Ya llevaba un rato queriendo hacer otra entrada de estas. La última, de hace dos años, me gustó mucho y estuve pensando en una época interesante que me fascinara y, después del agotamiento de la semana anterior, decidí sentarme un rato a pensar y con una canción que estaba escuchando decidí el momento de la historia del que quería postear.
Los 20. La gran década americana. Un espacio con 10 años de diversión casi ininterrumpida. Un momento que ha estado presente en las tendencias de primavera (y gracias a Woody Allen, en la mente de todo el mundo que vio su maravillosa película). Un momento sin preocupaciones que nunca se volvió a vivir en el siglo anterior.
Los años 20 son mi segunda década favorita por todo lo que significaron a la historia occidental. Todo lo que se les ocurra fue inventado o perfeccionado entonces: la radiodifusión, los concursos de belleza, los rayos X, el metro, la penicilina, el jazz, el cine sonoro, los postres que ahora nos hacen engordar. Fue un periodo de mucha emoción que sería enterrado por una fuerte crisis económica y una guerra que, como todas, terminó muy mal.
Vestido de Callot Soeurs, 1922
Los locos años 20 comenzaron en 1919. No estoy diciendo estupideces: después de una guerra devastadora y una epidemia de gripe que mató a 50 millones de personas, la gente estaba más que lista para divertirse y olvidar el mal rato.
En ese año la gran Gripe Española desapareció de repente, las naciones en guerra empezaron su reconstrucción y comenzó a respirarse un aire de optimismo que duraría hasta un día de otoño a finales de la década siguiente.
Si se imaginan que todas iban con el pelo y las faldas cortas desde principios de la década, se equivocan. Desde la Primera Guerra Mundial se fueron simplificando los vestidos por las carencias y la practicidad en los trabajos.
Las faldas se acortaron arriba del tobillo, algo muy vanguardista si se toma en cuenta que 10 años antes los vestidos barrían el piso. En los primeros 20 el largo se mantendría a la pantorrilla y se acortaría poco a poco.
En la década estuvo de moda usar una falda amplia, muy parecida a la de los 50. Eran vestidos enormes de día llamados robes de style e inventados por Jeanne Lanvin. Tuvieron mucho éxito en los primeros 20 y se fueron haciendo menos dramáticos a medida que pasó el tiempo.
La ropa de hombre no registró muchos cambios. Los pantalones y los sacos se hicieron más anchos y era de mala educación andar sin sombrero. Fue una de las últimas décadas en las que se usaba la ropa extremadamente formal para grandes eventos. El sombrero de copa y el frac se fueron dejando en el olvido.
El pelo de las mujeres también se acortó. Se inventó el primer bob y era más común usarlo corto y rizado. Los nuevos sombreros en forma de campana (o cloches) estaban diseñados para enmarcar la cara junto con el peinado. Para finales de la década se dejaron crecer un poco el pelo, hasta las orejas.
Conjunto de calle de Jean Patou, 1927
Cuando estaba tesiseando, encontré una anécdota muy curiosa sobre el funcionamiento de las tendencias: al ver que el público acortaba las faldas poco a poco, los modistos en Nueva York lanzaron una campaña enorme que incluyó revistas, socialités, actrices de Broadway y modelos vestidas con faldas largas, a finales de 1923. Sirvió de muy poco porque el público siguió con las faldas cortas hasta que éstas llegaron un par de centímetros arriba de la rodilla y se convirtieron en la mamá de las minifaldas.
Con las faldas más cortas se empezaron a usar zapatos más bonitos y llamativos: los dos estilos de la época fueron los Mary Janes (con una traba en el empeine) y los pumps con correa en forma de T. Para entonces la altura de 8 centímetros resultaba vertiginosa pero en este momento los zapatos de Nicholas Kirkwood se ríen de eso con nosotros.
Charlize Theron en los Oscares de 2004, con un look años 20 que incluía un Gucci de Tom Ford cortado al bies
Para 1927, Madeleine Vionnet inventó el corte al bies (en diagonal), lo cual hizo que la ropa dejara de ser tan rígida y se amoldara al cuerpo y sus movimientos. Ese corte nunca se ha dejado de usar aunque tiene momentos (y cuerpos) en los que funciona mejor que en otros. En los 90, John Galliano lo revivió.
Junto con el corte al bies, se pusieron de moda los flecos, el bordado más rico que se vio en mucho tiempo y las inspiraciones orientales y egipcia, ésta última por el descubrimiento de la tumba de Tutankamon a principios de la década.
Pedro Lourenço, primavera 2012
Se dice mucho que en los 20 se olvidaron del corset y se inventó la lencería moderna. Esto no es del todo cierto: si bien las varillas pasaron de moda en 1911 (gracias a Paul Poiret), también es cierto que el cuerpo más sensual de ese tiempo era completamente carente de curvas.
Podían ser o no delgadas pero los senos grandes y la cintura fina eran consideradas vulgares, por lo que las mujeres que no eran planas debían usar los nuevos corsets de caucho y tela para tener un cuerpo de barril.
Pero esa nueva lencería (junto con las panties que se inventaron en la década) resultaba mucho más cómoda para todo y se veía a mujeres manejando, bailando locamente y participando en más deportes que antes.
Hablando de deportes, fue la década de Suzanne Lenglen, quien junto con Jean Patou inventó el sporty chic (Jean Paul Gaultier se inspiró en ella para una de sus últimas colecciones en Hermès). Una mujer muy del gusto de la época y que sólo perdió un partido en su carrera y que sigue siendo considerada como de las mejores.
El equivalente al bikini en los 20
La gente enloqueció con el tenis y, junto con la natación, se volvió el deporte de moda. A medidados de la década se puso de moda el andar bronceado. Entonces no se sabía todo lo que nos aterra hoy sobre los rayos UV, y el estar tostado era símbolo de status y de una vida saludable.
El maquillaje, que en la década pasada tenía mala reputación, se empezó a usar sin que eso importara. Ya existían las barras de labios y el rubor pero, para la gente de 1900, eran sólo para las actrices o las prostitutas.
La mujer de los 20 rompió ese tabú y optó por un look total: la boca pintada en forma de corazón, mejillas parecidas a las de Heidi, la ceja muy depilada y marcada (algo innovador en ese entonces) y los primeros smoky eyes de la era contemporánea. Suena un poco monstruoso pero no todas las mujeres se iban a los extremos.
Foto de Edward Steichen para Vogue, 1927
La sociedad no se volvió liberal de la noche a la mañana pero sí se relajaron muchos puntos de vista y se toleraron cosas que hasta hoy son consideradas como inmorales por grupos sociales que aún viven en el siglo XIX. Me refiero a lo usual: la libertad sexual, el respeto a las minorías, la homosexualidad, la liberación femenina, la cultura.
Alla Azimova como Salomé. Este tipo de imágenes se volvieron comunes en el cine de la época
Por desgracia, en ese ambiente surgió el fascismo y la tolerancia no evitó que en la década siguiente Italia, Alemania y España cayeran en políticas que terminaron destruyendo sus países, su sociedad y millones de vidas. Acá tuvimos una guerra religiosa de 1926 a 1929, de la cual no aprendimos nada y terminamos igual o peor que en ese momento.
En Estados Unidos, los conservadores tuvieron a bien prohibir todo tipo de alcohol, lo cual trajo el crecimiento de una mafia de la que aún hoy se habla (¿Les suena Al Capone?). A la sociedad le dio igual y por eso se crearon los speakeasy, los cuales juntaban música, sociedad y alcohol en un mismo lugar. En realidad, la gente bebía más durante la Prohibición y la pasaba mejor.
Si leen El Gran Gatsby o alguna novela de la época, va a encontrar ese tipo de sociedad más tolerante, relajada e incluso indiferente a los conflictos internos de los personajes. Esa idea de poner a la diversión antes de cualquier cosa no fue popular entre todos los sectores e incluso hubo una generación de escritores que se fueron a París para evitar la frívola sociedad estadounidense.
Y ya que hablamos de París, durante los 20 fue una de las ciudades más emocionantes del mundo. En los cafés se juntaban artistas, filósofos, musas y personas con ambiciones artísticas y ganas de divertirse. Las reuniones que en la película de Woody Allen parecían demasiado plagadas de estrellas como para ser verdad, sucedieron a finales de los 20 con Hemingway, Max Enrst (quien ayudó a crear el surrealismo en los cafés de París), y decenas de personas importantes que pasaban la noche conviviendo.
John Galliano, primavera 2008
Como, por el manejo de la economía, el franco estaba muy devaluado, los artistas podían comprar champaña con tres francos (de eso me enteré en la autobiografía de Luis Buñuel) e incluso hospedarse en el Ritz durante semanas. Los viajes a la Riviera Francesa se hicieron frecuentes cuando se inauguró un tren y casi todos los que escribieron sobre la era tienen grandes recuerdos de los locos años 20 en Francia.
En 1925 llegó a París una mujer que no fue lo suficientemente apreciada en su país y se volvió una estrella mundial. Hablo de Josephine Baker, quien era discriminada en Estados Unidos y causó un gran impacto cultural al presentarse bailando charleston en el Folies Bergère de París, justo cuando en la Exposición de las Artes Decorativas se daba a conocer el Art Déco.
Joyas de Cartier inspiradas en el Art Déco
Del foxtrot, el baile de la década, ya hablé en otra entrada, pero el jazz enloqueció a la gente (entonces se le consideraba pecaminoso) y fue haciéndose bailable en ritmos como el charleston, el cual era considerada por la Liga de la Decencia como una danza ofensiva y sexual (hasta Georges Bataille la menciona en su libro más famoso). Y ahora nos parece divertida.
La economía entró, después de años de crecimiento y gastos, en un momento de inestabilidad que explotó el martes 29 de octubre de 1929. La caída en la bolsa de Nueva York reventó la burbuja de la década y en un sólo día se perdieron billones de dólares. En los años siguientes los bancos quebraron, algunos ex millonarios se suicidaban y la gente entraba en un pánico porque no tenía ahorros y se enfrentaban a la pobreza y el desempleo. Había empezado la mayor crisis económica del siglo XX.
Campaña de Alberta Ferretti, primavera 2009. Resulta un poco irónico que los 20 hayan sido tendencia al tiempo de la crisis, ¿no?
Esto último nos parece un poco familiar porque hace 4 años pasó algo casi idéntico y seguimos ajustándonos a las consecuencias. La historia se repite, ¿no creen?
Un Chanel de 1925. Muchas de las modas en los años 20 fueron de su invención.
Bueno, es una entrada muy larga, lo sé. Me tomaré unos días para que puedan leerla sin problema y luego regresamos a la programación habitual, ¿les parece?
2 comentarios:
J'ADORE
Ésta es, by far, una de mis décadas favritas, o la más. Y esta entrada me encantó, no es larga, es perfecta.
Gracias!
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