terminamos igual o peor que en ese momento.

MARC-JACOBS-GETT_1999719a Marc Jacobs, primavera 2012

En Estados Unidos, los conservadores tuvieron a bien prohibir todo tipo de alcohol, lo cual trajo el crecimiento de una mafia de la que aún hoy se habla (¿Les suena Al Capone?). A la sociedad le dio igual y por eso se crearon los speakeasy, los cuales juntaban música, sociedad y alcohol en un mismo lugar. En realidad, la gente bebía más durante la Prohibición y la pasaba mejor.

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Si leen El Gran Gatsby o alguna novela de la época, va a encontrar ese tipo de sociedad más tolerante, relajada e incluso indiferente a los conflictos internos de los personajes. Esa idea de poner a la diversión antes de cualquier cosa no fue popular entre todos los sectores e incluso hubo una generación de escritores que se fueron a París para evitar la frívola sociedad estadounidense.

82331499407958849_WdeOdnzE_c París, 1929

Y ya que hablamos de París, durante los 20 fue una de las ciudades más emocionantes del mundo. En los cafés se juntaban artistas, filósofos, musas y personas con ambiciones artísticas y ganas de divertirse. Las reuniones que en la película de Woody Allen parecían demasiado plagadas de estrellas como para ser verdad, sucedieron a finales de los 20 con Hemingway, Max Enrst (quien ayudó a crear el surrealismo en los cafés de París), y decenas de personas importantes que pasaban la noche conviviendo.

John Galliano, primavera 2008

Como, por el manejo de la economía, el franco estaba muy devaluado, los artistas podían comprar champaña con tres francos (de eso me enteré en la autobiografía de Luis Buñuel) e incluso hospedarse en el Ritz durante semanas. Los viajes a la Riviera Francesa se hicieron frecuentes cuando se inauguró un tren y casi todos los que escribieron sobre la era tienen grandes recuerdos de los locos años 20 en Francia.

En 1925 llegó a París una mujer que no fue lo suficientemente apreciada en su país y se volvió una estrella mundial. Hablo de Josephine Baker, quien era discriminada en Estados Unidos y causó un gran impacto cultural al presentarse bailando charleston en el Folies Bergère de París, justo cuando en la Exposición de las Artes Decorativas se daba a conocer el Art Déco.

261842165805528134_sBhwSQh4_c Joyas de Cartier inspiradas en el Art Déco

Del foxtrot, el baile de la década, ya hablé en otra entrada, pero el jazz enloqueció a la gente (entonces se le consideraba pecaminoso) y fue haciéndose bailable en ritmos como el charleston, el cual era considerada por la Liga de la Decencia como una danza ofensiva y sexual (hasta Georges Bataille la menciona en su libro más famoso). Y ahora nos parece divertida.

Dress 1928Vestido de 1928 

La economía entró, después de años de crecimiento y gastos, en un momento de inestabilidad que explotó el martes 29 de octubre de 1929. La caída en la bolsa de Nueva York reventó la burbuja de la década y en un sólo día se perdieron billones de dólares. En los años siguientes los bancos quebraron, algunos ex millonarios se suicidaban y la gente entraba en un pánico porque no tenía ahorros y se enfrentaban a la pobreza y el desempleo. Había empezado la mayor crisis económica del siglo XX.

Alberta Ferretti Spring-Summer 2009 Womens Ad Campaign

Campaña de Alberta Ferretti, primavera 2009. Resulta un poco irónico que los 20 hayan sido tendencia al tiempo de la crisis, ¿no?

Esto último nos parece un poco familiar porque hace 4 años pasó algo casi idéntico y seguimos ajustándonos a las consecuencias. La historia se repite, ¿no creen?

Chanel25 Un Chanel  de 1925. Muchas de las modas en los años 20 fueron de su invención.

Bueno, es una entrada muy larga, lo sé. Me tomaré unos días para que puedan leerla sin problema y luego regresamos a la programación habitual, ¿les parece?

lunes, 17 de septiembre de 2012

Dos colecciones de NY para combatir el agotamiento

Tengo que confesarles algo: sufro de agotamiento preFashion Week.

Tuve días intensos y terribles antes del banderazo de salida, llenos de estrés y de muchas pruebas que terminé superando. Y para tener tiempo de calidad consideré alejarme un poco de eso, evitar casi todos los desfiles mientras estaba al tanto de lo que presentaban pero de lejos.

Y me hizo bien. Mi agotamiento sigue pero disminuyó mucho y espero estar en forma para Milán. Mientras tanto duermo mucho, busco la British Vogue de septiembre y creo que veré más películas, leeré más libros y saldré más para despejarme un poco. En este momento tengo pendiente ir a World Press Photo, el Museo de Arte Moderno y Bellas Artes por si se quieren armar un tour conmigo. En fin.

 

Para relajarme un poco me limité a emocionarme con dos colecciones: Marc Jacobs y Michael Kors.

Admito que ya no odio a Alexander Wang y que Oscar de la Renta comienza a gustarme más que antes, pero me limité a admirar dos colecciones que son totalmente distintas y aún así tienen puntos de similitud.

Marc se fue a lo grande al parafrasear a dos de los grandes diseñadores de los 60: Pierre Cardin y Rudi Gernreich. Los dos están muy olvidados ahora pero en su momento hicieron grandes contribuciones: Cardin fue uno de los inventores del look espacial y Gernreich creó el monokini (ese traje de baño topless del que siempre se habla), la ropa interior sin costuras y otras cosas divertidas.

Peggy Moffitt en un diseño de Gernreich

Marc era un infante cuando estos diseñadores estaban en su apogeo, pero eso no quiere decir que los haya olvidado. Quizá podríamos decir que el enfoque de negocios de Marc se parece al de Pierre Cardin antes de que éste enloqueciera y pusiera su nombre hasta en los desodorantes para autos.

También está André Courrèges, uno de mis favoritos de la época, fanático del blanco y las rayas y, junto con Mary Quant, presunto autor intelectual de la minifalda (los dos ya están retirados y siguen peleándose ese papel cada que alguien les pregunta sobre el tema).

Como era de esperarse, me encantó la colección porque tiene cosas de las que nunca me canso: estampados gráficos, peinados con volumen, ojos delineados, pestañas enormes que parecen sacados de una Vogue de 1967 (y se los digo porque tengo una de ese año). Todo ejecutado por François Nars.

La interpretación es muy literal (muchas cosas sí se usaron entonces, por exóticas que parezcan), pero con ese superpoder que tiene Marc, todo parece tan fresco, atractivo y extravagante que se usará en su momento. No sé qué tanto haya fascinado a la gente, pero espero que en Vuitton también explore la idea y tengamos dos colecciones sesenteras de influencia para un temporada que pinta algo desabrida (y las invito a imitar este maquillaje para sus reuniones sociales, por favor).

Twiggy maquillándose para una sesión de fotos en 1967

Michael Kors también trajo cosas divertidas e interesantes. Me sorprende ver que hay siempre una propuesta por muy sanitizada que sea la colección. También hubo algo que me llamó la atención: el calzado.

Este fue el par de zapatos que salió en el desfile. con un toque de PVC que, a mi guto, puede ser sexy y misterioso si se usa bien.

Y este es el modelo Bis Un Bout de Christian Louboutin

A ver, antes de que empecemos a acusar a alguno de los dos, tendríamos que recordar que a Kors le encantan los accesorios con PVC y los ha usado varias veces en collares, bolsos y zapatos. El PVC no es una idea nueva (¡Hola, diseño de los 90!), pero al ver los zapatos rojos imaginé que se iban a hacer las comparaciones tarde o temprano.

Muchas veces coinciden por los informes de tendencias, y otras, como hemos visto, son premeditadas y acaban en los tribunales. Acá no creo que pase nada porque los zapatos están siguiendo una línea de diseño más bien original (vean la foto donde salen los pies de las modelos y comprueben).

Pero la fuerza de Kors, y fue algo que me tardé en entender, es recrear aquel famoso estilo americano. A mediados del siglo XX, los estadounidenses que llegaban a Europa se distinguían por estar siempre arreglados y traer ropa libre de complicaciones. Y eso también es una decisión inteligente porque en un atuendo minimalista es la persona quien resalta, no el vestido.

En estos momentos ya no sabemos si el estilo americano es preppy, de usar camiseta XL/pants/Crocs o de colores brillantes pero Kors da cosas que se pueden usar una y otra vez sin que sean demasiado clásicas o demasiado trendy, algo que garantiza una verdadera inversión en la compra de algo suyo. Por eso tuvo éxito cuando dirigía Céline y ahora en su propia marca.

Y aprovecho este conjunto perfecto para el trabajo y toda esta discusión sobre Michael Kors para presentarles un proyecto pequeñito y que les puede ser útil. Ya lo había mencionado la semana pasada en mi página de Facebook pero de todos modos se los presento.

Es un Board de Pinterest y se llama The Working Wardrobe. Está dedicado a recopilar combinaciones salidas de pasarelas y lookbooks que se puedan imitar para el trabajo y pasen del traje pantalón o el vestido lápiz. Hay para todos los gustos y estilos. Surgió porque muchas de mis amigas que empiezan a trabajar encontraban frustrante el cambiar su modo de vestir a una forma muy corporativa. Y como siempre se le puede dar vuelta al asunto, he ido recopilando atuendos que son aceptables en una oficina pero no gritan TRABAJO. Llevo un poco más de 50 atuendos, de entre los cuales pueden escoger a su favorito. ¿Qué les parece la idea y estos dos desfiles?