Miu Miu, la redención comercial.

Hace tiempo que Miuccia Prada decidió crear una alternativa a la firma que lleva su apellido. Y se decidió por Miu Miu, una marca dirigido a un público más juvenil y menos interesado en un look total y en gastar diez mil dólares en un bolso (podían pagar cinco mil, pero no diez). Miu Miu, por tanto, comenzó sufriendo lo mismo que las líneas secundarias: ropa un poco sosa y de menor calidad a la de Prada.



Pero ahora Miu Miu ha ganado una independencia que las líneas secundarias desearían: ya no presenta las mismas tendencias que Prada y la calidad ha subido. Son ya dos casas diferentes para públicos diferentes.

Miuccia Prada es como una balanza: su creatividad necesita dos vías de escape, y una compensa a la otra, a pesar de su independencia. Y es que la habilidad mercantil de Miuccia Prada está lo suficientemente bien desarrollada como para mezclar lo comercial con lo imaginativo. Si la colección de Prada es algo muy conceptual (lo cual suele tener salidas comerciales, salvo colecciones como la de esta primavera) Miu Miu presentará algo llevable, usable y adorable. Si, por el contrario, Prada presenta algo tranquilo, Miu Miu desbocará su imaginación. Y ese sistema funciona perfectamente para las saludables finanzas de la casa Prada (tan saludables que ya le arrebataron la corona a Armani como la casa con más ganancias... por fin).

Miu Miu se ha vuelto, para algunas personas, un objeto del deseo. Es una declaración, una provocación, una colección que presenta ropa vista en los mejores sueños y las peores pesadillas. Miuccia Prada nunca presenta una colección porque sí y todos los elementos en sus colecciones provienen de un sueño, una idea, una investigación.



Y no sólo eso, Miu Miu también experimenta ya con las formas y los materiales, si esto necesario para que Miuccia desarrolle sus ideas. Combinaciones inusuales como cuero y neopreno, el encaje y el plexiglas, las lanas arrugadas, plástico y madera vuelven a Miu Miu (y también a Prada) un laboratorio en el cual se mezcla todo, sin miedo, para ver qué invento sale. Y eso es admirable.



Críticamente, las colecciones del año pasado fueron un fracaso. Se le acusó de monótona, de crear monstruos ridículos y de presentar uno de los peores shows en París. Esto quizá haya sido cierto (su show de otoño es difícil de defender y personalmente me pareció horrible), pero parece más un riesgo que no resultó a algo meramente horrible.

Para esta primavera Miuccia decidió hacer una colección experimental que además pudiera usarse y venderse. Generalmente sus piezas, por experimentales que sean tiene un modo de usarse sin muchas complicaciones si se les separa o añade algún elemento ordinario. Pero esta vez Miuccia quiere que todo se use.



Y además está el contrapeso. Si bien la colección de Prada es algo difícil de posicionar por las texturas y cortes arriesgados, la ropa de esta colección de Miu Miu tiene elementos que la hacen diferente de cualquier otra, pero aún así no desentona. Es perfecta para ser el contrapeso comercial de Prada y su experimentalismo.

Según Miuccia, creó esta colección para hjacer justicia a la historia de Europa. No sabemos a qué se refiera con eso, ya que no hay asomo aparente de eso en la colección. Miuccia es una mujer misteriosa, pero sabe expresarse por medio de la ropa. Dejémosla que hable, entonces.